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Ver la versión completa : Nietzsche y anomia



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/12/2007, 18:41
La anomia para Nietzsche sería la conclusión de la incapacidad del hombre para comprenderse a sí mismo, para hacerse, de una vez, responsable.

En un acto de cobardía el hombre no acepta el torrente del dolor del mundo, Prefiere obedecer a dar órdenes. En grave error, considera la humildad con aprecio, incluso admiración; una disciplina de la moderación que se escupe a sí misma con ignorante desprecio.

Sobreponerse y superarse ante el estado anómico requiere proponer un sentido contra las torturas de la moral. La desorientación provocada por no ir de la mano del sentido que se deshace.

Séneca
22/12/2007, 20:00
Alberto, lo que dices de Nietzsche se relaciona con dos hallazgos trascendentales suyos: 1) La gramática no corresponde a una identidad palabra=razón=realidad. 2) La filosofía había invertido las prioridades del ser humano (desde Sócrates y Platón) reduciéndolas a la moral y la fe en cuestiones humanas, y a estudios científicos y metafísica delirante (como la de Schelling y Hegel), percatándose que más importante era para la filosofía tomar en cuenta las necesidades y deseos más íntimos y privados del ser humano. De ahí que quiera romper con subjetismo moral de la filosofía kantista y con la metafísica totalitaria de Hegel y sus sucesores, como lo es hoy el marxismo, impulsando al ser humano a superar todas las sujecciones, no tan sólo políticas, sino también filosóficas, morales, para descubrirse creador (de ahí que Nietzsche hable de que el ser humano debe ser para el otro humano un martillo haciendo una obra artística). En resumen, Nietzsche nos llama a superar criterios, moralismos y doctrinalismos para recuperar la libertad de crear por crear y no de crear por destruir (es decir, ser activo o creador y no reactivo (reaccionario) y pasivo). Es una apelación a superar el subjetismo kantiano y sus herederos filosóficos, científicos y religiosos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
22/12/2007, 21:40
Séneca, agrezco y aprecio tus comentarios, pero no veo si es una crítica o una aprobación.

Insito, pues, en mi lectra de Nietzche como pensamiento sobre lo moral.

elrector
23/12/2007, 07:51
La anomia para Nietzsche sería la conclusión de la incapacidad del hombre para comprenderse a sí mismo, para hacerse, de una vez, responsable.

En un acto de cobardía el hombre no acepta el torrente del dolor del mundo, Prefiere obedecer a dar órdenes. En grave error, considera la humildad con aprecio, incluso admiración; una disciplina de la moderación que se escupe a sí misma con ignorante desprecio.

Sobreponerse y superarse ante el estado anómico requiere proponer un sentido contra las torturas de la moral. La desorientación provocada por no ir de la mano del sentido que se deshace.

Cierto, por eso Nietzche considera la religión como una solución burda del hombre para no encontrar su propio yo, le consideran ateo o antidios, nada mas lejos, el solo hace referencias al hombre.

Séneca
23/12/2007, 16:39
Alberto, solamente vertí mis conocimientos sobre Nietzsche y el contexto que le sirvió para exponer las ideas que tú discutes. Saludos.

josell
23/12/2007, 16:48
Nitzsche me parece una persona muy sincera, directa y seria.

Pero veo que suele confundir religión con espiritualidad.

También suele al hombre como necio, por el simple hecho de que cree en Dios (por ejemplo). Bueno, yo respeto su opinión, el busca que el hombre sea lider para si mismo, es decir, busca la existencia de los superhombres. Busca que no existan clones. Y efectivamente, eso e slo que busca Dios; solo hay que leer la Biblia. El busca lo mejor para sus hijos. El busca su felicidad. Y la esclavitud, no es felicidad.

Eso es bueno, pero, aveces Nietzsche exagera, y suele poner a la religión como la mala, y aunque lo sea, no tiene porqué mezclarla con otros términos ni menos generalizarla.

Debo admitir que mi opinión hacia este filósofo es muy variada y amplia; y quizá vaya cambiando con el tiempo, mientras voy conociendo más de su personalidad.

saludos.

Séneca
23/12/2007, 17:56
Josell, no eres el primer cristiano que parece admirar a Nietzsche. Y es cierto lo que de él dices: Nietzsche era un pensador y filósofo muy honesto. Ahora mismo puedo decirte que teólogos protestantes como Karl Barth tomaron en cuenta la filosofía de Nietzsche y sus críticas al cristianismo para desfilosofar el cristianismo, como es la tendencia en la Iglesia Católica. Así que, ánimo, Josell, podrías partiendo de Nietzsche hacer tu propia reflexión cristiana, como muchos filosófos (Gabriel Marcel), teólogos y pensadores cristianos han hecho. Suerte.

Santiago bolso
23/12/2007, 20:36
¿Marx metafísico? No, todo lo contario.

No entiendo Alberto como se pasa de una moral de esclavo como decía Nietzsche a la anomia.

Nos vemos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/12/2007, 06:48
Vaya, vaya; así que somos más los que vemos a Nietzsche como un problema complejo, algo más que una filosofía errónea.

Séneca, me sorprende que conociendo el contexto del problema Nietzsche no hayas participado ante las provocaciones sin justificación de algún forista. En efecto, comparto en buena medida tus comentarios, los de elrector y josell.

Lo que comentas del subjetivismo de la filosofía kantiana yo lo replantearía como que Kant, lo que supone, es un límite al objetivismo. Aunque Nietzsche no es kantiano, conoce bien su profundidad. Cuando lo llamaba el ininteligible criticaba el sentido ensimismador de la proposición filosófica. El lenguaje como principio de realidad es censurado por la necesaria irracionalidad a la que lleva, aun momentáneamente, y disfrazado de lo que oculta: sus vergüenzas y sus culpas. La interpretación del símbolo de lo sagrado es el trueque falsificador que engaña donde no se comprende, como el sofista conceptuoso de su admirado Lichtenberg. Quiere agotar y acotar lo que se diluye y vuelve ¿La puridad? no, la borrachera que se asume como fin en sí misma; más que fortaleza, triste ejercicio de ignorante debilidad.

Me inquieta que viese claramente la predisposición desde una fina intuición e hiciese pedazos la necesidad de la conclusión. En cuanto la causalidad es tal es determinada, cierta irreversibilidad; pero en las predisposiciones no cabe hablar de causalidad, o mejor dicho, de determinación. Por esta sola razón, me he revelado contra su crítica a la compasión de Schopenhauer, que es similar, pero no la misma, a la del cristianismo. Esta idea la exprimo sacando una orientación propia, a priori, hacia el otro. El problema es que la voluntad de poder es contraria a ella, pero no por ello es falsa. La paradoja muestra que necesitamos una teoría mejor que lo explique. La propensión se vuelve altamente compleja a partir del momento de “hacerse cargo”, nuevamente responsable, pero no culpable. El eterno retorno y la voluntad de poder haciendo lo que la filosofía de la ciencia es incapaz, rendir cuentas del significado de las más complejas teorías. Si no, que nos aclaren lo que Pompilio llama “orden aparente”. Si es aparente no es en sí, se está afirmado su propia crítica. Son los problemas de no entender las cosas.

En cualquier caso el continuo atractivo de Nietzsche se basa en su genial obra como universal. Es una obra de arte acerca de las entrañas en un momento de valentía.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/12/2007, 08:42
Santiago, la anomia es un efecto inmediato, como propongo contrariamente a Merton. La mediación puede explicar la anomia causalmente, si acaso, pero es un problema que está “siempre dándose, y nunca, por fin, dado”. El momento definitivo, que pudiera ser el científico, no es un conocimiento en vano, es algo limitado a ese algo y ese momento (y de hecho, Merton hablaba de teorías de medio alcance); el resto, es pretender el cese definitivo, y eso es puridad.

Mi lectura de Durkheim ve el efecto como el problema teórico de la sociología y su necesidad de acercamiento funcionalmente limitado. Es decir, los efectos no son partes separadas, sino que forman el todo. Como dije en un tema de Pompilio de hace meses, debemos problematizar esa causalidad social, y ver qué más cosas intervienen en la variabilidad. No causa sino función, no sólo el momento sino el proceso.

La anomia no es lo que la provoca, su propia causa. Repito que uno es inmediato y el otro mediato. La pérdida de objeto moral supone el extravío, que era toda su orientación. Esa incapacidad es su irresponsabilidad. Como en “San Manuel Bueno mártir”, cede ante la comprensión de los pobres de espíritu. El problema es universal, el dolor y la insuficiencia, pero es en uno a partir de la voluntad de poder.

La moral de esclavo sirve pensando que es amo sin serlo, como el libre arbitrio (Nietzsche decía “¿qué libertad?”). La responsabilidad superficial de ese tipo causal de responsabilidad.

El sentido de anomia es la putrefacción de la moral, la corrupción de lo verdaderamente moral por la infección del disfraz. Esa conclusión desestima el valor de la religiosidad y espiritualidad humana, para usar términos de josell. Ese rito de la espiritualidad termina en la desapropiación por parte de símbolos de lo que era verdaderamente espiritual. Pero no siempre el rito fue moralmente enajenante, como se puede extraer de los estudios de Durkheim y Manilowski. En otros términos, el dinero es un torrente que siembra anomia, pero ahora es causalmente, donde sí apruebo a Merton.

En este sentido el dinero, como expectativa y objeto de libertad de poder, lleva a lo que llamé nihilismo social. En “La filosofía del dinero”, el profundo y complejo estudio de Simmel, planteó una dialéctica representativa que dejaba los primeros objetos morales perdidos de la mano de Dios . La condición de modernidad se puede estudiar, y de hecho se estudia, desde esa malinterpretación de lo moral. La enajenación y artificialidad no son más que formas de desapropiación de la dignidad humana, la que, como dice Séneca, es auténticamente creadora.

