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Ver la versión completa : La vida y la muerte como categorías de la creación mental.



Eduardo Coli
19/01/2009, 22:48
La sincronía indisociable de lo viviente, contra la dicotomía categórica de lo simbólico.

La vida y la muerte, o vise versa, como categorías simbólicas, establecidas y creadas por la mente, no son asociables en ningún momento, no se dan en ningún momento, ni bajo ninguna circunstancia, en forma disociada, en el echo, del fenómeno viviente. Por lo tanto, la disociación y creación representativa, simbólica, de dos cosas distintas, es producto de la intervención y creación mental.

Todo el reino de lo viviente no comprende ni comparte ni conjuga, a la “muerte” disociada de la vida, y mucho menos echa objeto, echa significado, símbolo, signo, valor negativo.
Como tampoco comprende ni comparte ni conjuga a la “vida” disociada de la muerte, echa objeto, símbolo, signo, significado, valor positivo.

Lo viviente como fenómeno, desde su inicio hasta aquí, mantiene su unidad, inquebrantablemente, aunque le sea algo difícil de concebir y digerid al fenómeno mental, que por el poder de sus operaciones, se auto disocia de tal cosa.

Al auto dividirnos mentalmente, mentalmente podemos, y de hechos estamos concibiendo mentalmente la división.

La división como creación solo puede concebirse por lo mental.

La vida-muerte, el dialogo viviente, no comprende ni comparte la existencia, del objeto, el símbolo.
El hombre que mentalmente no comprende, no platica, ni practica del dialogo viviente, lo termina negando reprimiendo.

Sin comprender, y tal vez accidentalmente, inconscientemente, sin querer inaugura, crea, el signo, los valores, los signos, símbolos de la mecánica, de la operativa metal-cerebral, del desarrollo disociado, de la existencia simbólica, de su lenguaje, material constructivo, de la dinámica y complejidad diferenciada, de nuestro sistema social, disociado del sistema originario .

Crea, origina, da forma, a su poderoso lenguaje, fuerza, poder, practica que entiende y la extiende, la proyecta como su discurso soberano, sobre todas las cosas, de su entorno y realidad, como interpretación, conocimiento, fuerza poder de acción, derivada de sus complejas facultades y operaciones mentales- cerebrales, de construcción, configuración, de toda la realidad alegórica existencial, que no late, es incapaz de sangrar.

Gigantesco despropósito de nuestras intenciones, he ignorancia, como de los mecanismos mentales operacionales, que se niegan a reconocer valor, al dialogo, conjugación de lo viviente.

Sojuzgante poder que impone y establece el poder de su creación mental-conceptual, sobre todos los hechos y fenómenos, de la organización y manifestación de la realidad viviente, que el dice interpretar y reproducir, tanto como, el de disponer de la autoridad de juzgar, como su dios le manda, y que el cree, se auto convence, de interpreta a las mil maravillas, por el uso y abuso de su verbo.

Si no mira en tu entorno, y dime que cosas se mueven por si o la vida-muerte
Por ti y el amor, o se extienden entienden por la búsqueda de esto.

Ya ni los hombres que te rodean, se extienden, entienden, se mueven por la vida –muerte, o la muerte-vida evolutiva sincrónica, concordancia esta, la que se conjuga a través de tu cuerpo, que caréese de autoridad, significado, de importancia. Devaluándose por lo gratuito, por lo barato de su acontecimiento, ante el poder perdurable del verbo, el signo. De aquí que sea menospreciada y vulgarizada por su riqueza y abundancia, en el mercado de las transacciones, de los objetos existenciales, de los valores construidos, perdurables. Mentalmente sostenidos y abalados por la autoridad del conocimiento, del dominio, de la gran autoridad histórica-cultural, que prevalece se impone sobre el orden y la organización viviente.

Si no mas bien observemos por que motivos principios “trascendentales” nos movemos y actuamos y pronto se vera que lo es por la suma y conquista de valores, conocimientos que nos se corroen, ni degradan, migrando amalgamándose en otros. Procurando acaparar y retener, como ostentar un capital simbólico, tecnológico, representativo, de nuestra posición genérica, convalidada por la extensa producción de productos abstractos, de cosas muertas-existenciales, ornamentales, o meramente existentes y operativas, que sirven para representar, señalizar, concebir y crear, nuestro rango, galardón, nuestros minúsculo repertorio representativo, en el gran concierto, organización, del desarrollo y la evolución de la sociedad, la cultura, la historia.

Podrán crecer y desarrollarse, podremos crecer y desarrollarnos, económicamente, enriqueciéndose de símbolos y significados, valores conocimientos, herramientas instrumentos, que aumentan, incrementando nuestro valor, nuestra autoridad, valía existencial significativa y operativa, sobre todo lo otro, que sangra, respira, se pudre y degrada.

Como cualquier sociedad humana, presuntamente para la ostentación de la prosperidad, del crecimiento económico, del desarrollo del comercio mitológico, encauzando el consumo masivo, de meras extirpadas existencias, producto del despliegue de la ciencia, la cultura, la historia, que nos domina explota, se alimenta, se nutre, de nuestros cuerpos, de nuestra menoscabada realidad viviente, de nuestra nada, de nuestra quebrantada vida-muerte.

Imponiéndose la ostentación del triunfo, o el triunfo, de la existencia, es decir del valor y la importancia, como la autoridad que ha adquirido la objetiva mercancía simbólica conceptual, sobre la vida-muerte, la muerte-vida de los derrotados vivientes, mentalmente disociados de la totalidad.

ElMundo22
20/01/2009, 00:47
¡Qué bien expresado!

Pienso que es fácil detectar al discurseador pomposo y a los medios disparadores de imágenes. Pero qué triste es darse cuenta que las relaciones más cercanas también están hechas de posturas, de maquetas. De hecho nuestras propias posturas (a favor o en contra) se mueven entre categorías simplemente aceptadas.

Pero ¿existe un estado al que llamar del hombre natural?

¿Es posible una comunicación más directa? En el sexo a veces se siente estar como pez en el agua, estar justo donde se quiere estar, sin que existan (al parecer) ideas preconcebidas (¿será tan así?).

