karlacris
26/06/2009, 10:55
Hoy se celebra en mi país el Día Nacional de La Toma de Prueba de VIH, en ese contexto (y por convicción propia) les dejo información sobre esta prueba.
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El diagnóstico de la infección por VIH sólo puede establecerse de modo definitivo por métodos de laboratorio, ya que las manifestaciones clínicas en los estadíos iniciales de la infección, aunque sugestivas, no son específicas en ningún caso. Actualmente se dispone de una amplia variedad de test diagnósticos para determinar la infección por VIH, que se clasifican en directos e indirectos. Los métodos directos permiten detectar el propio virus o alguno de sus componentes, como proteínas y ácidos nucleicos. Los indirectos reconocen los anticuerpos específicos producidos por el sistema inmune como respuesta a la presencia del virus.
En general, los métodos indirectos son suficientes para establecer un diagnóstico. Sin embargo la combinación de métodos directos (cultivo de VIH, detección de antígeno P24 o material genético del virus) junto con métodos indirectos, ha demostrado se útil en el diagnóstico de la primoinfección o seroconversión reciente y en la infección perinatal, donde el uso de métodos sindirectos es insuficiente.
La metodología más frecuentemente utilizada es la indirecta. La prueba del VIH consiste en un análisis de sangre en el que se buscan anticuerpos contra el virus, y se debe realizar de forma voluntaria, informada, confidencial, asesorada y apoyada.
Es importante saber cómo cursa la enfermedad en el paciente infectado por el VIH, y tener en cuenta si se encuentra en la primera fase de la infección, en el periodo asintomático o en un momento más avanzado con Sida.
Según la fase de infección, unas técnicas de diagnóstico pueden tener mayor utilidad que otras. Así durante la infección primaria o periodo ventana (los tres primeros meses) los métodos directos son más útiles para saber si una persona está infectada. Pasada la infección primaria y hasta el final de la enfermedad, se utiliza como método diagnóstico la prueba de determinación de anticuerpos frente al VIH en la sangre de la persona.
El Periodo Ventana
Nuestro sistema inmunológico, ante la presencia de cualquier virus, genera unas células que luchan contra los virus: los anticuerpos. Cuando el virus del VIH entra en el organismo, éste necesita un tiempo mínimo para generar los anticuerpos frente a este virus concreto.
Este período de tiempo se denomina PERIODO VENTANA, y oscila entre las 3 y las 12 semanas. Durante este periodo, una persona infectada por el VIH, todavía no ha generado una respuesta inmunológica suficiente con un número de anticuerpos detectables. Sin embargo lo puede transmitir a otras personas, aunque aún no sea detectable a través de la prueba (análisis de sangre). A simple vista NO se puede saber si una persona tiene el VIH.
Así, debemos tener en cuenta que después de una práctica de riesgo es necesario dejar transcurrir tres meses antes de realizar la prueba del VIH de manera fiable.
¿Cuáles son los síntomas de la infección por el VIH?
No existen síntomas específicos cuya presencia permita confirmar por si misma la existencia de infección por el virus del SIDA. No se suele tener ningún síntoma, por lo que, si pensamos que hemos podido infectarnos, la única forma segura de saberlo es haciéndo los análisis correspondientes. Hasta un 40% de las personas que se infectan pueden presentar, 1-2 meses despúes de la transmisión, un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, cansancio y aumento del tamaño de los ganglios del cuello y nuca. En esta etapa el riesgo de transmisión es muy elevado, por lo que debemos extremar las precauciones para evitar la transmisión a otras personas. Después de este periodo inicial (primoinfección), lo habitual es que pasen años sin manifestar ningún síntoma, y la única forma de saber hasta que punto se están dañando nuestras defensas es a través de controles médicos y análisis de sangre periódicos.
¿Qué significa un resultado positivo?
