Umbras Monstrator
22/06/2008, 01:18
¡Oh! sabios, dejad que os robe un minuto,
para cubrir cada escondrijo de su alma,
el pobre de talento.
¡Oh! hermanos poetas, no os revolquéis
aún en vuestras tumbas:
Don José de Espronceda,
Dante Alighieri,
Gonzalo de Berceo;
que no duela Azorín
el atrevimiento de los indoctos.
¿Cabe en tal afrenta un poco de decencia?
¡Oh, musas!
perdonad la ofensa;
si bien es cierto
que no hay peor pecador que aquel
que lo hace a conciencia,
es sabido que ustedes habéis de ser, Dioses,
muy piadosos.
No serán alejandrinos los versos,
no será, quizás,
la métrica adecuada, pero
¿porqué os contentáis con la pobreza
del alma enajenada?
¡Qué crueldad!
¡Pobre hombre!
Habéis de saber que hace lo que puede.
Seamos ¡ea! pues
piadosos con el inculto,
batamos nuestras palmas
tal como desearía el esclavo Mercurio
al final de Anfitrión:
dejemos que crea en su corazón
que os ha conmovido.
para cubrir cada escondrijo de su alma,
el pobre de talento.
¡Oh! hermanos poetas, no os revolquéis
aún en vuestras tumbas:
Don José de Espronceda,
Dante Alighieri,
Gonzalo de Berceo;
que no duela Azorín
el atrevimiento de los indoctos.
¿Cabe en tal afrenta un poco de decencia?
¡Oh, musas!
perdonad la ofensa;
si bien es cierto
que no hay peor pecador que aquel
que lo hace a conciencia,
es sabido que ustedes habéis de ser, Dioses,
muy piadosos.
No serán alejandrinos los versos,
no será, quizás,
la métrica adecuada, pero
¿porqué os contentáis con la pobreza
del alma enajenada?
¡Qué crueldad!
¡Pobre hombre!
Habéis de saber que hace lo que puede.
Seamos ¡ea! pues
piadosos con el inculto,
batamos nuestras palmas
tal como desearía el esclavo Mercurio
al final de Anfitrión:
dejemos que crea en su corazón
que os ha conmovido.