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ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
18/11/2008, 10:08
Seguimos retrasando los temas, y ahora se quiere hacer de la filosofía fisiología. Creo que sería mejor pensar por qué digo las cosas que digo, con qué especulo y con qué no; es por lo que llamé a las reflexiones sobre neurociencia descerebradas, porque tienen cerebro y no reflexión, están secas. Si Korzybski decía que el mapa no es el territorio ahora decimos que las resonancias no son el cerebro y, menos, lo que contiene.

El efecto del cerebro es su orden primario, primero, donde se producen las cosas, que sólo quien no se entera se atreve a simplificar. ¿Y todo el resto de cosas dadas de suyo con anterioridad y las que la física moderna ha implicado –bien exocerebro, bien mecánica cuántica-? ¿el cerebro es sólo el cerebro?. Existe un orden superior fruto de la actividad del cerebro –si es que seguimos anclados en la ******** causalidad- que es el que se posibilita a la conciencia; es decir, engloba su mismo efecto, la intencionalidad que dirige y de la que simultáneamente tiene conciencia –ésto, parece, si no falso, al menos, claramente problemático, como se puede ver con facilidad desde mis interpretaciones de las síntesis de la conciencia o mis menciones a Pockett, Libet y Pribram, que es lo que debieran problematizar quines quieren estorbar-.

Los márgenes de inmediación y mediación se caracterizan en lo que nos respecta por tres cosas: la inmediación es objeto de la voluntad –el cuerpo no tiene conciencia-, la mediación se produce desde su conciencia -la conciencia en fenomenología es algo necesario y lógico- y todo ello es un recreo de retraso y anticipación –las redes sinápticas se ajustan en su inmediación hasta que ésta no es necesaria pues la esperan o, si lo prefieren así, son objeto de su expectativa-.

La problematización de la temporalidad de la conciencia ha hecho que la neurociencia determine su temporalidad en función de su respuesta motora y afectiva. La motora se predispone a la acción y la afectiva inmediatiza su noción general. Cuando volvamos a revisar el ridículo orden de Spinoza veremos que los grados de las afecciones se darán no en función de su inmediación sino que implican a la mediación, la revolución de la conciencia y la posibilidad de la emergencia del conocimiento.