prometeo8002
17/03/2009, 13:19
Hoy quiero ser tradicional y arrodillarme
para pedir a la divina voluntad que me libere
de los vientos que no fueran bienvenidos,
hace frío, como si los Andes estuvieran en mi patio,
y alamedas de Santiago desembocaran a la puerta,
de esta habitación del secreto y otros mitos relegados.
Las mejores letras no disfrazan la rutina,
tal vez quieran tentar la policromía de mis hábitos
(qué pretenden ocultar que no haya visto)
cuando la isla quedó allá, a la espalda, hubo flores que olvidaron el orgasmo,
y simplificados senos que ya jamás rezumaron leche pura,
los brazos levantados azotaron entonces todo rayo.
Reconozco que decir adios es a veces una variable de suicidio,
que suicidio puede ser expresión suprema de sacrificio,
que el sacrificio existe desde que los templos cobijaron la esperanza,
que la esperanza es el lazo que nos une al horizonte,
y yo que puedo hacer si el horizonte está allá
justo en la costa donde naufraga tu barca.
para pedir a la divina voluntad que me libere
de los vientos que no fueran bienvenidos,
hace frío, como si los Andes estuvieran en mi patio,
y alamedas de Santiago desembocaran a la puerta,
de esta habitación del secreto y otros mitos relegados.
Las mejores letras no disfrazan la rutina,
tal vez quieran tentar la policromía de mis hábitos
(qué pretenden ocultar que no haya visto)
cuando la isla quedó allá, a la espalda, hubo flores que olvidaron el orgasmo,
y simplificados senos que ya jamás rezumaron leche pura,
los brazos levantados azotaron entonces todo rayo.
Reconozco que decir adios es a veces una variable de suicidio,
que suicidio puede ser expresión suprema de sacrificio,
que el sacrificio existe desde que los templos cobijaron la esperanza,
que la esperanza es el lazo que nos une al horizonte,
y yo que puedo hacer si el horizonte está allá
justo en la costa donde naufraga tu barca.