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Ver la versión completa : De la sociología de la ciencia a la del conocimiento



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/01/2009, 08:42
A raíz del tema De la comprensión he visto que se puede hacer clara la distinción entre sociología del conocimiento y de la ciencia. La de la ciencia, por el discurso de sus términos, no se hace analítica de una vez por todas, sino en su discurso se hace sintética con la del conocimiento.

“Mi rechazo de la noción de analiticidad significa, justamente, no trazar línea alguna entre lo que basta para la comprensión de las sentencias del lenguaje y todo lo que, además de eso, la comunidad esté de acuerdo en ver. Dudo que pueda establecerse una distinción objetiva entre el significado y una tal información colateral que sea compartida por la comunidad.” (Quine, Relativismo ontológico; Naturalización de la epistemología, pg. 114)

Los objetos del conocimiento científico crispan la simetría de su expectativa en la diversidad de sus usos; se les da una aplicación no contenida en su uso supuesto. Lo que hace tan importante a la sociología del conocimiento es que trata las categorías del conocimiento donde éste se hace efectivo y encauzado en su margen de acción. No está, pues, condicionado por su verdad sino por el margen donde se da.

Teorías revolucionarias como la de la evolución de las especies, la relatividad o la mecánica cuántica se han indeterminado en su expectativa. Es fácil encontrar terribles perversiones de tan conocidas teorías en usos totalmente fuera de su contexto original. Personas con formación en biología pueden deformar la teoría de Darwin y hacerla una ética absolutamente asocial, un filósofo puede confundir el espacio-tiempo objetivo con sus correlatos fenoménicos o un físico puede especular con dimensiones no falsables que subyacen en la complejidad matemática.

La comprensión no es algo claro y distinto, como se ha sugerido, sino que es una nueva creación. A pesar de que mi uso comprensivo es sintético y creativo de sus objetos, no es contrario al de la ciencia sino en su ideología, lo criticado como cientificismo. El marco común, o, si se prefiere así, el margen común, es su efecto solidario y no sólo especial; se amplía el margen al efecto de totalidad, lo que ocurre con la síntesis, y no al absoluto de su verdad, extensión ilusoria de un absoluto que no comprende sino sólo piensa. La comprensión, en lo que tiene de recreo, lo que dijimos asociativo y no creativo, se puede volver sintético por su rozamiento, no por su conciencia; se haría ciego por su falta de conciencia como en el conocimiento matemático.

La sociología comprensiva del conocimiento no se precipita sobre el mismo sino es el cuidado de los márgenes donde está su conciencia.

Mari Paz Pascual
22/01/2009, 13:33
De la ciencia al conocimiento es lo mismo, despues de haber contrastado o verificado lo hallado. Dicho de otra manera, Si* aquello logrado se encuentra incluido en forma o función del objeto en estudio. Mientras que Social refiere a la realidad de todos.

Antes de conocer es previo comprender; dicho así, los margenes son objeto en su definición, los límites que lo caracterizan o comprenden. Dándose en el interior su idea y su pensamiento es por tanto un aspecto con perspectiva filosófica más que socilógica en su pureza.

La comprensió atiende el "por qué" de sus fases que no es otra cosa que la identificación entre ellas. Conocimiento sería el "cómo" en aquella es lo que hace el acervo común para las Ciencias Sociales, atiende la sociología hechos en el mundo de todos. La vida cotidiana, elites, sistemas.....

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/01/2009, 14:08
Me alegra que participes y claro que no es un proceso lineal, sino, como vengo diciendo, sintético.

Lo de la verificación de lo hallado es su analítica, la que cambia con la sinteticidad. Fíjate en que esa síntesis es con la que creo; asumo condiciones dadas que crispo en lo que fuerzo y cuido. Su emergencia no es toda del ejercicio de la conciencia, sino que se hace suyo en su comprensión.

Estoy bastante de acuerdo con lo de lo social lo de todos, aunque lo pondría en un margen más de condiciones de totalidad que de todo; los todos no son sino partes de totalidades mayores. En la dinámica de procesos se dan en su sinteticidad, que en lo social es el efecto que emerge con lo no contenido.

El orden que has puesto a conocer/comprender no lo veo claro, o es demasiado determinado. Si es sintético, como en los procesos, la causalidad y la linealidad son insuficientes porque reproducen –recrean- categorías de su historia que cuando más interesantes son es cuando se crispan. De hecho, la actual física de la mente es más parecida a los márgenes trascendentales que a los deterministas; la expectativa en ello, sea como propensión, aprendizaje, mapas sinápticos o carácter de conocimiento.

De cualquier manera, vuelvo a aclarar que mi conciencia o mi pensamiento no es de quien lo piensa sino más bien lo pensado.

