Pompilio Zigrino
29/05/2008, 00:28
Para Auguste Comte, existe una ley del progreso de las distintas ramas de la ciencia las cuales pasan sucesivamente por una etapa teológica, seguida de una metafísica, para llegar a la etapa positiva. Podemos denominar también tal secuencia con los nombres de religiosa, filosófica y científica.
La etapa filosófica, por la que pasa la sociología actual, está constituida por varias “pequeñas viviendas” que pueden observarse unas a otras coexistiendo en forma más o menos armónica. Al igual que ocurre con la filosofía, no existe un edificio único que reciba los aportes de todos los pensadores. Ello sólo podría ocurrir cuando las distintas visiones de la realidad fueran visiones complementarias, en lugar de ser parcial o totalmente incompletas, erróneas o contradictorias.
En la física, por el contrario, podemos decir que existe un “edificio único” que recibe los aportes de los distintos científicos; de ahí su carácter imponente. Podemos citar como ejemplo a la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell, que surge en el siglo XIX y que está constituida por las leyes de Gauss, Faraday y Ampere-Maxwell, siendo esta última una ampliación efectuada por Maxwell a la ley de Ampere. Estos ilustres físicos son los que efectuaron las últimas generalizaciones basadas en aportes realizados por varios otros que les antecedieron.
Puede observarse que una teoría científica no necesariamente ha de consistir en la obra de un solo hombre, sino que es lícito incorporar aportes de otros científicos para reunirlos en un sistema descriptivo general. Además, en el caso de la sociología, podrá también incorporar aportes de la religión.
Existen algunos inconvenientes tales como el de la distinción que se hace entre ley natural religiosa y ley natural científica, pero este problema existe sólo para las posturas filosóficas dualistas. Por el contrario, para los sistemas filosóficos monistas, como para la ciencia experimental, existe una identificación entre ambas.
La sociología, para pasar a la etapa científica, debe, de alguna manera, constituirse como un “edificio único” en donde puedan ubicarse los distintos aportes de sociólogos y también de filósofos, ya que, gran parte del contenido de los distintos sistemas filosóficos, puede encuadrarse en el marco sociológico. Nicholas S. Timasheff escribió: “El historiador muestra lo variable; el sociólogo señala lo constante y recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la sociología descompone las diferentes combinaciones en sus relativamente pocos elementos básicos y formula las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos” (De “La Teoría Sociológica” – Fondo de Cultura Económica).
En realidad, el propio Comte estableció las premisas básicas para la llegada a la etapa científica de su “física social”, como primeramente denominó a la sociología. Tales premisas son:
1) La sociología debe ser una ciencia experimental
2) Debe basarse en el postulado de la invariabilidad de la ley natural
3) Debe ser posible deducir algunos fenómenos sociales de otros, aceptándose el método axiomático.
4) La sociología se ha de establecer para mejorar la sociedad, por lo que rechaza la “neutralidad” ética de la misma.
5) Debe proponer una religión natural.
Auguste Comte escribió:
“El espíritu humano, por su naturaleza, adopta sucesivamente tres métodos de filosofar en todas sus investigaciones, cuyo carácter es esencialmente diferente e incluso opuesto: al principio, el método teológico, luego el metafísico y, por último, el método positivo. De ahí provienen tres tipos de filosofía o de concepción general sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente. La primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su sistematización definitiva y fija, mientras que la segunda vale sólo como momento de tránsito”
“El carácter fundamental de la filosofía positiva es considerar todos los fenómenos como subyacentes a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y cuya reducción al menor número posible, constituye el fin de todos nuestros esfuerzos, considerando como absolutamente inaccesible y carente de sentido, para nosotros, la búsqueda de lo que se da en llamar la causa, sea la primera, sea la final” (Del “Curso de Filosofía Positiva” Ed. Aguilar)
“Entiendo por física social la ciencia que tiene por objeto el estudio de fenómenos sociales considerados con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación” (Citado en “La Teoría Sociológica” N. Timasheff).