Eduardo Coli
01/03/2009, 01:11
Estimado amigo creo que si, la organización y manifestación, como diferenciación de nuestra realidad biológica, es esencialmente portadora de realidad, carga con toda la intencionalidad que conjuga y comulga el universo sensible, el que se disuelve en al boca , en los otros, creando y recreándose a si mismo.

Increíble forma de manifestarse y pronunciarse sin repetirse, en sus descripciones, indefinido lenguaje de sustancias, formas y sabores, que en su danza, composición y descomposición todo lo tejen, destejen, abriendo y cerrando, entre sus cierres y aperturas, la puerta a lo inédito.

Como prescindiendo de todo concepto, a la hora de la desnudez, en que uno se hace del otro, el otro de uno, como haciéndose difícil, por no decir, algo imposible, el delimitar los limites de uno, en la entrega y desborde de la copula.

Estoy buscando tu cuerpo
las palabras no obedecen del todo
a mi confianza
estoy dando lugar
a la carne y a la sangre
para que dialoguen
conversen
converjan
en un idioma
calor y transparente

me libero
en la liberación del discurso
veraderamente libre
en tan amena discusión
armonización
diálogo
de pieles
atracciones
olores y caricias
explosiones y convulsiones

es que dejaré
a la fuerza motriz
de mi vida-muerte
liberada de la conciencia
para que a su antojo estalle
mine esparza
sus razones
conocimientos
energía

en profundidad
sin disfraces
censores
o jueces

Un abrazo

Juan Borges
27/03/2009, 17:39
Estimado E.Coli: el problema de las afirmaciones que Ud. hace está en que su texto dice que la mente es la que crea la división vida-muerte. Y luego afirma que en lo viviente no hay tal división. Ahora, ¿qué en Ud. llega a esta conclusión? Supuestamente no su mente, que sólo puede como Ud. afirma concebir vida-muerte como una dualidad.
Y por favor, no vaya a hablarme de algún espíritu que lo habitaría y que le permitiría ver esta unidad metapsicológica, porque entonces estaríamos fuera de un foro filosófico (al menos laico) y entraríamos en un foro sobre supercherías y allegados...
Cordialmente

Eduardo Coli
29/03/2009, 00:41
Si; así lo pienso, que las distinciones, como nuestra propia diferenciación mental operante, cerrada sobre si misma, como movimiento autónomo, inaugura, crea, el desvinculo de nuestra conciencia, la perplejidad y extrañeza de nuestro ser, de los cambios y transformaciones continuas, como fenómeno intrínsico con que se manifiesta la totalidad, y de los cuales nos desvinculamos, recién a partir de esto, podemos hablar, hacer mención, de nosotros mismos.

Este, a mi modesto entender, es un acto, una muy compleja operativa, creada y sostenida por las peculiaridades y facultades de nuestra mente, nosotros observamos y recién somos desde aquí, determinado arbitrariamente desde nuestra desvinculación, que es la vida y que es la muerte, como la aparición y disolución de un fenómeno, tanto como limitando y reduciendo a unos rasgos los limites de un cuerpo cualquiera, que en si, son imposibles de limitar, constreñir, reducir, a un mero cúmulo de fenómenos, momentos, de su manifestación.

De aquí la arbitrariedad y parcialidad determinarte, simbólica, de nuestra mente, que imaginaria y conceptualmente viene a decidir por el principio y el fin como por las razones y los significados de todas las cosas, sucesos y fenómenos desde lo que de la mente, o los proseos mentales, se viene a determina como realidad.

"¿Qué es una palabra? La reproducción en sonidos de un impulso nervioso. Pero inferir además a partir del impulso nervioso la existencia de una causa fuera de nosotros, es ya el resultado de un uso falso e injustificado del principio de razón".
(F. Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, 1873)

Estamos, pues, ante un nuevo lenguaje en el que la palabra ha quedado secuestrada en el oscuro zulo de la comunicación gráfica, sonora e informática, lo cual instala al sujeto en un espacio perceptivo de la realidad como imagen estática, como instantánea fotográfica coaguladora de la experiencia vivida por un individuo plenamente desheredado, inhabilitado para pensar, para pensarse, para imaginarse. Muerta la palabra donde reconocerse uno mismo, queda eliminado el testigo (Rafael Vidal Jiménez)

Es que si no pudiéramos girar sobre algo, mentalmente, no obtendríamos, ni alcanzaríamos la experiencia de la ilusión, la inconciencia -conciencia de la creación del objeto, sustento-visión, de nuestro vanagloriado amor, logro y éxito de nuestra estoica y circular existencia-conciencia, entrono a un objeto y su constante reproducción. Hay que tener huevos para destruir, o atentar, contra nuestra identidad-deidad organizativa, cognitiva experimental, desestabilizando, perdiendo el eje de nuestra excentricidad, fundada en la repetición, reconstrucción y adoración constante, de lo que no se pudre, no sangra, del inmaculado y obsesivo objeto de nuestro amor.


De estas suposiciones se derivan ciertas implicancia, de que ay, o habría, una continuidad fantasmagórica de sin roturas y fractura, en la continuidad del universo, que venimos a quebrar, fragmentar, como un acto de nuestra auto creación nosotros, con nuestros procesos y facultades mentales, de aquí, de que posteriormente hablemos sobre nuestro origen y fin, y a partir de tal cosa, suponer sobre el origen y el fin de lo que este por fuera de nosotros.

Por otro lado, es todo un placer amigo, tanto sea en la coincidencia o en la discrepancia, el ejercicio de esta practica de auto reflexión y búsqueda de comprensión através del intercambio.
Un saludo.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
29/03/2009, 05:48
Hay una propiedad que supera lo propio, lo que lo impulsa en su inmediatez. Ese problema de extramoral, del que Nietzsche hizo una interesante y peligrosa crítica, no es más que la trascendencia entre los márgenes que usted está categorizando sin adherirlos a lo que tienen de suyo propio, es decir, el contenido que se despliega y sobre el que se desplaza la conciencia.

Hoy en día la conciencia se ha problematizado desde ciertos descubrimientos de la neurociencia, pero los que están implicados en esos descubrimientos no parecen haber captado el problema de la fenomenología; han hecho la neurociencia descerebrada.

