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Ver la versión completa : Límites de la sociología del conocimiento



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/11/2008, 06:54
En días pasados comentamos la relevancia de algunas de las ideas de las personas de verdad y su relación con la verdad de la ciencia. El cientificismo en su típica inclinación da por supuesto que todo el mundo es su mundo y que su verdad es la que interesa a todo el mundo. Desde lo que llamaremos sociología del conocimiento hemos de decir que si bien la verdad de la ciencia sí tiene cierto lugar en la ideología social es claramente falso que ello sea su totalidad, que, más bien, es la sociología de la ciencia. No obstante, siempre podremos encontrar casos sin interés sociológico pero que nos ayuden a aclarar la distinción entre realidad sociológica y casuística.

Las ideas típicas que conforman la ideología social atienden sociológicamente a lo que en ellas hay de generalidad o carácter significativo y sobresaliente. No es interesante sociológicamente un desarrollo matemático que sólo entiende un experto o un interesante y novedoso descubrimiento antropológico; lo que sobresale sociológicamente son las ideas que circulan en el cauce social. De ese modo, puede ser mucho más interesante para un adolescente el mundo de los videojuegos que el cogito cartesiano, o para un abogado las modificaciones de leyes que la teoría de la relatividad de Einstein.

El problema de las ideologías en sentido sociológico se puede ubicar con cierta facilidad desde escritos de Marx y Engels. A pesar de que su sociología era básicamente una sociología del conflicto, no toda sociología considera tal como su elemento fundamental, de manera que el carácter ideológico no siempre atiende a objetos conflictivos. Como se puede comprobar desde Weber, la ideología reside en una cuestión ética, de predisposición típico-ideal. Parte de sus mayores méritos consistieron en hacer tomar conciencia a la reflexión sociológica de la dependencia del proceso de conformación social. La cuestión de los objetos que servían de molde a tal conformación era su modelo de traducción, el ajuste y ubicación del ejercicio su trascendencia, su modelo de aplicación.

El patrón de idealización social de sus objetos atiende a la aplicación dada a ellos y no a su expectativa de relación con su verdad; es decir, su aplicación estará mucho más relacionada con su universo de posibilidad que con el criterio estricto que unos expertos aconsejen. La sociedad, podremos decir, es creadora de sus propias pautas y elecciones. La expectativa de racionalidad está basada en una esperanza de ajuste a su proposición más que en una conclusión real. El cambio social, uno de los asuntos de mayor importancia para el sociólogo, tiene continuas situaciones que lo urgen a desmitificar la limitación de la metodología racional por su evidente falsedad.

A pesar de que sí tenemos cierta racionalidad y cálculo de fines en nuestro universo social olvidamos con facilidad que confundimos definir el objeto con el objeto que toma la definición. La sociedad pasa por fases de cierta estabilidad donde sus miembros son menos conflictivos, y otras donde el conflicto es su paradigma. Al ser el objeto de la sociología sus problemas y no lo que definen otros por tales, la confusión que antes hemos citado, el mecanismo que se tome como solución será dependiente del mismo proceso de aplicación de donde surgió. Así, los objetos sociales, al conocimiento, son sus propias referencias, en lo que la sociedad despliega su universo de definición de intencionalidades. Puede ser que la admiración por la cultura humanística en una sociedad ceda por el peso que cobre una científico-técnica, o que se vuelva a invertir el proceso por una modificación de los valores asignados. Estos valores son los que no tienen unas categorías a priori que nos indiquen cuál es el lenguaje necesariamente mejor. Algunos pensadores tramposos han conseguido algún éxito en este sentido, pero, por sus propios términos, la sociología el conocimiento no tiene un cauce definido más allá del que sea el social. No caigamos, de nuevo, en la confusión de la definición del objeto; eso no es más que un ingenuo finalismo que exhibe nuestra intención.

La limitación discursiva de todo proceso y su falta de rigurosa necesidad no es lo mismo que la bondad de su propuesta. Habremos de decir, más bien, que es un asunto que debemos, en este sentido, a su justificación social y no a su criterio definido de verdad.

