prometeo6002
08/01/2008, 16:08
Si me entendieras, qué sería de nosotros,
cuando espero y no apareces o emerges de cualquier casualidad
más grata es la sorpresa que la espera,
es como si todo, y cuando digo todo, no es el universo de dos,
hubiera de reconstruirse porque nada estuvo predestinado,
es tan fácil hablar de la hora de comer o de dormir,
pero entiendo más la hora de la muerte,
ya sé que no es tierna, ni relajante, sí la comúnmente inaceptada,
entre ella y los demás tiempos (porque son otros)
cuántos tengo para llenarme de tus dudas,
para saber que nada de lo dicho a cubierto tu medida,
que mañana tendré que comenzar de nuevo
a buscar la casualidad donde reniegas,
acariciarte los pies con la mirada mientras regaño la mano,
amanecerte en la otra esquina
(de la cama, de la calle o de la costa norte),
porque yo no aspiro a la brisa que te cambie
te quiero así sin predicciones,
colmada de los particulares prejuicios de lo indecible,
de las disertaciones sobre los cuarentaytantos
porque gracias a la voz que nos devora
aún no nos entendemos.
cuando espero y no apareces o emerges de cualquier casualidad
más grata es la sorpresa que la espera,
es como si todo, y cuando digo todo, no es el universo de dos,
hubiera de reconstruirse porque nada estuvo predestinado,
es tan fácil hablar de la hora de comer o de dormir,
pero entiendo más la hora de la muerte,
ya sé que no es tierna, ni relajante, sí la comúnmente inaceptada,
entre ella y los demás tiempos (porque son otros)
cuántos tengo para llenarme de tus dudas,
para saber que nada de lo dicho a cubierto tu medida,
que mañana tendré que comenzar de nuevo
a buscar la casualidad donde reniegas,
acariciarte los pies con la mirada mientras regaño la mano,
amanecerte en la otra esquina
(de la cama, de la calle o de la costa norte),
porque yo no aspiro a la brisa que te cambie
te quiero así sin predicciones,
colmada de los particulares prejuicios de lo indecible,
de las disertaciones sobre los cuarentaytantos
porque gracias a la voz que nos devora
aún no nos entendemos.