La actividad mental trae ciertos problemas que se hacen muy interesantes filosófica y científicamente. La indeterminación y el desorden parece que son características de su actividad, pero se repliega en algo que no es ella misma, sino su principio de indeterminación con cierta ordenación, o una entropía y neguentropia vinculadas, algo que parece objetivo; se está incomprendiendo la trascendencia como consecuencia del ansia de reducción. En la física moderna de la mente están recuperando cuestiones fenomenológicas por la naturaleza indeterminada del problema al no poderlas enmarcar en categorías que superen las anteriores en una ampliación, como sugiero, desposeída y sintética, pero con implicación ética desde la misma conciencia.

Saludos

Eduardo Coli
29/03/2009, 10:45
(La información del medio exterior tiende constantemente a desintegrarnos, destruirnos, corroernos, disolvernos, de aquí una actitud de resistencia fijación y reconstrucción constante de nuestra estructuración mental, de lo que simboliza y significa la productividad de nuestro ser, el campo espacio fenomenológico de nuestra conciencia.)

Argumento que para nuestra mente, como para toda forma de mente, en relación a tener, y o ser, conciente de algo, un dominio, un cuerpo, un lugar, singular, una diferenciación especifica.
Le es imprescindible como energía inmanente, como fuerza dinámica, inherente a la totalidad, una formula (o mecánica operativa) para escapar, y en tanto esto constituirse como tal en y sobre la realidad, oponiéndose a la realidad y naturaleza del propio universo, o manifestación universal.

No es inherente el manejó y el logro organizativo de un sistema operativo, asilado y cerrado, desde el cual operar. Tanto que a esta realidad dinámica, increíblemente creadora, le es imposible como totalidad, tener o alcanzar una conciencia de si, como una especie de apertura, auto experiencia de si, si no logra de alguna manera contrariarse, contradecirse en su ser y esencia ( mirar y observar lo que es, desde lo que no es, como salirse, distanciarse de si misma.) .

Como forma de volverse sobre si misma, como algo extraño, contradictorio a lo que es, de aquí que entienda a mi mente, como un campo dinámico, contradictorio, implicado en una constante contradicción, en torno a la constante reconstrucción, recuperación de su objeto, centro, eje, campo, movimiento, gravitacional, organizacional, operacional.

Movimiento reactivo, creativo, implicado en su constante recurrencia, conservación y constante recuperación de su argumentación, por lo que obtengo, se obtiene y se alcanza, una conciencia diferenciada, relativa y parcial, como muy concreta, estable, de mi mismo, lo que llamo mi singularidad.

El gran asunto es percibir como sucede esto, tan contradictorio, complejo, paradójico, como la mente, la energía, la realidad, la información, en curso, en su manifestación, logran adquirir, o tener, tomar, alguna precaria forma de conciencia de si, estructuración de su particularidad, compleja organización, superflua mentira-verdad, por la emergencia contradictoria de lo singular.

¿Le es imposible a la totalidad, el acceder a una experiencia, o forma de auto experimentación de si, sin la mediación, la participación, la creación, de la emergencia de lo singular?


Esta hipótesis contraviene el orden del sistema imperante, relativiza por un lado, como exige por otro, sobre el papel y el predominio de nuestra vida y experiencia en la singularidad, nos condice de nuestra responsabilidad creativa, creadora, como de sus peligros y trampas, sobre la naturaleza de los productos, las estructuras, mentalmente creadas, sostenidas, por nuestros procesos mentales.

Un abrazo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
30/03/2009, 06:26
Todas esas categorías que usted supone a la mente en su creación no son sino reflejos en un espejo que al estructurarse en una espera se hacen huérfanas de lo que originalmente las determinó. Todo lo que la mente pone, en cierta medida, lo antepone; crea un margen que en su proceso de enmascaramiento asume de su propiedad. El proceso es lo que se toma por totalidad por las mismas condiciones que es juzgado, de ahí que deba ser ampliado.

En términos fenomenológicos, todos los que competen a la conciencia, hay un campo que se hace más determinante y constante con arreglo a su principio de incondicionalidad: el campo de la verdad y lo nouménico.

La creación de la mente se mueve entre sus moldes, entre lo que ha dejado en su superación, las condiciones límite que experimentamos.

La totalidad debe ser conocida por dónde actúa, es decir, por el margen al que se pone categorías. La condición absoluta, todo el despliegue posible de trascendencia de esa totalidad, es su indeterminación o dialéctica especulativa.

No puedo negar el interés especulativo de la dialéctica, pero tiene varios problemas serios con su objeto. En mi opinión, el problema básico consiste en que hace un movimiento ciego y especulativo que en lugar de determinar no hace sino indeterminar. En mi crítica, que es en el centro a Hegel, hay un absoluto delirio que malinterpreta las condiciones nouménicas o cualquier otra forma de simismo, es decir, la totalidad limitada por la conciencia.

La conciencia, fenomenológicamente, no es ningún psiquismo o biologicismo, sino una estructura lógica de determinación de objetos con unas condiciones que llamaremos trascendentales. De las fenomenologías más importantes que conozco, es decir, las de Kant, Hegel, Schopenhauer, Peirce y Husserl, me quedo con Kant, Schopenhauer y Peirce.

Todos esos alocados que creen que la realidad es una cuestión de ciencia y no de fenomenología, sin duda, no saben lo que dicen. De hecho, es tal su disparate que igualan su ejercicio a aquel que critican. Así, hacen el mismo el objeto y la verdad en una aproximación ciega de su propio impulso. La precipitación de las ideologías, el objeto más cercano de la sociología del conocimiento, es típicamente una práctica antifilosófica que al tomarse por realidad, o ciencia de la misma, no es sino un desvarío.

La lógica fenomenológica hace crítica, por el contrario, de las condiciones que se trascienden. La crítica primera, en este sentido, es la condición básica de esa misma crítica.

El simismo y la propiedad no son realmente sino crítica del contenido, de su movimiento, es decir, las condiciones de su discurso. Su condición de movimiento, esencialmente especulativa, no es más que una línea de totalidad entre unos márgenes absolutos, es decir, indeterminados sobre su trascendencia. Necesitamos de tanto supuesto por ello, porque la dialéctica no tiene en sí misma el contenido de su discurso, no puede ser sólo especulativo como su propia condición inicial.

El giro sintético, en el que Kant y Hegel se oponen como la noche y el día, agrupa consigo, en la actividad especular de su simismo, el discurso en la precipitación de sus objetos, lo que le da contenido por la forma anticipada de su especulación.

