Pompilio Zigrino
01/02/2008, 10:07
Toda rama del conocimiento tiene sus propios objetivos y sus problemas típicos para resolver. Es de suma importancia tenerlos presente si es que se quiere innovar o hacer aportes de cierto interés. En cuanto a la filosofía, Bertrand Russell escribió: “Todo conocimiento definido –a mi entender- pertenece a la ciencia. Todo dogma en lo respectivo a cosas situadas por encima del conocimiento definido, pertenece a la teología. Pero entre la ciencia y la teología hay una «tierra de nadie» expuesta al ataque por ambos lados; esta «tierra de nadie» es la filosofía” (Del “Diccionario del hombre contemporáneo” – Ed. Rueda).
Immanuel Kant propuso cuatro problemas básicos de la filosofía, estando expuestos en forma de preguntas:
1) ¿Qué puedo saber? (Metafísica)
2) ¿Qué puedo hacer? (Moral)
3) ¿Qué puedo esperar? (Religión)
4) ¿Qué es el hombre? (Antropología)
Podríamos agregar dos más:
5) ¿Cuál es el sentido del universo?
6) ¿Cuál es el sentido de la vida?
Cada uno de estos interrogantes abre otros. Así, respecto del saber, o del conocimiento, podemos citar a los siguientes:
a) ¿Puede el sujeto conocer al objeto? (Problema de la posibilidad del conocimiento)
b) ¿Es la razón o la experiencia la fuente primera y fundamental del conocimiento? (Problema del origen del conocimiento)
c) ¿En el conocimiento es el objeto el que determina al sujeto o el sujeto el que determina e impone condiciones al objeto? (Problema de la esencia del conocimiento)
d) ¿Fuera del conocimiento discursivo existen otras formas de conocer la realidad como la intuición opuesta a la forma lógica argumentativa? (Problemas de las formas del conocimiento)
e) Cuando un conocimiento se revela como verdadero, ¿con qué criterio podemos estar absolutamente ciertos de que es así? (Problema del criterio de verdad del conocimiento) (De www.ucsm.edu.pe (http://www.ucsm.edu.pe))
Existen dos formas básicas de conocer la filosofía. Una de ellas es a través de los interrogantes, o de los temas que la constituyen, y otra es por medio del estudio del pensamiento de los principales filósofos, que sería el enfoque histórico. En esto no existen diferencias esenciales con otras ramas del conocimiento. Así, podemos estudiar la física según el orden deductivo (desde los principios de una teoría hasta los fenómenos), o bien siguiendo una cronología histórica, que implica un orden distinto al anterior, en la mayoría de los casos.
El pensador, o el innovador (o el que espera serlo), razonará en base a los temas de la filosofía, teniendo en la mente la propia realidad antes que la opinión de otros filósofos. Preferirá los libros de “filosofía por temas”. El docente, o el que desea tener un conocimiento amplio de la filosofía, optará por los libros de “historia de la filosofía”.
Son pocos los libros de “filosofía por temas”. Uno de ellos se titula “Las enseñanzas básicas de los grandes filósofos”, de S. E. Frost (h) – Editorial Claridad SA. Cada capítulo trata sobre un tema de la filosofía y cita las diversas opiniones filosóficas respecto de ese tema. En cierta forma “recrea” la manera de encarar problemas filosóficos por parte del innovador. De paso se citan los capítulos involucrados en dicho libro:
1) Naturaleza del universo
2) Lugar del hombre en el universo
3) El bien y el mal
4) La naturaleza de Dios
5) Destino o libre albedrío
6) El alma y la inmortalidad
7) El hombre y el Estado
8) El hombre y la educación
9) Mente y materia
10) Las ideas y el pensar
Mientras que en la ciencia se reserva el calificativo de “genio” al que logra resolver algunos de los grandes problemas de la especialidad, en el ámbito de la filosofía denominan “grandes filósofos” a los que relativizan la validez de los problemas y los dejan sin resolver. Así, F. Nietzsche escribe: “La virtud, el deber, el bien en sí, el bien con carácter de impersonalidad, de regla general, no son otra cosa que utopías que expresan la degeneración, la debilitación última de la vida, las bufonadas de Koenisberg” (De “El Anticristo”), mientras que K. Marx, escribe (con F. Engels): “La leyes, la moral, la religión son para el proletariado meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía” (De “El Manifiesto Comunista” – Ed. Anteo).