Y feliz Navidad

Séneca
26/12/2007, 13:50
Alberto, yo tengo mi grado en sociología y soy aficionado a la filosofía. He estudiado casi todas las obras de Nietzsche durante los últimos dos años. El término tuyo de anomia no recuerdo haberlo encontrado en Nietzsche, pero sí en un teórico de la sociología, el francés Emile Durkheim. Creo que hay un problema en usar un término como anomia para entender a Nietzsche, aunque podría no serlo tal vez si se estudia Nietzsche desde un enfoque durkheimista. Nietzsche conocía a fondo el problema de la crítica kantiana y se percató de cómo, a partir de su filosofía, e irónicamente con sus premisas de que el conocimiento y la moral se reducen al hombre, sus sucesores en filosofía revirtieron esta premisa, como en Schelling y Hegel, y comenzaron el sujeccionismo moderno. En Schelling, el problema humano pasó a segundo plano respecto al Espíritu que redujo a naturaleza de lo invisible y la naturaleza a espíritu visible. En Hegel, el ser humano solamente es parte de un proceso dialéctico de alquimia de las ideas en espíritu. Aquí el ser humano es libre, como decía Hegel "con la consciencia de la necesidad (del proceso dialéctico en que se encuentra)". Nietzsche se percata que la filosofía y también la ciencia subordinan al ser humano a categorías, cualidades o cuantidades (estadísticas) en el caso de la ciencia, mientras en la filosofía le niega libertad frente al conflicto de ideas de Hegel, la historicista marxista lucha de clases, y que tampoco de ello están exentos los filosofías liberales de su tiempo, como Stuart Mills, pues subordinan el ser humano a la mayoría de los humanos. De ahí es que ataque con dureza a Rosseau (léase en Sciencia Gaia). Y para colmo hasta el mismo Schopenhauer, acérrimo enemigo de Hegel, hacía al ser humano sujeto, pues lo hacía dependiente de una voluntad ciega, manifiesta en los deseos, insatisfacciones, placeres, odios, amores, y como solución daba el rechazo de tal voluntad, mediante el suicidio, misticismo y renuncia a la voluntad de vivir gradualmente como en el budismo. Contra todas estas filosofías sujeccionistas respecto al ser humano, Nietzsche se rebela, y propone a la humanidad el superhombre (Also Sprach Zaratustra), que no debe interpretarse como una una especie, sino como el hombre que asume sus límites, no como justificaciones de las soluciones de Schopenhauer, sino para asumirse a sí mismo, asumir su función creadora, que solamente puede acometer reconociendo sus límites para hacer más, no para autoinfligirse o autolamentarse. La cuestión de la anomia Durkheim la planteaba (estudié más de 1 año a Durkheim e igual a Schopenhauer) para representar no un absoluto caos, sino un estado social (crítico) en vías de una mejor solidaridad social en el que el individuo se siente inadaptado, se ha perdido de su solidaridad social, y puede llegar al suicidio (Le Suicide, 1897). En el caso de Nietzsche, es posible que haya algo de la anomia que describe Durkheim (si se enfoca al estudio del contexto histórico en el que se elabora la filosofía de Nietzsche), pero la filosofía de Nietzshe es una ácida pero bien concertada crítica contra el sujeccionismo de la modernidad, o de todo aquello así llamado.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
27/12/2007, 02:53
Séneca, leo con placer tus aclaraciones y comparto casi todo lo que dices. Pero aclaro:

En efecto, tampoco conozco ninguna mención de Nietzsche a la anomia, pero me refería a la desorientación social. Puse el nombre al haber dado ese tipo de enfoque en otro tema.

Yo cojo de Kant la configuración de lo real, el efecto totalizador que supone más que el sujeto. El límite del sujeto es lo que he denunciado como la debilidad del pragmatismo, pero a su vez su mediación, y así, creo recordar haber hablado del pragmatismo de Nietzsche, que es hacerse cargo (nunca he visto al superhombre como una simple especie). Por eso, la admiración de Nietzsche por la disciplina.

En El suicidio, como he dicho, la anomia es el reverso de la solidaridad. Solidaridad como el efecto inmediato ante el otro, no una solidaridad cristiana, que es una síntesis irresponsable. Ese efecto es lo que relaciono con la compasión de Schopenhauer. Esta idea debe ser tomada desde un enfoque evolutivo o como principio de realidad o adaptación. Aquí es importante su teoría del dolor, que no es un dolor físico ni psicológico, sino como condición de participación del mundo.

Lo que quise comentar, no obstante, es el hacerse cargo del significado, lo que consideras crear.

Insisto en que el subjetivismo de Kant es más un límite al objetivismo que una mera objeción lógica al sujeto. En su día, me embuclé contra el pragmatismo de James y Dewey, porque lo veía irresponsable epistemológicamente, al igual que me pasó con la CR Práctica. Entonces, quise re-enfocar a Kant desde el imperativo de los hechos morales de Durkheim, siendo la solidaridad fundamental. El imperativo de Kant se hacía real en Durkheim respecto al otro, como el fundamento de lo moral de Schopenhauer, que encuentra el de Kant abstracto.

Séneca
27/12/2007, 12:12
Gracias, Alberto. Cuando hablo que de Kant parte un sujeccionismo, no me refiero al aspecto ético ni social (Kant hablaba de la importancia del deber en el sujeto tanto para sí como para otros seres humanos y de la conciencia del deber representada en la razón práctica del sujeto), ya que el sujeccionismo de Kant es epistemológico y gnoseológico. Más bien, me refiero a quienes le siguieron en filosofía, como Schelling y Hegel. Ellos sí hicieron un sujeccionismo que no se limitaba a lo epistemológico y gnoseológico, sino también metafísico, y en el caso de Schelling se sometió la ontología humana a la metafísica; en Hegel ontología humana y metafísica se confunden. Y para terminar, el mismo Schopenhauer, a pesar de sus diatribas contra Schelling y Hegel, hizo una filosofía parecida a Schelling en cuanto somete ontología a metafísica, salvando que esta vez no es una metafísica eidética sino analógica a la Física de Newton, pues señala que el mundo (incluyendo el ser humano) es guiado por una voluntad ciega manifiesta en la naturaleza por la gravedad y en el ser humano por los deseos, amores, odios, frustraciones, placeres, sufrimientos, los cuales, según Schopenhauer, encarcelan al ser humano y no le permiten la verdadera felicidad por cuanto todo deseo satisfecho no supera los insatisfechos. De ahí que apele a renunciar a la voluntad de la vida, por cuanto la veía como una esclavitud a nuestra individualidad. Es decir, con Schelling y Hegel la ontología humana se somete a la metafísica; en el caso de Schopenhauer, la ontología humana es fundamentalmente la causa de nuestra sujección. Ahora creo entiendes por qué Nietzsche quería el superhombre, es decir el superhombre es un llamado al ser humano a liberarse de la ontología sumisa de Schelling o Hegel o de la ontología nihilista de Schopenhauer. Claro, ésta es la explicación del superhombre de Nietzsche desde la perspectiva del contexto filósofico en que lo elaboró. Hay otras explicaciones, aparte de esta. Y respecto a la compasión, creo no entiendes a Nietzsche y parece tampoco te percatas de las consecuencias de la compasión schopenhaueriana. La compasión schopenhaueriana se asemeja a la cristiana, con la excepción, es usada para debilitar el amor del ser humano por su vida. De forma que no es más que un método para prepararse a la resignación total ante la muerte, vista ésta como salvación del ser humano esclavo de la voluntad ciega o infinitos deseos casi totalmente insatisfechos. Esta compasión es autodestructiva: yo soy esclavo de la insatisfacción, luego, debo liberarme de esta insatisfacción, y recurro a la compasión, para hacer mi vidas irrelevante, ya que unos están mejor que yo y muchos peor que yo, por lo cual mi vida no vale, ni de afortunado ni como el peor miserable. Nietzsche se rebela contra esto: rechaza la compasión, y mediante él, al cristianismo, porque por medio de Schopenhauer ha captado la verdadera naturaleza de la fe cristiana, la naturaleza nihilista del cristianismo disfrazada con el mito judeocristiano bíblico. De ahí sus severas críticas al cristianismo y a la compasión, porque Nietzsche quiere levantar al hombre, sacándolo de la sujección a la fe, a la moral, a la metafísica y sus ideas, e incluso a la ciencia. Nietzsche quiere ver al hombre como creador, y vé en sus limitaciones obstáculos que superar, y vé en la objeción del humano creador por sus limitaciones una actitud pasiva o reaccionaria (es decir, actúa siempre entre obstáculos y no superándolos). De ahí que la filosofía de Nietzsche sea la más genuina y honesta expresión de vitalidad: es una filosofía vitalista, no nihilista. Niega los valores tradicionales porque los considera pretextos para limitar al ser humano. De ahí que apele a su destrucción y construcción de otros que contribuyan a favorecer la vida. Es este llamado de Nietzsche a destruir los valores tradicionales lo que ha llevado a ser malinterpretado como nihilista, especialmente por gente que no le han leído o estudiado bien, y sobre todo, por ignorantes. Esto lo diré de cuenta mía: el mundo no necesita compasión sino cooperación. De Durkheim, el suicidio no necesariamente niega el otro, se te olvida que Durkheim estableció tres clases de suicidios: 1) suicidio egoísta 2) suicidio anómico 3) suicidio altruísta (Le Suicide, 1897) En el suicidio altruísta, Durkheim habla de aquellos que se suicidan por el bienestar de su grupo, como los kamikazes japoneses estrellaban sus aviones sobre objetivos militares americanos, y los suicidas del 11 de septiembre de 2001 en World Trade Center en nombre de Alá. El suicidio anómico no se da contra personas como contra un cambio inesperado en las circunstancias que no puede entender o sobrellevar. Es en el suicidio egoísta donde sí se niega o quiere negar al otro, pues el suicida se siente solo o incomprendido y como una manera de expresar su desprecio u odio hacia la sociedad que no comprende se suicida. Creo que he expuesto estos puntos de manera clara y espero podamos entrar en un sano debate. Me alegra al fin conocer a alguien con la estatura filosófica suya. Saludos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
28/12/2007, 03:10
Séneca, excelente aporte. Voy a tratar de aclarar lo que te parezca que he confundido.

