idem
01/07/2009, 08:44
No pensé que llegaría.
Yo tan tranquila, en mi rincón de siempre, más escondida que otra cosa.
A oscuras.
A veces, en la tiniebla, consigo esquivar los golpes y los daños no son tantos.
Y llevaba un tiempo con los ojos cerrados, apretando los puños para no tocar nada que después tuviera que echar de menos.
Tapándome los oídos, evitando escuchar incluso los acordes que salieran de mis huesos cansados...porque los huesos también tienen musiquitas.
Pasé mil días practicando las sonrisas, para que no se me olvidara cómo se hacían, cómo salían, cómo sabían.
Pero aparecieron unas manos capaces de abarcar mis heridas.
Y unos ojos que decían más cosas de las que escondían...y muchas más de las que me contaban tus labios.
Y me regalaste una porción grande de felicidad, tan grande que incluso llego a sentirme culpable de sentir lo que siento.
Te quiero, sin poder evitarlo, sin querer evitarlo...porque la vida es más bonita y más grande y más vida si la vivo contigo.
Porque no te buscaba y la casualidad o el destino o la suerte, hizo que tropezaras en mi escondrijo.
Decirte que no me siento felíz sería mentir.
Una mentira lo suficientemente grande como para cubrir todo mi cuerpo...y el tuyo, del que ya no me separo.
Besos,
Idem
Yo tan tranquila, en mi rincón de siempre, más escondida que otra cosa.
A oscuras.
A veces, en la tiniebla, consigo esquivar los golpes y los daños no son tantos.
Y llevaba un tiempo con los ojos cerrados, apretando los puños para no tocar nada que después tuviera que echar de menos.
Tapándome los oídos, evitando escuchar incluso los acordes que salieran de mis huesos cansados...porque los huesos también tienen musiquitas.
Pasé mil días practicando las sonrisas, para que no se me olvidara cómo se hacían, cómo salían, cómo sabían.
Pero aparecieron unas manos capaces de abarcar mis heridas.
Y unos ojos que decían más cosas de las que escondían...y muchas más de las que me contaban tus labios.
Y me regalaste una porción grande de felicidad, tan grande que incluso llego a sentirme culpable de sentir lo que siento.
Te quiero, sin poder evitarlo, sin querer evitarlo...porque la vida es más bonita y más grande y más vida si la vivo contigo.
Porque no te buscaba y la casualidad o el destino o la suerte, hizo que tropezaras en mi escondrijo.
Decirte que no me siento felíz sería mentir.
Una mentira lo suficientemente grande como para cubrir todo mi cuerpo...y el tuyo, del que ya no me separo.
Besos,
Idem