idem
17/08/2009, 07:24
Guardé mil palabras y para que no se olvidaran, me las tatué en la lengua.
Las guardé porque no te encontré cuando quise soltarlas.
Fuí acumulando todo lo que llevaba tu nombre para cuando volvieras.
Y misteriosamente, conseguí recopilar todo y dejarlo esperando.
Las palabras se empezaron a enfriar como el café de la mañana.
Perdieron la frescura.
Perdieron y me hicieron perder el norte.
Se me desprendieron y estuvieron vagando libres, sueltas, ingrávidas...hasta que dejaron de tener sentido.
Ahora vuelves reclamando palabras frescas y nuevas...y por más que lo intento ya no salen.
Aparecen las gastadas, las antiguas, las que ni tú ni yo queremos.
No las viste cuando estaban nuevas y relucientes, cuando aún brillaban y me hacían sonreir...y ahora no merece la pena siquiera mirarlas, porque donde antes hubo brillo ahora sólo hay mugre, porque ya no sirven de nada, porque ya no significan nada.
Y mientras te lo cuento, me pregunto quién te habrá dado a ti el derecho de volver reclamando.
Besos;
Idem
Las guardé porque no te encontré cuando quise soltarlas.
Fuí acumulando todo lo que llevaba tu nombre para cuando volvieras.
Y misteriosamente, conseguí recopilar todo y dejarlo esperando.
Las palabras se empezaron a enfriar como el café de la mañana.
Perdieron la frescura.
Perdieron y me hicieron perder el norte.
Se me desprendieron y estuvieron vagando libres, sueltas, ingrávidas...hasta que dejaron de tener sentido.
Ahora vuelves reclamando palabras frescas y nuevas...y por más que lo intento ya no salen.
Aparecen las gastadas, las antiguas, las que ni tú ni yo queremos.
No las viste cuando estaban nuevas y relucientes, cuando aún brillaban y me hacían sonreir...y ahora no merece la pena siquiera mirarlas, porque donde antes hubo brillo ahora sólo hay mugre, porque ya no sirven de nada, porque ya no significan nada.
Y mientras te lo cuento, me pregunto quién te habrá dado a ti el derecho de volver reclamando.
Besos;
Idem