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Ver la versión completa : Controversias intelectuales



Pompilio Zigrino
08/01/2008, 10:15
Así como hay quienes se sienten ciudadanos del mundo, además de sentirse ciudadanos de su propio país, están los que se identifican tanto con la ciencia, como con la filosofía y la religión, además de “pertenecer” a una de ellas. Ello se debe a que todas estas actividades intelectuales se caracterizan por tener como principal objetivo la búsqueda de la verdad, si bien con distintos métodos y orientadas por distintos interrogantes. Hay veces en que se producen, sin embargo, conflictos debidos a la superposición de más de una de ellas, de donde surgen “distintas verdades”; situación que es necesario compatibilizar.

Tales actividades del hombre tienen un carácter social. Sus resultados, de alguna forma, influirán sobre la sociedad. De ahí que cada miembro de la misma tendrá plenos derechos a opinar sobre aquello que le afecta, o que le puede afectar, de distintas maneras. Como integrantes de la sociedad podemos, y debemos, cuestionar tanto la ciencia, como la filosofía y la religión.

La responsabilidad social del intelectual debe vincularse a los efectos que sus ideas podrán ocasionar en los demás. Estamos acostumbrados a observar el accionar de Iglesias y religiones que producen serios antagonismos, lo mismo en el caso de ideologías originadas en la filosofía, sin que nadie se haga cargo por los efectos producidos. Así como en un paquete de cigarrillos está escrita la advertencia: “Fumar produce daños a la salud”, los religiosos y los filósofos, incluso los científicos sociales, deberían advertir de alguna forma sobre los peligros que pueden ocasionar ciertas ideologías de dudosa veracidad.

Los conflictos intelectuales aparecen, generalmente, cuando se considera que alguien posee la “concesión exclusiva” para dedicarse a determinados temas y rechaza al que quiere “usurpar” dicha concesión. Este es el principal motivo que lleva a la total descalificación del adversario intelectual, por lo cual no se rebate cada una de sus propuestas concretas, sino que se rechaza a toda la persona. Ello nos hace recordar la actitud de quienes no aceptan a alguien por su origen racial, o por su color y, haga lo que haga, diga lo que diga, será desvalorado totalmente.

Estos conflictos se dan principalmente en el caso de las ciencias humanas y sociales, en donde se superponen ciencia, filosofía y religión. Afortunadamente, con la aparición de la sociología, la mayor parte de los temas de la filosofía, y algunos de la religión, han pasado a ser partes de aquélla. Así tenemos a la sociología del conocimiento, del arte, de la educación, de la ética, de la religión, de la ciencia, del derecho, etc., haciendo menos extensa la “concesión exclusiva” que, supuestamente, antes poseía la filosofía.

Una de las descalificaciones más frecuentes es la realizada contra la formación intelectual inicial del que opina sobre temas filosóficos. Manuel García Morente escribió: “Nada hay más descorazonador, sobre todo en el transcurso de estos 30 o 40 últimos años, que el espectáculo que los científicos más ilustres en sus disciplinas positivas ofrecen cuando se meten a filosofar sin saber filosofía”. “Suele ocurrir lamentablemente que grandes espíritus científicos, que tienen toda nuestra veneración, toda nuestra admiración, hacen muchas veces el ridículo, porque se ponen a filosofar de una manera absolutamente pueril y casi salvaje” (De “Lecciones Preliminares de Filosofía” - Editores Unidos).

Al respecto podemos decir que, como en filosofía no existe limitación alguna respecto de la veracidad y del contenido ético de sus tratados, ya que en ella “todo vale”, dándole acogida incluso a filósofos que llegaron a ser los ideólogos de movimientos políticos nefastos como el fascismo, el nazismo y el comunismo, al menos no debería restringirse la posibilidad de que autores de otras ramas del conocimiento puedan acceder a los temas de la filosofía con la seguridad de que sus efectos no serán traumáticos para la humanidad. Sería adecuado que las críticas hacia los científicos fueran realizadas luego de hacerlo con los filósofos cuyos escritos han favorecido las grandes catástrofes humanas originadas en los movimientos políticos mencionados.