Así como un sistema filosófico mínimo deberá estar constituido por:
a) Teoría del conocimiento (lógica, ciencia, lenguaje, etc.)
b) Teoría del comportamiento (ética)
c) Teología natural (sentido de la vida)
Una teoría sociológica ha de tener una estructura bastante similar, pero, por estar basada en aspectos observables, verificables y cuantificables, deberá tener un carácter único debiendo aceptar gran parte del conocimiento previo disperso. De esa forma se aceptará la complementariedad del conocimiento, pero no el error o la contradicción. Immanuel Kant escribió: “Toda filosofía es teórica o práctica. La filosofía teórica es la regla del conocimiento; la filosofía práctica es la regla del comportamiento en lo que atañe al libre albedrío” (De “Lecciones de Ética” – Ed. Crítica).
Nótese que, asociado al conocimiento, buscamos la verdad, mientras que asociado al comportamiento, buscamos el Bien, o el camino mejor hacia la felicidad. Sin embargo, dentro de la propia filosofía existen posturas que rechazan tanto la existencia de la verdad como la existencia del Bien, como valores absolutos. Si negamos la existencia, y la búsqueda, de ambos objetivos, estamos anulando la esencia de la filosofía. De ahí que resulta llamativo que sean denominados “filósofos” los que niegan a su propia ciencia, tales los casos de Marx, Nietszche, entre otros.
En nuestra época, la existencia de un sistema sociológico puede resultar “revolucionaria”, por cuanto es llamativa la mayoritaria adhesión al relativismo de la verdad y al relativismo moral, por lo que tal tipo de sistema tendría una poco fácil aceptación. Incluso se ha relativizado el significado del “amor al próximo” predicado por el cristianismo, lo que le hace perder casi totalmente su eficacia. De todas formas, es importante la realización de intentos unificadores en vista a su aplicación en el futuro. Sin la existencia de la Verdad, del Bien y del Amor, como aspectos objetivos de la realidad, pocas esperanzas quedan para la orientación adecuada del hombre dentro del mundo en donde se encuentra inmerso. Afortunadamente, los intensos estudios emprendidos en neurociencias implican la búsqueda de vínculos entre el cerebro y el comportamiento, de tal manera que la aparición de la síntesis mencionada es de esperar que ocurra en el plazo de algunos años.(Sigue)
La etapa filosófica, por la que pasa la sociología actual, está constituida por varias “pequeñas viviendas” que pueden observarse unas a otras coexistiendo en forma más o menos armónica. Al igual que ocurre con la filosofía, no existe un edificio único que reciba los aportes de todos los pensadores. Ello sólo podría ocurrir cuando las distintas visiones de la realidad fueran visiones complementarias, en lugar de ser parcial o totalmente incompletas, erróneas o contradictorias.
En la física, por el contrario, podemos decir que existe un “edificio único” que recibe los aportes de los distintos científicos; de ahí su carácter imponente. Podemos citar como ejemplo a la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell, que surge en el siglo XIX y que está constituida por las leyes de Gauss, Faraday y Ampere-Maxwell, siendo esta última una ampliación efectuada por Maxwell a la ley de Ampere. Estos ilustres físicos son los que efectuaron las últimas generalizaciones basadas en aportes realizados por varios otros que les antecedieron.
Puede observarse que una teoría científica no necesariamente ha de consistir en la obra de un solo hombre, sino que es lícito incorporar aportes de otros científicos para reunirlos en un sistema descriptivo general. Además, en el caso de la sociología, podrá también incorporar aportes de la religión.
Existen algunos inconvenientes tales como el de la distinción que se hace entre ley natural religiosa y ley natural científica, pero este problema existe sólo para las posturas filosóficas dualistas. Por el contrario, para los sistemas filosóficos monistas, como para la ciencia experimental, existe una identificación entre ambas.
La sociología, para pasar a la etapa científica, debe, de alguna manera, constituirse como un “edificio único” en donde puedan ubicarse los distintos aportes de sociólogos y también de filósofos, ya que, gran parte del contenido de los distintos sistemas filosóficos, puede encuadrarse en el marco sociológico. Nicholas S. Timasheff escribió: “El historiador muestra lo variable; el sociólogo señala lo constante y recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la sociología descompone las diferentes combinaciones en sus relativamente pocos elementos básicos y formula las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos” (De “La Teoría Sociológica” – Fondo de Cultura Económica).
