Eduardo Coli
19/04/2009, 22:17
Emergentes interrogantes, sobre la trascendencia de lo mental, espiritual.
Estoy convencido de que la reducción operativa, de la vida mental de un individuo, pueden ser operables, establecidazas por el entorno, el medio mental de pertenecía, en que esté, como tal, se encuentra.
El medio social-cultural como un medio, un dominio, estructurado y organizado, como iniciado, por lo mental, determinan la subjetividad operativa, de los individuos por los que tal medio se manifiesta, expande, difunde.
Y hete aquí nuestra individualidad, como un emergente operativo, subordinado y dependiente de tal cosa, medio o entrono mental.
Auto reducido, auto limitado, a un espacio y dominio de percepciones y operaciones especificas.
Que es regido, establecido, dominado, por el medio, el entorno mental, que es quien en última instancia, quien nos determina en su función.
Generalmente es algo muy difícil hacerse, o tener conciencia, de tal cosa, de encontrarnos reducidos y limitados, a la dependencia de un espacio y medio mental, que nos envuelve y trasciende en mucho, en todo.
Porque no estamos aun capacitados y estructurados mentalmente, para percibir y manejar tal dominio de realidad, así como lo estamos, relativamente, para percibir y manejarnos mentalmente, como lo hacemos, dentro del orden de la composición y configuración de la manifestación visible, de la generación y organización de lo material.
Tal situación que intento describir, hacer tangible, de algún modo, es muy compleja de concebir dada la naturaleza, a mi entender, incierta, intangible, de lo mental.
Que trasciende y opera, en sus objetivos, a través de las construcciones, determinaciones, de nuestras singularidades psíquicas, es decir, lo hace através de nuestras limitadas y reducidas subjetividades, capacidades operacionales.
Es decir que el ser, o la mentada realidad intangible, de este espacio, medio, dimensión, o dominio mental, opera se manifiesta como prospera, actúa, a través nuestro.
Algo así, por poner o dar un ejemplo, como actúa la productividad programática de las múltiples y complejas señales de nuestro espectro- espacio, o medio -campo radio- televisivo, que trasciende y subsiste más allá de la realidad aceptada, especifica, y reducida, de los medios receptivos, estructurados por los que se manifiesta, se difunde.
Es claro que este medio, dominio, mental, no puede desarrollarse, ni prosperar, prescindiendo de los complejos y estructurados medios y espacios físicos- mentales, por lo que tal realidad, se manifiesta, expande, en el desarrollo de su complejidad.
Es decir, en el caso al que me refiero, tal dominio, no puede prescindir de nuestra subjetividad operativa, acotada y reducida, como auto limitada, a nuestra organización y complejidad físicas, por intermedio de las cuales tiene lugar, el complejo acontecimiento, manifestación, de este medio, o esta intangible y trascendental realidad o realización, como una muy compleja polución mental.
Que trasciende lo pautado y estructurado, como lo limitados y reducido, de nuestra biológica subjetividad.
La complejidad de la totalidad se organiza, actúa y manifiesta, como opera através de lo segmentado, de nuestra autoconcepción singular, como lo particular y singular obtiene su lugar, sentido y significación, estructuración y participación, en, y de esta, totalidad operativa, trascendental que atribuyo a lo mental.
Desde tiempos inmemoriales, se a sostenido, que el ser de lo mental, como el ser de lo espiritual, trascienden la auto limitación y determinación, como reducción, de lo acotado por lo mental, como el limitado ser, de nuestro dominio, corporal, biológico.
Que tal realidad, complejidad, se manifiesta, hace visible, através del cuerpo, pero que no radica, ni se reduce, a la complejidad de la estructuración y organización de nuestros cuerpos.
Aquí creo, que estamos, ante dos dominios muy complejos, como complementarios, de dos formas muy distintas, de realidad trascendental.
Me estoy refiriendo al dominio organizativo productivo de lo biológico, lo físico, como al dominio de la complejidad y organización productiva de lo mental, lo psíquico, lo espiritual.
