ElMundo22
22/01/2009, 23:08
Sentado en este oscuro habitáculo, mordiendo un triste sandwich, luego de haber sido apretujado en un tren subterráneo lleno de asalariados sudorosos, he decidido comenzar de inmediato -no hay tiempo que perder- con mi plan de escalamiento social.
Quiero que los demás trabajen para mí y mirarlos desde lo alto de la pirámide. Y ni siquiera mirarlos ¿para qué tapar mi vista con sus feas y tristes caras? mejor caminar libremente -y sin culpa alguna- sobre sus cabezas. Tener bienes que me renten. Ser el mejor atendido en los restaurantes y no pagar la cuenta. Llegar a un lugar y que los calzones de las mujeres se caigan solos.
¿Se entiende?
¿O eres de los leeeentos? ;)
Haré una recopilación de las mejores prácticas que me tendrán siempre parado en el palo de arriba del gallinero.
Y todos ganaremos. Win-win.
Trae también tus observaciones y experiencias de escalamiento. ¿Qué es lo que hace que alguien sea un ganador en toda circunstancia? y cuando digo en toda es en to-da circunstancia.
De este ejercicio libre y provechoso, me comprometo a editar un libro, un manual que se hará mundialmente conocido, con apartados para cada país que considere sus costumbres y tipos humanos, ¡un exitazo!
Adelanto que las ventas las repartiré en forma justa: de acuerdo al nivel de participación. Y los mejores… ojo, sólo los mejores… tendrán un plus: ¡aparecer en la portada de este seguro bestseller!: “Manual del emprendedor social”
Comencemos con las mejores prácticas del emprendedor social:
1) Olvida las sonrisas gratuitas.
Hay gente que al llegar a un lugar reparte saludos afectuosos a todo el mundo sin discriminar la jerarquía de cada quien ni la ganancia personal a obtener y de paso quedando como un bobo. No, no, no :nono: Guarda la simpatía y cercanía para la gente de poder y marca la distancia con el resto con un gesto corto y serio. Si no va a trabajar para ti, ignóralo, no existe. Y para tus subordinados cambia a una cara de reprimenda silenciosa (puedes practicarla en el espejo), la gente humilde reacciona automáticamente a ese rostro y se siente culpable – están adiestrados así desde niños.
Bien, ahora cuenta aquello que no ha escapado a tu perspicacia:
.
Quiero que los demás trabajen para mí y mirarlos desde lo alto de la pirámide. Y ni siquiera mirarlos ¿para qué tapar mi vista con sus feas y tristes caras? mejor caminar libremente -y sin culpa alguna- sobre sus cabezas. Tener bienes que me renten. Ser el mejor atendido en los restaurantes y no pagar la cuenta. Llegar a un lugar y que los calzones de las mujeres se caigan solos.
¿Se entiende?
¿O eres de los leeeentos? ;)
Haré una recopilación de las mejores prácticas que me tendrán siempre parado en el palo de arriba del gallinero.
Y todos ganaremos. Win-win.
Trae también tus observaciones y experiencias de escalamiento. ¿Qué es lo que hace que alguien sea un ganador en toda circunstancia? y cuando digo en toda es en to-da circunstancia.
De este ejercicio libre y provechoso, me comprometo a editar un libro, un manual que se hará mundialmente conocido, con apartados para cada país que considere sus costumbres y tipos humanos, ¡un exitazo!
Adelanto que las ventas las repartiré en forma justa: de acuerdo al nivel de participación. Y los mejores… ojo, sólo los mejores… tendrán un plus: ¡aparecer en la portada de este seguro bestseller!: “Manual del emprendedor social”
Comencemos con las mejores prácticas del emprendedor social:
1) Olvida las sonrisas gratuitas.
Hay gente que al llegar a un lugar reparte saludos afectuosos a todo el mundo sin discriminar la jerarquía de cada quien ni la ganancia personal a obtener y de paso quedando como un bobo. No, no, no :nono: Guarda la simpatía y cercanía para la gente de poder y marca la distancia con el resto con un gesto corto y serio. Si no va a trabajar para ti, ignóralo, no existe. Y para tus subordinados cambia a una cara de reprimenda silenciosa (puedes practicarla en el espejo), la gente humilde reacciona automáticamente a ese rostro y se siente culpable – están adiestrados así desde niños.
Bien, ahora cuenta aquello que no ha escapado a tu perspicacia:
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