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Pompilio Zigrino
29/01/2008, 10:12
El significado original de “ideología” es el de “ciencia de las ideas” y está asociada al estudio de los fundamentos, estructura y demás características de un conjunto ordenado de ideas que busca una mejora del individuo y de la sociedad. De ahí que una ideología podrá tener una base religiosa, o bien filosófica, o bien científica.

Debido a que en nuestra mente sólo podemos llevar una limitada cantidad de ideas claras, que serán la base de nuestro razonamiento, las ideologías deberán ser breves y sintéticas. Además, es imprescindible que estén organizadas en una forma axiomática para permitir establecer deducciones precisas y también para poder ser evaluadas con cierta facilidad. Se ha dicho que la claridad es la cortesía del escritor. También podemos decir que el orden axiomático es un requisito necesario, pero no suficiente, para afirmar la honestidad intelectual del autor.

Una ideología no debe mutilar la realidad. Por el contrario, el ideólogo debe tener la habilidad de resumir una gran cantidad de fenómenos humanos y sociales en unos pocos principios básicos. Toda descripción del hombre y de la sociedad ha de conducir a dos objetivos básicos: teoría y práctica, que en filosofía estarán materializados en la Teoría del Conocimiento y en la Ética. En ciencias sociales podremos hablar de una Teoría del Conocimiento y de una Teoría de la Acción ética. De no contar con ambas, el sistema descriptivo (filosófico o científico) será incompleto. Maine de Biran escribió:

“El ideólogo no puede conseguir resultados útiles más que llevando a su lenguaje y a sus principios la más escrupulosa exactitud. «Los principios» son para él el origen de las ideas, cuya comparación intrínseca desea conocer. Se trata aquí no sólo de determinar los elementos sino de hallar el orden sucesivo y simultáneo de su asociación. De este modo, tendrá siempre un trabajo más o menos largo y difícil que ejecutar sobre cada una de las ideas principales antes de hacer entrar en sus razonamientos el término que las expresa y poder así fundar sobre este término alguna deducción legítima”.

“La ideología domina, por así decir, sobre todas las ciencias, ya que las ciencias se componen de nuestras ideas y sus diferentes relaciones. Éstas forman como una región inmensa e infinitamente variada, dividida en una multitud de provincias, atravesadas por un número mayor de vías de comunicación. Mientras que los sabios viajeros se dispersan por estas provincias, van y vienen por sus caminos, el ideólogo, colocado en una gran altura y como inmóvil, observa sus direcciones, toma nota de ellas y levanta su «mapa», de aquí que a menudo conozca mejor los caminos que los mismos viajeros, que los provea de indicaciones muy útiles y que de algún modo los «oriente». Pero todos estos caminos tienen un origen; la mayor parte nacen de un tronco común para separarse en seguida. Este origen, estos puntos comunes, ordinariamente ignorados por los viajeros, el ideólogo trata de enseñárselos”. (De “Autobiografía y otros escritos” – Ed. Aguilar Argentina SA).

En la actualidad, se utiliza generalmente la palabra “ideología” con un carácter peyorativo, ya que se supone de antemano que se trata de un simple conjunto de falsas ideas que se ha establecido para perjudicar a algún sector de la sociedad. Friedrich Engels escribió: “La ideología es un proceso realizado conscientemente por el así llamado pensador, en efecto, pero con una conciencia falsa”. Así, para el marxismo, el cristianismo es una simple “ideología” puesta al servicio de la burguesía para dominar mejor al proletariado. La economía de mercado tiene como finalidad “explotar” al trabajador. La sociedad humana es un conjunto de seres vivientes que, en estado de libertad, establece una “lucha de clases”, que es necesario abolir. Incluso la ciencia tendría un componente “ideológico” subyacente.

El marxismo degrada y descalifica a toda actividad humana establecida en libertad. Transforma las virtudes, válidas en la ética natural, en vicios. Así, un empresario, que da trabajo y crea valores sociales y económicos para la comunidad, será considerado como un vulgar explotador. El marxista dirá que tal accionar “no es ético”, porque, para él, el empleado tiene sus propios deberes, en tanto que sus derechos deberán ser iguales a los del empresario; ya que considera “ético” trabajar “según su capacidad” y ser retribuido “según su necesidad”. Si alguien contempla al ser humano como un ser corrupto y perverso por naturaleza, puede, quizás, ser un efecto del que ha utilizado la introspección y el “conócete a ti mismo”, y luego piensa que los demás son similares a él.

La ética marxista indica “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”. De ahí que los que trabajan bastante, deban trabajar aún más para compensar la poca productividad del negligente, pero deberán hacerlo con sumo placer, tal lo que se espera (y se exige) del trabajador en la sociedad comunista. Esta propuesta ética equivaldría a sugerir un “amarás al prójimo más que a ti mismo”.