Que se entrecruzan, entrelazan en una complementariedad sin parangones, con sus respectivas he inherentes complejidades trascendentales.
Estoy convencido de que la reducción operativa, de la vida mental de un individuo, pueden ser operables, establecidazas por el entorno, el medio mental de pertenecía, en que esté, como tal, se encuentra.
El medio social-cultural como un medio, un dominio, estructurado y organizado, como iniciado, por lo mental, determinan la subjetividad operativa, de los individuos por los que tal medio se manifiesta, expande, difunde.
Y hete aquí nuestra individualidad, como un emergente operativo, subordinado y dependiente de tal cosa, medio o entrono mental.
Auto reducido, auto limitado, a un espacio y dominio de percepciones y operaciones especificas.
Que es regido, establecido, dominado, por el medio, el entorno mental, que es quien en última instancia, quien nos determina en su función.
Generalmente es algo muy difícil hacerse, o tener conciencia, de tal cosa, de encontrarnos reducidos y limitados, a la dependencia de un espacio y medio mental, que nos envuelve y trasciende en mucho, en todo.
Porque no estamos aun capacitados y estructurados mentalmente, para percibir y manejar tal dominio de realidad, así como lo estamos, relativamente, para percibir y manejarnos mentalmente, como lo hacemos, dentro del orden de la composición y configuración de la manifestación visible, de la generación y organización de lo material.
Tal situación que intento describir, hacer tangible, de algún modo, es muy compleja de concebir dada la naturaleza, a mi entender, incierta, intangible, de lo mental.
Que trasciende y opera, en sus objetivos, a través de las construcciones, determinaciones, de nuestras singularidades psíquicas, es decir, lo hace através de nuestras limitadas y reducidas subjetividades, capacidades operacionales.
Es decir que el ser, o la mentada realidad intangible, de este espacio, medio, dimensión, o dominio mental, opera se manifiesta como prospera, actúa, a través nuestro.
Algo así, por poner o dar un ejemplo, como actúa la productividad programática de las múltiples y complejas señales de nuestro espectro- espacio, o medio -campo radio- televisivo, que trasciende y subsiste más allá de la realidad aceptada, especifica, y reducida, de los medios receptivos, estructurados por los que se manifiesta, se difunde.
Es claro que este medio, dominio, mental, no puede desarrollarse, ni prosperar, prescindiendo de los complejos y estructurados medios y espacios físicos- mentales, por lo que tal realidad, se manifiesta, expande, en el desarrollo de su complejidad.
Es decir, en el caso al que me refiero, tal dominio, no puede prescindir de nuestra subjetividad operativa, acotada y reducida, como auto limitada, a nuestra organización y complejidad físicas, por intermedio de las cuales tiene lugar, el complejo acontecimiento, manifestación, de este medio, o esta intangible y trascendental realidad o realización, como una muy compleja polución mental.
Que trasciende lo pautado y estructurado, como lo limitados y reducido, de nuestra biológica subjetividad.
La complejidad de la totalidad se organiza, actúa y manifiesta, como opera através de lo segmentado, de nuestra autoconcepción singular, como lo particular y singular obtiene su lugar, sentido y significación, estructuración y participación, en, y de esta, totalidad operativa, trascendental que atribuyo a lo mental.
Desde tiempos inmemoriales, se a sostenido, que el ser de lo mental, como el ser de lo espiritual, trascienden la auto limitación y determinación, como reducción, de lo acotado por lo mental, como el limitado ser, de nuestro dominio, corporal, biológico.
Que tal realidad, complejidad, se manifiesta, hace visible, através del cuerpo, pero que no radica, ni se reduce, a la complejidad de la estructuración y organización de nuestros cuerpos.
Aquí creo, que estamos, ante dos dominios muy complejos, como complementarios, de dos formas muy distintas, de realidad trascendental.
Me estoy refiriendo al dominio organizativo productivo de lo biológico, lo físico, como al dominio de la complejidad y organización productiva de lo mental, lo psíquico, lo espiritual.
Que se entrecruzan, entrelazan en una complementariedad sin parangones, con sus respectivas he inherentes complejidades trascendentales.