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Pompilio Zigrino
14/06/2008, 10:33
Así como en otro país se habla del “sueño americano”, existe también el “sueño argentino”; un ideal ambicionado por un sector de la población que va en progresivo aumento.

El diario Uno, de Mendoza, publica en su edición del 11/06/08 el resultado de una encuesta en la que participan 1.553 personas. El 56% manifestó que le gustaría, o que no tendría inconvenientes, en ser mantenido por el Estado sin prestar a cambio actividad laboral alguna.

Por ser el Estado nada más que un intermediario, el “sueño argentino” implica simplemente la existencia del deseo de ser mantenido por el resto de la sociedad sin tener que trabajar.

Esta actitud se ve estimulada diariamente por los gobernantes que hablan de una “justa distribución de la riqueza” (el producto del trabajo del sector productivo) mientras que poco se habla de la “justa distribución del trabajo”. Se habla siempre de los derechos de cada individuo, pero pocas veces se habla de sus obligaciones, que son precisamente los derechos de los demás. Se pretende hacer creer al pueblo, con fines electorales, que existe un sector perverso (el sector productivo) que acapara todas las riquezas que la providencia ha otorgado a todos por igual.

En los alumnos secundarios vemos claramente cierta desigualdad que surge entre una minoría que trata de aprender y de capacitarse para una futura actividad laboral, y una mayoría que se ilusiona con la “justa distribución” que le prometen los políticos populistas para ver realizado el “sueño argentino”. Los más activos deberán prepararse para producir bienes suficientes para que alcancen para ellos y para los que tienen pocas motivaciones para el estudio y para el trabajo (y para los futuros hijos de éstos).

Aunque esta tendencia sea injusta para algunos, tiene bastante aceptación, ya que se supone que algunos nacieron aptos para el trabajo y la actividad empresarial mientras que otros nacieron ineptos para ello. La actitud que compensaría esta “desigualdad natural” viene asociada a una frase de Louis Blanc, difundida por Karl Marx: “De cada uno según su capacidad; a cada uno según su necesidad”.

La “ética populista” obliga al emprendedor a trabajar con todo su vigor para compensar el trabajo deficitario del poco adepto al trabajo. Se acepta la desigual obligación para la siembra, pero se acepta el igualitario derecho a la cosecha.

El populismo, tan frecuente en los políticos argentinos, puede definirse como la actitud del que “generosamente” trata de distribuir los bienes ajenos buscando la seguridad social del que pretende vivir sin trabajar.

Justamente, si todos quisieran trabajar, y algunos no pudieran hacerlo, habría posibilidad del Estado para ayudar al necesitado. Pero si muchos no quieren trabajar, el sistema se satura y la pobreza generalizada es la consecuencia inmediata.

La Argentina sigue retrocediendo año a año, década a década, siendo el populismo uno de los pilares fundamentales y comunes a los distintos movimientos políticos, incluso a varios gobiernos militares. Las elecciones son ganadas, casi siempre, por el que muestra cierta benevolencia a favor de los pobres y antagonismo hacia los ricos, aceptándose que todos los problemas se solucionarán cuando podamos hacer realidad el “sueño argentino”.

Emeric
20/10/2011, 19:48
Interesantes apuntes, pero opino que, por lo descrito por Pompi, se trata, en el fondo, de un sueño universal; no sólo argentino.

rebelderenegado
24/10/2011, 01:05
La acostumbrada sarta de mentiras e inexactitudes propias de la mentalidad propatronal de cierta clase política que, hoy mismo, acaba de perder las elecciones de manera aplastante, los que detentan tal línea de "ideas" con raiz en Chicago, ahora en otro tiempo no tubieron ningún reparo hacia los asesinatos cometidos contra la clase obrera, para ellos es muy importante "disciplinar" a las clases bajas para que no molesten mientras los ricos se hacen cada vez mas ricos, por supuesto en esa serie de crímenes contra la humanidad cometidos por estas pandillas, también estaban los representantes oficiosos del dios estatal.