El autor citado no da nombres respecto de los científicos criticados, lo que hubiera sido preferible, ya que, de la forma en que lo hace, involucra a todos los científicos que escribieron sobre temas de filosofía. Entre los principales, podemos citar el caso de Werner Heisenberg, cuyos trabajos en física tienen bastante relación con problemas como “causalidad”, “determinismo”, “libre albedrío”, etc. Tenemos también el caso de Albert Einstein, cuyos trabajos tienen relación con la estructura del “espacio y el tiempo”. Quien sea un “buscador de la verdad” auténtico, no podrá oponerse a que tales científicos opinen sobre temas que atañen tanto a la física como a la filosofía.

Es interesante mencionar al físico Erwin Schrödinger, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, quien escribió algunos ensayos filosóficos y también “se entrometió” en la biología escribiendo el libro “¿Qué es la vida?”. Sin embargo, no se conocen opiniones adversas por parte de los biólogos por esa intromisión. Resulta que este libro, que no alcanzó a responder la pregunta del título, tuvo el mérito de orientar la investigación en biología molecular, incluso haciendo que varios físicos se pasaran a la biología siendo los pioneros en esta importante rama de la investigación científica.

Ante la descalificación que un autor padeció, luego de escribir “ensayos de sociología”, debido a tener una formación inicial en ciencias exactas, no se tuvo en cuenta que sociólogos como Auguste Comte, Wilfredo Pareto y Herber Spencer tenían una formación inicial similar, por lo que tal rechazo, de tipo “racial”, quedó ampliamente injustificado. Incluso la sociología se denominó primeramente “física social” con la idea de que fuera estructurada en forma similar a las ciencias exactas, y no para llegar a ser una nueva rama de la filosofía.

Debe tenerse en cuenta que una cosa es conocer de filósofos y de historia de la filosofía, y otra cosa muy distinta es saber acerca de los temas de la filosofía y acerca de la propia realidad. Es por ello que muchos graduados en filosofía conocen las opiniones cruzadas y contradictorias de los filósofos con más renombre, pero no tienen una opinión propia formada, por lo que el sinsentido es lo habitual en sus expresiones. Y este tipo de filósofos es el que generalmente reclama la validez de la “concesión exclusiva” antes mencionada.

Mientras que el filósofo dice “no es serio que el científico opine de filosofía sin conocer a los filósofos”, el científico dice “no es serio que el filósofo opine de los temas de la filosofía sin conocer la rama correspondiente de la ciencia”. Cierta vez estuvo en la Argentina el Premio Nobel Ilya Prigogine, en un programa televisivo. Luego de responder algunas preguntas de tipo filosófico, que le formuló el conductor, un filósofo invitado, bastante conocido, no dejó pasar la oportunidad para afirmar que dicho científico “no era especialista en filosofía”. En lugar de rebatir una opinión a través de una respuesta concreta, que requería cierto nivel de conocimientos, se limitó a la vulgar y pública descalificación, arma utilizada generalmente por quienes están dominados por un espíritu competitivo antes de estarlo por la sana intención de buscar la verdad.

Pompilio Zigrino
08/01/2008, 10:17
Manuel García Morente escribió: “Pero, por otro lado, habremos de reaccionar con no menos violencia contra el defecto contrario, que es el de figurarse que la filosofía tiene que hacerse como las ciencias: que la filosofía no puede ser sino la síntesis de los resultados obtenidos por las ciencias positivas”. Al respecto podemos decir que no es posible, en la actualidad, que un filósofo ignore los importantes logros de la ciencia, como es el caso de los lineamientos básicos de la evolución biológica, y mucho menos es aceptable que alguien establezca una síntesis filosófica que los ignore totalmente.

Es sorprendente observar el caso de los “grandes filósofos” que “resuelven” el problema ético suponiendo que no existe un orden moral en el universo. Luego, sencillamente, proponen uno a nivel personal. Este es el caso de Friedrich Nietzsche. Para conocer los fundamentos de su filosofía (al menos lo que se puede entender desde un punto de vista racional), no hace falta mucho tiempo de meditación, ya que es algo evidentemente erróneo. Luego, si alguien tiene la curiosidad de seguir sus escritos, se encontrará con cosas ciertas y con cosas falsas, pero corre el riesgo de perder el tiempo en algo que carece totalmente de sentido. Sus escritos tienen un gran valor, sin embargo, como literatura fantástica, cuyo título podría ser “¿Cómo sería el mundo si no hubiera un orden moral objetivo?” Es como si en la actualidad, en física, alguien se pusiera a profundizar sobre la teoría del “calórico”, siendo que sólo tiene interés como curiosidad histórica, como un intento fallido de los tantos que hubo en la historia de esa ciencia.