En efecto, el deber kantiano es una consecuencia práctica de una insuficiencia de la razón, pero con una pretensión universalista. Aunque él hablaba del a priori moral, nunca dio la suficiente importancia a su enorme grado de abstracción, que es su debilidad, tanto en la CR Pura como en la Práctica. Lo universalista pretende fundamentarse a sí mismo y así tiembla, como las verdades en la cuerda floja de Wilde.

La compasión de Schopenhauer me interesa al ser algo inmediato, un sentimiento moral que no tiene por qué formar parte de la moral. Yo no la extraigo estrictamente de él, sino del a priori moral no en abstracto, al que pongo condiciones. Como he dicho, el efecto inmediato ante el otro, que es una primera condición. Por eso estoy tan cerca de Durkheim. Mi pega a Nietzsche reside en que él critica la mediación, cuando es inmediato. De símbolos nada, es un momento distinto. El juzga la conclusión, el momento de ser compasivo; propongo que el otro enfoque es una condición anterior a ese momento, no es analítico, sino dándose en el proceso. Sobre esto propuse un texto de Bauman en relación a Lévinas y las síntesis, que problematizan su desensimismamiento al no ser dadas en el tiempo. Por supuesto, creo que podemos estudiar su mediación al igual que lo que es independiente de ella.

Con respecto al suicidio no he dicho que necesariamente niegue al otro. Hablando de anomia me refiero, por supuesto, a ese tipo de suicidio, los otros son distintos problemas. Me he referido a la anomia como el reverso de la solidaridad, al ser ésta un todo significativo. Esa es la razón por la que me atreví a relacionarlo con Nietzsche, no podemos ser sólo víctimas de los demás.

Tu propuesta de cooperación en vez de compasión creo que es lo que te puede llevar a pensar en esto y el cristianismo. Mi uso de la de Schopenhauer es al ser comprensión más que compasión. Es decir, me hago cargo del otro al entenderme en él. Si estudiaste sociología tal vez me entiendas mejor desde Peirce y Mead que desde una posible malinterpretación del significado estricto de Schopenhauer. Para bien o para mal yo hago propios los autores y no me importa modificar lo que sea si es bueno para la teoría. En este sentido te aclaro que mi relación con la compasión estricta (en “EMCVYR” y “LDPFDLE”) fue hace más una década y entonces no me interesé por ella. Ha sido en estos últimos años cuando la he repensado. En cualquier caso, me hago responsable de mis interpretaciones y nunca a los autores originales. Si cito a los autores es por agradecimiento, no por otra razón. Quiero decir que siempre es qué, no quién.

Por último, y relacionado de nuevo con la cooperación, ¿no la ves como una forma de solidaridad?. En mi caso, sería la solidaridad desde cierto grado de racionalidad, en sentido de Weber, claro; pero entonces ya no es igualmente inmediato.

Un saludo

Séneca
29/12/2007, 16:25
Me alegra recibir su respuesta, Alberto. La insuficiencia de la razón por la cual se deriva el deber kantiano es la imposibilidad de establecer una ética basada en la razón pura, es decir por el desconocimiento del noúmeno o cosa en sí, además de que la realidad sólo puede ser comprendida por categorías de la razón o intuiciones de la sensibilidad y por tanto es susceptible de la relación fenoménica de la razón con las cosas. De ahí parte lo que dices del deber de Kant, y también el que sea abstracto. Usted tiene razón al considerarlo abstracto: de ahí que para muchos se hiciese urgente una filosofía o metafísica que trascendiese lo fenoménico como las de Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer. Acepto como valido que considere concreta la compasión de Schopenahuer, pero solamente en relación con el deber abstracto de Kant. Obviamente Schopenhauer toca la fibra de lo existencial (propone una metafísica irracional y voluntarista pesimista con un remedio existencialista nihilista) y es correcto que la compasión es algo que puede llevar a uno a solidarizarse con el mundo, pero el problema es que, como también decía Schopenhauer, el ser humano es una vorágine de deseos, caprichos, apetitos, y si bien a algunos la compasión los puede llevar a la solidaridad social, a otros les va servir de represor de su propia personalidad en nombre de una interpretación generalizada de la compasión y sus consecuencias, ya que para Schopenhauer la compasión es un medio para la nada, y por tanto no un objetivo (de hecho, por eso mismo Schopenhauer la proponía, puesto que su objetivo debía ser movernos a rechazar la voluntad de vivir y abrazarse a la nada [de ahí que sea una solución nihilista] mediante la consciencia del mundo cruel y arbitrario que nos empuja a la conducta compulsiva, y del cual tenemos que renegar con la solidaridad venida de la compasión pero como ya indiqué como medio no como fin u objetivo) y por tanto podría producirles a muchas personas conductas o actitudes escapistas. He ahí una razón de la crítica de Nietzsche: es consciente del uso de la compasión de manera patológica y propone que asumamos nuestras vidas como somos, buenos y malos a la vez. Pero no le niego que desde la perspectiva pragmática la compasión sea ventajosa al deber abstracto. Saludos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
31/12/2007, 09:07
La alegría es mía, Séneca.

La consecuencia de lo abstracto y vacío del problema kantiano asienta los pies en la realidad del hombre permitiendo cierta coherencia desde la misma filosofía kantiana. Es lo que acepto del pragmatismo, hacerse responsable y actuar en consecuencia, pero el error es verlo definitivamente, pues es un problema continuo. El enfoque del pragmatismo en James o Dewey me resulta insuficiente por ser interesado, de forma que deja que la insuficiencia ocupe el puesto epistemológico. En mi opinión, Peirce, único pragmatista al que admiro, era pragmático en el sentido kantiano, lo que lo hacía riguroso con respecto a lo incondicional y su relación con lo condicionado -la configuración del marco donde se establecen las relaciones-. Peirce interpretó el mundo como una dirección tomada entre los objetos y nosotros a través del pensamiento con rasgos hegelianos que deniegan de toda la ebriedad de ese “mundo de locos” del que sólo saca su “secreto”, es decir, la continuidad como puesta en relación de las síntesis en la terceridad por la mediación del pensamiento.

El aspecto representacional de Schopenhauer tomó las enseñanzas de Kant, pero se centró en lo que éste había considerado la negación de la libertad y racionalidad, o sea, la voluntad. Deshacerse de ella, la persecución obsesiva de Schopenhauer, se hizo metafísica más que abstracta, como bien dice usted, pero su momento abstracto se reproduce igualmente. Su teoría del dolor universal era, pues, metafísica. El movimiento irracional de la voluntad tenía un desenlace trágico y sin sentido. Aun cuando creo que Schopenhauer profundizó en la esencia humana de manera mística, muchas de sus ideas explican la dirección de nuestras acciones. No es casual que dejase huella en Simmel, Weber o Tönnies.

Cuando relaciono la compasión con la solidaridad me refiero al impulso de orientarnos a los demás para crear significados que nos superan, síntesis irracionales con sabor moral que determinan su propia finalidad, similar al enfoque de Durkheim. Aquí es donde encontré mucha relación entre Weber, Durkheim, Simmel y Peirce.

Peirce parece sacar de Kant la finalidad en los objetos sociales a partir de las configuraciones de lo real, cobrando el sentido, como digo, la finalidad, en sí mismos. La relación social como orientación es un requisito lógico que despliega y posibilita lo moral, sea esto lo que sea.

Atentamente

Séneca
31/12/2007, 12:52
Alberto, me alegra que hayamos progresado en el debate. Ahora entiendo que su comparación de la compasión de Schopenhauer con la solidaridad de Durkheim tenga sentido, pues Durkheim hablaba de manera irracional para su época sobre la solidaridad social al considerar el crimen como necesario no solamente socialmente sino para mantener la solidaridad social, aunque solamente cuando el crimen no sobrepasara las fortalezas del sistema jurídico y por ende la solidaridad social. Durkheim hablaba que cierta cantidad de crimen no hace otra cosa sino reforzar y renovar la fortaleza del sistema jurídico y de la moral. La compasión de Schopenhauer, con su consciencia de la realidad trágico pesimista de la humanidad, permite un asidero concreto, existencial a la promoción de la solidaridad social y también de las conductas negativas que ayudan a reforzar y renovar el sitema jurídico y la solidaridad social. Saludos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
02/01/2008, 09:01
“El principio de rebelión es, pues, el mismo que el principio del conformismo. A la naturaleza verdadera de la sociedad el individuo se conforma cuando obedece a la moral tradicional; a la naturaleza verdadera de la sociedad él se conforma cuando se rebela contra esta misma moral …” (E.Durkheim)

Se ve así que lo moral es orientarse a los otros, aunque se pueda dar en distintos grados y sentidos.

Fenómenos modernos como el individualismo, vistos por gente como Simmel, dan cuenta de que la falta de significado no es más que una justificación del mismo o, tal vez, su anhelo, como sucede en la anomia.

“porque las formas mórbidas de un fenómeno no son de otra naturaleza que las normales y, por consiguiente, es necesario observar tanto las primeras como las últimas para determinar esta naturaleza.” (E.D.)

Por eso justifiqué la necesidad de superar prejuicios –la inclinación de la mediación- y ver cómo somos realmente morales y qué morales somos.

En este sentido es la atracción de los contrarios, que no hacen si no reproducirse.

Durkheim fue claro con respecto a la dialéctica porque es un método para justificar los pasos dados, no para guiar los nuevos. Unos reproducen y otros crean. Desde la solidaridad como una forma creativa de las síntesis sociales se hace el rigor ético un problema. Esa especie de determinación de la libertad, como diría Schopenhauer, es un contrasentido. Y como diría Spinoza, piensa la piedra que cae, cuando cae, que cae porque quiere.