La anticipación teorética no se salva de la crítica por pretenderse en una verdad incondicional, de manera que su condición discursiva, la especulación sobre las condiciones, es el objeto de la crítica; no es crítica como un juego de palabras, sino como el ejercicio de especulación sobre el conocimiento de las condiciones de ese discurso. La síntesis no es más que el asentamiento de las condiciones que dan mayor intensidad a la conciencia, es decir, que amplían lo que dicen. Que se haya hecho una industria de su malinterpretación no es sino la razón para volvernos más locos y dialécticos ante esos descerebrados en serie. Su llamativa condición formal nos debiera llevar a sospechar de su verdad. En este sentido, estoy con Wilde en que cuanto más se comparte una verdad, más razón hay para dudar de ella.

Eduardo Coli
31/03/2009, 22:56
Los términos orales y escritos de que acabamos de tratar en el capítulo anterior, por lo mismo que son la expresión externa y sensible de las ideas, preparan y facilitan el camino para llegar al conocimiento de las ideas y pensamientos que contiene la representación intelectual de los objetos significados por aquellos términos. Por eso, después de haber tratado del lenguaje como manifestación sensible de las ideas, parece natural tratar de éstas y de los actos del entendimiento mediante los cuales se forman o adquieren, lo cual entra ya directamente en el objeto propio de la lógica.

Esto lo tome de un diccionario filosófico estimado amigo, buscando el concepto de lo nouménico.

Es muy grande la relación de mi búsqueda y reflexiones con tal concepto, de aquí mi agradecimiento a tus planteamientos, que implican el enriquecimiento de mi practica.

Por otro lado es nuestra mente y su complejidad operativa, auto aislada y encerrada en si misma, según mis suposiciones, o someras especulaciones, la que concibe, inventa, da origen y forma a los propios objetos de si, al lenguaje y el mundo de las representaciones simbólicas, entre otras cosas, para poderse vincular y relacionar, comunicar por un medio, con las otra mentes, tan aislada y encerradas en si mismas.

Y esto a partir de lo que ella determina, o determine, através de sus productos, como cosa y objetos, de la operativa de sus relaciones y vínculos, creativos, y auto representativos, con las otras mentes aisladas.

Mas haya de lo controversial que pueda parecer todo esto, es claro, que a partir de esto, evidentemente intervenimos y afectamos con nuestra mente y creación simbólica, polución de ideas, objetos, y significados de todo tipo, el originario estado nouménico

Si nuestra mente pudiera manejar lo nouménico, prescindiríamos del mundo de nuestro lenguaje y simbolismo representativo.

Este problema, a mi humilde entender, es un estadio, estado, de inmadures de nuestra mente, y proceso mentales, por hallarse confinada y aislada.

De aquí que tengamos que recurrí a un artificio, mental, por la imposibilidad de una comunicación plena y directa.

Intuyo que tal increíble cosa, apertura mental, pueda suceder, tanto como pueda lograse, operativamente, desde el auto encierro, el auto aislamiento mental, desde el que operamos y nos expresamos, es mas, creo que si no acontece tal cosa, no tendremos una alternativa.

Me gustaría saber Alberto que opinión te suscita tan difícil y remota posibilidad, que como todo, conlleva un motón de implicancias.
Un abrazo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
01/04/2009, 06:45
Lamento que no se entendiese a qué hacía referencia con lo nouménico. Hago múltiples referencias a lo que trata, las condiciones inteligibles, y no la propiedad de la cosa en sí, o las formas límite de su intelección, el roce impúdico, el objeto huérfano que trasciende.

Las definiciones no tienen en filosofía mucho interés; lo que sí lo tiene es su crítica, que es lo que parece interesarte.

Por la mera lógica del discurso, el supuesto que mantiene el contenido a la espera de su despliegue, en suspenso, tiene, de suyo, una precipitación en la que hace síntesis de una identidad con la lógica temporal de sus momentos, el anterior y el posterior. Este esquema lógico se desarrolla conjuntamente ampliando la síntesis al mundo exterior, el empírico, al que se supone determinación real. Esa estructura sintética como forma de lo real hace una serie tremendamente confusa y delirante del significado inmediato de lo real.

Estamos muy educados religiosamente sobre ese mundo de verdad y lo que serg llamaba ontología regional. En mi opinión, no es sino una ideología con bastante poco interés por la verdad. Aunque en ese círculo ideológico opere con condiciones límite, la abstracción de esa ontología como algo propio, de suyo, centra su interés en el conocimiento de esas condiciones y lo que lo mantiene; se crea una forma perceptual, conceptual y noumémica.

En el esquema mental las percepciones no son absolutamente inmediatas, sino que la plasticidad sináptica, modificación posible de conexiones entre neuronas, permite el fluido no caótico y libre del contenido que formaliza. Como la mente no es el cerebro, y en la mente no hay sinápsis, conexiones entre neuronas, sino que sus conductores son la expectativa de los conceptos, el fluido tiene unos objetos que permiten su conocimiento; hay una demarcación de las condiciones de posibilidad del conocimiento en los mismos. El margen en el que son usados, su indeterminación, creará unas distancias entre esas indeterminaciones y sus originales fuentes. El tránsito se hace posible al conocimiento, el recreo de la conciencia, y vela esa actividad a su experiencia más inmediata; configura su intelección, el delirio noumenal que recrea, pues, ecos de propensiones trascendentales. En su supuesto acrítico, no es propensión, que por su plasticidad no es final, sino pretensión. Hay una precipitación acrítica, como digo, sobre un vacío que delirantemente se adelanta, no en las condiciones de su acción, sino en el mantenimiento de su ideología. Buenos estamos, entonces. Eso no tiene nada que ver con la filosofía; la mala filosofía no es filosofía sino en su nombre, su tonta definición.

El margen más inmediato y el mediato hacen, en efecto, síntesis, pero conforme a su inmediatez, es decir, que su mayor actividad es velada, inconsciente; pero, no obstante, el contenido de los perceptos, conceptos y noúmenos, va a hacer posible, a su vez, su forma representacional. De manera que el primer orden, el inmediato no es libre del segundo, el mediado, sino que su relación es su objeto.