En realidad, el propio Comte estableció las premisas básicas para la llegada a la etapa científica de su “física social”, como primeramente denominó a la sociología. Tales premisas son:
1) La sociología debe ser una ciencia experimental
2) Debe basarse en el postulado de la invariabilidad de la ley natural
3) Debe ser posible deducir algunos fenómenos sociales de otros, aceptándose el método axiomático.
4) La sociología se ha de establecer para mejorar la sociedad, por lo que rechaza la “neutralidad” ética de la misma.
5) Debe proponer una religión natural.
Auguste Comte escribió:
“El espíritu humano, por su naturaleza, adopta sucesivamente tres métodos de filosofar en todas sus investigaciones, cuyo carácter es esencialmente diferente e incluso opuesto: al principio, el método teológico, luego el metafísico y, por último, el método positivo. De ahí provienen tres tipos de filosofía o de concepción general sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente. La primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su sistematización definitiva y fija, mientras que la segunda vale sólo como momento de tránsito”
“El carácter fundamental de la filosofía positiva es considerar todos los fenómenos como subyacentes a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y cuya reducción al menor número posible, constituye el fin de todos nuestros esfuerzos, considerando como absolutamente inaccesible y carente de sentido, para nosotros, la búsqueda de lo que se da en llamar la causa, sea la primera, sea la final” (Del “Curso de Filosofía Positiva” Ed. Aguilar)
“Entiendo por física social la ciencia que tiene por objeto el estudio de fenómenos sociales considerados con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación” (Citado en “La Teoría Sociológica” N. Timasheff).
Así como un sistema filosófico mínimo deberá estar constituido por:
a) Teoría del conocimiento (lógica, ciencia, lenguaje, etc.)
b) Teoría del comportamiento (ética)
c) Teología natural (sentido de la vida)
Una teoría sociológica ha de tener una estructura bastante similar, pero, por estar basada en aspectos observables, verificables y cuantificables, deberá tener un carácter único debiendo aceptar gran parte del conocimiento previo disperso. De esa forma se aceptará la complementariedad del conocimiento, pero no el error o la contradicción. Immanuel Kant escribió: “Toda filosofía es teórica o práctica. La filosofía teórica es la regla del conocimiento; la filosofía práctica es la regla del comportamiento en lo que atañe al libre albedrío” (De “Lecciones de Ética” – Ed. Crítica).
Nótese que, asociado al conocimiento, buscamos la verdad, mientras que asociado al comportamiento, buscamos el Bien, o el camino mejor hacia la felicidad. Sin embargo, dentro de la propia filosofía existen posturas que rechazan tanto la existencia de la verdad como la existencia del Bien, como valores absolutos. Si negamos la existencia, y la búsqueda, de ambos objetivos, estamos anulando la esencia de la filosofía. De ahí que resulta llamativo que sean denominados “filósofos” los que niegan a su propia ciencia, tales los casos de Marx, Nietszche, entre otros.
En nuestra época, la existencia de un sistema sociológico puede resultar “revolucionaria”, por cuanto es llamativa la mayoritaria adhesión al relativismo de la verdad y al relativismo moral, por lo que tal tipo de sistema tendría una poco fácil aceptación. Incluso se ha relativizado el significado del “amor al próximo” predicado por el cristianismo, lo que le hace perder casi totalmente su eficacia. De todas formas, es importante la realización de intentos unificadores en vista a su aplicación en el futuro. Sin la existencia de la Verdad, del Bien y del Amor, como aspectos objetivos de la realidad, pocas esperanzas quedan para la orientación adecuada del hombre dentro del mundo en donde se encuentra inmerso. Afortunadamente, los intensos estudios emprendidos en neurociencias implican la búsqueda de vínculos entre el cerebro y el comportamiento, de tal manera que la aparición de la síntesis mencionada es de esperar que ocurra en el plazo de algunos años.(Sigue)