Te digo lo de siempre, es indudable el fondo filosófico de todo esto, y más en la comprensión, pero en el nivel de la mediación salta lo social como significado final de mayor relevancia –fin en sí mismo-. Fue mi instantáneo interés por Peirce, que es, sobre todo, filósofo, matemático y lógico antes que sociólogo. Pero esas demarcaciones no me competen, ni son de mayor relevancia en cuanto a la urgencia.

Saludos

Mari Paz Pascual
22/01/2009, 17:18
Hola, leyendo encuentro las diferencias hasta donde queremos intervenir con nuestro conocimiento. El paso analítico no supone un determinismo para la comprensión. Ya que con este se tiene para disposición a su depuración. Sería el fin de una función.

La mediación ocupa el espacio en recreo temporal de su definición. La urgencia es objeto a estimar por su inmediatez. temprana al quehacer. En estos movimientos no cabe el determinismo y vago sería una analítica para hacerlo divulgativo, puesto que media la comparación en sí mismo y de sí por cuanto los objetos son interrogados y tratados. Así visto la sinteticidad es su progreso y lo sintético el resultado.

Dos formas no bien encaradas, más bien diría una especificación de algo genuino en ser y padecer en el sujeto no, sino el objeto en exposición a padecer en sí, lo transformado es lo pensado. lo hallado. Hasta aquí hay una comprensión si a esta la recogemos para otro algo sería hacer otra cosa, algo con un fin en la función de sus causas. Este empirismo advierte de algo no inmediato, algo natural que separa su sinteticidad; Que no es lo dicho.

Creo que es importante estas aclaraciones en bien de su identidad y su oportunidad

Mari Paz Pascual
22/01/2009, 17:25
Al margen de lo que pide la ciencia y sugiere el análisis, lo previo es la comprensión. Hasta aquí no necesitamos otras teorizaciones pues valga centrarnos para proceder y arribar en estima a un conocimiento. La subjección no le define es la urgencia su tributo,

Serg
22/01/2009, 18:14
Antes de conocer es previo comprender; .



lo previo es la comprensión.



Gran tension esta de una primero y otra despues. A mi entender, tanto una pre-comprension como un conocer y su praxis se dan simultaneamente. Si bien conceptualmente la comprension, -para mi-, es anterior y condicion de posibilidad del 'conocer', dicha comprension no es, al decir de Heidegger o Husserl, 'tematica' ni 'conceptual', y es mas, su postumo(o simultaneo) 'conocer' tampoco connota juicios abstractos. Todo lo que cae bajo el feomeno(vease que me resisto a llamarlo 'concepto' nada mas) de Pensar*, se divide, disgrega, esparce. Y las rutas y maneras de sus constituyentes (tanto en tiempos como direcciones) son heterogeneos entre si, o al menos, no son sincronicos* -es la palabra correcta. El organismo puede responder con 'juicios' de valoracion 'epistemologica' para los que en realidad no se necesita que sea consciente, o que tematice. Solo que comprenda el mundo-en-el-que-es. Esa comprension, y sus presupuestos, trascienden en originalidad las hilvanaciones abstarctas. Esto se ve en los funcionamientos del cuerpo mismo. El cuerpo ya, supone una inteligencia en su efectividad. Y muchos de las actividades envueltas en el conocer, son meras actividades del cuerpo. "El cuerpo es una gran mente" decia Zaratustra y no me canso de repetirlo como loro, jeje. De modo que, conocer, es distinto que comprender, o que pensar. Pero igual, el jerarquizar y dilucidar relaciones detalldas trasciende mi aportacion.

La ciencia, pertenece -paradojicamente- en su espiritu, a la comprension, y en su praxis al conocimiento. Para cuando ya 'conocemos', sencillamente, ya todo el organismo ha resuelto casi todo el problema. Uno siempre tematiza ya muy tarde. Uno siempre esta ya muy adelante. Igual una teoria es ya exitosa antes de tener idea porque. Pero eso no es tanto lo importante, sino su connotacion etica y experiencia.....

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/01/2009, 07:48
Pero el paso analítico sí tiene un peso de verdad-verdadero que no tiene la comprensión. Lo que se hace sintético engloba lo crispado de ellos, no sólo de su verdad sino también de su opuesto en el margen de su error (Popper, en este sentido, da una lección a todos los que hacen uso no filosófico de sus teorías). La teoría de los comprendidos es aquí crucial pues se hace todo efectivo como práctica contenida que se va expresando. Los márgenes de la verdad, y esto es muy importante en este tema, no son los cruciales, no son la urgencia. Ocurre de manera muy distinta en un nivel de la sociología de la ciencia donde el objeto es la ciencia para la comunidad científica y la cuestión de que la verdad sí es condición de solidaridad (1), que, como se debe ver, es algo muy distinto de otros tipos de solidaridad (2).

No tengo problemas con lo analítico sino sacado e independizado de aquello a lo que sirve. Apruebo que sea función, mas pido su cuidado no como caso único y total –holismo-.