Existe una terrible confusión temporal respecto a los órdenes porque el inmediato incluye el mediado y se hace con facilidad abstracción del primero. El cerebro no tiene un efecto en la mente que no lo afecte, que sea independiente; su dualismo consiste en eso, en que su objeto se hace problemático, filosófico. No obstante, hay irresponsables que se olvidan de que la filosofía es una actividad esencial a toda posibilidad de conciencia. Pero si nos dejamos de engaños y ridículos optimismos vemos fácilmente la conclusión terriblemente irracional de la precipitación del discurso. Desgraciadamente, como sugerí hace algunos días, no son muchos los que entiendan el significado de nihilismo y sí quienes lo pervierten.

Veamos una cosa, cualquiera puede leer a Nietzsche, pero eso garantiza con mucha probabilidad su incomprensión. Como yo lo veo, Nietzsche era un pensador exquisito, con una capacidad para la filosofía extraordinariamente profunda. Si lo que hacía era filosofía, que está por ver, no era la filosofía para idiotas, sino para los que estaban interesados en la filosofía, la de verdad. Su popularidad, en mi opinión, es un asco; razón, quizá, para no leerla.

Eduardo, creo entender tu propuesta de intimidad con la creación, una especie de onanismo intuitivo. He bromeado al respecto con que el onanismo es mal sexo. Su mayor problema es que hace propio el contenido del objeto; se hace fin del discurso al sintetizar su identidad con el mismo. Sin duda, es una opción que bordea lo noumenal como una actividad totalizadora, pero es, definitivamente, un encierro. Mis posturas filosóficas están del otro lado, de aquello que amplía. En cualquier caso, convengo contigo en cierto grado de encierro y privacidad.

La filosofía oriental ha desarrollado mucho los márgenes intuitivos de la interioridad. Su razón era una práctica aristocrática que suspendía la experiencia y se volcaba en el objeto de su negación para, paradójicamente, ser eliminado. No es casual el desarrollo del concepto de nada en oriente.

Un cordial saludo

ElMundo22
02/04/2009, 01:03
Increíble forma de manifestarse y pronunciarse sin repetirse, en sus descripciones, indefinido lenguaje de sustancias, formas y sabores, que en su danza, composición y descomposición todo lo tejen, destejen, abriendo y cerrando, entre sus cierres y aperturas, la puerta a lo inédito.


Estoy leyendo este hilo de a poco.

Maravillosa perspectiva de la existencia y me renueva aquello de experimentar con un ego reducido, jajaj bueno. Y aquello de que los límites desaparecen, sucede, a veces, y que sea en el sexo tiene sentido, pues es una fuerza más fuerte y antigua que cualquier idea que tengamos.

Eduardo Coli
05/04/2009, 00:13
Estimado Alberto ya es sabido, que no siempre capto lo complejo de tu lenguaje técnico, de aquí que me abstenga de participar con mis opiniones en tu trabajos, por miedo a errores de una mala interpretación. Aunque creo coincidir en algunos puntos de tu temática.


En el esquema mental las percepciones no son absolutamente inmediatas, sino que la plasticidad sináptica, modificación posible de conexiones entre neuronas, permite el fluido no caótico y libre del contenido que formaliza. Como la mente no es el cerebro, y en la mente no hay sinápsis, conexiones entre neuronas, sino que sus conductores son la expectativa de los conceptos, el fluido tiene unos objetos que permiten su conocimiento; hay una demarcación de las condiciones de posibilidad del conocimiento en los mismos. El margen en el que son usados, su indeterminación, creará unas distancias entre esas indeterminaciones y sus originales fuentes.

En la elaboración de mi entender, es ingerencia y responsabilidad de lo mental el captar y almacenar la información relevante, vital pertinente del medio exterior.

Creo que posteriormente el cerebro opera con la información captada, filtrada, cifrada, y reelaborada, entre otras muchas cosas, como presentada en sus valores y significados por lo mental.

El mismo responderá, procederá operativamente atendiendo a las necesidades orgánicas como a la elaboración y significación del medio, el escenario, el estimulo, recreado y suministrado, como presentado, representado, por lo mental.

De aquí que le competa cierta responsabilidad a los proceso de la elaboración y reelaboración mental en cuanto es quien le suministra la información y los estímulos con los que procederá el cerebro.

La capacidad de retención, captación, conservación, elaboración y utilización de la significada información, codificada y almacenada, como retenida por lo mental es responsabilidad de lo mental.

Hoy por hoy, podríamos extender esta responsabilidad, al medio, o los medios sociales culturales, como a los intereses empresariales he institucionales, que proceden en la elaboración y suministración de esta vital información, mundo significativo, al que responde nuestro operar cerebral.

Ni que hablar de las posibilidades de los errores, como de los intereses espurios, tanto como de la invalidez de tal información, mundo de valores y estímulos presentados al cerebro, como el tangible mundo de lo real.

De aquí el celo y la desconfianza por las complejas construcciones mentales, las ajenas o exteriores (sociales culturales) como de las propias, pese a entender que siempre ay que presentarle algo al nuestro cerebro para que opere.

Sin que le quepa responsabilidad, sobre los contenidos, los valores, de las múltiples representaciones, sostenidas y representadas, como el mundo real, por lo mental.

Concuerdo con tigo, por esta apasionada, obsesiva y hasta desquiciante, forma de masturbación mental, que pueda talvez tener algún origen de cierta perversión sexual, contenida o reprimida.

Como siempre un abrazo

Eduardo Coli
05/04/2009, 00:32
Una vez incorporada la creación mental, en forma de relato sagrado, revelación mística, entramos a vivir, a jugar, y ser, en función de tales relatos, construcciones, creaciones, y creencias de la mente.

A creer, ver, y entender, como a actuar y responder operativamente, sobre el significado, de las cosas creadas por el relato, simbólico, imaginario, este vive y se organiza en nosotros, como la verdad absoluta a respetar, dividiendo y desvirtuando el medio con la contaminación del origen y el significado de nuestra basta fauna simbólica, el destino y la realidad y el futuro de nuestras vidas, vaticinadas y descriptas por los desciñó del producto mental.
Que adquieren su notabilidad o trascendencia sobre nuestras vidas, por el virtuosismo del lenguaje.

