prometeo9002
14/01/2009, 17:43
He venido desde fin de las entrañas
donde alguien quizo confiscarme las palabras,
quién pensó en atar las alas de mis dedos,
quién las acosadoras musas que de todos los aires se rebelan,
ya no se la ortografía de las víceras ni las agonías inconstantes de renombrados nombres,
ya las claves de todos los colores fueron robadas y preteridas
hubo sublimes aguilas mostrando las extrañas similitudes y más se hicieron grandes por la falta de mis líneas,
hubo espantos que rondaron y alegrías peregrinas porque el cielo de una vez sería pagado,
pero a vuelto la ceniza a ser ceniza y los puentes solo salvaron el miedo de los cobardes.
He venido a gritar en otra clave los designios que jugaron en mi cuna
la sangre bendita de mi madre y ese amor despiadado de mi padre que ronda las tertulias,
he venido a decir que si otra vez me encierran será para crecer,
como crecen los fantasmas que despiertan en las uñas del viento de cuaresma,
soy más fuerte que el desierto que no pudo conquistarme, soy más que la soledad de los pobres solos que figuran los cuerpos por falta de hilos para desterrar la voz,
el tatuaje de las dentelladas no dice la profundidad de la mordida
y para pintar las ternuras que le debo a tanta rabia
les regreso el fuego.
donde alguien quizo confiscarme las palabras,
quién pensó en atar las alas de mis dedos,
quién las acosadoras musas que de todos los aires se rebelan,
ya no se la ortografía de las víceras ni las agonías inconstantes de renombrados nombres,
ya las claves de todos los colores fueron robadas y preteridas
hubo sublimes aguilas mostrando las extrañas similitudes y más se hicieron grandes por la falta de mis líneas,
hubo espantos que rondaron y alegrías peregrinas porque el cielo de una vez sería pagado,
pero a vuelto la ceniza a ser ceniza y los puentes solo salvaron el miedo de los cobardes.
He venido a gritar en otra clave los designios que jugaron en mi cuna
la sangre bendita de mi madre y ese amor despiadado de mi padre que ronda las tertulias,
he venido a decir que si otra vez me encierran será para crecer,
como crecen los fantasmas que despiertan en las uñas del viento de cuaresma,
soy más fuerte que el desierto que no pudo conquistarme, soy más que la soledad de los pobres solos que figuran los cuerpos por falta de hilos para desterrar la voz,
el tatuaje de las dentelladas no dice la profundidad de la mordida
y para pintar las ternuras que le debo a tanta rabia
les regreso el fuego.