Conozco pocas referencias de Durkheim a Schopenhauer, pero, si no estoy equivocado, eran en relación a la naturaleza humana. El alcance de la solidaridad es una forma objetiva de comprender al otro, pero así ya no es inmediato. Aunque las formas objetivas pretenden racionalizar, la irracionalidad sigue ahí.

Un saludo

Pompilio Zigrino
02/01/2008, 15:44
Para mí, la anomia de Durkheim implica que hay normas sociales que a veces no son tenidas en cuenta por el individuo, lo que implica una actitud autodestructiva.

Para Nietzsche, la moral es una cuestión convencional (relativismo moral) por lo cual la ética cristiana es una ética tan legítima como la que él mismo propone. La "transmutación de los valores" implica que la moral que surge por la costumbre, y por influencia del cristianismo, ha de ser cambiada por lo que él propone.

Es nihilista porque es relativista moral. Si no hay una moral objetiva, no hay un sentido objetivo del universo...etc. Resuelve fácil el tema de la ética....

En cuanto a la "compasión", es una actitud que no surge de Cristo sino de sus seguidores. La actitud de amar al próximo no tiene ninguna "debilidad" asociada.

La cuestión es saber si la sociedad marcha mejor con la ética de Nietzsche o con la de Cristo. Se ve que son opuestas, basta leer El Anticristo.

Séneca
02/01/2008, 16:52
Difiero de usted, Pompilio, porque la moral no surge sino de cosmovisiones. Y estas cosmovisiones, llámese religión, ideología o ciencia, sugieren conductas acorde a sus leyes, creencias o hechos. Pero de ahí no se deriva que la moral derive de una voluntad universal, llámese Dios o razón universal. La ética es el terreno de dilucidar la moral correcta o de las conductas correctas según el método del enfoque en la ética que dilucida. La moral no existe, solamente es una serie de prescripciones a la conducta por parte de la gente, y los problemas que se plantean en su nombre solamente se plantean en relación a un enfoque ético o social o del popularmente llamado sentido común, que no es otra cosa que determinado grado en que las prescripciones morales o una cosmovisión ética está internalizdo en la conciencia y conducta del individuo. En el caso de Nietzsche, el problema de la moral no surge porque viese que fuese necesariamente buena o mala, simplemente que se antepone a las prioridades biológicas y psicológicas del ser humano, y luego mantiene un sujeccionismo, como el iniciado por Kant con el deber abstracto llegando a su mayor extremo en la compasión nihilista de Schopenhauer. Nietzsche se percata que el ser humano tiene la moral como un pretexto, no como un presupuesto de su constitución antropológica o humana, por lo cual la moral, por sí sola, dice al ser humano qué hacer pero no le dice quién eres. De ahí la crítica de Nietzsche a la moral.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
03/01/2008, 03:48
La anomia es, en cierto modo, la ausencia de normas que crean la desorientación del actuar del hombre en sociedad. El hecho moral de Durkheim sobrepasa la conciencia individual en su pleno sentido social, la forma de ser más que uno y entenderlo inmediatamente. Podemos hacer una importante distinción: la anomia como efecto de un vacío formal –como el caso de la delincuencia o la pobreza- o como el efecto de la pérdida del sentido de la solidaridad. Conviene que aclare que el uso de que doy a la solidaridad no es en manera alguna una solidaridad caritativa ni nada parecido. Es el efecto ante el otro, la necesaria orientación social. La solidaridad extraída de “La división del trabajo social”, “El suicidio” y “Las formas elementales de la vida religiosa”, da cuenta del efecto orgánico que se produce. En el desenlace social surge algo parecido a una aclaración, que yo interpreto como las síntesis sociales. Si se hacen objetos pierden su natural inclinación moral, pues hacen digno el símbolo y no al hombre entre otros hombres. Esto lo llamé nihilismo y es buena parte de la crítica de Nietzsche.

Un saludo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
03/01/2008, 06:10
Releyendo el aporte del Sr. Zigrino cuando dice “hay normas sociales que a veces no son tenidas en cuenta por el individuo, lo que implica una actitud autodestructiva”, extrae la autodestrucción de la no adaptación o aceptación de las normas. La primera vez que leí a Durkheim, sin a penas conocerlo, me impresionó la distinción que establecía entre causas y efectos y el peligro de confundirlas. Creo que se deriva de asumir finalismos que son limitaciones a priori del intelecto humano. Las causas eficientes son distintas de las causas finales, y no podemos tomar las unas por las otras. El mismo Sr. Zigrino, hace algún mes, llamó la atención sobre el elemento de retro-alimentación propio de los estados de conciencia, siendo el hombre un grado de enorme complejidad. Básicamente estoy de acuerdo con él pero lo veo una situación problemática por sus propios términos emergentes, y él lo suele ver como invariabilidad y ley natural. Esas diferencias de niveles, que sé que él ha pretendido aclarar, más que mostrar una contradicción nos debieran llevar a proponer teorías que los relacionen. Como le he dicho en más de una ocasión, su realidad y la mía son las mismas.

Si la autodestrucción fuese por la anomia no habría mucho problema, el problema es qué cosas conducen a la autodestrucción. Parecía que podría ser el clima, pues no; los problemas económicos, pues no; ¿qué reduce la propensión al suicidio?: la solidaridad.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
03/01/2008, 06:13
Dice Séneca:

“la moral no surge sino de cosmovisiones. Y estas cosmovisiones, llámese religión, ideología o ciencia, sugieren conductas acorde a sus leyes, creencias o hechos”

Esa plasticidad se extrae irremediablemente de Kant. Las antinomias no consiguen resolverse “definitivamente”. Es la debilidad que, dice Séneca, vio Nietzsche. Si no hay Dios, él se hace cargo; si no hay Dios, hay que inventarlo; si no hay Dios, ¿por qué no somos nosotros nuestro propio Dios?. Para Durkheim, sin duda, Dios somos nosotros, no como superhombre, sino como el fruto de la relación con los demás -en sus formas sagradas-. Los demás como fines y no medios era la base para la universalidad de la ética con arreglo a la razón kantiana; desde Durkheim, ¡y Peirce!, la orientación social atrae como un fin en sí mismo. La clara insuficiencia moral del hombre se proyecta hacia el sentido donde éste se descubre a sí mismo.

La influencia del pensamiento de Nietzsche en algunos de los grandes sociólogos no fue una defensa del relativismo, la crueldad o el odio, sino la conciencia de un nivel de hacerse cargo.

El enfoque de Durkheim de la normalidad debe ser su conservadurismo, pero en sus mismos términos está su modificación. La solidaridad es un efecto que se añade en la relación del uno con el otro como un tercero. Ese efecto es lo moral, que no tiene por qué ser parte de la moral. La configuración de la moral no niega el a priori moral, lo enriquece y lo “sujecciona”, como dice Séneca

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
03/01/2008, 07:42
En cualquier caso, mis referencias a la compasión de Schopenhauer debieran ser tomadas, como dije, más como comprensión y encontrarse en el otro. Dicho de otra forma, el dolor es la condición universal que permite encontrarse desde su entendimiento, idea más cercana a sus influencias orientales que al cristianismo.

En el aforismo 7 de El anticristo hace una afirmación, “La compasión obstaculiza en conjunto la ley de la evolución que es la ley de La selección”, que se opone a la función evolutiva que tendría la solidaridad. Tal vez nos pueda aclarar Séneca este punto. La evolución no mira al individuo sino a su conjunto. Las tentativas más exitosas no hablan de ser fuertes o débiles, sino de si consiguen sobrevivir. Lo que llama el instinto “depresivo y contagioso”, en el sentido de solidaridad, es una prueba contra las debilidades que proporciona la anomia. Por otro lado, aquel que es guía de su destino y no va de la mano del rebaño sentirá la fortaleza de la soledad y no las pesadillas de los demás. De cualquier manera, la teoría de Darwin sobre la expresión de las emociones está orientada contrariamente al sentido de Nietzsche, al igual que La teoría sobre el origen del lenguaje. Quiero decir con esto que el otro puede ser un sentido que engrandezca e, igualmente, empequeñezca. Lo importante es que es un sentido

Creo que fue en “Sociología: estudios sobre las formas de socialización“ de Simmel donde afirmaba que ser social fue un camino por el que optó el hombre, idea probablemente falsa, pero de enorme interés. La tendencia a reproducir estructuras nos indica cuáles llegan a perdurar. Sabemos mucho de ellas negándolas y poniéndolas “en la cuerda floja”.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
04/01/2008, 08:57
“No es propio del corazón humano ponerse en el lugar de los que son más felices que nosotros, sino de aquellos que son más dignos de compasión”

Esta cita corresponde al Emilio de Rousseau que usa Schopenhauer para subrayar lo positivo del sufrimiento. Niega la fortaleza de su contrario, el placer y la satisfacción. Conviene aclarar, de nuevo, que la teoría del dolor es metafísica y no psicológica. No se trata de un dolor común, como el pinchazo de un alfiler, sino de la continua mediación entre las representaciones.

“Podemos, desde luego, alegrarnos de la felicidad, el bienestar y el placer del otro; pero esto es secundario y está mediado por el hecho de que antes nos había afligido su sufrimiento y privación; o también participamos con el que está feliz y goza, no como tal sino en tanto que es nuestro hijo, padre, servidor, subordinado, etc. Pero el que está feliz y goza no excita puramente como tal nuestra participación inmediata, como lo hace puramente como tal el que sufre, carece y es desgraciado” (Arthur Schopenhauer de Los dos problemas fundamentales de la ética)

Ahora si, es el propio Schopenhauer el que habla. Aquí se de debiera ver el sentido que doy a lo mediato e inmediato. Lo inmediato pertenece a la parcela de la cosa en sí diferenciada y alejada, por ello, de nosotros.

No puedo aceptar compartir sólo el sufrimiento. La solidaridad, como yo la entiendo, no atiende sólo a positivos o negativos, a dolores o placeres, sino a cualquier grado de ellos; es decir, es más importante lo que nos relaciona que cómo nos relaciona o, dicho de otro modo, la relación en tanto que relación, no como tal o cual forma.

