Jim
12/06/2008, 17:29
Sobre la rutina del deber cumplido
estampé sobre tu espalda un billete de descargo
con la cola del sudor que fue prueba irrefutable
que el trabajo puede ser un placer exorbitante
si el cliente es un poeta, loco, tonto, enamorado...
ya lo habíamos intentado, pero erramos en principio
tú querías que yo corriera, yo quería volar contigo
a tu manera lo hicimos. todo burdo, cruel, ficticio...
yo quedé desencantado. tu pensaste "otro desquicio".
luego asumí que era turno de llevarte con mis riendas.
te di rimas, te di letras, cigarrillos, nimiedades;
compartimos una tarde de promesas incumplidas
de llevarte a ningún lado y darte un pedazo de nada
te di todo aquella tarde, un viaje hacia tu pasado
un pedazo de mi vida, una tarde con tu abuelo,
una cuba, unos recuerdos, una Francia enamorada;
y cuando la tarde acababa, te despedí con un beso...
tu quedaste pensativa, en tu taxi discerniendo
si esto fue mejor que el sexo, si fue puro, si fue intenso
y te dormiste esa noche cargada de confusiones
perdida en tus convicciones de que solo fue un momento
y yo lento, despacito, robando tus pensamientos.
y ahora,
mientras duermes complacida y yo escribo tus historias
no lo notas, pero estampo tu color en mi memoria
no lo sientes, pero estrello el corazón entre tus piernas
y me sumo ante el altar en que reposan tus virtudes...
tu cuerpo, lleno de mí mientras me fumo un cigarrillo
y el amor, ahora encendido, latiendo en tu corazón.
estampé sobre tu espalda un billete de descargo
con la cola del sudor que fue prueba irrefutable
que el trabajo puede ser un placer exorbitante
si el cliente es un poeta, loco, tonto, enamorado...
ya lo habíamos intentado, pero erramos en principio
tú querías que yo corriera, yo quería volar contigo
a tu manera lo hicimos. todo burdo, cruel, ficticio...
yo quedé desencantado. tu pensaste "otro desquicio".
luego asumí que era turno de llevarte con mis riendas.
te di rimas, te di letras, cigarrillos, nimiedades;
compartimos una tarde de promesas incumplidas
de llevarte a ningún lado y darte un pedazo de nada
te di todo aquella tarde, un viaje hacia tu pasado
un pedazo de mi vida, una tarde con tu abuelo,
una cuba, unos recuerdos, una Francia enamorada;
y cuando la tarde acababa, te despedí con un beso...
tu quedaste pensativa, en tu taxi discerniendo
si esto fue mejor que el sexo, si fue puro, si fue intenso
y te dormiste esa noche cargada de confusiones
perdida en tus convicciones de que solo fue un momento
y yo lento, despacito, robando tus pensamientos.
y ahora,
mientras duermes complacida y yo escribo tus historias
no lo notas, pero estampo tu color en mi memoria
no lo sientes, pero estrello el corazón entre tus piernas
y me sumo ante el altar en que reposan tus virtudes...
tu cuerpo, lleno de mí mientras me fumo un cigarrillo
y el amor, ahora encendido, latiendo en tu corazón.