Al interiorizar adquirí mentalmente tales relatos, ideas, mundos, construcciones, muchas veces en forma de conocimientos. Producimos y generamos determinada realidad, en correlación a los mismos relatos, como sirviéndonos y valiéndonos de ellos para ser.

De aquí que no ay muchas posibilidades de liberarnos, no obviando de que la comunión sexual, puede ser un medio idóneo y muy oportuno para tal cosa, concordando con tigo Elmundo22 en que es la fuerza originaria.

Un abrazo

Beckett
08/08/2009, 20:16
¡Vaya exposición!

Yo digo no-mente, soy cerebro que piensa por impulso, soy neurona viva, nervios encarnados dentro de un cuerpo encadenado a los fenómenos externos. Exterior que me ha constituido a mí, desde mí, y luego, circunstancialmente, por la geografía, los climas, la cultura y la historia, deformado, por mí. Afecto y soy afectado, pero no hay estado mental alguno, muerte-vida, vida-muerte, tampoco; son dos cosas por entero diferentes, vida-muerte-vida, muerte-vida-muerte. Axiomas binarios, puramente lógicos y matemáticos, sinapsis, fisiología, biopoder.

Hacerme conciente es saberme en un cráneo vacío, con un órgano imperceptible, no veo ni siento ni escucho ni huelo ni saboreo mi cerebro, el cerebro funciona, entonces tengo sentidos, luego el cerebro procesa lo percibido y yo creo que pienso.

¿Pero qué pienso? La existencia misma del organismo de lo viviente, mi organismo en otros, con otros, como totalidad, como giro de perspectiva, de la mia hacia lo absoluto, sin trascendencia, pura inmanencia de la naturaleza. Lo inerte, se me aparece entonces como materia que puedo transformar y me acerco al acto de creación, al instante en donde de la mínima diferencia se separan infinitamente devolviéndole a cada cosa del mundo su íntima singularidad.

El sexo es la reflexión sobre la sensualidad, sobre la afinación de nuestras extensiones sensibles disueltas en el mundo natural. El mundo artificial nos separa de nuestra sensibilidad, así que no es hasta el momento del orgasmo en el que nos encontramos suspendidos en la nada, en donde el pensar no es nada más que un ejercicio libre del control que tenemos sobre nuestro propio Órgano Paralítico, el Motor Inmóvil, el Cerebro.

Cada paso un impulso, cada vez que leo, otro impulso, cada vez que beso, un impulso, cada vez que lloro, otro impulso, 2 + 2 = 4, impulso. Detrás de todo está el Gran Impulso, el pensamiento libre desde el cerebro. La mentalidad es una ilusión plástica, por mente entiendo imaginería, potencia imaginaria, nunca libre, ataviada de arquetipos y estructuras, pero siempre errante y salvaje, tan cruda como romántica, tan tensa como relajante. El cerebro es pura abstracción matemática, lógica. La mente es un artefacto conceptual de referencia al origen de lo Real.

Bienvenidos al desierto de lo Real, en donde la carne hace acrobacias alrededor del cuerpo, en donde el pensamiento es energía para la transformación de la materia. Esto es ciencia y arte a la vez, nunca más dicotómicas o contrapuestas. Arte de la ciencia, el cerebro como órgano pensante, sin mente. Ciencia del arte, el cerebro como materia transformable mediante su propia energía: el pensamiento.

Siento dicha al leer su diálogo, al cual con toda sinceridad me uno sin imposiciones ni afiliaciones, tan sólo con la voluntad de hablar en nombre propio y compartir mi experiencia al pensar y re-pensar. No digo ni contradigo, adjunto y suturo palabras al índice fenoménico que aqui han establecido, ¡a la caza del noúmeno en la brecha de lo inflexible!

Un saludo cordial a quienes han participado.

erico el rojo
09/08/2009, 04:02
acaso no es la muerte la confirmacion de la vida?
' acaso no se muere un poco cada dia? y acaso no es la muerte el gran problema sin solucion que nos aqueja desde el primer dia?
Se valoraria tanto la vida si no existiera la muerte?
seria tan real la nada si no imaginaramos nuestra propia muerte? acaso es el hombre el unico animal que se lamenta su propia finitud?
y por si todo esto fuera poco esta el problema del alma eterna.

Eduardo Coli
09/08/2009, 16:44
Estimados amigos; Beckett, y erico el rojo, de más esta agradecer la participación, tanto sea en la concordancia, como en la discrepancia, que en lo que me es personal establecen una forma muy preciada de interacción con sus posiciones y aportes.

Mi andrajosa retórica, retorcida, a veces decae y se enferma en su propio ensimismamiento, seguro de esto, apuesto al dialogo y el intercambio de las construcciones interpretativas de la complejidad que nos atañe, un abrazo.

Aprovecho la oportunidad para seguir aportando otras construcciones sobre el tema.


Nuestra mente, supuestamente desde mis especulaciones se me presenta como un estado dinámico totalmente intangible, es capaz de crear, recrear y sostener cosas, desde el punto de vista de nuestra manifestación y latido, cosas trascendentales, ideas, pensamientos materializados y articulados, en lo sustancial y tangible, como contenido, que no se degradan, ni disuelven, como el azúcar, la sal, en el ser y la incorporación de la vida de los otros, por el lenguaje, contenidos y formas, creaciones y construccionescomo conocimientos y procesos operativos, de aquí trascendentales, por su no biodegradación, que se pueden transferir, traspasar a otros, contaminar y depositar en otros, en la mente y la acción de los otros, como la carga simbolizante de los contenidos y las forma, los valores y anti- valores de la cultura. El peso y la utilización política del lenguaje, otra de las tantas construcciones, he instrumentos operativos, de trascendencia de las intenciones y los deseos de un mundo, una civilización, por ejemplo entre otros, creados y desarrolladas, esgrimidos y empleados por la mente –el cerebro, como poder de incidencia en los otros, no tiene parangones, de aquí que sea capaz de manejar operar interferí en la realidad del noúmeno.