Es importante ver la diferencia de que Schopenhauer se centre en el otro sólo como sujeto de dolor y fundamente ahí la moral, y que yo vea lo moral -lo ético- como el sentimiento inmediato ante el otro –por solidaridad y no sólo compasión ante un dolor no-propio-pero-sí-universal-. No necesito hacer malabarismos metafísicos para probar su efecto. La relación con el otro es un fin en sí mismo, no hay motivos u otros medios, insistimos en que es inmediato. Ahora, debiéramos comprender la mediación, su desensimismamiento y su determinación.

Aun así, el efecto de lo que llama el otro, que es no-yo convertido en un modo del yo, era la base de mi relación entre la compasión y la solidaridad. Como le dije a Séneca, no es importante que no fuese estricto con mis interpretaciones de los autores originales, me hago yo responsable. Lo que tomé de Schopenhauer o Durkheim lo hice mío, originalmente las intuiciones eran suyas, pero ahora son mías.

La corrupción del sentido del otro por lo artificial de la ignorancia de sí es la indeterminación ética de la irresponsabilidad a la que me refería en el principio de este tema.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
05/01/2008, 07:43
O sea, que el conocimiento de sí determina la responsabilidad contrariamente a su ausencia. El sentido del otro es la fortaleza del impulso moral y su propio cauce. La anomia es, pues, el efecto, no la causa.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
05/01/2008, 09:28
Quiero aclarar la necesidad de separar lo mediato de lo inmediato, que es la distinción entre lo que es propiamente y lo que es dado, la cosa en sí y el fenómeno. Lo inmediato abre la posibilidad de su desenlace, que se determina a través de la mediación. Fijémonos en que la tautología dura mientras carezca de sentido, mientras esté sola, abstracta y pura; la mediación es justamente anterior a la síntesis y su determinación.

Esta fenomenología sale, en coherencia, de Kant y no de los excesos de Hegel. El límite que supone la filosofía kantiana se supera así en la mediación, como digo, en el desensimismamiento. Sin duda, esta dialéctica debe rendir cuentas a su expresión, no a su contención, aunque no se supere finalmente –es continua, no final-. Es, por ello, la justificación del pragmatismo, que es hacerse cargo coherentemente con su limitación.

Séneca
08/01/2008, 11:00
Vamos a debate, Alberto. La moral nunca es un hecho, no puede ser probada ni por investigaciones, ni por estadísticas ni por medio empírico. Por lo cual la moral solamente puede ser vista como una serie de prescripciones a la conducta y el modo de pensamiento de acuerdo a la cosmovisión (religiosa, ideológica, científica) que tengamos del mundo. Cuando aquí hago referencia a cosmovisiones lo hago en sentido semejante al del filósofo, teólogo y sociólogo Peter Berger. Debería saber, Alberto, que el mismo Durkheim, en su preámbulo a Le Suicide, 1897, reconocía que la comprensión cabal de la problemática del suicidio se conseguiría por medio de la psicología. Cuando Durkheim estudió el fenómeno del suicidio lo hizo para demostrar que hay variables sociales relativas al suicidio y que éste puede estudiarse como un fenómeno social. Respecto a la cita de Nietzsche diré que Nietzsche toma como presupuesto para su filosofía la evolución de Darwin. Su filosofía vitalista que llama a la voluntad de poder se basa en si aceptamos asumir nuestras vidas a pesar de los obstáculos en forma de fe, moral, ciencia, no tanto por rechazarlos como para verlos como medios para superar la sujección y llegar a ser el hombre creativo o activo, mientras veía en la justificación de las limitaciones del hombre ante la fe, la moral y la ciencia pretextos para mantener el sujeccionismo. Y él no veía bien la compasión (Nietzsche había estudiado la filosofía de Schopenhauer), pues la percibió como el mayor pretexto para negarnos a asumir nuestras vidas y entregarnos a una compasión autodestructiva, tal y como Schopenhauer explícitamente lo dice en su libro 'El amor y otras pasiones'. Alberto, veo que guarda una gran preocupación por los problemas del ser humano, como el suicidio. Y esa preocupación demuestra una persona con grandes inquietudes. Como persona perita en sociología, me he percatado que los problemas de la sociedad no se dan tanto por falta de solidaridad como por una serie de variables y posibilidades sociales cuyo alcance en unos seres humanos es mayor que en otros pero nunca dejan de estar presentes en toda incidencia de algún fenómeno social. La teoría de la solidaridad de Durkheim nos ayuda mucho a comprender muchas problemáticas sociales, e igual hacen otras teorías. Pero se debe tener cuidado en convertir estas teorías en catecismos para sociólogos u otorgarle desmedidas atribuciones reales o dogmáticas. Las teorías de Durkheim han recibido tanto muchas confirmaciones como tantas refutaciones en el campo investigativo, y sin contar estudios que han dado resultados ambiguos sobre estas teorías. Por lo cual, sugiero que no se entusiasmen mucho por estas teorías, ya que la teoría de solidaridad de Durkheim no pretende reducir a los seres humanos a cierto grado de solidaridad, sino usar una analogía biológica (muy en boga en el siglo 19) para ayudarnos a entender la sociedad como un conjunto. El mismo Durkheim lo dice, al considerar que el sociólogo debe ser a la sociedad como el médico al ser humano, además de añadir que la solidaridad orgánica (solidaridad basada en la interdependencia de los trabajadores) no se ha impuesto en su totalidad y admitir que quedan aspectos de la solidaridad mecánica (solidaridad basada en tradiciones, creencias y costumbres en común y severamente sancionadas). Entiendo que quiera buscar una solución a los problemas sociales, pero también debería percatarte que el mismo Durkheim era consciente que las desviaciones y crímenes son necesarios para reafirmar la solidaridad existente, siempre y cuando la sociedad con dicha solidaridad sea lo suficientemente fuerte para sancionar o castigar a los desviados o criminales. De lo contrario ocurre la anomia. La compasión que propone Schopenhauer es un medio para el nihilismo, no para la solidaridad social. Y es muy común que la compasión es un estado emocional o afectivo temporero, que idealmente podría servir a la solidaridad social, pero por su forma de manifestarse no puede constituir su fundamento. Los problemas como el suicidio o la delincuencia son, siguiendo a Durkheim, problemas necesarios para asegurar el orden social existente (el crimen para asegurar que la sociedad se mantenga orientada en convergencia con las leyes y reafirme su apoyo) o en caso contrario, desde la perspectiva de Durkheim, contribuye a una nueva especie de solidaridad social, que puede ser más avanzada que la anterior. Es irónico, pero esos problemas que usted menciona son, desde la perspectiva de Durkheim, necesarios para reafirmar la solidaridad social o evolucionarla. Aquí no cabe existencialismo. Entiendo que usted vea la compasión de Schopenhauer como comprensión del mundo arbitrario y del ser humano como ser arbitrario, pero debe saber que esa comprensión no es una finalidad para Schopenhauer, sino un medio para la resignación del ser humano ante su propia vida, para castigarse hasta la muerte. Lee 'El amor y otras pasiones' y verá que no miento.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
08/01/2008, 15:50
Séneca, excelente aporte. Disculpe que ahora no pueda aclararle algunos puntos en su justa medida. Espero mañana poder contar con el suficiente tiempo para aclararle algún asunto que, me temo, he sugerido confusamente. Como imaginará es en relación a la solidaridad.
Un saludo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
10/01/2008, 10:06
Séneca, antes de nada, quiero felicitarle por sus contribuciones a este tema, que estimo muy valiosas. Hemos pasado del problema que supone Kant, la iniciativa de Nietzsche, las interpretaciones de Schopenhauer y las referencias a Durkheim. Todo esto en un foro como el de monografías es una alegría y un honor. Siento verdadero placer de que alguien haya hecho críticas a mis interpretaciones de ciertos autores bajo la fortaleza que tiene quien los conoce.

Hace muchos años que los estudié a todos ellos y lo que hago es actualizarlos desde mi reflexión, hacerlos míos y repensarlos. Como creo que ya comenté, el problema es pensar qué, no a quién.

Este tema se ha problematizado y no considero justo hacer unos comentarios rápidos a su último apunte.

Si le parece bien, voy a dividir la respuesta en varios aportes para así poder trabajar más fácilmente con lo que no nos quede claro del otro.

Un saludo

Séneca
10/01/2008, 12:31
Sr. Alberto, gracias por su respetuosa referencia hacia mí. Yo también he estudiado a estos autores durante años. Parece que se siente tímido por mis aportaciones. Bueno, espero sepa que en estas aportaciones solamente estoy basándome en las constantes referencias y pasajes que tengo en mi memoria de estos autores. Si usted ve en la compasión un fundamento para la solidaridad social más concreto que el deber, le concedo la razón. Mas me gustaría saber si la compasión de que usted habla comparte afinidades con la que usted atribuye a Schopenhauer a la misma vez que algún descubrimiento, aportación o argumento que trascienda a este filósofo, o por el contrario se queda en Schopenhauer. Si es lo primero, quedaría encantado de ver sus novedades de la compasión que puedan hacerla cumplir una función (aquí lo uso en sentido sociológico) en favor de la solidaridad social de maneras dinámica o general y no que se quede a mitad de camino en la negativa de la vida y el nihilismo existencia que Schopenhauer nos predica. Si es lo segundo, entonces no creo posible aceptar que la compasión pueda ser un asidero moral duradero para la consistencia de determinada solidaridad social. Espero podamos discutir al respecto en un futuro. Y me place un debate con una persona de su estatura erudita y pensadora.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
10/01/2008, 15:05
APORTE I

Séneca, creo entender la sugerencia de la cosmovisión, pero no conozco el pensamiento de Berger más allá de una obra que leí escrita junto a Luckmann -La representación social de la realidad- y citas suyas en libros de sociología.