En cuanto a la existencia de una ética objetiva, debemos tener presente que todo lo existente está regido por leyes naturales, al menos nadie conoce algún rincón del universo que no lo esté. A partir del conjunto de leyes existentes, hablamos de un orden natural que no fue realizado por el hombre. Para hacer una propuesta ética, debemos conocer las leyes naturales relevantes a esa propuesta. Como ello cuesta mucho trabajo, lo cual implica conocer parcialmente la verdad, existen los “grandes filósofos” que afirman que no existe una ética ni una verdad objetiva. Por lo tanto, y sin ningún fundamento, proponen una ética subjetiva y personal, que podrá ser compatible, en el mejor de los casos (y por pura casualidad) con las leyes naturales. La aceptación de tales filósofos hace de la filosofía actual algo muy poco serio que desmerece muchos aportes valiosos que quedan relegados ante la plena vigencia del facilismo que otorga el relativismo moral y cognoscitivo. Y si no hubiese sólo leyes naturales, sino también un Dios que interviene sobre el mundo en cada instante, tampoco habría una ética subjetiva, sino que habría una ética objetiva compatible con la voluntad de ese Dios.

Es oportuno mencionar algunos comentarios sobre la obra de Friedrich Nietzsche, ya que no resulta fácil criticarlo desde una postura racional. Oriol Fina escribió:

“Resulta imposible comprender a Nietzsche desde un prisma racional. El irracionalismo es una de las claves de su filosofía, por lo que no se le pueden exigir ideas y argumentos claros. Podrá decirse que esta posición es falsa de inicio, pero con igual fundamento puede afirmar él lo mismo respecto a la actitud racionalista, y no hay posibilidad de comunicación entre quienes se sitúan en uno y otro extremo”.

“En realidad, tampoco él ofrece argumentos para demostrar que la religión, la moral y la filosofía tradicionales son falsas. No, la argumentación no es su método, ya que entonces caería precisamente en lo que trata de destruir: la lógica y la aceptación de la razón. Se limita a destruir las concepciones tradicionales, a hacerlas sospechosas caricaturizándolas. No contestará a las objeciones que puedan ponerse a su modo de ver la vida, limitándose a exclamar en tono patético: «Oh, hermanos míos, el precursor es siempre inmolado»”.

“Un filósofo según el concepto tradicional, un buscador de la verdad, debería cambiar de actitud para entablar diálogo con Nietzsche. Debería situarse en su actitud irracionalista, buscando el contacto con la vida. De lo contrario se entablaría un verdadero diálogo entre sordos” (De “Gigantes de la Filosofía” – Ed. Bruguera SA).

La oscuridad, la falsedad y la irracionalidad latente en muchos escritos filosóficos constituyen la perfecta protección contra posibles críticas. Así, Marx propone la abolición de la propiedad privada, lo que conduce a una sociedad totalmente estatal. Luego, en otra parte de sus escritos, supuestamente está a favor de la disolución del Estado, suponiendo que casi por arte de magia se va a transformar la sociedad de capitalismo estatal (socialismo) en una sociedad “sin Estado” (comunismo). Si uno critica a Marx por favorecer la concentración absoluta de poder por parte del Estado, alguien va a decir que uno “no leyó a Marx”, que “es ignorante”, etc., porque en otra parte dice lo contrario.

Además, si alguien realiza un escrito claro y racional, podrá ser descalificado por el oscurantista por “carecer de profundidad”, incluso se negará a aceptar lo evidente adoptando una actitud similar a la de los aristotélicos que se negaban a mirar por el telescopio que Galileo les ofrecía, diciéndole: “No tenemos necesidad de tu telescopio: nos bastan los ojos que Dios nos ha dado. Ni tenemos necesidad de tus fórmulas matemáticas: nos bastan los textos escritos en lenguaje ordinario, que nos han legado Aristóteles y sus comentaristas”.

Emeric
18/08/2010, 08:38
Y si no hubiese sólo leyes naturales, sino también un Dios que interviene sobre el mundo en cada instante, tampoco habría una ética subjetiva, sino que habría una ética objetiva compatible con la voluntad de ese Dios.Pero interpretada y aplicada subjetivamente, según de qué teístas se trate.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
18/08/2010, 09:02
Los hombres sólo tienen éticas subjetivas. La ética objetiva sería la forma superior a las éticas subjetivas.

