Emeric
01/04/2009, 05:51
Recuerdo de mis años de estudiante de Lingüística :
Lucien TESNIERE sostiene que la tercera persona del singular (él, ella) es la no-persona por considerar que la misma no forma parte del circuito del habla yo/tú. Idem para ellos, ellas.
"El" y "ella" están excluidos de dicho circuito; por lo tanto, no existen como actores hablantes en la "chaîne parlée" (oración) emitida por los hablantes yo/tú (o sus expansiones yo/vosotros, yo/usted(es), yo/nosotros, nosotros/nosotros, nosotros/vosotros, nosotros/tú, nosotros/usted(es).
Si aplicamos la visión de TESNIERE al corpus lingüístico de la Biblia, observamos que, en el caso de Dios, la tercera persona del singular es muy empleada para hablar de El. En tal caso, Dios no existe, o no puede existir, pues es una NO-persona de la cual hablan otros y que no interviene oralmente en el circuito del habla de los que están hablando de El.
Pero hay que agregar que no siempre es así. En la Biblia también se relatan muchísimas supuestas "conversaciones" entre humanos y Dios, o entre Dios y humanos. Las iniciativas son tomadas por ambas partes, lo cual le confiere existencia al Dios que, de NO-persona gramatical, pasa a ser persona gramatical "yo" o "nosotros" pues, como sabemos, el Dios de la Biblia usa ambos pronombres para expresarse o, en todo caso, así lo presentaron los diversos redactores de la Biblia.
En resumen, lo interesante del punto de vista de TESNIERE con respecto al Dios de la Biblia, consiste en el énfasis que él hace en la no existencia de la no-persona en la medida en que ésta no interviene en el circuito del habla, criterio ontológico que consagra el poder identitario del habla con respecto al mero existir. Como quien dice : Uno no existe realmente mientras no le hable a alguien (lo cual me recuerda el libro "Je parle, donc, je suis" de un amigo profesor, Robert VILLANUA, de la Universidad de Puerto Rico).
Naturalmente, lo que Dios dice en la Biblia no es lo que piensa realmente, pues se sabe que lo que dice es lo que otros pusieron en boca suya. Y como los redactores de la Biblia pusieron también disparates en boca de YHVH, como el de declararle a Abram en Gén. 15:7 que, El lo había sacado de Ur dizque "de los caldeos", - cuando sabemos que en tiempos de Abram, la ciudad Ur todavía no había sido conquistada por los caldeos :doh: -, eso significa que hacer entrar a Dios, la NO-persona por excelencia, en el circuito del habla del Hombre es pura ficción que sólo puede existir dentro de libros religiosamente orientados, como es el caso de la Biblia. (Idem para el Corán).
Lucien TESNIERE sostiene que la tercera persona del singular (él, ella) es la no-persona por considerar que la misma no forma parte del circuito del habla yo/tú. Idem para ellos, ellas.
"El" y "ella" están excluidos de dicho circuito; por lo tanto, no existen como actores hablantes en la "chaîne parlée" (oración) emitida por los hablantes yo/tú (o sus expansiones yo/vosotros, yo/usted(es), yo/nosotros, nosotros/nosotros, nosotros/vosotros, nosotros/tú, nosotros/usted(es).
Si aplicamos la visión de TESNIERE al corpus lingüístico de la Biblia, observamos que, en el caso de Dios, la tercera persona del singular es muy empleada para hablar de El. En tal caso, Dios no existe, o no puede existir, pues es una NO-persona de la cual hablan otros y que no interviene oralmente en el circuito del habla de los que están hablando de El.
Pero hay que agregar que no siempre es así. En la Biblia también se relatan muchísimas supuestas "conversaciones" entre humanos y Dios, o entre Dios y humanos. Las iniciativas son tomadas por ambas partes, lo cual le confiere existencia al Dios que, de NO-persona gramatical, pasa a ser persona gramatical "yo" o "nosotros" pues, como sabemos, el Dios de la Biblia usa ambos pronombres para expresarse o, en todo caso, así lo presentaron los diversos redactores de la Biblia.
En resumen, lo interesante del punto de vista de TESNIERE con respecto al Dios de la Biblia, consiste en el énfasis que él hace en la no existencia de la no-persona en la medida en que ésta no interviene en el circuito del habla, criterio ontológico que consagra el poder identitario del habla con respecto al mero existir. Como quien dice : Uno no existe realmente mientras no le hable a alguien (lo cual me recuerda el libro "Je parle, donc, je suis" de un amigo profesor, Robert VILLANUA, de la Universidad de Puerto Rico).
Naturalmente, lo que Dios dice en la Biblia no es lo que piensa realmente, pues se sabe que lo que dice es lo que otros pusieron en boca suya. Y como los redactores de la Biblia pusieron también disparates en boca de YHVH, como el de declararle a Abram en Gén. 15:7 que, El lo había sacado de Ur dizque "de los caldeos", - cuando sabemos que en tiempos de Abram, la ciudad Ur todavía no había sido conquistada por los caldeos :doh: -, eso significa que hacer entrar a Dios, la NO-persona por excelencia, en el circuito del habla del Hombre es pura ficción que sólo puede existir dentro de libros religiosamente orientados, como es el caso de la Biblia. (Idem para el Corán).