Sí creo que la moral puede ser estudiada, pero es algo especialmente complejo de reducir a simple conocimiento. Puede ser que dé al término un espectro más amplio de lo normal, como creo que sucede con la religión. Es curioso porque en estos dos asuntos noté una importante influencia de Durkheim.

La moral la relaciono con las formas que tenemos de comportamiento hacia los demás o entre los demás. Quizá amplíe su significado hacia la orientación social más que hacia la propia moral. En este sentido, me considero claro deudor de Weber y la acción social. Tal vez sea ese el rastro de comprensión que me sugiere con respecto al preámbulo de El suicidio. Sinceramente, leí la obra hace muchos años y no tengo claro ese recuerdo exacto.

El estilo de psicología de Durkheim es mucho más cercano a la fenomenología de Weber que a la de Husserl. La distinción que establecían los dos sociólogos era en relación al patrón de determinación del fenómeno. Durkheim tenía mucha herencia de Comte y hablaba de los hechos –sociales o morales- como una forma de aproximación, en definitiva, al fenómeno.

Durkheim hacía psicología –intencionalidad fenomenológica- con miras a la representabilidad de los fenómenos. El era consciente de la generalidad que necesitaba para que aquello fuese representable, pero esa misma lógica limitaba su validez científica. Este límite era el que hacía generalizable el significado sociológico para Weber. El caso no generalizable sí era psicología y no sociología.

En el sentido de Weber, fenómenos como el suicidio serían, claramente, orientaciones sociales; o sea, fruto de la acción social.

Estoy totalmente de acuerdo con usted acerca del sujeccionismo de la moral. Siempre he visto a Nietzsche desde esa óptica. Pero la conclusión de “la moral” es distinta de lo que yo entiendo por “lo moral”, como luego diré.

Como dije hace semanas, el super hombre es el lobo estepario que camina solo y no necesita del efecto de su sombra para ser grande. Aquí está el sentido contrario que encuentro a la solidaridad: el efecto inmediato ante el otro, la distinción entre uno y el otro que reconocen algo que los sobrepasa, algo que siendo solos no es lo mismo. Esto son las síntesis sociales, que debieran ser inicialmente inmediatas para proseguir en sus mediaciones. Lo inmediato es, pues, el impulso hacia el otro.

No soy defensor de la solidaridad de Durkheim como promotor de lo social. Tampoco defiendo la debilidad del impulso hacia el otro como debilitador. La diferencia entre el comportamiento del hombre solo y ante otro no necesita de argumentación especulativa. Esta es una de las razones por las que pienso que el pensamiento de Nietzsche es moral, porque es pensamiento sobre la acción que irremediablemente no se deshace de ella. Es un requisito de la corriente del pensamiento, de la lógica del discurso por su misma sucesión. En verdad, Séneca, la intención es creativa, mas la misma conclusión deriva de cierto antecedente que la impone y no puede superar por sus propios términos, sino sólo puede hacerlo en un nivel de pura intensidad y espiritualidad que no pertenezca al otro.

Creo que la totalidad lleva a conclusiones, en cierto modo, absolutas, en las que todo se corresponde con algo y no hay saldos negativos; ni buenos ni malos, ni criminales ni decentes. No es casual que se relacionase a Dostoyevski con Nietzsche, Oscar Wilde o el Marqués de Sade. Nietzsche sintió el pinchazo del prejuicio y lo redactó como el germen del mal, el nihilismo, algo que se ha hecho un negocio contrariamente a su sentido. Esto, por supuesto, no es en relación a los diagnósticos de la sociología.

No extraigo de Schopenhauer la receta nihilista. Para mí el dolor es una condición anterior al fenómeno, al menos, que palpita bajo él.

Las obras menores de Schopenhauer las ojeo con cierta frecuencia, pero es por el placer que me causa su estilo de pensamiento. “El amor y otras pasiones” la conozco de esa manera, como todas las partes que he conseguido de los Paregna. Si bien es cierto que sus obras menores tienen gran interés, tomo de diferente manera obras como El mundo como representación y voluntad, Los dos problemas fundamentales de la ética o La voluntad en la naturaleza. Entiéndame, considero a Schopenhauer el pensador que más me ha influido junto a Kant, Wilde y Popper, pero tengo enormes diferencias con todos ellos. Al ser pensadores de enorme riqueza podemos entenderlos y discrepar.

La solidaridad a la que me refiero, insisto, es el impulso innegable ante el otro. Puede ser que sea para compadecernos de él, para conversar o para disfrutar de su compañía; pero también puede ser para odiarlo, hacerle la guerra o para envidiarlo. Esos impulsos son ciertos, inicialmente no morales, pero yo los llamo morales por ser su orientación -ante el otro-. No creo que sea importante que lo llame de tal o cuál manera, lo distingo entre lo moral y la moral, pero en el fondo la distinción está, no en sus nombres. sino en sus momentos. La condición de representación no es simultánea y depende de las síntesis o las formas que las posibilitan; por el contrario, los esquemas que no pertenecen a la mediación son puros, anteriores al error.

Cuando cuente con el tiempo proseguiré; mientras tanto, le envío cordiales saludos .

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
11/01/2008, 08:10
APORTE II

Tal vez limitar la moral al sujeccionismo deje problemas sin plantear, como los sentimientos que se desarrollan a partir del margen que se establece y que, este mismo, no logra determinar; si es así, está más allá de la sujección y avanza con indeterminación. Por ello, diferencié el conocimiento moral del sentimiento ético –aunque pretendí aludir a la aprioridad ética, ahora lo uso en cuanto sentimiento puro, ni moral ni ético-. No obstante, como ya le he dicho, comparto la crítica a la raíz sujeccionista de la moral. En efecto, la moral pretende ser la determinación de la conducta con arreglo a algo que está, de por sí, fuera de ella. Salvo en el caso del a priori moral, la determinación tiene una inclinación al dominio del campo de la conciencia y su dirección a la acción. Es así como Nietzsche descubrió algunos trapos sucios de las más respetadas morales.

La superación de las cadenas de la voluntad de Schopenhauer por medio del conocimiento busca la liberación del sinsentido y la nada. Su profundo discurso habla sobre la lamentable situación del hombre en el mundo, pero es más que un juicio sobre ella, trata sobre las condiciones de su existencia. No niego que la lucha contra la voluntad fuese pesimista y nihilista, pero creo que es mucho más. La condición del dolor universal es la que posibilita la unidad del orden desde cierto entrelazamiento entre los seres. Todos ellos estarían determinados, en primer y último término, por la voluntad de la que dependen y que sólo algunos pueden, acaso, comprender. Entiendo que la compasión la interprete como una base insuficiente para la moral, y apruebo cierto sentido de la crítica de Nietzsche, el que ataca la conclusión, la debilidad; pero, insisto, no atiende a la condición, la comprensión de lo universal del dolor. Este asunto es importante porque hace posible su teoría del arte basada en la inmediatez de las formas de comprensión independientes de la voluntad que las erotiza (Thomas Mann subrayó el carácter erótico de Schopenhauer, similar al del cine de Bergman). Esta relación inmediata entre las formas del representación y sus objetos apunta a un tipo de predisposición del sentido del mundo que es lo que yo intuí en la CR Pura de Kant, y que pude comprobar posteriormente en la gnoseología evolutiva. Tener en cuenta al sujeto, sin olvidar lo objetivo, es lo que Ernst Mach hizo con su análisis de los sentidos. Puede ser que el sujeto no sea más que el velo de Maya, pero tenerlo en cuenta en referencia al conocimiento, es proponer un sentido a nuestras representaciones. Al igual que hizo Mach, las representaciones sociales de la realidad hacen algo similar (Durkheim, Peirce, Weber o Berger y Luckmann). Esto, Séneca, es un fundamento de sí mismo, por su propia lógica; es verdad que más que fundamento es simple referencia, pero el proceso es el mismo; el fundamento persigue su anhelo, su justificación, lo incompleto es porque se sugiere, la mente siempre busca el rastro de lo que pone y se falsea con señuelos. Buscar a Dios u otras trascendencias es olvidar todos los límites con sentido del conocimiento; como dije, el sofista conceptuoso de Lichtenberg embuclado en sus términos límite, que al igual, arremetió contra el cálculo infinitesimal de Leibniz. Esas precauciones de Nietzsche las debieran entender los que quieren frivolizar sobre él y demuestran, por lo tanto, no comprenderlo.

En cualquier caso, he de aclararle tres cosas sobre este tema:

a) No extraigo de Schopenhauer el horror del hombre, sino el dolor del mundo sujeto a la voluntad. Que el hombre sea capaz de soportarse a sí mismo es una muestra de su valor ante el mundo. El mundo no tiene por qué ser ni bueno ni feliz, ni el hombre bueno ni malo (¿cómo no se ve con claridad el rastro formal de esa dicotomía que engloba y explica la una a la otra?).

b) Como dije, es más acertado el término comprensión que compasión, pero no puede ser un medio del sujeto, sino un fin, probablemente, de la especie –así también lo sugiere Penrose-. Volvemos a la evolución, tema que trataré de comentar en otro aporte.

c) Cuando comencé la lectura de El mundo como representación y voluntad temí que tuviese en mí el efecto que tuvo en Des Essenties, el personaje de Huysmans; fue todo lo contrario, sus efectos me hicieron más intuitivo y místico; de ningún modo me volvieron pesimista o nihilista; si acaso, me hicieron más meditador.