El mandamiento cristiano, es decir, el “amarás al prójimo como a ti mismo”, resulta bastante difícil de cumplir, ya que implica, ante todo, una actitud límite a la cual debemos aproximarnos paulatinamente. De ahí que la sugerencia de Marx sea aún más difícil de lograr, aún cuando se diseñe una sociedad con el aparente fin de hacerla válida. En realidad, se trata de una pseudoética que tan sólo puede surgir de una mente hipócrita, y que la usa como un disfraz para ocultar sus verdaderas intenciones. Mientras que el marxismo trata de llegar a un “fin noble” (en apariencia), utiliza “medios innobles”, ya que trata de establecer, como primer objetivo, “el derrumbamiento violento del orden tradicional”.

El marxista utiliza un argumento “eficaz”, según la lógica de las masas, a la hora de justificar la acción violenta. Tal argumento es: «la explotación y el hambre es una forma de terrorismo, por lo cual también nosotros tenemos el derecho a utilizar la acción terrorista». Tales acciones están amparadas por el relativismo moral predicado por su ideología. Vladimir Lenín dijo: “Moral es lo que favorece el advenimiento del comunismo. Inmoral lo contrario”. De ahí que quien está en contra del terrorismo podrá llegar a ser considerado como una persona “inmoral”, lo que debe tomarse como un elogio considerando el origen del adjetivo.

Se habla del “fin de las ideologías”, expresión seguramente asociada al uso peyorativo del término, y que tiene presente las catástrofes humanas asociadas al fascismo, al nazismo y al comunismo, movimientos políticos dirigidos a las masas. La neurobióloga Rita Levi Montalcini dijo: “Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, en las que siempre predomina el cerebro emocional sobre el neocortical, el intelectual. ¡Manejaron emociones, no razones!”. “No somos más buenos por el componente límbico cerebral que sigue dominando nuestra actividad. Vivimos como en el pasado, como hace 50.000 años, dominados por las pasiones y por impulsos de bajo nivel. No estamos controlados por el componente cognitivo, sino por el componente emotivo, el agresivo en particular. Seguimos siendo animales guiados por la región límbica palocortical, sustancialmente igual en el hombre y en otros animales. Nuestras opciones de mejora moral pasan por las circunvoluciones neocorticales que afortunadamente tenemos” (De www.mujereshoy.com).

Pompilio Zigrino
29/01/2008, 10:15
Para que la palabra “ideología” vuelva a tener el significado original, y no el peyorativo, debemos establecer descripciones sintéticas y verdaderas que sean dirigidas al hombre libre, para que de él surja una actitud cooperativa. Podemos hacer una breve síntesis de una ideología dirigida al intelecto humano. En primer lugar tenemos los principios básicos aceptados (tácitamente) en la ciencia experimental:

Principios:

1) Todo lo existente está regido por leyes naturales.
2) Estas leyes son invariantes en el tiempo y en el espacio.
3) La actividad del científico consiste en describirlas.
4) La existencia de estas leyes es independiente de que el hombre las describa, o no.
5) Es posible, en principio, conocer la totalidad de las leyes

Teoría del conocimiento:

1) En todo sistema complejo adaptativo el proceso del conocimiento puede describirse mediante un sistema realimentado negativamente.
2) La “verdad” se establece cuando el error (diferencia entre la descripción y lo descripto) se hace convencionalmente pequeño.
3) Para producir estos resultados, en nuestro cerebro se realizan las operaciones básicas de “comparar” y “agrupar”.
4) Tanto la lógica natural como la ciencia experimental emplean el proceso de “ensayo y error”.
5) El agrupamiento de la información se mejora hasta llegar a un sistema axiomático.

Teoría de la acción ética:

1) En los seres humanos existen tendencias hacia la felicidad y hacia la competencia.
2) Mediante el amor buscamos la felicidad y con el odio buscamos satisfacer nuestro espíritu competitivo. También existen el egoísmo y la negligencia.
3) Nuestro comportamiento se describe en base a la actitud (o respuesta) característica, definida como una relación entre respuesta afectiva y estímulo.
4) El “debe ser” se obtiene como una optimización de lo que el hombre “es”.
5) El Bien y el Mal están asociados a las actitudes básicas del hombre.

Nótese que este sistema descriptivo puede servir tanto como descripción científica, ya que la mayor parte de los conceptos básicos son accesibles a la observación, y también puede servir como ideología básica para una mejor adaptación cultural al orden natural.

Es de esperar que las nuevas propuestas ideológicas sean dirigidas al intelecto del hombre libre, antes que a exaltar las bajas pasiones del hombre-masa, ya que, precisamente, tales propuestas le ayudarán a convertirse en un hombre libre. Rita Levi Montalcini dijo: “La razón es hija de la imperfección. En los invertebrados todo está programado: son perfectos. ¡Nosotros, no! Y, al ser imperfectos, hemos recurrido a la razón, a los valores éticos: ¡discernir entre el bien y el mal es el más alto grado de evolución darviniana!”