Insisto en que no todo roce es auténticamente sintético sino que es generalmente recreativo. En la sociedad tenemos la mediación que lleva a la síntesis social que en ocasiones cuesta mucho crispar pues no es el recreo mismo el objeto que se crispa sino cuando acontece su diferencia; es decir, se amplía por otro no contenido, un margen distinto de la actualidad de su recreo. La síntesis social, pues, resiste a la anomia por cierta pereza y horror a la falta de significado. La dialéctica del conflicto necesita fácilmente un poco mano izquierda, si no perversa, para mostrar su verdadera cara. Todos hemos visto un grotesco ejemplo económico a nivel mundial que ha roto esa ontología de la confianza de la que especulativamente algunos sociólogos -como Giddens, Beck o Bauman- y filósofos –como Foucault, Deleuze o Zizek- se atrevieron irracionalmente a hablar.

Imagino que te refieres a formas establecidas y reconocibles como una comprensión no a lo loco o en el vacío sino comprensión de algo comprensible. En la comprensión no sólo hay márgenes dados, sino algunos puestos como pretextos o esa precomprensión de la que se habla -¿y de qué trataba, entonces, la expectativa?-. Ya dije en De la comprensión que me separo algo de la tradición más histórica e interpretativa de la comprensión. El espíritu y la historia son condiciones difícilmente aprehensibles que requieren de una hermenéutica que en ocasiones toma el problema en su inversa, es decir, la cosa en sí para adentro en lugar de la cosa en sí para afuera. Es un ejercicio muy estimable y productivo, pero se va de mis márgenes. Aunque la herméutica es altamente generativa de niveles de comprensión necesarios para la dimensión del orden de la historia, el espíritu y la sociedad, tiende a indeterminar los márgenes de su irracionalidad. La razón, y aquí estoy muy de acuerdo con serg, siempre llega tarde, y su representación es un todo contenido, sólo supuesto y no la totalidad de la verdad. Creo, no obstante, que se malinterpreta la reflexión irracionalista. En lo que a mí me toca, como en los casos de Lichtenberg, Schopenhauer, Wilde, Nietzsche o Freud, es una calamidad la interpretación que se hace de su irracionalidad; la irracionalidad es pura antropología filosófica. Queda mejor hablar de lo irracional en Nietzsche o Freud que en Spinoza o Kant, pero los que afirman esas cosas no tienen crédito en su precipitación. Sin demasiado esfuerzo se podría sacar la heurística que se opone y pivotea a lo irracional desde la historia de la ciencia de verdad, la que no es sólo su técnica ni su carácter histórico-documental, como ha mostrado repetidamente Feyerabend. En la dialéctica, la síntesis no es olvido de los contrarios sino su continuidad, aquello con lo que se hace continuo.

Mis problemas con Hegel, el centro de mis pegas, son limitados a la especulación indeterminada. En el caso de Heidegger, y aunque son muy parecidos, su estructura de lenguaje es muy moderna porque lo relaciona de una manera muy limpia con el desarrollo del Dasein y todo lo que pone a la mano (a este respecto ya relacioné al segundo Wittgenstein con él y la etnometodología). Lo que serg ha llamado sincrónicos son los asociados en un orden de desarrollo continuo –serg lo ha limitado a su temporalidad, pero cabe más problematización-. En el desarrollo del lenguaje, herramienta esencialmente otorgadora de realidad y su sociabilidad, es interesante por lo generador del trato con las asincronías.

Nos vamos, de repente, totalmente al tema filosófico en el que la sociología es una parcela que se desborda y a la que urge reflexión filosófica o, si se prefiere así, comprensión. (Lo que se ha opuesto a la sociología seria está llena de refencias filosóficas; se los ha agupado como pseudointelectuales, cuando son algunos de los más importantes sociólogos de los últimos tiempos, pues la teoría sociológica es una disciplina en el fondo filosófica).

Y en cuanto a la ética, en mis posiciones, está totalmente contenida en la comprensión; es, por ello, como relaciono la urgencia con la conciencia y en lo que cedí cierto margen objetivo a Pompilio que, sin embargo, no dejo de crispar al tomar la ética como electiva más bien que objetiva.

Serg
23/01/2009, 10:31
la irracionalidad es pura antropología filosófica. .

Interesante. Mas alla de ser un efectivo eufemismo, me recuerda como Habermas saltaria del horror; y el no es un cientificista pompiliano. Pero es cierto, es inmaterial reconocer o no reconocer el caracter irracional este. Es evidente que son dos aspectos distintos la sociologia del conocer* que la de la ciencia*. Y en varios entidos obvios. Para empezar porque el de la ciencia se ocuparia, entre otras cosas, por:
a)las instituciones cientificas (Latour)
b)sus conceptos filosoficos (Chalmers)
c)su naturaleza socio-politica (Weber)
d)sus metodos y programas (Lakatos)
e)las repercuciones sociales en terminos de los nuevos bienes simbolicos que constituyen sus producciones (ahora he olvidado el nombre del libro que me lei de eso, jeje)
etc.