Reciba un saludo

Séneca
11/01/2008, 13:17
Hola, Alberto. He leído sus aportaciones. Me parece que su preocupación principal es la superación de las limitaciones del superhombre, a saber, que el superhombre suene a egolatrismo y narcicismo. Mas esa interpretación, que no estoy seguro si es la suya pero otros que lo lean así pueden interpretar sus escritos, es incorrecta. El superhombre no es el hombre que tiene mucho poder político o económico, sino el hombre que supera las objeciones a su creatividad, como las condicionadas por la fe, la moral, filosofía, la ciencia, para asumir su destino, que no deja de envolver dolor y angustia, pero que no los usa como pretextos para resignarse y sí para actuar prescindiendo de condicionamientos, actuando más allá de los obstáculos condicionados por la fe, la moral, la ideología, la ciencia, la filosofía. El superhombre no envuelve narcicismo, sino al hombre que se descubre creador para crear su mundo, y ese mundo implica lo social, donde el ser humano, como decía Nietzsche, es capaz hasta de sufrir por sus enemigos, los sacerdotes (Also sprach Zaratustra). El superhombre de Nietzsche no niega la visión de la realidad existencial de Schopenhauer, pero no quiere que el ser humano se pierda en ella. Respecto a la dicotomía de lo bueno o lo malo, no tan sólo la veo sino que la acepto, y tanto Nietzsche como Schopenhauer así lo veían. Para ambos el mundo es fundamentalmente malo. Sin embargo, es Nietzsche, más que Schopenhauer, quien da mayores cuentas de ello, como al dar importancia al egoísmo, el sexo y la apropiada nutrición como necesidades prioritarias y benéficas para el ser humano respecto a todas las filosofías [especialmente las metafísicas teocéntricas, moralistas, mecanicistas o totalitarias] (Ecce Homo). No puedo de ninguna manera negar que la aplicación parcial o generalizada de determinadas ideas de Nietzsche sean contrarias, ya no tan sólo a la solidaridad social, sino al mismo ser humano. Eso se evita sabiendo que Nietzsche veía tanto al mundo como el ser humano como un eterno retorno de todas las cosas, es decir, se percataba que lo malo podía ser bueno en virtud de la dinámica biopsicológica y viceversa. Por lo cual si él aprueba el egoísmo, la envidia y otros sentimientos o conductas consideradas malas, lo hacía consciente de que estos sentimientos y conductas no tienden normalmente a ser estáticos en el ser humano. Estoy de acuerdo con usted en la importancia del otro, y creo que la cuestión del otro, que yo prefiero denominar sociedad, debe basarse más en cuestiones del compromiso o valoración que otorgo a ese otro o sociedad que me conduzca a abrir un puente entre mi yo y el otro o sociedad. Creo no he debatido todos sus puntos, pues creo mucho de lo que dice es correcto. Me place debatir con usted, como ha sido siempre.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
12/01/2008, 06:47
Séneca, es un placer contar con sus aportaciones. Tengo que lamentar que le haya sugerido que el superhombre fuese narcisista o ególatra, pues, claramente, es un error. Me temo que he podido confundir con mi alusión al lobo estepario.

Hace unas semanas quise insistir en la importancia del efecto del otro diferenciándolo del de uno solo. Puse la analogía del lobo estepario de Hesse que tiene el valor de la propiedad. No es una estética, sino una forma de ética. Hace tiempo aclaré que no tienen cabida en mi discurso ni el bien ni el mal, así que se debe atender al problema y no a las palabras que uso. Si mira el inicio de este tema verá que mi interpretación de Nietzsche es creativa y superadora, en cierto modo responsable, suficiente para ella. Si la muerte de Dios es una profundísima desfundamentación, no veo cómo se hace entonces fundamento el narcisismo o la egolatría. Me imagino que alguien pueda ver así mis escritos, pero la filosofía requiere cierta interpretación.

Si mi interpretación no es sugerida por el lobo estepario le agradecería me aclarase qué es lo que lo hace. De cualquier manera, pienso a Nietzsche desde mí, como a todos mis maestros, y me hago yo responsable de lo que escriba, no a los autores de lo que hablo. Para hacer justicia a Nietzsche lo mejor que se puede hacer es centrarse en sus obras y, cuando se tenga dificultades, recurrir a anotaciones críticas. Nietzsche es un pensador muy complejo y rico, con muchas lecturas posibles. A mí siempre me ha gustado verlo como una especie de inspiración. Hace meses dije que su filosofía era un revulsivo que podía ser peligroso en manos imprudentes, como tenemos la posibilidad de contemplar en un atrevido forista que nos deleita con su talante.

La interpretación creativa de otros autores es parte de la labor filosófica. Es un error interpretar a la ligera lo que no se conoce y, lo normal, es que no tenga ningún interés. Curiosamente, he conocido a personas con poco nivel de estudios y enorme intuición que son pruebas de lo contrario. Mi interpretación no pretende ser una copia, sino algo distinto desde ello mismo. Sea como fuere, Nietzsche es un problema complejo sobre el que no pretendo frivolizar.

La teoría del arte de Nietzsche es muy interesante y reclama mucho del artista, de forma similar a Wilde, pero no podemos buscar unos mandamientos cuando su filosofía es lo contrario. El límite que supone Nietzsche es tan grave que deja la casa medio en ruinas. Nuestra labor es reconstruirla.

Saludos

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/01/2008, 06:54
APORTE III

“El error de los sociólogos biologicistas no es, pues, haber usado la analogía, sino haberla usado mal” (Durkheim de representaciones individuales y representaciones colectivas)

En la cita de Durkheim señala un error muy común en cualquier discurso: la pretensión de conformidad. Un proyecto científico debiera ir dirigido a tentar sus verdades, a superar sus limitaciones y condiciones de verdad.

La analogía biológica que usa Durkheim es la que él critica de Spencer. No hay problemas en dejar que una analogía determine un orden, pero debiéramos vigilar su cumplimiento para que no nos confunda.

Las generalizaciones de ciertos modelos se achican cuando se las presiona y pone “en la cuerda floja”. Una vez que una verdad es desmontada debiera ser sustituida por otra mejor, no insistir en el ruido de fondo que dejó.

El camino de la determinación de la solidaridad no es, como dije, una promoción de la colectividad y el amor entre los hombres; es distinto, de hecho, el mensaje de “La división del trabajo social” y “El suicidio” al de “La educación moral”. Este tema consiste en separar los momentos teóricos de los prácticos y conocer las limitaciones de los mismos, que han de ser su determinación. Lo tuvimos los dos claro con el problema kantiano y las dos enormes críticas –CR Pura y CR Práctica-. Ya insistí en otros temas acerca de la importancia de entender que son cosas distintas. El momento teórico está limitado a las condiciones de las que ha salido, es una fotografía plana, como diría Korzybski, “el mapa no es el territorio”. Siguiendo la filosofía de ese extraño pensador, la igualdad es hueca, vacía, tautológica; como diría Wittgenstein, carece de sentido.

Es por ello que he defendido cierto pragmatismo, el de la seriedad filosófica de Peirce, similar a Nietzsche y Kant. La labor científica debe consistir en el desensimismamiento, pero se trata de un momento muy complejo. El pensamiento tiende a inundar sus fisuras con el efecto de la totalidad, y toma la parte por el todo. Esta totalidad no es cauta pues no atiende a la propia ideología que genera. Lamentablemente, gran parte de la crítica de cientificistas a filósofos viene de que olvidan todo el sentido de la filosofía, de la que se permiten hablar como auténticos sinvergüenzas. Este problema lo entendió Nietzsche claramente en relación a la moral, razón por la que defiendo que su pensamiento es moral. Supo que el dolor es irracional, pero se muestra mucho más coherente que la razón, no sabe ni mentir ni falsificar. En lugar de aceptar la limitación, el hombre la niega y se falsifica. El hombre en la moral se disuelve aceptando lo otro, lo no-suyo, por debilidad, menos física y más mental. El cinismo de su apreciado La Rochefoucauld pintaba al héroe como un cobarde oportunista que quiere convencernos de su fortaleza, cuando es sencillamente debilidad, la pulsión interesada del dolor; como decía Wilde, el enamorado es quien empieza engañándose a sí mismo y termina por engañar a los demás. Desgraciadamente, el momento extraordinariamente filosófico de Nietzsche ha sido no sólo malinterpretado, sino corrompido tendenciosamente. El desligue del autor y su obra es una dificultad para cabezas ligeras llenas de los prejuicios con los que comercian.

Hace muchos años, mientras leía Fausto, la obra de Goethe, me cautivó la imagen de Mefistófeles exigiendo la firma de Fausto en el contrato por su servicio. Exigía una responsabilidad que él mismo no estaría dispuesto a satisfacer. ¿Por qué han de juzgar el tamaño de la obra por lo pequeño del autor? La contradicción es una incompatibilidad entre ciertas determinaciones, esas y sólo esas, el resto es una limitación a priori de la intuición que no se sabe a sí. Este asunto fue abierto en un tema de hace meses por quien no lo comprendió. Irónicamente, se me censuró por relacionar a Hegel con la física moderna cuando ese filósofo absurdo es tan incompatible con la lógica como lo que sucede más allá de nuestra capacidad directa de intuición. En último término, esperamos ser racionales, mas no por ello lo somos.

El hombre que se ha deshecho en la moral está a sus expectativas, entregó su propiedad al otro y se hizo entonces distinto, prefiere ser siervo antes que señor. No se acepta porque no se hace cargo de una debilidad acostumbrada a la tontería y la ñoñez. No sabe si no reconocerse, no como él puro, sino su psicológico recuerdo levantado en su escondite de no aceptación.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/01/2008, 10:17
Nos hemos desviado del sentido original de la anomia, creo que para bien, pues seguimos comentando a grandes pensadores como Nietzsche y Schopenhauer. De ninguna manera, creo que los autores se agoten, al menos ciertos autores; como dije hace tiempo emulando a Wilde: más que agotarse muestran el agotamiento de quienes no ven nada en ellos.

La anomia como efecto de la falta de normas me parece un diagnóstico torpe. La determinación del fenómeno social no puede ser recompuesta desde una simple causalidad social, pues influyen muchas variables. Como dije en un tema sobre ello, mejor que causalidad, función; mejor que momento, proceso.

