Umbras Monstrator
10/01/2008, 15:27
Depende de ti que sepa dónde estoy parada,
que reconozca los ganglios de la vida,
sus vértebras y sus entrañas;
que pueda dar un paso sintiéndome segura
y que un pies tras otro me llevan adelante.
Sin embargo depende de mí encontrarte,
seguir tu huella por el camino correcto;
saber cuándo erguirme o postrarme,
descubrir dónde está el destino guardado,
en qué puerto se sujetan sus amarras.
Depende de ti que por mí no doblen las campanas,
que por nosotros arrullen a la luna las palomas
y se silencien las riveras con un soplido;
que se cansen las estrellas de ser más bellas
que la dueña de esta mano con la que escribo.
Entonces depende de mí saber elegirte,
el recuperar los viejos ojos del alma mía
para poder ver más allá de este olvido;
el incendiar el odio que me cobija
y romper la basija que me tiene escondida.
Depende de ti redimirme del orgullo vencido,
vaciarme de todo su olor putrefacto;
nombrarme reina y soberana absoluta
de alguno de aquellos reinos perdidos,
brindarme lacayos y uno que otro bufón.
Qué mal que dependa de mí el poder
diferenciarte de los otros mortales,
separarte de mis vívidos sueños nocturnos;
preferirte por sobre mis tontas ilusiones
y no ignorarte por estar ciega de verdades.
Por eso dependerá de ti mostrarme la vida,
despertar mi triste corazón empolvado,
abrir mis ojos a lo que me he negado;
tendrías que enseñarme a perdonar el pasado
y a dejarme caer entre tus brazos divinos.
XII-MMVI
que reconozca los ganglios de la vida,
sus vértebras y sus entrañas;
que pueda dar un paso sintiéndome segura
y que un pies tras otro me llevan adelante.
Sin embargo depende de mí encontrarte,
seguir tu huella por el camino correcto;
saber cuándo erguirme o postrarme,
descubrir dónde está el destino guardado,
en qué puerto se sujetan sus amarras.
Depende de ti que por mí no doblen las campanas,
que por nosotros arrullen a la luna las palomas
y se silencien las riveras con un soplido;
que se cansen las estrellas de ser más bellas
que la dueña de esta mano con la que escribo.
Entonces depende de mí saber elegirte,
el recuperar los viejos ojos del alma mía
para poder ver más allá de este olvido;
el incendiar el odio que me cobija
y romper la basija que me tiene escondida.
Depende de ti redimirme del orgullo vencido,
vaciarme de todo su olor putrefacto;
nombrarme reina y soberana absoluta
de alguno de aquellos reinos perdidos,
brindarme lacayos y uno que otro bufón.
Qué mal que dependa de mí el poder
diferenciarte de los otros mortales,
separarte de mis vívidos sueños nocturnos;
preferirte por sobre mis tontas ilusiones
y no ignorarte por estar ciega de verdades.
Por eso dependerá de ti mostrarme la vida,
despertar mi triste corazón empolvado,
abrir mis ojos a lo que me he negado;
tendrías que enseñarme a perdonar el pasado
y a dejarme caer entre tus brazos divinos.
XII-MMVI