Sadness
22/04/2009, 19:08
Abrir un libro, es una experiencia, sólo comparable, con la de ir descubriendo por primera vez, el cuerpo del amante, nos asombrarnos, vamos reconociendo y terminamos por acostumbrándonos a la calidez de ese primer contacto. Palpar la textura, el filo del canto… es como, acariciar de forma lasciva su piel… El acto de humedecer el dedo índice, entre los labios, Al dar vuelta a la página. Es un gesto por demás, sugestivo, procaz, salaz, carnal... Aspirar el aroma del papel, la tinta, exquisito goce sensual, como embriagarse en la fragancia del cuerpo amado.
Abrir un libro, es arrancarle su virginidad, es desflorarle, poseerle, despojarle de su valiosos secretos. Y como la amante fiel, su entrega es generosa, voluptuosa, amorosa, no pide nada a cambio, su recompensa será provocarnos el más delicioso de los éxtasis. ¡Un orgasmo intelectual! De la misma forma un libro nos permite una exacta comunión entre escritor y lector. La cópula perfecta y lúbrica empatía, ¡Como ocurre con la amante!
Abrir un libro, por vez primera, supone una experiencia única, e incluso cuando pasado un tiempo, lo retomamos, releemos, recordamos, re-escribimos nuestra propia historia…la experiencia nos parece familiar, pero, siempre diferente…así lo retomáramos mil veces, y a pesar de la familiaridad del trato, siempre nos obsequiará con un orgasmo distinto y conforme pasa el tiempo, sin pedir nada, espera discreto, siempre fiel, siempre dispuesto…de ser un goce puramente sexual…se va convirtiendo en amor de verdad.
Abrir un libro, es arrancarle su virginidad, es desflorarle, poseerle, despojarle de su valiosos secretos. Y como la amante fiel, su entrega es generosa, voluptuosa, amorosa, no pide nada a cambio, su recompensa será provocarnos el más delicioso de los éxtasis. ¡Un orgasmo intelectual! De la misma forma un libro nos permite una exacta comunión entre escritor y lector. La cópula perfecta y lúbrica empatía, ¡Como ocurre con la amante!
Abrir un libro, por vez primera, supone una experiencia única, e incluso cuando pasado un tiempo, lo retomamos, releemos, recordamos, re-escribimos nuestra propia historia…la experiencia nos parece familiar, pero, siempre diferente…así lo retomáramos mil veces, y a pesar de la familiaridad del trato, siempre nos obsequiará con un orgasmo distinto y conforme pasa el tiempo, sin pedir nada, espera discreto, siempre fiel, siempre dispuesto…de ser un goce puramente sexual…se va convirtiendo en amor de verdad.