Espartacus
19/04/2008, 12:41
Empecé a contar de nuevo los días,
como antes,
como en la espera incesante,
de nuestros últimos sueños.
Empecé a contarlos, imaginando el encuentro,
mientras regresaba de penumbras inquietas,
y mientras la lluvia venía a robarnos
entre arpegios sutiles de hadas,
ilusorias como relámpagos,
el único regalo exiguo,
que nos dejó el tiempo...
a propósito.
Pasaban las horas por mi frente,
me secaba entonces el sudor
dejado por los minutos de pena.
Hurgando en mis poemas,
encontré dos palabras justas,
para vociferarlas una vez mas,
y de cara a todos los vientos...
encontré Te Amo escondido,
en bolsillos demasiado usados
y viejos.
encontré un Te Amo, y me sentí satisfecho.
Mirando hacia la luna,
lejana, como siempre...
empecé a contar de nuevo los días,
maquinando frágilmente una sonrisa,
como escurridiza y fugaz esperanza
colgada a la deriva
en el horizonte,
meneándose con el mismo artilugio
usado antes por mi mismo,
y con otros deseos igualmente vanos.
Pasaban las horas por mi frente,
y hurgando en mis poemas viejos,
encontré más palabras justas,
para vociferarlas de cara a los vientos
y utilicé el Te Amo,
para obsequiárselo al olvido,
para siempre...
como antes,
como en la espera incesante,
de nuestros últimos sueños.
Empecé a contarlos, imaginando el encuentro,
mientras regresaba de penumbras inquietas,
y mientras la lluvia venía a robarnos
entre arpegios sutiles de hadas,
ilusorias como relámpagos,
el único regalo exiguo,
que nos dejó el tiempo...
a propósito.
Pasaban las horas por mi frente,
me secaba entonces el sudor
dejado por los minutos de pena.
Hurgando en mis poemas,
encontré dos palabras justas,
para vociferarlas una vez mas,
y de cara a todos los vientos...
encontré Te Amo escondido,
en bolsillos demasiado usados
y viejos.
encontré un Te Amo, y me sentí satisfecho.
Mirando hacia la luna,
lejana, como siempre...
empecé a contar de nuevo los días,
maquinando frágilmente una sonrisa,
como escurridiza y fugaz esperanza
colgada a la deriva
en el horizonte,
meneándose con el mismo artilugio
usado antes por mi mismo,
y con otros deseos igualmente vanos.
Pasaban las horas por mi frente,
y hurgando en mis poemas viejos,
encontré más palabras justas,
para vociferarlas de cara a los vientos
y utilicé el Te Amo,
para obsequiárselo al olvido,
para siempre...