De aquí lo de la organización y construcción y caracterización manifestación operativa productiva de nuestra mente, de nuestra trascendencia mental, en constársete con todos esos otros conocimientos , organizados en esqueleto, músculos y tendones, con dientes y mandíbulas para incorpora el universo en sus formas y manifestaciones, que difiere totalmente como forma, de incorporación y reconstrucción de nuestro tocar y sentir, como majestuosa modalidad de organización manifestación sensible, biodegradable, tornasolada, inasible he indeterminable por su danza movimientos, de esa otra forma de conocimientos y organizados, inherente a nuestros estados y contenidos mentales,

Pero no todas son pálidas en relación a lo mental, ya que considero que lo que posibilita la evolución de la gracia y maravilla de nuestra singularidad sensible, como lo tangible del ser y fenómeno de nuestro cuerpos, es un supuesto campo, una supuesta cobertura, de la substancialidad intangible como dinámica del movimiento de lo mental. Lo mental desde mis suposiciones y especulación cubre, abriga, protege, impide, la desintegración y desorganización de lo orgánico, permitiendo el suceso de su organización. Es una frontera invisible que subdivide al fenómeno y suceso del universo, del universo que sustentamos hacia dentro, como la manifestación y organización de nuestros cuerpos.

En mis teorización especulativas (desde una supuesta afiliación a una seudo filosofía marginal) en procura de la comprensión de nuestra compleja realidad, establezco la posibilidad de que nuestra mente nos mantiene, parcial y relativamente aislados, confinados, en un campo medio espacial y especial de nuestra organización biológica, a nuestro cerebro-organismo de la totalidad, o que la compleja posición del observador resultan de esta separación parcial, establecida, lograda, por la interacción de la mente.

Por otro lado especulo que es el movimiento de la dinámica de la mente, que intuyo que es capaz de moverse a una velocidad mayor que la de la luz, la que es la responsable de la complejidad de tal cosa, fenómeno de separación, relativa fragmentación, (descomposición y recomposición como organización y desorganización de la complejidad evolutiva de las singularidades vivientes) de la realidad. Organización mentalmente confinada, o ilusoriamente fragmentada, por su acción, movimiento, lo que permite arbitrariamente la organización y desorganización, circular, como la evolución y el desarrollo programado, (de alguna manera) de lo que se concibe como la manifestación y organización de la materia tangible.

Es la actividad mental en su dinámica, movimiento, circunválate la que supuestamente nos mantendría parcialmente asilados, como atados y confinados a nuestros peculiares espacios singulares, considerados como la esencia y el lugar del fenómeno de nuestro ser, ver , sentir y observar, donde tiene lugar nuestra experiencia.

Encerrados en esta relativa y muy peculiar construcción cósmica, como la potencialidad larvaria en su envoltorio. Supuestamente en espera de ciertos progresos de maduración operativa.

Siguiendo mis especulaciones abría una posibilidad de operar abrir o romper desde dentro, estos parciales estados, complejos campos dinámicos, permitiéndonos las posibilidades de otros mundos y realidades. Como viajar caer hacia los orígenes mismos del universo, y muy probablemente volver de allí.

Es evidente que deseo y necesito una interacción fuerte con otros, para avanzar en este supuesto progreso de las posibilidades organizativas y operacionales de la mente.

Esta muy interesante, desde mi operar, el enfoque y la problematización teórica especulativa de todo esto compartible o no, el problema del movimiento, la indefinición de algo, en cuanto a tener que movernos sobre una idea, para recién entonces ser alguien, la idea en este caso es lo permanente, ay que en todo caso, incorporar una idea de algo, la posesión, del deseo, de ser algo y alguien, en este gran escenario, contexto mental, de las grandes ideas y construcciones de la historia, denominado como la sociedad, para ser alguien aquí y para tal mundo.

Tal necesidad o exigencia por parte de las necesidades del orden y la organización social, nos exige la aplicación, la inversión de nuestro movimiento, el sacrificio de la inexistencia, la indeterminación, como renuncia ( por angustia , por necesidad, por miedo etc.) o escape a ella, a la indeterminación y la inexistencia inasible del movimiento, para producir por la rotación, la inversión del movimiento mental en torno a ella, a un deseo , a una idea, una realidad perceptible, también idealizada, es decir dominada por las grandes ideas los grandes contextos, medios y construcciones de la mente, realidades y mundos que se sostienen y reproducen por virtud del movimiento indefinible, he indeterminable de miles que quieren ser, o tiene y sienten una fuerte necesidad de ser alguien.

Podríamos augurar que nuestra identidad se forma y sostiene por el movimiento que se invierte como vitalidad en torno al deseo, a la idea, el objeto, que puede ser construido, creado, concebido, materializado y representado por nuestra mente y creatividad, tanto como tomado, elegido, adquirido, o exigido, impuesto por las condiciones y exigencias, como apremios del demandante medio social, en lo que me es personal tiendo a identificarme con el movimiento que representa la esencia y la imposibilidad de la definición de algo o alguien.

El filósofo, es alguien que pude prescindir de la realidad construida, de la idealización del mundo autorizado, de la verdad consolidada, de la estructuración y organización de todo un mundo, un universo mental, puede moverse, operar al margen, como trascender, las construcciones, idealizaciones, sostenidas por la comunidad, la humanidad, protagonizadas por la civilización, puede establecer y dar con otras construcciones, idealizaciones, etc. en virtud de poder romper con la circularidad de su movimiento.

Beckett
13/08/2009, 01:41
El filósofo, es alguien que pude prescindir de la realidad construida, de la idealización del mundo autorizado, de la verdad consolidada, de la estructuración y organización de todo un mundo, un universo mental, puede moverse, operar al margen, como trascender, las construcciones, idealizaciones, sostenidas por la comunidad, la humanidad, protagonizadas por la civilización, puede establecer y dar con otras construcciones, idealizaciones, etc. en virtud de poder romper con la circularidad de su movimiento.

A pesar de que digo y sostengo no-mente, es cerebro, entiendo tus figuras, que transcriben el intuicionismo tal cual debe de ser. ¿Andas en ese devenir caballo, devenir mujer, devenir loco, devenir brujo, devenir silla, devenir color, devenir temblor, devenir etcétera, para pensar lo que alcanzas a imaginar? ¿o no?

Si tu filosofar fuera sólo poesía, no habría filósofo que no intuyera como tú, luego, todo poeta tiene algo de filósofo y el filósofo puede ser poético.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/08/2009, 05:28
A pesar de que digo y sostengo no-mente, es cerebro

¿No digo exactamente lo contrario?.

Beckett
29/08/2009, 14:27
¿No digo exactamente lo contrario?.

Es lo que indago, sin más.

