Mari Paz Pascual
11/01/2009, 08:47
Mucho se habla y se critica, es la ideología, el dogma que crea y arma a los que no son iguales, La riqueza como toda valoración depende de la posición que toma el juicio. Querer imponer que algo vale más que otro es negarse riqueza en vistas a la consolidación de pensamientos y su diversidad; la solidaridad entre las diferentes ciencias. Así la riqueza es un manantial de los distintos conocimientos.
Las diferentes posturas conviven entre ellas. No hay que pisotear al que no es igual, mejor decir pase Ud. Primero, el otro es muy amable ya le aguanto la puerta. .. Que dar con las puertas en las narices.
La Sociología es una ciencia multidisciplinar, con multiplicidad de enfoques o perspectivas así como escuelas esta característica singular, su idiosincrasia le ha llevado a realizar grandes esfuerzos para el reconocimiento como ciencia entre las demás ciencias sociales incluida su prima hermana la filosofía.
De aquí la necesidad en su día del uso del cientificismo y el empirismo para limitar los campos de acción que la filosofía quería para ella negando a la sociología. Fue en Francia en el siglo XIX después que Auguste Comte bautizara la nueva ciencia, aunque Saint-Simón ya había nombrado la fisiología social que debía convertirse en una “ciencia positiva “ consiguió E. Durkheim con “los hechos sociales “ y “ las reglas del Método Científico “ a partir de aquí la Sociología pudo andar entre las demás ciencias tratando sus objetos de estudio.
Así podemos leer cientificismo y positivismo en un mismo cielo, pero vamos a hacer matizaciones:
El cientificismo es aquel horizonte intelectual que pretende hacer pasar por conclusiones de la ciencia experimental elementos propios de una filosofía materialista. Es, pues, una manipulación ideológica de la ciencia por parte del materialismo, que es siempre una doctrina filosófica y no una conclusión extraible de los métodos de investigación científica.
Hablando de esta manipulación científica, Mariano Artigas ha declarado que: “Si un científico utiliza su ciencia arbitrariamente en función de sus preferencias ideológicas, además de faltar a la honradez, es responsable de engañar a su público en temas que tienen una notable importancia vital”
Se impone distinguir entre cientificismo y ciencia positiva experimental.
La ciencia positiva experimental se dedica al estudio de la realidad empírica mediante una metodología consistente en proponer hipótesis interpretativas y explicativas, cuya verdad o validez deben ser confirmadas o refutadas mediante la experimentación. Las hipótesis comprobadas experimentalmente se consideran verdaderas mientras no surjan anomalías o datos empíricos que no puedan explicarse satisfactoriamente; o que, para mantener su validez, precisen de numerosas y complejas hipótesis ad hoc, cuya función consistiría en preservar o salvar a las hipótesis iniciales que se han visto comprometidas por la observación de nuevos fenómenos no explicables por el paradigma.
El cientificismo, por su parte, lo que suele hacer es intentar pasar por verdades científicas (es decir, comprobadas empíricamente o deducibles de conclusiones experimentales establecidas empíricamente) afirmaciones filosóficas asumidas de forma acrítica y enteramente a priorista. El dogmatismo del que hace gala el cientificismo, y con el que procede sistemáticamente, supone todo lo contrario de lo que, en teoría, representa la racionalidad científica: prudencia en la emisión de juicios; humildad epistemológica, o lo que es lo mismo: reconocimiento de los límites del saber científico; espíritu crítico, que impele a no aceptar como tesis firmemente establecidas lo que no pasa de ser hipótesis o conjeturas, por muy sugerentes que puedan ser; y mentalidad analítica y antidogmática que lleva a una abertura y a un diálogo fecundo con otras disciplinas del saber humano.
Las diferentes posturas conviven entre ellas. No hay que pisotear al que no es igual, mejor decir pase Ud. Primero, el otro es muy amable ya le aguanto la puerta. .. Que dar con las puertas en las narices.
La Sociología es una ciencia multidisciplinar, con multiplicidad de enfoques o perspectivas así como escuelas esta característica singular, su idiosincrasia le ha llevado a realizar grandes esfuerzos para el reconocimiento como ciencia entre las demás ciencias sociales incluida su prima hermana la filosofía.
De aquí la necesidad en su día del uso del cientificismo y el empirismo para limitar los campos de acción que la filosofía quería para ella negando a la sociología. Fue en Francia en el siglo XIX después que Auguste Comte bautizara la nueva ciencia, aunque Saint-Simón ya había nombrado la fisiología social que debía convertirse en una “ciencia positiva “ consiguió E. Durkheim con “los hechos sociales “ y “ las reglas del Método Científico “ a partir de aquí la Sociología pudo andar entre las demás ciencias tratando sus objetos de estudio.
Así podemos leer cientificismo y positivismo en un mismo cielo, pero vamos a hacer matizaciones:
El cientificismo es aquel horizonte intelectual que pretende hacer pasar por conclusiones de la ciencia experimental elementos propios de una filosofía materialista. Es, pues, una manipulación ideológica de la ciencia por parte del materialismo, que es siempre una doctrina filosófica y no una conclusión extraible de los métodos de investigación científica.
Hablando de esta manipulación científica, Mariano Artigas ha declarado que: “Si un científico utiliza su ciencia arbitrariamente en función de sus preferencias ideológicas, además de faltar a la honradez, es responsable de engañar a su público en temas que tienen una notable importancia vital”
Se impone distinguir entre cientificismo y ciencia positiva experimental.
La ciencia positiva experimental se dedica al estudio de la realidad empírica mediante una metodología consistente en proponer hipótesis interpretativas y explicativas, cuya verdad o validez deben ser confirmadas o refutadas mediante la experimentación. Las hipótesis comprobadas experimentalmente se consideran verdaderas mientras no surjan anomalías o datos empíricos que no puedan explicarse satisfactoriamente; o que, para mantener su validez, precisen de numerosas y complejas hipótesis ad hoc, cuya función consistiría en preservar o salvar a las hipótesis iniciales que se han visto comprometidas por la observación de nuevos fenómenos no explicables por el paradigma.
El cientificismo, por su parte, lo que suele hacer es intentar pasar por verdades científicas (es decir, comprobadas empíricamente o deducibles de conclusiones experimentales establecidas empíricamente) afirmaciones filosóficas asumidas de forma acrítica y enteramente a priorista. El dogmatismo del que hace gala el cientificismo, y con el que procede sistemáticamente, supone todo lo contrario de lo que, en teoría, representa la racionalidad científica: prudencia en la emisión de juicios; humildad epistemológica, o lo que es lo mismo: reconocimiento de los límites del saber científico; espíritu crítico, que impele a no aceptar como tesis firmemente establecidas lo que no pasa de ser hipótesis o conjeturas, por muy sugerentes que puedan ser; y mentalidad analítica y antidogmática que lleva a una abertura y a un diálogo fecundo con otras disciplinas del saber humano.