Espartacus
14/02/2008, 18:09
Bendito escondrijo
el que hoy me encuentro.
Desde donde empieza mi sueño
y se acaba tu noche.
¡Bendito!, porque en el puedo fingir,
que aun me resta valentìa.
Porque en èl puedo amarrar si deseo
las cuerdas de mi consuelo.
Bendito escondrijo,
¡vaya luz!, pero què màgico descontento,
yo perezco, y tu
renaces en cada hoja;
te bañas de rocial perfume y terminas
sediento.
Animoso rincòn;
suficiente para albergarme, derivante,
en un extravìo ìntimo de pesadillas.
Como dos esmeraldas cautivas
tus ojos,
caen a mi vista,
y se erectan de pie frente a mi,
regalàndome su extinto infortunio.
Bendito escondrijo...
¡vaya pasiòn!, y què torpe suspenso;
yo amanezco, y tu
anocheces en un silencio virtuoso.
Te acuestas en dèbil estertar,
y terminas perdido.
Bendito rincòn...
¡Pero què armonìa ficticia...
tan hermosa...!
el que hoy me encuentro.
Desde donde empieza mi sueño
y se acaba tu noche.
¡Bendito!, porque en el puedo fingir,
que aun me resta valentìa.
Porque en èl puedo amarrar si deseo
las cuerdas de mi consuelo.
Bendito escondrijo,
¡vaya luz!, pero què màgico descontento,
yo perezco, y tu
renaces en cada hoja;
te bañas de rocial perfume y terminas
sediento.
Animoso rincòn;
suficiente para albergarme, derivante,
en un extravìo ìntimo de pesadillas.
Como dos esmeraldas cautivas
tus ojos,
caen a mi vista,
y se erectan de pie frente a mi,
regalàndome su extinto infortunio.
Bendito escondrijo...
¡vaya pasiòn!, y què torpe suspenso;
yo amanezco, y tu
anocheces en un silencio virtuoso.
Te acuestas en dèbil estertar,
y terminas perdido.
Bendito rincòn...
¡Pero què armonìa ficticia...
tan hermosa...!