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Eduardo Coli
26/11/2008, 21:30
Desde la ciencia...
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Desde la ciencia, el conocimiento, la sociedad , la cultura, la historia dominante triunfal ; el hombre de carne y hueso es un elemento mas, una rama mas, del objeto de estudio e indagación, especialización, exploración, explotación.

Desde el hombre, desde la vida-muerte, el horror ,la miseria ¿ que es la ciencia, el conocimiento-saber, la sociedad, la cultura, la historia, constituida, formada ?. Que nos menta, analiza, juzga, cataloga, secciona, gobierna, imparte, normas ,leyes, formas, pautas de comportamiento, a través de nombres y valores, distintos. A través de una multitud de rangos signos, cifras y conceptos.

La inteligencia humana, como poder ; esta representada, autorizada, reproducida, implementada, alimentada, por los expertos, los doctores ,los licenciados ,los grados cuatro y cinco, los elegidos ,los magistrados, los presidentes, los representantes de la palabra y la lengua.
Que es el elemento, la afilada herramienta, con la que se marcan forman . A través y con la fuerza de la cual, se domina y estructuran las organizaciones, y los organismos. Las estructuras del poder, desde los que se imparten, se impone, el orden y la estabilidad, la justicia el deber, la configuración, legislación necesaria, que rige a la sociedad y a la cultura que nos domina. Que nos distingue, divide, mantiene ,mueve, arrastra, deforma, desplaza, muele, licua, mientras de alguna forma nos cría , alimenta nos domina empobrece.
La vida-muerte, como inteligencia e integridad, como capacidad operativa y productiva, no se toma en cuenta ,es algo inexistente e incomprensible en si, por lo tanto carente de valor, de autoridad , poder ( aparentemente ).

Desde la vida-muerte, no se representa ninguna inteligencia, a ningún poder, como espermatozoide, como hambre, nudos en la garganta, desde dos piernas, dos manos, nadie habla, representa a la inteligencia, al amor viviente, o fenómeno, en su gracia y libertad.

Desde el llanto, los mocos, las moscas y los perros, nadie se especializa, se doctora, en el arte, imprescindible apremio, de esta facultad, de resistir en silencio, a través del cuerpo, sin palabras.

Nadie da una conferencia, ni recibe un premio, ni legisla, ni se impone sobre los demás, por sobrevivir a los cartones, al barro, a las chapas, a los inviernos, a los veranos. A la miseria y sus falacias, a sus alucinaciones y infecciones.

Para hablar de la vida-muerte, hay que estar y hablar desde fuera de la vida-muerte, sobre la estabilidad y existencia histórica, ajena, enajenante, que impone y lapida, niega a la misma vida-muerte.

Hay que tener honores, títulos, propiedades, de la fuerza y el poder, doctorados, facultades, determinaciones de la inteligencia, la cultura dominante. Que no se corroan, ni identifiquen, amalgamen con las desgracias, la basura y la contaminación, que no se disuelvan en la nada. Donde naufragan, se pierden, se hunden y pudren, tantos respiros, tanto y tantos conceptos vivos, sensibles, discriminados por su inestabilidad vulnerabilidad.

Para hablar de la miseria con propiedad, hay que hablar desde fuera, desde lejos de los baldíos.
La inteligencia, el poder y el conocimiento-saber constituidos y reconocidos no duerme no se revuelca acurruca entre trapos y bolsas no mastica pan viejo, ni recibe trompadas, ni aspira pegamento, ni patadas en el ****, cuando de la calle, no se traen monedas.
Aunque para su constitución; la inteligencia ,el poder, el progreso, el conocimiento-saber, dominante, se allá valido, tanto como se nutre y alimente, de la sangre y la carne humana, que menosprecia castiga, tortura y consume.

La inteligencia y el poder , acumulado, sostenido, capitalizado por la cultura, la historia domínate, como la autoridad suprema, podrá abandonar, burlar, la vida-muerte.
Constituirse por si sola como algo muy digno, representante, independiente autosuficiente, purificada y liberada definitivamente de las impurezas imperfecciones de la carne y la sangre, de la vida-muerte, de la vulnerabilidad, sensibilidad , en si misma.
Pero la vida-muerte, la sensibilidad inteligencia viviente, que no se niega a si mima, que se reconoce en el barro y el dolor, en el juego y la riza, en la cúpula desbordada de conocimientos-acontecimientos, no abandona el llanto, ni a los expulsado de la tierra, a los privados en vida, de la vida-muerte.