Serg
16/11/2008, 17:05
El patrón de idealización social de sus objetos atiende a la aplicación dada a ellos y no a su expectativa de relación con su verdad

A pesar de que sí tenemos cierta racionalidad y cálculo de fines en nuestro universo social olvidamos con facilidad que confundimos definir el objeto con el objeto que toma la definición.


muy bien planteado. Me pregunto por otra parte, que sera de la vida de la sociologia del conocimiento de aca a varias decadas o siglos. Me parece, que no le augura un futuro esclarecedor, entre tanto cazador-zafari que por aca hace alardes de cazarlo todo, teniendo sin consideracion su miopia.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/11/2008, 05:35
La labor esclarecedora, que siempre ha sido muy filosófica, no se presta a su perversión, es decir, no es esclarecer ser miope. Quien olvida la filosofía se encierra no para volverse ético, creativo y trascendental, sino, simplemente, grosero. No es casual esta cita de Berger y Luckmann: “en cuanto que ha existido una fuerte tendencia para que este problema -todas las cuestiones que involucra- se vuelva trivial en la filosofía contemporánea, el sociólogo tal vez resulte ser, para sorpresa suya, el heredero de cuestiones filosóficas que a los filósofos profesionales ya no les interesa considerar” (Berger y Luckmann, La construcción social de la realidad, pg. 232). A pesar de que en sociología de la ciencia sí toman en cuenta la ciencia y su relación social, con un interés didáctico que presupone ese mismo interés, quieren enganchar a toda costa esa pesadez de su teoría incondicional sobre la verdad. Usted solicitó, no a mí, que se respondiese a pegas de Fayerabend, pero para ello hay que hacer algo más que cacarear. Por supuesto que las hay, de ese ejercicio se saca algo, de hacer del desacuerdo un apoyo. De hecho, la sutileza en el ejercicio de la contradicción, afinar la sensibilidad para ver procesos dialécticos, era una de las admiraciones de Fayerabend por Hegel. En torno a Fayerabend, cuando hablo de las personas de verdad es un homenaje que hago a su “las personas de verdad son las que hacen el amor”, cruel crítica a la burocracia popperiana al servicio de la ciencia.

Y como este es el foro de sociología, vamos a dirigirnos a sus urgencias. La sociología del conocimiento empezó siendo muy ideológica por la influencia tan exagerada de la izquierda hegeliana y el sentido tan holista de su “visión del mundo”. No olvidemos, no obstante, que debemos atascar y retrasar nuestra reflexión por un aspecto importante: Marx no tiene interés en sociología. Imagine usted quién va diciendo esas cosas por aquí y quién le avisó de que se insistiría en la defensa de su interés, que en su lógica de la verdad se concluyó con que yo era marxista.

Cierta recomposición, como un detalle de las pautas de configuración de las ideas, una racionalidad no totalitaria, se hace sociológicamente no dogmática, más bien, orientada sociológicamente (¡no es la definición por principio sino qué define!). Este enfoque que yo defiendo desde Simmel, Weber o, más moralmente, Durkheim, aún así, se me ha tachado por tomar filósofos ancestrales. Y mire usted quién defiende la incondicionalidad de la verdad y las leyes, quien, personalizando su discurso y exigiéndose en su verdad, se encierra en su ontología regional disfrazándola de universal, en los términos que usted usa, o la falta de urgencia y conciencia, en los míos.

El universo de ontologías universales no es el mismo que el de las regionales, pero en cualquier caso, una ontología es un supuesto contra la creación. Se dice del ser lo que es y se nubla su discernimiento. ¿Recuerda el mito del marco común?. Pues Popper, racionalista y seguidor de la primacía del sentido, lo ponía en duda al no estar dado a priori, era una responsabilidad de crear. Su qué pensar era creativo, no vago; experimentalmente no ad-hoc, sino crucial. No sé que Popper cuestionase el falso orden de Spinoza, pero, en los términos de cualquier auténtico filósofo, ningún conocimiento es suficiente o no está necesitado de algo más que lo vago.

Me surge ahora aquella discusión que tuvimos sobre Putnam y la problemática Popper-Kuhn. Putnam sabía la indeterminación de las ontologías, su carácter de distinción entre totalidad y parcialidad. Opino que la brillantez de Quine aligeró las ontologías al hacerlas un poco relativistas. Sí, ¿y qué?, ¿o es ahora el relativismo algo extra-discursivo?. Esto es de locos o ideología de miopes. El pragmatismo venía a hacerse cargo del posible delirio. Peirce limitó a Hegel en su desprecio por la ciencia, pero la no conciencia de la limitación la expuso claramente como una mala interpretación de la verdad de la ideología positivista. El cientificismo en su inhumanidad, estupidez y nihilismo, estorba en cualquier efecicio reflexivo, es decir, con una conciencia orientada a crear.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/11/2008, 05:39
Existe una cita de Shakespeare en la que deslegitima el poder crítico de lo colectivo en favor del conocimiento experto. Se refería al valor de una obra, que no debía ser entendido y diagnosticado por los que nada saben de ello. Decía que mil opiniones vulgares no tenían el más mínimo valor comparadas con una opinión con criterio.

El criterio de lo colectivo, las formas que toma, es sociología del conocimiento. No puede el sociólogo obviar las modas y los criterios superficiales por ser superficiales, pues éstos son no sólo claros lugares referenciales en ciertas situaciones, sino todos significativos. La sociedad tiene poder de significado por sí misma. La orientación al otro, entendida como solidaridad, es un efecto que se hace en su objeto causa; como ya dije, fin en sí mismo.

Con esto no queremos decir que toda sociología sea sociología del conocimiento. Sería una confusión tomarlo por tal, aun cuando gran parte de la legitimación de la sociología pueda ir por ahí, como yo creo que debiera ser. La sociología del conocimiento, como lo dice en su mismo nombre, hace referencia al conocimiento, y el conocimiento en cuanto es abstraído es cuestión fenomenológica. Se hace del objeto del conocimiento una posibilidad que podríamos decir se hace y deshace en él mismo. El conocimiento, pues, se hace objeto.

El gran Shakesperare mitificaba a los expertos del criterio como si fuesen seres alejados de la cotidianidad del gusto. En cierto sentido, el experto se profesionaliza y define su actividad por agrupamiento en un colectivo que lo protege en su gremio. Se ha de diferenciar, cosa muy distinta a elevar. El conocimiento no es superior por su juicio sobre el mismo, así es sólo distinto. Otra cuestión es la problematización de su ordenación. Si conozco bien la habilidad dramática de una obra, su originalidad, estructura y otra colección de detalles puede ser que mi juicio sea más sutil, que mis juicios no sólo se basen en mera cuestión de gusto y pueda argumentar con aquella colección de sutilezas. Pero, generalmente, esos juicios no son estados de gracia sino más bien debidos a un entrenamiento o costumbre que ha hecho posible su realización como virtud. Así la virtud se hace profesión no como posición ética, sino por su dependencia de lo acostumbrado de su trato y conocimiento. Como nos mostró Weber, la razón y el conocimiento no son fines en sí mismos. Lo contrario es, generalmente, su mera justificación, si no falsificación.

En sociología es fundamental la orientación significativa, lo que hace que algo no repose en el vacío, que no se crea propio. En sociología el significado está en su carácter de mediación social. Hay más cauces que el social, sin duda, pero no son entonces el cauce de la sociología, no son su caso.

Fue el mismo Weber quien problematizó fenomenológica e históricamente la acción social. La acción social es la orientación de la acción al sentido de otro, un sentido que debe ser socialmente significativo.

El conocimiento, en este sentido, no es una excepción, sino, más bien, el soporte de su conformación

Pompilio Zigrino
17/11/2008, 19:45
¿ Porqué será que la casi totalidad de los libros de Sociología, y de otras Ciencias Sociales, asumen desde un principio que la Sociología trata de ser científica, y se quejan si no la consideran tal ?

Porque el "cientificismo" busca la verdad, porque existe un progreso evidente, si bien todavía quedan resabios de especulaciones sin sentido ni final, que no llevan a nadie a ninguna parte....

Es lo mismo que preguntarse porqué los chinos han adoptado la economía de mercado......Tiene sus defectos y limitaciones, pero no quieren volver a lo otro.

El "cientificismo", con sus defectos, se basa en conceptos objetivos, y no en palabrerío que sólo sirve para que algunos se entretengan creyéndose estar en la cima del conocimiento (incluso hasta dicen que ellos han de "dirigir a la ciencia", que la ciencia sin la "filosofía especulativa" es ciega......).

Si la sociología no avanza aún más, es porque todavía no adoptó el espíritu de la ciencia, que es el espíritu de la verdad (La verdad de todos)

Mari Paz Pascual
17/11/2008, 19:52
Los esfuerzos por sobreponer las orientaciones científicas y humanísticas llevan a confundir lo complejo de la Teoría Sociológica con su historia que son dos cosas distintas.

Se estudian los procesos sociales, sus transformaciones esto es una realidad objetiva y una realidad aparente a la vez es decir, aquellos aspectos que forman parte de la realidad pero como tal no lo es, solo en su forma; no olvidemos que la sociología del conocimiento es la ciencia de la ciencia por tanto de sus necesidades encontramos otras vertientes en los análisis, con otras posibilidades que le caracterizan.

En principio habría que clarificar para mejor comprensión que a partir de los años sesenta con la revolución cognitiva (han habido muchas más a lo largo de la historia) la ciencia ha asumido sus implicaciones como en otras revoluciones y cambios científicos y que no por ello adquiera otra distinción. La sociología es una ciencia que usa sus propios metodos cientificos específicos y orientados a sus obejtos de estudio, lo social y la sociedad, estas herramientas no son un visturí o una probeta de laboratorio por decir algo, pero también se hacen raices cuadradas si se necesita. Creo es muy importante partir desde un principio para tener una buena orientación y no caer en confusiones en consideración a los que lo leen. Así la influencia de la cognición fue la idea de representación que nos plantea esa relación isomórfica entre grupos dicho de otra manera "entre lo representado y la representación" tal relación debe atender a unos enunciados de significado.

De lo social y lo social como proceso. En las ciencias sociales hay una dualidad derivada de las dos formas básicas de aproximación a la realidad, por tanto, hay dos realidades distintas. Para una los hechos sociales pueden ser reificados es decir, tratados como cosas y para la otra deben ser contemplados en su emergencia y dinamismo. Esta dualidad está presente en la historia de las ciencias y en su sistemática teórica. Así hay dos quehaceres paradigmáticos: la explicación que apunta hacia los resultados y la comprensión atiende a los procesos. Los tratamientos metodológicos y técnicos pués serán diferentes pero cada investigación requiere su exclusividad teórica-metodológica, una realidad es distinta y difiere de otra su transformación es única, entendemos las realidades, fenómenos, hechos, apariencias...en su contexto y en su época con sus influencias de las que son susceptibles tanto sujeto como objeto dentro del marco de lo que es real.

Creo muy importante esta aportación para poder distinguir el discurso en sus formas y posibilidades, y así poder hablar de fenomenología, significados, discurso, fenómenos semióticos..... pues posiblemente esa doble dimensión se mezcla en el discurso viendose otra personalidad y no lo social es evidente y su ciencia es un proceder teórico y práctico que desemboca en una única posiblidad.
En

Mari Paz Pascual
17/11/2008, 20:03
De lo social y lo social como proceso. En

No está claro, disculpen mi encrucijada con las teclas, quería decir:

De la sociedad y lo social como proceso.

Ahora si, saludos

Mari Paz Pascual
17/11/2008, 20:15
[B]
Me pregunto por otra parte, que sera de la vida de la sociologia del conocimiento de aca a varias decadas o siglos. Me parece, que no le augura un futuro esclarecedor, .

El futuro de la sociología está inserto en la construcción de la sociedad el mirar hacia delante.