idem
11/03/2009, 08:52
Llegaste con una maleta roja cargadita de lágrimas y no se me ocurrió otra cosa que intentar secarlas.
Las saqué una a una, y las extendí sobre la cama con los sentimientos mezclados.
De muchas no conseguí sacar la tremenda humedad que las formaba, y tuve que cruzarlas con mis risas, con lo que quedó una especie de híbrido.
Pensé que, afortunadamente, ninguna llevaba mi nombre...pensé que la alegría se pegaba por contagio.
Según pasaba de una a otra me iba regañando mentalmente...de vez en cuando se me ocurren unas cosas...
Y llegó un momento en que me rendí.
Te prometo que lo intenté, pero mis sonrisas no podían con tus llantos...quizás las personas que te los causaron podían darte algún consuelo, pero yo no.
Me rendí.
Recogí todas y cada una de las cosas esparcidas...era el momento de largarme a casa.
Recogí tus lágrimas...aquellas que ya estaban empezando a brillar y todas las opacas...y las metí en tu maleta roja.
Dejé escondidas, en uno de los bolsillos interiores, unas cuantas de mis sonrisas y un par de besos, por si algún día, estando tan lejos, te acuerdas de mi, no quiero que ninguna de tus lágrimas lleve mi nombre.
Besos;
Idem
Las saqué una a una, y las extendí sobre la cama con los sentimientos mezclados.
De muchas no conseguí sacar la tremenda humedad que las formaba, y tuve que cruzarlas con mis risas, con lo que quedó una especie de híbrido.
Pensé que, afortunadamente, ninguna llevaba mi nombre...pensé que la alegría se pegaba por contagio.
Según pasaba de una a otra me iba regañando mentalmente...de vez en cuando se me ocurren unas cosas...
Y llegó un momento en que me rendí.
Te prometo que lo intenté, pero mis sonrisas no podían con tus llantos...quizás las personas que te los causaron podían darte algún consuelo, pero yo no.
Me rendí.
Recogí todas y cada una de las cosas esparcidas...era el momento de largarme a casa.
Recogí tus lágrimas...aquellas que ya estaban empezando a brillar y todas las opacas...y las metí en tu maleta roja.
Dejé escondidas, en uno de los bolsillos interiores, unas cuantas de mis sonrisas y un par de besos, por si algún día, estando tan lejos, te acuerdas de mi, no quiero que ninguna de tus lágrimas lleve mi nombre.
Besos;
Idem