Un resultado positivo NO significa que la persona tiene SIDA, sino que es seropositiva. Es decir que está infectada por el VIH, es portadora y lo puede transmitir a otras personas. Sólo en los diagnósticos tardíos puede coincidir el diagnóstico del VIH con el de SIDA. ¿Qué hago si me he infectado? Aunque no tiene cura, hay tratamientos para vivir más y mejor. Actualmente se ofrece la posibilidad de tomar una combinación de 2 a 5 fármacos, el seguimiento estricto de las pautas del mismo es muy importante. Estos tratamientos permiten mantener una buena calidad de vida y el no avance de la infección a SIDA.
¿Es lo mismo ser seropositiv@ que tener SIDA?
La infección que provoca el VIH es de desarrollo lento, varios años, tiempo durante el cual el virus va destruyendo las células del sistema inmunológico. Durante este periodo no hay síntomas físicos que indiquen la presencia del virus, aunque si es portadora del virus, o serpositiva, y por lo tanto es capaz de transmitirlo. El Sida es la expresión última de la infección por VIH, caracterizada por la presencia de infecciones denominadas oportunistas y ciertas neoplasias, que aprovechan el débil estado del sistema inmunológico. Por lo tanto, una persona seropositiva (VIH+) es aquella que está infectada por el VIH pero no ha desarrollado SIDA.
Métodos de determinación
Métodos indirectos
Los anticuerpos frente al VIH se detectan habitualmente entre los dos y los tres meses después de la exposición al virus (periodo ventana), pasando el paciente de ser seronegativo (no se detectan anticuerpos en el suero) a ser seropositivo (se detectan anticuerpos en el suero. Esta fase de la infección se conoce como seroconversión.
Para establecer el diagnóstico hay que detectar estos anticuerpos frente al VIH. Existen dos tipos de pruebas que hay que realizar en la sangre de una persona que sospeche pueda estar infectada.
Pruebas de cribaje.
Este método consite en la detección y cuantificación de los anticuerpos generados en el individuo como mecanismo de respuesta específica a la infección por VIH. Se denominan pruebas de cribaje, porque tienen la capacidad de resultar positivas en todas las personas infectadas, es decir NUNCA hay falsos negativos. Por el contrario existe la posibilidad de que estas pruebas tengan algún resultado falso positivo en personas no infectadas por el VIH. Por lo tanto todo suero positivo por una prueba de cribaje se debe estudiar después mediante una de las llamadas prueba de confirmación.
Las pruebas de cribaje que se utilizan actualmente son los métodos ELISA, las pruebas de aglutinación, la prueba de Dot-blot y el método fluorimétrico. Sin embargo los métodos ELISA son los que se utilizan de forma habitual. Actualmente y con el fin de reducir el tiempo de diagnóstico en el periodo ventana se han desarrollado los ELISA de cuarta generación, que permiten la detección simultanea de antígeno P24 (proteína viral) y anticuerpos.
Pruebas de confirmación.
Tras la identificación inicial de la presencia de anticuerpos frente al VIH es necesario realizar un test de confirmación. Así, todo resultado positivo obtenido por una técnica de confirmación indicará que la persona está definitivamente infectada por el VIH.
El Western-blot es el método más empleado para la confirmación de los resultados positivos obtenidos con las pruebas de cribado.
Métodos directos
Los métodos directos por los que se puede demostrar la presencia del virus VIH o de alguno de sus productos son fundamentalmente el aislamiento del virus; la detección de determinados fragmentos de sus genes, mediante técnicas conocidas como PCR; y la detección del antígeno p24, que es una proteína viral característica del VIH. Todos estos métodos se pueden aplicar en una muestra de sangre del paciente.
Aislamiento del VIH.
El aislamiento del VIH generalmente se lleva a cabo a partir de linfocitos de la sangre de la persona, haciendo una técnica especial de cocultivo in vitro con linfocitos de un donante sano.
Es importante tener en cuenta la ventaja que actualmente aporta poder realizar el aislamiento del VIH con volúmenes muy pequeños, lo que se conoce como micrométodos, sobre todo en el caso de niños pequeños, donde a veces los volúmenes de sangre que se pueden extraer son muy limitados.