Al calificarse los aspectos básicos de la moral como “utopías” (por parte de Nietzsche) y como “prejuicios” (por parte de Marx), denota que uno de los problemas más importantes de la filosofía, el problema de la moral, no existe para ellos. Tampoco, para ellos, existe una verdad objetiva respecto de otros aspectos de la realidad, sino una verdad relativa al individuo, en un caso, y una verdad relativa a la clase social, en el otro caso.
La filosofía actual tiende cada vez más a ser “filosofía en circuito cerrado”, de interés tan sólo para ámbitos universitarios y de muy poca trascendencia para el ciudadano común. Incluso será severamente criticado el que trate de escribir algo sensato y claro, que pueda ser entendido por tal ciudadano.
Muchos escritos filosóficos, o que pretenden serlo, nos hacen recordar el caso del que mide cierta longitud con exactitud hasta el orden de los centímetros. Pero, luego de operar con la calculadora, toma decisiones que involucran hasta los micrómetros. Ello implica que se toman, como punto de partida, opiniones y conceptos apenas definidos y bastante discutibles, y se realizan análisis lógicos con cierto rigor matemático, lo que carece totalmente de sentido. De esa forma se termina casi siempre confundiendo oscuridad con profundidad, que son tomados casi como sinónimos.
En los artículos con cierto contenido, si uno anula toda referencia y toda cita a otros escritores, aún quedarán las ideas básicas, porque se toma como referencia a la propia realidad. En los artículos sin contenido, si se saca toda referencia o cita a otros autores, ya no quedará nada, porque sólo se escribe sobre la opinión de tales autores.
Además de los problemas generales de la filosofía, existen los problemas filosóficos asociados a todas y cada una de las ramas de la ciencia experimental. Así tenemos la “filosofía de la física”, “filosofía de la ciencia”, etc. En estos casos, la filosofía interpreta los resultados logrados hasta el presente, extrae una imagen del mundo a ellos asociada y trata de vislumbrar los pasos que tal ciencia adoptará en el futuro.
Finalmente, el gran objetivo de la filosofía es lograr resolver la mayor parte de los problemas en una forma unificada, que respondan a un sistema descriptivo general en donde se adviertan los vínculos existentes entre las distintas partes de la realidad.
Immanuel Kant propuso cuatro problemas básicos de la filosofía, estando expuestos en forma de preguntas:
1) ¿Qué puedo saber? (Metafísica)
2) ¿Qué puedo hacer? (Moral)
3) ¿Qué puedo esperar? (Religión)
4) ¿Qué es el hombre? (Antropología)
Podríamos agregar dos más:
5) ¿Cuál es el sentido del universo?
6) ¿Cuál es el sentido de la vida?
Cada uno de estos interrogantes abre otros. Así, respecto del saber, o del conocimiento, podemos citar a los siguientes:
a) ¿Puede el sujeto conocer al objeto? (Problema de la posibilidad del conocimiento)
b) ¿Es la razón o la experiencia la fuente primera y fundamental del conocimiento? (Problema del origen del conocimiento)
c) ¿En el conocimiento es el objeto el que determina al sujeto o el sujeto el que determina e impone condiciones al objeto? (Problema de la esencia del conocimiento)
d) ¿Fuera del conocimiento discursivo existen otras formas de conocer la realidad como la intuición opuesta a la forma lógica argumentativa? (Problemas de las formas del conocimiento)
e) Cuando un conocimiento se revela como verdadero, ¿con qué criterio podemos estar absolutamente ciertos de que es así? (Problema del criterio de verdad del conocimiento) (De www.ucsm.edu.pe (http://www.ucsm.edu.pe))
Existen dos formas básicas de conocer la filosofía. Una de ellas es a través de los interrogantes, o de los temas que la constituyen, y otra es por medio del estudio del pensamiento de los principales filósofos, que sería el enfoque histórico. En esto no existen diferencias esenciales con otras ramas del conocimiento. Así, podemos estudiar la física según el orden deductivo (desde los principios de una teoría hasta los fenómenos), o bien siguiendo una cronología histórica, que implica un orden distinto al anterior, en la mayoría de los casos.
