dragonfly
24/09/2008, 01:39
Es del gusto de casi la mayoría... sirve para acompañar casi cualquier cosa... para una cena, para una charla amena, para un asado en familia... para... casi cualquier cosa jeje.
Es una tradición del viejo continente, especialmente de los países de la cuenca Mediterránea. No obstante, tal vez por aquello de las tradiciones o las delicias traídas por sus habitantes a nuestro continente, cada vez más, vemos producciones de excelentes vinos en este lado del océano y su consumo es cada vez más usual.
El hecho de que se produzca y se consuma el vino en estos lares es importante, si, pero su mayor placer se asienta en el conocimiento del mismo, en todo lo que éste nos proporciona.
Saber de qué uvas procede, de qué zona, de qué tipo de vino es... son datos que siempre nos van a aumentar su regocijo, pues la información es la que los diferencia a unos de otros.
No se trata sólo de beberlo, se trata de degustarlo, disfrutar su color, su aroma, su textura y por último su exquisito sabor en el paladar. Cada vez que lo tenemos en la mano podríamos consumirlo y ya, si, es cierto, pero la magia que lo envuelve, se estaría desperdiciando.
Debemos sacarnos de la mente que es algo difícil y sólo importante o permitido a los conocedores, es tan importante como conocer todos los detalles del auto nuevo que nos hemos de comprar... no me imagino a alguien comprando un auto simplemente porque se ve bonito o me dijeron que era potente... debemos siempre ir más allá... es un arte, un arte del que todos podemos y debemos tener conocimiento, cuando probamos un vino.
Degustar el vino es igual a cada vez que comemos algo... imaginemos un churrasco mariposa que pedimos a 3/4 de cocción (como realmente se debería comer, aunque el gusto es de cada quien, claro) Cuando nos lo ponen en frente, primero le observamos el color, si está muy cocido o poco cocido, si tiene el color que debe o si luce quemado, si se ve seco o jugoso, si el grosor es el que debe tener... paso seguido apreciamos el olor que nos hace la boca agua, y luego procedemos a probarlo... ahí se completa el deleite. Luego de probarlo sabemos si está duro o suave, si tiene la temperatura adecuada y allí procedemos de inmediato a comparar, si el que probamos en Argentina estaba mejor, o si es el mejor que nos hemos comido EVER jeje. Este es el proceso que llevamos a cabo siempre que comemos, aunque muchas veces, o para algunos, no se haga consciente... particularmente yo si, saboreo a pleno cada cosilla que como, porque me gusta degustar cada cosa que consumo.
De la misma forma debemos hacer con el vino, permitir que pase por todas las impresiones sensoriales, lo que a su vez nos permitirá con el tiempo conocer más acerca del mismo, haciéndolo cada vez más conciente y con mayor experticia, así se educa al paladar y al olfato... es sólo cuestión de probar, luego no dará marcha atrás, se lo aseguro. Además, de esta forma armamos una especie de "base de datos" mental, que nos servirá como referencia de cuál es el vino que más nos gusta, y de cuál es el que se prefiere para X ocasión.
El degustar un vino con todos los sentidos, es un agradecimiento a todos aquellos que dejan sus horas en la elaboración de los mismos al rededor del mundo... si educamos la forma de percibirlo, estaremos en el tiempo, con cada sorbo, viajando en pensamiento a la zona donde fue desarrollado... así como cuando leemos un buen libro... lo cual también podemos hacer con una aromática y suave copita de vino, por cierto.
El vino y su degustación ameritan amplitud mental, para poder entender la idea con la cual fue elaborado y procesado... así como cuando abrimos nuestra mente y nuestros sentidos a distintos tipos de lectura, porque en ambos procesos estamos aprendiendo.
Es su variedad, matices y características particulares, lo que hace de su entorno un mundo apasionante, en el que hay que ir profundizando con perfecta y delicada atención... permítase vivir la experiencia, es mágica.
Y salud!!! ;)
Es una tradición del viejo continente, especialmente de los países de la cuenca Mediterránea. No obstante, tal vez por aquello de las tradiciones o las delicias traídas por sus habitantes a nuestro continente, cada vez más, vemos producciones de excelentes vinos en este lado del océano y su consumo es cada vez más usual.
El hecho de que se produzca y se consuma el vino en estos lares es importante, si, pero su mayor placer se asienta en el conocimiento del mismo, en todo lo que éste nos proporciona.
Saber de qué uvas procede, de qué zona, de qué tipo de vino es... son datos que siempre nos van a aumentar su regocijo, pues la información es la que los diferencia a unos de otros.
No se trata sólo de beberlo, se trata de degustarlo, disfrutar su color, su aroma, su textura y por último su exquisito sabor en el paladar. Cada vez que lo tenemos en la mano podríamos consumirlo y ya, si, es cierto, pero la magia que lo envuelve, se estaría desperdiciando.
Debemos sacarnos de la mente que es algo difícil y sólo importante o permitido a los conocedores, es tan importante como conocer todos los detalles del auto nuevo que nos hemos de comprar... no me imagino a alguien comprando un auto simplemente porque se ve bonito o me dijeron que era potente... debemos siempre ir más allá... es un arte, un arte del que todos podemos y debemos tener conocimiento, cuando probamos un vino.
Degustar el vino es igual a cada vez que comemos algo... imaginemos un churrasco mariposa que pedimos a 3/4 de cocción (como realmente se debería comer, aunque el gusto es de cada quien, claro) Cuando nos lo ponen en frente, primero le observamos el color, si está muy cocido o poco cocido, si tiene el color que debe o si luce quemado, si se ve seco o jugoso, si el grosor es el que debe tener... paso seguido apreciamos el olor que nos hace la boca agua, y luego procedemos a probarlo... ahí se completa el deleite. Luego de probarlo sabemos si está duro o suave, si tiene la temperatura adecuada y allí procedemos de inmediato a comparar, si el que probamos en Argentina estaba mejor, o si es el mejor que nos hemos comido EVER jeje. Este es el proceso que llevamos a cabo siempre que comemos, aunque muchas veces, o para algunos, no se haga consciente... particularmente yo si, saboreo a pleno cada cosilla que como, porque me gusta degustar cada cosa que consumo.
De la misma forma debemos hacer con el vino, permitir que pase por todas las impresiones sensoriales, lo que a su vez nos permitirá con el tiempo conocer más acerca del mismo, haciéndolo cada vez más conciente y con mayor experticia, así se educa al paladar y al olfato... es sólo cuestión de probar, luego no dará marcha atrás, se lo aseguro. Además, de esta forma armamos una especie de "base de datos" mental, que nos servirá como referencia de cuál es el vino que más nos gusta, y de cuál es el que se prefiere para X ocasión.
El degustar un vino con todos los sentidos, es un agradecimiento a todos aquellos que dejan sus horas en la elaboración de los mismos al rededor del mundo... si educamos la forma de percibirlo, estaremos en el tiempo, con cada sorbo, viajando en pensamiento a la zona donde fue desarrollado... así como cuando leemos un buen libro... lo cual también podemos hacer con una aromática y suave copita de vino, por cierto.
El vino y su degustación ameritan amplitud mental, para poder entender la idea con la cual fue elaborado y procesado... así como cuando abrimos nuestra mente y nuestros sentidos a distintos tipos de lectura, porque en ambos procesos estamos aprendiendo.
Es su variedad, matices y características particulares, lo que hace de su entorno un mundo apasionante, en el que hay que ir profundizando con perfecta y delicada atención... permítase vivir la experiencia, es mágica.
Y salud!!! ;)