Si mediante la técnica de aislamiento se consigue aislar el VIH de la sangre de la persona, el diagnóstico de infección queda establecido.
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El diagnóstico de la infección por VIH sólo puede establecerse de modo definitivo por métodos de laboratorio, ya que las manifestaciones clínicas en los estadíos iniciales de la infección, aunque sugestivas, no son específicas en ningún caso. Actualmente se dispone de una amplia variedad de test diagnósticos para determinar la infección por VIH, que se clasifican en directos e indirectos. Los métodos directos permiten detectar el propio virus o alguno de sus componentes, como proteínas y ácidos nucleicos. Los indirectos reconocen los anticuerpos específicos producidos por el sistema inmune como respuesta a la presencia del virus.
En general, los métodos indirectos son suficientes para establecer un diagnóstico. Sin embargo la combinación de métodos directos (cultivo de VIH, detección de antígeno P24 o material genético del virus) junto con métodos indirectos, ha demostrado se útil en el diagnóstico de la primoinfección o seroconversión reciente y en la infección perinatal, donde el uso de métodos sindirectos es insuficiente.
La metodología más frecuentemente utilizada es la indirecta. La prueba del VIH consiste en un análisis de sangre en el que se buscan anticuerpos contra el virus, y se debe realizar de forma voluntaria, informada, confidencial, asesorada y apoyada.
Es importante saber cómo cursa la enfermedad en el paciente infectado por el VIH, y tener en cuenta si se encuentra en la primera fase de la infección, en el periodo asintomático o en un momento más avanzado con Sida.
Según la fase de infección, unas técnicas de diagnóstico pueden tener mayor utilidad que otras. Así durante la infección primaria o periodo ventana (los tres primeros meses) los métodos directos son más útiles para saber si una persona está infectada. Pasada la infección primaria y hasta el final de la enfermedad, se utiliza como método diagnóstico la prueba de determinación de anticuerpos frente al VIH en la sangre de la persona.
El Periodo Ventana
Nuestro sistema inmunológico, ante la presencia de cualquier virus, genera unas células que luchan contra los virus: los anticuerpos. Cuando el virus del VIH entra en el organismo, éste necesita un tiempo mínimo para generar los anticuerpos frente a este virus concreto.
Este período de tiempo se denomina PERIODO VENTANA, y oscila entre las 3 y las 12 semanas. Durante este periodo, una persona infectada por el VIH, todavía no ha generado una respuesta inmunológica suficiente con un número de anticuerpos detectables. Sin embargo lo puede transmitir a otras personas, aunque aún no sea detectable a través de la prueba (análisis de sangre). A simple vista NO se puede saber si una persona tiene el VIH.
Así, debemos tener en cuenta que después de una práctica de riesgo es necesario dejar transcurrir tres meses antes de realizar la prueba del VIH de manera fiable.
¿Cuáles son los síntomas de la infección por el VIH?
No existen síntomas específicos cuya presencia permita confirmar por si misma la existencia de infección por el virus del SIDA. No se suele tener ningún síntoma, por lo que, si pensamos que hemos podido infectarnos, la única forma segura de saberlo es haciéndo los análisis correspondientes. Hasta un 40% de las personas que se infectan pueden presentar, 1-2 meses despúes de la transmisión, un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, cansancio y aumento del tamaño de los ganglios del cuello y nuca. En esta etapa el riesgo de transmisión es muy elevado, por lo que debemos extremar las precauciones para evitar la transmisión a otras personas. Después de este periodo inicial (primoinfección), lo habitual es que pasen años sin manifestar ningún síntoma, y la única forma de saber hasta que punto se están dañando nuestras defensas es a través de controles médicos y análisis de sangre periódicos.
¿Qué significa un resultado positivo?
