ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
07/08/2008, 05:40
La urgencia social no es una teoría que medie entre quien la mira y lo mirado. No hagamos de la filosofía una definición, sino una urgencia. La urgencia social es el problema positivo, original del que la sufre y en su conciencia tomamos como objeto. De ahí que la presente como positiva, moralmente orientada y no falsificada.
El hombre de ciencia con todo su derecho podrá presentar cuantas teorías quiera. Sólo se le pide que con su teoría no pretenda exigir la primacía del sentido, hacia sí mismo, sino tenga siempre en cuenta el objeto de la urgencia. Científicamente no es el sujeto, es el objeto. Nuestra responsabilidad con la urgencia será nuestro mérito, no que sea o no ciencia. Eso no le importa nada a la urgencia.
Llamo cientificistas a todos los irracionales que se entregan a la bondad de un método claramente admirable pero que perezosamente toman como prioridad. No es sino un momento, no el proceso. Esa inversión del sentido, de lo humano a lo abstracto, y su exigencia de primacía, conduce a una espantosa insuficiencia y al nihilismo.
El hombre de ciencia con todo su derecho podrá presentar cuantas teorías quiera. Sólo se le pide que con su teoría no pretenda exigir la primacía del sentido, hacia sí mismo, sino tenga siempre en cuenta el objeto de la urgencia. Científicamente no es el sujeto, es el objeto. Nuestra responsabilidad con la urgencia será nuestro mérito, no que sea o no ciencia. Eso no le importa nada a la urgencia.
Llamo cientificistas a todos los irracionales que se entregan a la bondad de un método claramente admirable pero que perezosamente toman como prioridad. No es sino un momento, no el proceso. Esa inversión del sentido, de lo humano a lo abstracto, y su exigencia de primacía, conduce a una espantosa insuficiencia y al nihilismo.