Espartacus
17/03/2008, 19:32
¿Qué pretendes fingir, Poeta?,
mírate tan solo un instante,
ni siquiera a tus letras le quedan sentimientos.
¿Dónde has dejado tu puño maestro?,
tus dedos cansados ya se quiebran inquietos
e invisibles fantasmas van enturbiando
tu mente.
¿Le has sido infiel a tu Musa?,
pero; ¡qué has hecho Poeta!,
¿quién cuidará ahora
de tu inspiración, a toda hora y momento?
No recitas más tus frases al viento,
ya no invades a la luna altiva y desafiante,
no esparces tu aliento a los mares aquellos,
ni gimoteas tus títulos reclamando piedades.
a quien esté escuchando...
¿Qué crees que haces, Poeta?,
a ¿quién recurrirán ahora,
los desdichados a mitigar sus desgracias?,
¿a quién rogarán un toque angelical
para suavizar sus lacrimosas heridas?
Una flor demacrada acompaña tu llanto,
un busto deforme y sin nombre
custodia tu puerta solitaria,
una leyenda agotada de soledades,
una frase destruida, sin sentencia ni juicio,
ni esperanzas entrelíneas...
¿Pero qué haces, Poeta,
por qué permites semejante afrenta?.
¿Qué pretendes fingir, Poeta?,
vomita ahora tu miedo al ocaso,
mueve las montañas que a menudo movías.
Invita a la nostalgia de nuevo a tu cama,
no te quedan pedazos de vida,
pero aun esperan por ti, sin embargo...
Dime, ¿le has sido infiel a tu Musa?,
pero, ¡qué has hecho Poeta!,
¿quién te cuidará de ti mismo
ahora...?
mírate tan solo un instante,
ni siquiera a tus letras le quedan sentimientos.
¿Dónde has dejado tu puño maestro?,
tus dedos cansados ya se quiebran inquietos
e invisibles fantasmas van enturbiando
tu mente.
¿Le has sido infiel a tu Musa?,
pero; ¡qué has hecho Poeta!,
¿quién cuidará ahora
de tu inspiración, a toda hora y momento?
No recitas más tus frases al viento,
ya no invades a la luna altiva y desafiante,
no esparces tu aliento a los mares aquellos,
ni gimoteas tus títulos reclamando piedades.
a quien esté escuchando...
¿Qué crees que haces, Poeta?,
a ¿quién recurrirán ahora,
los desdichados a mitigar sus desgracias?,
¿a quién rogarán un toque angelical
para suavizar sus lacrimosas heridas?
Una flor demacrada acompaña tu llanto,
un busto deforme y sin nombre
custodia tu puerta solitaria,
una leyenda agotada de soledades,
una frase destruida, sin sentencia ni juicio,
ni esperanzas entrelíneas...
¿Pero qué haces, Poeta,
por qué permites semejante afrenta?.
¿Qué pretendes fingir, Poeta?,
vomita ahora tu miedo al ocaso,
mueve las montañas que a menudo movías.
Invita a la nostalgia de nuevo a tu cama,
no te quedan pedazos de vida,
pero aun esperan por ti, sin embargo...
Dime, ¿le has sido infiel a tu Musa?,
pero, ¡qué has hecho Poeta!,
¿quién te cuidará de ti mismo
ahora...?