prometeo6002
01/10/2008, 11:30
Estoy esperando que el cielo me invite a descifrar
las nubes andarinas que hicieron de coche,
de pez, de barca y de papiro, ¡oh los textos!
las efímeras letras de la piel y las voces de la hierba,
y el coro de precipitadas sinfonías dactilares.
Estoy esperando el capricho adolorido de la espalda
y el cabello desordenado y frágil azotando el rostro
del mundo que me queda por los huesos,¡oh cenizas!
sagacidad de los volcanes y de las uñas ígneas
desbandando, ¡oh tatuajes! por los surcos de la pierna.
Tengo un hambre indomable y contenida
cual si fuera un delito orar porque las piedras se rebelen,
acaso gritar colores, y hacer luz y decir improperios
y abrazarlos, y creer en defectos, y criar ternura desde las palmas
y beber por las plantas para crecer en las virtudes
es motivo que obligue a prescindir de la buenaventura del rocío.
Estoy esperando, y de todas las virtudes de la espera
es la raíz la más urgente, por eso, cuando quiera florecer,
extenderé ramas, haré hojas y nervios y corteza y tronco
para transpirar, de la tierra al cielo, la savia del recuento.
las nubes andarinas que hicieron de coche,
de pez, de barca y de papiro, ¡oh los textos!
las efímeras letras de la piel y las voces de la hierba,
y el coro de precipitadas sinfonías dactilares.
Estoy esperando el capricho adolorido de la espalda
y el cabello desordenado y frágil azotando el rostro
del mundo que me queda por los huesos,¡oh cenizas!
sagacidad de los volcanes y de las uñas ígneas
desbandando, ¡oh tatuajes! por los surcos de la pierna.
Tengo un hambre indomable y contenida
cual si fuera un delito orar porque las piedras se rebelen,
acaso gritar colores, y hacer luz y decir improperios
y abrazarlos, y creer en defectos, y criar ternura desde las palmas
y beber por las plantas para crecer en las virtudes
es motivo que obligue a prescindir de la buenaventura del rocío.
Estoy esperando, y de todas las virtudes de la espera
es la raíz la más urgente, por eso, cuando quiera florecer,
extenderé ramas, haré hojas y nervios y corteza y tronco
para transpirar, de la tierra al cielo, la savia del recuento.