Un resultado positivo NO significa que la persona tiene SIDA, sino que es seropositiva. Es decir que está infectada por el VIH, es portadora y lo puede transmitir a otras personas. Sólo en los diagnósticos tardíos puede coincidir el diagnóstico del VIH con el de SIDA. ¿Qué hago si me he infectado? Aunque no tiene cura, hay tratamientos para vivir más y mejor. Actualmente se ofrece la posibilidad de tomar una combinación de 2 a 5 fármacos, el seguimiento estricto de las pautas del mismo es muy importante. Estos tratamientos permiten mantener una buena calidad de vida y el no avance de la infección a SIDA.
¿Es lo mismo ser seropositiv@ que tener SIDA?
La infección que provoca el VIH es de desarrollo lento, varios años, tiempo durante el cual el virus va destruyendo las células del sistema inmunológico. Durante este periodo no hay síntomas físicos que indiquen la presencia del virus, aunque si es portadora del virus, o serpositiva, y por lo tanto es capaz de transmitirlo. El Sida es la expresión última de la infección por VIH, caracterizada por la presencia de infecciones denominadas oportunistas y ciertas neoplasias, que aprovechan el débil estado del sistema inmunológico. Por lo tanto, una persona seropositiva (VIH+) es aquella que está infectada por el VIH pero no ha desarrollado SIDA.
Métodos de determinación
Métodos indirectos
Los anticuerpos frente al VIH se detectan habitualmente entre los dos y los tres meses después de la exposición al virus (periodo ventana), pasando el paciente de ser seronegativo (no se detectan anticuerpos en el suero) a ser seropositivo (se detectan anticuerpos en el suero. Esta fase de la infección se conoce como seroconversión.
Para establecer el diagnóstico hay que detectar estos anticuerpos frente al VIH. Existen dos tipos de pruebas que hay que realizar en la sangre de una persona que sospeche pueda estar infectada.
Pruebas de cribaje.
Este método consite en la detección y cuantificación de los anticuerpos generados en el individuo como mecanismo de respuesta específica a la infección por VIH. Se denominan pruebas de cribaje, porque tienen la capacidad de resultar positivas en todas las personas infectadas, es decir NUNCA hay falsos negativos. Por el contrario existe la posibilidad de que estas pruebas tengan algún resultado falso positivo en personas no infectadas por el VIH. Por lo tanto todo suero positivo por una prueba de cribaje se debe estudiar después mediante una de las llamadas prueba de confirmación.
Las pruebas de cribaje que se utilizan actualmente son los métodos ELISA, las pruebas de aglutinación, la prueba de Dot-blot y el método fluorimétrico. Sin embargo los métodos ELISA son los que se utilizan de forma habitual. Actualmente y con el fin de reducir el tiempo de diagnóstico en el periodo ventana se han desarrollado los ELISA de cuarta generación, que permiten la detección simultanea de antígeno P24 (proteína viral) y anticuerpos.
Pruebas de confirmación.
Tras la identificación inicial de la presencia de anticuerpos frente al VIH es necesario realizar un test de confirmación. Así, todo resultado positivo obtenido por una técnica de confirmación indicará que la persona está definitivamente infectada por el VIH.
El Western-blot es el método más empleado para la confirmación de los resultados positivos obtenidos con las pruebas de cribado.
Métodos directos
Los métodos directos por los que se puede demostrar la presencia del virus VIH o de alguno de sus productos son fundamentalmente el aislamiento del virus; la detección de determinados fragmentos de sus genes, mediante técnicas conocidas como PCR; y la detección del antígeno p24, que es una proteína viral característica del VIH. Todos estos métodos se pueden aplicar en una muestra de sangre del paciente.
Aislamiento del VIH.
El aislamiento del VIH generalmente se lleva a cabo a partir de linfocitos de la sangre de la persona, haciendo una técnica especial de cocultivo in vitro con linfocitos de un donante sano.
Es importante tener en cuenta la ventaja que actualmente aporta poder realizar el aislamiento del VIH con volúmenes muy pequeños, lo que se conoce como micrométodos, sobre todo en el caso de niños pequeños, donde a veces los volúmenes de sangre que se pueden extraer son muy limitados.
Si mediante la técnica de aislamiento se consigue aislar el VIH de la sangre de la persona, el diagnóstico de infección queda establecido.