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Ver la versión completa : El espejo. Cuento Erótico.



Sadness
19/03/2009, 18:05
“…Cuál los ángeles de ojos flavos
Yo volveré hasta tu alcoba,
Deslizándome sin ruido
En las sombras de la noche;
Y te daré, oh morena,
Como la luna, besos fríos,
Y caricias de serpiente
Reptando en torno de una fosa.
(El aparecido. Charles Baudelaire)

]Es una soleada tarde de primavera, el agobiante calor exacerba los instintos naturales, la urgencia carnal, la necesidad de apareamiento, el acto natural grabado en nuestra carga genética desde hace millones de años, la cópula macho-hembra en aras de preservar la especie, para mí de apagar este fuego que me quema por dentro.

Le miro y admiro y reconozco que amen de su conversación amena e inteligente, y de la excelente comunicación que poseemos, existe entre nosotros dos, una gran empatía, una química bárbara que transpira por nuestros poros y concentra su carga lasciva e nuestras miradas, con un solo cruce de ellas, podemos encender la chispa de la pasión, no necesito de palabras para hacerle saber la apremiante necesidad que corre por todo mi cuerpo y que germina en mis entrañas, crece y se fortalece en la turgencia de mis senos y en lo henchido de mis labios que denotan a gritos- ¡Hazme tuya! ¡Te deseo!. Luego un beso robado, que realmente no lo es, porque, era anhelado; su lengua, su saliva mezclándose con las mías, se convierten en enervante afrodisíaco que trastorna nuestras mentes, que provoca me recorra toda y estruje mis senos que de erguidos parecen estallar, pero lo que escapa en mí, es un gemido de origen primigenio y salaz -¡Ahhh!- Él se contiene, pero en lo profundo de su mirada, puedo observar ese destello de lujuria a punto de desbordarse en él; me besa en la frente y luego me toma tierno y firme de la mano, vamos en busca de un lugar más privado, yo le sigo sin replicar, así recorremos el ala izquierda de la vetusta casona, en busca de esa privacidad cómplice de los ardorosos amantes, de vez en cuando, hacemos una pausa para unir nuestros labios, nuestros cuerpos y en varias ocasiones la pasión que ambos derrochamos, casi provoca que la posesión, el acto de entrega se lleve a cabo en aquellos largos, silente y abandonados pasillos. De pronto se detiene frente a una habitación, con el jugueteo y las lides del preámbulo amoroso, ignoro en que parte nos encontramos, ¡Y qué importa donde me posea, sólo quiero apague mi fuego!- Entramos a la habitación, es amplia como todo lo que se encuentra en el caserón, contrario a lo que esperaba, ésta se halla impecablemente ordenada y aseada, el menaje se encuentra cubierto por mantas, excepto un primoroso y gran espejo colgado a un costado de la cama. Debido a una excelente orientación arquitectónica la habitación está bien iluminada por luz natural que se cuela a través de los amplios ventanales a pesar de los elegantes cortinajes. Me impresiona la belleza del espejo y me acerco a él. Mendoza, me tiene sujeta por la cintura y reinicia el jugueteo erótico, muerde mi cuello, pellizca mis senos , frota su cuerpo al mío, es excitante mirarle hacer al través del espejo-¡Ah que hermosa y amplia es la habitación!-Exclamó entusiasmada-¿A quién pertenece?-Cuestiono curiosa-¡Nada es más hermoso, que tú princesa!-Me replica y reanuda su lúbrica actividad, me atrae hacia sí, sin dejar de besar mi boca, va despojando cada prenda que me cubre, lo hace con tal sutileza que al leve roce despierta mi piel y me hace cimbrar toda; mi desnudez está ahora a su merced, sus manos atraen, acarician estrujan mi espalda, piernas, caderas y derriére, su boca recorre mi cuello, muerde mis hombros, besa y succiona a placer de mis erguidos senos, que apuntan solícitos con sus rosados pezones hacia él. Excitada, halo de golpe de su camisa y algunos botones salen disparados, presurosa lo despojo de su camiseta y como fiera hambrienta me lanzo sobre su desnudo torso, y como enredadera me sujeto a su cuerpo, con mis piernas y brazos. Beso sus labios y busco con ansiedad su lengua, ¡Ah la redondez de sus hombros me enloquecen! Y les muerdo, clavo inmisericorde mis uñas en la amplitud de su espalda, mi lengua ahora hurga al interior de su oído, le muerdo en la oreja y le siento estremecer víctima de mis caricias, me toma entre sus brazos y me arroja sobre la cama, ahora posee mayor dominio del panorama y su boca experta y su lengua atrevida van provocando estremecimientos de norte a sur y por cada centímetro de mi piel. Y entre mis piernas, amenaza con desbordarse por la pasión contenida en ella, una salaz mar; y él entra en mí, suave y delicado al principio, luego al hundirse en esa mar que le invita a navegar, su embestida es más firme y vigorosa, su respirar agitado, cerca de mis oídos me incita y provoca, nuestras miradas se encuentran y desencuentran, se mezclan y no pierden ese brillo seductor que da la carnalidad. Él me embiste y yo le recibo con el movimiento frenético de mis caderas, le aprisiono con mis piernas, brazos y labios…¡Ahhh…Em.., no te detengas, continúa por favor..Sí así… ! De pronto tengo la sensación de ser observada, miro al espejo y creo ver algo, ¡Bah tonterías, debe ser una ilusión óptica debido a lo ardoroso de la pasión, para corroborar mi certeza, vuelvo la vista al espejo, que refleja la silueta de dos amantes en plena entrega, Mendoza y yo. Trato de olvidar el episodio y vuelvo a concentrarme en mi lúdica actividad, ahora cabalgo sobre el cuerpo de mi amante, cierro los ojos para exacerbar las sensaciones que el contacto con su cuerpo, piel, boca y virilidad en mi provocan. Siento a mis espaldas un escalofrío que enseguida da paso a una grata sensación, como cuando Mendoza suele recorre con su lengua mi espalda desnuda hasta llegar a…, alguien o algo me toma por detrás, puedo sentir su peso sobre mí, ahora acaricia de forma procaz mis senos, estoy aterrada por que estoy segura que no es Mendoza, quien me acaricia de esa forma, y a pesar del temor que esto me provoca, me gusta, es una experiencia nueva y única-¡No, no quiero abrir los ojos, tengo miedo y a la vez siento un gran placer!-¡No sabes cuanto tiempo esperé para poder poseerte, hacerte mía, aunque fuera una sola vez, tu piel es tan suave, dulce y salada, me excitas tanto!-Susurra lasciva una voz masculina a mis oídos-¡Esa voz, esa voz …!-Aturdida trato de incorporarme, pero ya es tarde, una fuerza sobrenatural me tumba de bruces sobre el cuerpo de Mendoza. que parece no darse cuenta de nada y continúa con su bregar dentro mío, mientras el otro, me posee por detrás salvaje e impetuoso, me encuentro a merced de dos fuerzas que empujan en diferente dirección, abro los ojos y miro hacia el espejo, quiero creer que se trata de un sueño, una ilusión de mi alienada mente, con horror descubro tres siluetas que se proyectan en la lisa superficie del espejo, Mendoza, yo y ese otro, quiero gritar de terror, pero en cambio expelo el más placentero de los gemidos….¡Ahhhhhh…

Junio 15, 2008.

Rogerssv
19/03/2009, 18:26
:hail:Como siempre:

Sadness, sello d garantía!!!!

Excelente aporte...

Salu2!!

Havv 778
17/05/2009, 22:41
wow

muy buena lectura

anonadado jajaja :oops: