Cochero
13/10/2008, 19:01
¿Dónde estás?
¿Dónde has muerto hermana del tiempo
y de melancolías?
De dormidos sueños amplificados
hasta el infinito
más tarde.
¿Con qué espantajos del destino
te marchaste a errar sin rumbos?
¿Y si fueron ellos los que te castigaron
de noche,
en aquellas oscuridades
sin permisos
de fugas?
Te has quedado descarnada y sin vestuarios,
deslucidos los ornamentos
y vencidos los pómulos de tanta bofeteada infundada
a menudo.
Te has marchitado como labranza de invierno
acorralada por cuervos zafrales
con graznidos aparatosos y trémulos,
chillidos pavorosos,
de retumbo
y tormenta.
Eras suave pequeña
flor del naranjo y azucenas.
Eras la emperatriz que surcaba mis caricias
del Mayo en calor de espera.
Eras frontera permanente y retiro periódico
de promesas
y viento,
vientos de rostros arrinconados por manitas
sin rumbo y juegos,
¡Ay! Juegos.
Inacabables.
¿Donde has aparcado dorado ángel soñador
y de mejores cabellos?
¿En qué metáfora desperdiciaste el beso
y donde has guardado tu sinuoso descanso?
Mágica reina de cuerpo danzante
y de miles de nostalgias
inequívocas
y suertes.
¡Niña! eras suave pequeña,
flor del naranjo y azucenas.
¿Con qué espantajos del destino
te marchaste
vagante
y eterna?
¿Dónde has muerto hermana del tiempo
y de melancolías?
De dormidos sueños amplificados
hasta el infinito
más tarde.
¿Con qué espantajos del destino
te marchaste a errar sin rumbos?
¿Y si fueron ellos los que te castigaron
de noche,
en aquellas oscuridades
sin permisos
de fugas?
Te has quedado descarnada y sin vestuarios,
deslucidos los ornamentos
y vencidos los pómulos de tanta bofeteada infundada
a menudo.
Te has marchitado como labranza de invierno
acorralada por cuervos zafrales
con graznidos aparatosos y trémulos,
chillidos pavorosos,
de retumbo
y tormenta.
Eras suave pequeña
flor del naranjo y azucenas.
Eras la emperatriz que surcaba mis caricias
del Mayo en calor de espera.
Eras frontera permanente y retiro periódico
de promesas
y viento,
vientos de rostros arrinconados por manitas
sin rumbo y juegos,
¡Ay! Juegos.
Inacabables.
¿Donde has aparcado dorado ángel soñador
y de mejores cabellos?
¿En qué metáfora desperdiciaste el beso
y donde has guardado tu sinuoso descanso?
Mágica reina de cuerpo danzante
y de miles de nostalgias
inequívocas
y suertes.
¡Niña! eras suave pequeña,
flor del naranjo y azucenas.
¿Con qué espantajos del destino
te marchaste
vagante
y eterna?