¿Cuál mente?

Para mí es una metáfora que representa los procesos cerebrales de una forma en que podamos figurarles funcionando como parte de un órgano maquínico. Son movimientos de translación entre la vida orgánica y la vida que se percibe a sí misma.

Algo más concreto que la mente es la conciencia. Si han de existir ambas, entonces de la conciencia sé lo que es la mente, pues primero soy conciente de que vivo y de que viviendo puedo pensar, cerrando la brecha binaria entre vida y pensamiento, para que se vuelvan una sola cosa, y esta única cosa, dentro de los pliegues de lo que podríamos llamar "mente" es el pensamiento puro, pero sólo deconstruyendo la mente alcanzamos conciencia sobre lo pensado y así se puede hablar del libre-pensador, sin los atavíos de lo mental, como la sugestión o la alteración. Que no considero fenómenos de la conciencia, porque cuando esta es alterada cesa de estar-ahí. La conciencia es del instante, la mente más bien está en las múltiples perspectivas que nos arrojan los recuerdos.

Saludos.

Eduardo Coli
29/08/2009, 18:51
Es claro que aludimos a una supuesta realidad intangible, inaprensible, presuntamente que intento caracterizar como movimiento, de aquí que la entienda como un dinámico campo, en torno a toda forma de manifestación y diferenciación física material, que a mi entender permite la emergencia de una muy compleja realidad, como toda una serie de proceso y operaciones.

Así como la atmósfera y el espacio entrono al planeta, permite el transito y la sustentación de toda una increíble forma de realidad, información, universal, intangible inaprensible, que solo se puede materializar, manifestar, como corroborar através de la complejidad operativa estructural de lo tangible, por ejemplo de nuestro receptores, televisores, teléfonos celulares etc., nuestra mente representaría y permitiría este substrato campo de información y manifestaciones como de múltiples fenómenos.

Espacio campo específico, he inherentes a nuestros súper complejos cerebros estructurados de determinada manera, y de aquí que estos descodifiquen tanto como codifiquen, reteniendo, almacenando, capitalizando, reproduciendo etc., operando con tal capital, entorno a si, información procesos y conocimientos de vital importancia, no necesariamente concientes, pero que si se pueden hacer concientes a través de nuestra conciencia y proceso operativos evaluativos cerebrales.

Pero como nos estamos refiriendo a una supuesta realidad intangible, muy difícil de precisar, en sus dimensiones y supuesta complejidad organizativa, en este caso asociable y atribuible a un cuerpo, un individuo, pero que arriesgando bastante podríamos atribuir o hacer extensiva la naturaleza de tal cosa, supuesta mente, al cuerpo del planeta, y de ay quien sabe.

Lo que digo que sucede con los contenidos mentales es algo análogo, a lo que sucede con los contenidos, los productos, intenciones y objetivos universales, (culturales , históricos) que materializan, recepciona, reproducen nuestro televisor, análogo en lo tangible a la realidad material, de nuestros grandes cerebros., un cerebro con vida pero sin mente, es algo similar a un televisor encendido, sin la capacidad de recepcionar, producir, experimentar, vivenciar, ( la cultura, la historia etc.,) una realidad exterior, interiormente operada, producida, tanto como de conservar y reproducir algo, cosas y sucesos a experimentar como ya experimentados y vívidos, la mente sin cuerpo- cerebro es o seria algo universal, sin ninguna capacidad de manifestarse, es decir que necesita de la supere complejidad como del desarrollo y la evolución de lo singular, el cuerpo el cerebro, para que tal cosa universal, como informaciones y contenidos de toda índole trascendentales tenga posibilidades de emerger manifestarse.

Como se puede apreciar ay una mutua como una muy reciproca interdependencia entre el fenómeno singular y los fenómenos universales, que mutuamente se pueden ir enriqueciendo y potenciándose entre si. Lo universal solo puede hablar, ser, por lo singular, como viceversa. Como esto representa toda una hipótesis, una teoría, que creo que tiene increíbles y múltiples implicancias, y dada mis limitaciones de todo tipo, en el estudio, en el encare de tales cosas, solo me resta pedir paciencia, por el gran atrevimiento, y por la inevitable caída en múltiples errores, inertes a los derroteros de mi exploración.

Un abrazo.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
30/08/2009, 04:56
¿Cuál mente? Para mí es una metáfora que representa los procesos cerebrales de una forma en que podamos figurarles funcionando como parte de un órgano maquínico.

No soy mentalista, es decir, no digo “esta mente de cada cual”; eso es un margen de sexología privada en el que la mente es un onanismo confuso, su sexo informe. No abogo por una mente en lugar de cerebro. Mi postura es, más bien: no cerebro como la nueva mente.

El problema de la reducción objetiva de lo mental, en este caso a la actividad cerebral, es como aquello que hacía Ryle con las proposiciones mentales; era una crítica fértil e ingeniosa pero sin significado, esto es, insignificante. Su sofisma de hacer material, proposicional en la conducta, lo mental se reduce a un sustento de propiedad material en lugar de mental; sólo mueve los términos de sitio, pero a poco más. En efecto, se puede mostrar que cuando se piensa no es la mente la que piensa, pero lo que es indudable es el efecto de lo pensado; es lo que trasciende. Es extraño que Eccles argumentase contra Ryle, y que la crítica de la neurociencia descerebrada al dualismo sea una supuesta superación de lo mental en forma de actividad cerebral como el nuevo mentalismo. Antes, la mente era el en sí; y ahora es el cerebro ¡Se piensa el problema con los pies!. Usted lo ha dicho muy bien con "cráneo vacío, con un órgano imperceptible"; es decir, ni sólo mente ni sólo cerebro, sino lo otro, todo lo otro. Sólo lo otro es mucho, mucho más que sólo la mente o sólo el cerebro.

Un saludo

laura ascarza
30/08/2009, 12:21
Soy un alma reencarnada, más antigua que la filosofía misma, las discuciones me entretienen, pero, no me ocupan. Cerebro es sólo para mí un instrumento para manejarme en este mundo caótico, un timón que no siempre funciona bien, al que la mente da órdenes casi siempre equivocadas porque están basadas en preconceptos, prejuicios, que son en definitiva como la niebla en el camino. ESTO ES LO DIVERTIDO DE VIVIR!!