Mientras que una sociologia del conocimiento ha de prestar atencion a cosas como:
a) la produccion de sentido y 'verdad' de los bienes simbolicos sociales
b)la distribuicion y socializacion de dichos bienes
c)las estructuras sociales en juego en ambos procesos
d)el analisis empirico y filosofico de sus conceptos
e)la naturaleza politica de sus usos o instituciones
f)la naturaleza de ciertos paradigmas particulares (o una metateoria de todos ellos)

Etc.


En algo estoy deacuerdo con Alberto aca(si es que lo he entiendido), y es que, el conocimiento y la ciencia son dos objetos distintos. Y muy distintos. Y es bobamente evidente que constituyen objetos diferentes al que-hacer sociologico (o aun al filosofico) por mas que se les quiera metafisicamente anudar .

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/01/2009, 11:41
Pero mire que difícil es el marco. Si recuerda, se forzó la primacía del sentido en lo inmoral del bien de su sentencia. ¿Cual es la urgencia, lo que adapta o a qué se adapta?. Así, que dicten sociología y moralidad los que la imponen. Ese margen que imponen no es, exactamente, ético; no sólo es supuesto, sino con clara intención de ser impuesto.

En este tema el verdadero objeto es otra cosa más compleja, lo que las engloba. Eche una mirada a la cita de Quine o fíjese en los significados de Putnam, que son criticados como relativismo por el margen mismo que tienen como opción, pero es el relativo el que condiciona el objeto. Quieren que lo que es sea, que lo que luce luzca y así en un sentido ético que lo primero que hace es olvidar que lo hace ser ético. Así, la responsabilidad no es una condición de relación con los demás sino un mandato de cargar como una mula sin poder de decisión para un margen más amplio que el de su definición. Esa ética no es ética, es su incompetencia.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/01/2009, 07:00
No estamos de acuerdo con que el peso de lo irracional sea sólo irracional o sea como un heavy metal insoportable o mónada alephiana sin evolución posible. No; hay que aprender a apreciar la belleza de los riffs más blacksabbathianos. ¿No siente uno la voluntad excitada cuando oye el ritmo de la batería de Bonham, la voz de Big O’, la guitarra de Young o la trompeta de Davis?. La conciencia, aun tarde, recrea la voluntad; somos su recreo, sin duda, pero la síntesis del conocimiento es algo revolucionario.

Las condiciones de la comprensión, que veo que hay quien todavía malinterpreta en su perversión, son un problema de la mayor importancia; es aprender a hacerse cargo de alguna manera que no sea sólo ingenua, evidente, ciega y límite, o, si se prefiere así, no filosófica.

Me temo que la lectura de Habermas de Nietzsche no es la mía, ni la de Freud o Peirce.

La importancia de la solidaridad en mi sociología del conocimiento es en cierto modo abstracta y representativa, pero hay un pivote de todo ello que, si se prestase atención a lo que escribo, se podría proponer como una vertiente científica. No seré yo quien haga ciencia de ello, pues no es mi interés, pero no estaría mal un poco de comprensión. La solidaridad es, además de una forma y objeto, algo inmediato; es esa implicación a priori que no necesita la carga abusiva del supuesto, pues la contiene de suyo. Este detalle lo he comentado en varias ocasiones y puede que no se haya visto la enorme importancia que tiene. En el pasado era la presunción de una filosofía moral demasiado moral. Lo había especulado con la teoría social, pero hoy por hoy ya no son sólo especulaciones. Ello, más que a hacernos petulantes, nos debiera hacer más cuidadosos o, si se prefiere así, a no dejarnos llevar por la precipitación.

Puede ser que este tema se haga demasiado denso al mezclar la comprensión con una sociología de la que no siempre depende, o con la complejidad de las síntesis creativas y recreativas y la ética. En De la comprensión quería no más que crispar la comprensión matemática en lo que no era su margen. He visto que no todos lo hemos entendido, pero sí los que parecemos más interesados en ello, lo que es una ventaja para la discusión. La ampliación en este tema se ha ido de las manos y debiéramos abrir muchos más temas. Estaría bien que mostrásemos a los demás que los que hacemos filosofía no sólo proponemos cosas oscuras y complejas sino importantes. En mi caso, la sociología, con sus objetos, permite un buen caso de ello. Los cientificistas, tan repetitivos y petulantes como son, podrían mostrarnos que la crispación de su objeto es tan urgente como la nuestra. Mi ética no requiere sólo del bien de una buena intención, sino su ampliación y consiguiente comprensión