Toda representación está limitada a un sujeto. Si esto me duele y no me lo haces más porque me duele, el juicio moral de que te haya convencido de mi dolor es subjetivo porque los dolores morales, el mío y del que te he convencido, no dejan de ser subjetivos. No se puede defender una ética objetiva porque haya una forma objetiva de la que depende la ética; la ética depende del sujeto.

Emeric
21/08/2010, 21:17
la ética depende del sujeto.Cierto. Y por eso es que cada cual tiene su propia ética.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/08/2010, 23:16
Filosóficamente no hay éticas propias; sólo las hay subjetivamente, esto es, psicológicamente.

Emeric
23/08/2010, 04:34
Filosóficamente no hay éticas propias; sólo las hay subjetivamente, esto es, psicológicamente.En la práctica, viene siendo lo mismo.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/08/2010, 06:39
Por ese sentido de práctico, cede toda su racionalidad al capricho de una voluntad que se engaña a sí misma como objeto libre de causación. La ética subjetiva se supera a partir de dicho conocimiento; y es a partir de ahí cuando el pragmatismo se hace filosófico.

El pragmatismo filosófico se caracteriza por cuestionar el sentido de su evidencia práctica, y es lo que lo distingue del pragmatismo vulgar y el utilitarismo.

Emeric
23/08/2010, 13:22
Es sorprendente observar el caso de los “grandes filósofos” que “resuelven” el problema ético suponiendo que no existe un orden moral en el universo. Luego, sencillamente, proponen uno a nivel personal. Este es el caso de Friedrich Nietzsche. Para conocer los fundamentos de su filosofía (al menos lo que se puede entender desde un punto de vista racional), no hace falta mucho tiempo de meditación, ya que es algo evidentemente erróneo. Luego, si alguien tiene la curiosidad de seguir sus escritos, se encontrará con cosas ciertas y con cosas falsas, pero corre el riesgo de perder el tiempo en algo que carece totalmente de sentido. Sus escritos tienen un gran valor, sin embargo, como literatura fantástica, cuyo título podría ser “¿Cómo sería el mundo si no hubiera un orden moral objetivo?”Lástima que el forista Bertrand Russell haya desaparecido, pues me habría gustado saber lo que opina al respecto. (A Bertrand le encanta Nietzsche).

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
23/08/2010, 13:32
¡Qué lástima que alguien hable con ese descaro de un pensador tan sutil como Nietzsche!. Nietzsche en dos horas fue la máxima de uno. Nada, que sólo los filósofos entendemos lo inentendible. Tal y como yo lo veo, por mucho que ese pensador moleste con su perspectiva radical, queda de él para un rato largo.

Emeric
01/09/2010, 05:29
Así como hay quienes se sienten ciudadanos del mundo, además de sentirse ciudadanos de su propio país, están los que se identifican tanto con la ciencia, como con la filosofía y la religión, además de “pertenecer” a una de ellas. Ello se debe a que todas estas actividades intelectuales se caracterizan por tener como principal objetivo la búsqueda de la verdad,Por mi parte, prefiero pensar que lo que se busca es lo que es, la realidad. La "verdad" tiene cierta connotación normativa mientras que la realidad es puramente descriptiva.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
01/09/2010, 05:56
la realidad es puramente descriptiva.

¿Y se quiere hacer idéntico a ella con un motivo que no sea idéntico a ella? ¿para qué quiere, si no, dicha realidad?.

Emeric
01/09/2010, 06:06
La responsabilidad social del intelectual debe vincularse a los efectos que sus ideas podrán ocasionar en los demás. Estamos acostumbrados a observar el accionar de Iglesias y religiones que producen serios antagonismos, lo mismo en el caso de ideologías originadas en la filosofía, sin que nadie se haga cargo por los efectos producidos. Así como en un paquete de cigarrillos está escrita la advertencia: “Fumar produce daños a la salud”, los religiosos y los filósofos, incluso los científicos sociales, deberían advertir de alguna forma sobre los peligros que pueden ocasionar ciertas ideologías de dudosa veracidad.Eso es muy cierto. Esas iglesias y esas filosofías a las que te refieres han conceptualizado ciertos instintos y los han eregido como estandartes, con las trágicas consecuencias que hemos visto en la Historia de muchos países.