El pensador, o el innovador (o el que espera serlo), razonará en base a los temas de la filosofía, teniendo en la mente la propia realidad antes que la opinión de otros filósofos. Preferirá los libros de “filosofía por temas”. El docente, o el que desea tener un conocimiento amplio de la filosofía, optará por los libros de “historia de la filosofía”.
Son pocos los libros de “filosofía por temas”. Uno de ellos se titula “Las enseñanzas básicas de los grandes filósofos”, de S. E. Frost (h) – Editorial Claridad SA. Cada capítulo trata sobre un tema de la filosofía y cita las diversas opiniones filosóficas respecto de ese tema. En cierta forma “recrea” la manera de encarar problemas filosóficos por parte del innovador. De paso se citan los capítulos involucrados en dicho libro:
1) Naturaleza del universo
2) Lugar del hombre en el universo
3) El bien y el mal
4) La naturaleza de Dios
5) Destino o libre albedrío
6) El alma y la inmortalidad
7) El hombre y el Estado
8) El hombre y la educación
9) Mente y materia
10) Las ideas y el pensar
Mientras que en la ciencia se reserva el calificativo de “genio” al que logra resolver algunos de los grandes problemas de la especialidad, en el ámbito de la filosofía denominan “grandes filósofos” a los que relativizan la validez de los problemas y los dejan sin resolver. Así, F. Nietzsche escribe: “La virtud, el deber, el bien en sí, el bien con carácter de impersonalidad, de regla general, no son otra cosa que utopías que expresan la degeneración, la debilitación última de la vida, las bufonadas de Koenisberg” (De “El Anticristo”), mientras que K. Marx, escribe (con F. Engels): “La leyes, la moral, la religión son para el proletariado meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía” (De “El Manifiesto Comunista” – Ed. Anteo).
Al calificarse los aspectos básicos de la moral como “utopías” (por parte de Nietzsche) y como “prejuicios” (por parte de Marx), denota que uno de los problemas más importantes de la filosofía, el problema de la moral, no existe para ellos. Tampoco, para ellos, existe una verdad objetiva respecto de otros aspectos de la realidad, sino una verdad relativa al individuo, en un caso, y una verdad relativa a la clase social, en el otro caso.
La filosofía actual tiende cada vez más a ser “filosofía en circuito cerrado”, de interés tan sólo para ámbitos universitarios y de muy poca trascendencia para el ciudadano común. Incluso será severamente criticado el que trate de escribir algo sensato y claro, que pueda ser entendido por tal ciudadano.
Muchos escritos filosóficos, o que pretenden serlo, nos hacen recordar el caso del que mide cierta longitud con exactitud hasta el orden de los centímetros. Pero, luego de operar con la calculadora, toma decisiones que involucran hasta los micrómetros. Ello implica que se toman, como punto de partida, opiniones y conceptos apenas definidos y bastante discutibles, y se realizan análisis lógicos con cierto rigor matemático, lo que carece totalmente de sentido. De esa forma se termina casi siempre confundiendo oscuridad con profundidad, que son tomados casi como sinónimos.
En los artículos con cierto contenido, si uno anula toda referencia y toda cita a otros escritores, aún quedarán las ideas básicas, porque se toma como referencia a la propia realidad. En los artículos sin contenido, si se saca toda referencia o cita a otros autores, ya no quedará nada, porque sólo se escribe sobre la opinión de tales autores.
Además de los problemas generales de la filosofía, existen los problemas filosóficos asociados a todas y cada una de las ramas de la ciencia experimental. Así tenemos la “filosofía de la física”, “filosofía de la ciencia”, etc. En estos casos, la filosofía interpreta los resultados logrados hasta el presente, extrae una imagen del mundo a ellos asociada y trata de vislumbrar los pasos que tal ciencia adoptará en el futuro.
Finalmente, el gran objetivo de la filosofía es lograr resolver la mayor parte de los problemas en una forma unificada, que respondan a un sistema descriptivo general en donde se adviertan los vínculos existentes entre las distintas partes de la realidad.