El esquema de la comprensión trata de dar cuenta del aspecto racional e irracional. La recomposición de las situaciones en sus justificaciones cuadra la orientación del sentido de los actores con el de su comprensión. Podemos reproducir las situaciones desde un esquema racional y, a su vez, irracional. Lamentablemente, hay quienes insisten en la crítica a la etnometodologia sin dar una ligera prueba de que sepan qué es, sólo trascriben lo que piensan otros, también muy discutible. Como dije hace tiempo, este esquema, que yo extraje de Weber, se propuso como lógica situacional por Popper, siendo el mismo que el de Weber. Lo peor de todo, es que Popper hacía en aquella obra -La miseria del historicismo- una crítica a la comprensión sin mencionar la lógica de Weber, que era deudora del espíritu irracional de Schopenhauer en la recomposición por estímulos y motivos.

Veo fértil la anomia como el reverso de la solidaridad, es decir, en vez de ver qué nos une o nos separa –en un todo son lo mismo-, qué rompe esa posibilidad causando el extravío. Esa falta de sentido es la ruptura de unión significativa y su consiguiente estado “en el vacío”. Yo no interpreté la anomia como la falta de normas, sino como el efecto de no formar parte del proceso de acción social. Por ello los casados tenían menor propensión al suicidio, al desarreglo y la falta de salud. Como dije, el suicidio u otro fenómeno, es un efecto social; atribuirle causas como la anomia –falta de normas- puede sacar una lectura moralizante y traidora de la realidad.

Fenómenos como la delincuencia o la pobreza –si se consideran fruto de la anomia- debieran, en primer grado, problematizarse desde una compleja relación social. Recuerdo una tesis sobre la delincuencia y la inmigración que hizo una hermana mía. Extrañamente, la tesis logró la aprobación del tribunal, algo que yo nunca entendí. Su hipótesis era que no había relación, ¡pero sí la había!. Pasados los años pude acceder a información policial que hacía cierta su hipótesis e indicaba dónde estaba su error: en la simplificación causal. Sí había relación, pero no era la que parecía. La inmigración como tal era un tipo que requería urgentes diferenciaciones.

Los estudios de mi mujer sobre la pobreza siempre han hecho eso, desmitificar las relaciones causales. De hecho, el estado de anomia era un tipo ideal al que el pobre finalmente se adaptaba. La anomia no era simplemente un efecto, sino más bien una determinación. La percepción de la pobreza entre diferentes colectivos estaba mucho más relacionada con la expectativa grupal que con un tipo de discurso racional. La expectativa racional que defienden algunos era falsa a la luz del análisis del discurso desde una semiótica no arbitraria.

Séneca
14/01/2008, 16:21
Alberto, la verdad es que no tan sólo la filosofía de Nietzsche se presta a múltiples interpretaciones, sino cualquier escrito elaborado, que sea ambiguo o se haya salido del contexto del autor por modificaciones de la cosmovisión en la historia o por un deliberado intento de jugar con el texto para fines literarios como han hecho muchos escritores. Yo he hablado de la interpretación de Nietzsche luego de haber leído sus libros, y de haber leído a algunos buenos críticos de su texto, pero sobre todo tengo la ventaja de haber estudiado primero a Schopenhaer que a Nietzsche, lo que me ha servido para entender la filosofía de Nietzsche en cierto sentido como superación y crítica de Schopenhauer y el cristianismo, y de ahí la crítica y descalificación de los grandes filósofos alemanes y del positivismo que pretende sustituir religión por ciencia. No conozco qué criterios le llevan alas interpretaciones que usted da, Alberto, fuera de su propia arbitrariedad. Pero si uno de los debatientes se considera infalible, entonces no creo que haya nada que se pueda debatir. Porque el propósito de un debate no se reduce a juzgar los argumentos y criterios del debatiente o debatientes sino ayudar a comprenderlos y así llegar a establecer las posibilidades de que determinados criterios y argumentos sean más aproximados al contexto de unas ideas. Si se quiere imponer unos criterios y unas interpretaciones en vez de dar evidencias de su validez, entonces el debate no sirve porque los criterios y las interpretaciones terminan dogmatizadas. No niego que hayan problemáticas que se deriven de la filosofía de Nietzsche, incluso negativas, pero considero que en realidad la mera existencia de la humanidad es un problema para este mundo, pues el ser humano, al carecer de instintos, debe crear sus propios programas que se adapten a su habitat, que no es natural como el de todas las especies no domesticadas por el ser humano (que nacen con programas para adaptarse a su habitat natural), sino social, y en el que cualquier convulsión social, ya sea a escala microsocial, como por ejemplo un divorcio en una una pareja con hijos adolescentes, o macrosocial, como una recesión, abren las puertas a numerosas variables al estudio de problemáticas sociales y a los intentos de interpretaciones reduccionistas de estos fenómenos sociales o por el contrario atomistas, en los cuales el investigador social debe tratar de buscar un enfoque, o por el contrario quedaría atrapado en un laberinto como el del Minotauro de Creta. En fin, ni la solidaridad social ni la anomia son absolutos o estáticos: en uno se suele encontrar las semillas del otro. Si se desea debatir con dogmatismo, es recomendable que se haga como el sabio misántropo Timón el ateniense y se retire a vagar a su desierto.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
15/01/2008, 03:47
Séneca, algo de lo que he escrito ha sugerido una diferencia radical que usted llama dogmatismo. Si soy dogmático y quiero imponer mis criterios éste es un excelente lugar para denunciarlo. No sé qué lo ha llevado a pensar en términos de dogmatismo, pero sinceramente me gustaría conocerlos porque me gustaría corregirlos.

De ninguna manera me considero infalible. Usted ha confesado sus dos años con Nietzsche mucho más respetables que las dos horas de Pompilio. Ha demostrado conocer bien a dos maestros míos fundamentales, Schopenhauer y Durkheim. No conozco su relación con ellos pero le voy a contar rápidamente la mía.

Tras unos años dedicados a la literatura decidí recuperar de mano de Arthur Schopenhauer la filosofía que había abandonado. Como le sucedió a Nietzsche, decidí hacerme con todo lo que hubiese escrito. Su influencia en mí fue tremenda.

Conocí a Durkheim por la relación de familiares míos con la sociología. Una idea que me venía rondando por la cabeza la había plasmado él con acierto: la moral surge naturalmente. Cuando leí “La división del trabajo social” –segunda obra que leí suya- decidí dejar todas mis lecturas a un lado y dedicarme por un tiempo sólo a las suyas.

Tal vez parezca que critico a Nietzsche. Para mí es como un viejo amigo. Salvo que mi relación con Hegel fue algo más temprana, Nietzsche es el maestro con quien más años llevo en buena sintonía –casi veinte-. Contrariamente al caso de Nietzsche, retomar las obras de Hegel me llevó a oponerme frontalmente a él, pero sigo usando cosas suyas.

No sé si es un problema que veamos la anomia de manera diferente. Usted defiende la visión de Durkheim que busca preservar lo social, la visión considerada conservadora; yo, por el contrario, defiendo el enfoque creativo, no en un sentido artístico, sino moral. Las síntesis sociales las extraigo de Durkheim, que llamo irracionales. Usted me dijo que “Durkheim hablaba de manera irracional para su época sobre la solidaridad social al considerar el crimen como necesario no solamente socialmente sino para mantener la solidaridad social, aunque solamente cuando el crimen no sobrepasara las fortalezas del sistema jurídico y por ende la solidaridad social”. La sociedad como un todo es una conclusión de las síntesis sociales. Son diferentes expresiones de una misma cosa.

Al igual que las síntesis son irracionales -lo son al tener siempre un elemento ciego- también son racionales. Aunque es un proceso incompleto por definición busca su completud. Es decir, la ciencia no es ignorancia; pero en ocasiones no hace filosofía de sí misma. Esta idea la ha explicado usted maravillosamente diciendo “la mera existencia de la humanidad es un problema para este mundo”.

Usted es perito social y conoce más de cerca ciertas problemáticas. A mí me interesa la teoría sociológica y la filosofía. En efecto, mis interpretaciones no sólo son arbitrarias sino en muchas ocasiones malinterpretaciones. No rindo respeto infinito a nadie. Es decir, Durkheim nunca dijo que la anomia fuese el reverso de la solidaridad, eso lo digo yo. El significado social, que en mi opinión es lo que se rompe, tiene un origen y una dirección. La configuración de lo social es un problema complejo que puede ser recompuesto con cierto nivel de validez y representabilidad. El eterno retorno no anula las cosas, en verdad, pero eso mismo se da con todo, incluso con él.

Pero, fíjese en algo. Releyendo una obra de Rawls me topé con una cita sobre una crítica a Durkheim y la integración social y personal. Los valores se crean por el sentimiento moral despertado, una forma propia de respeto –y sujeción-. El acoplamiento entre las formas propias y las ajenas es un principio de solidaridad que es el argumento en contra de la teoría darwinista de Nietzsche –que es un sentido creativo, pero parece que falso-. Desde la influencia de lo colectivo se configuran las posibilidades de lo personal. No es uno u otro, son los dos de distintas maneras. Eso se da en las síntesis. Puede ser que descubramos su orden algún día, como querría Pompilio –hasta entonces no hará sino anticipar no sabe bien qué (ciencia, ciencia, ciencia, … )-. Hasta ahora tenemos racionalidad e irracionalidad, no sólo como medio sino como último fin, el objeto de la voluntad. Como soy menos pesimista que Schopenhauer, ese fin es un significado no sólo dirigido a eliminar el dolor, sino a situarme en el mundo. Aunque situarse en el mundo sea, sin duda, una forma de expresión del dolor tiene un significado propio, es una condición de la relación con el mundo. Ni bueno ni malo, es el mundo.

Séneca, lamento que pueda haber dicho algo que lo haya molestado y no haga posible el debate. Si decide seguir participando a*****é con gusto sus aportaciones.

Reciba un saludo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
15/01/2008, 06:57
Facilito una serie de investigaciones relacionas con el tema:.

La generosidad es un comportamiento genético http://www.tendencias21.net/La-generosidad-es-un-comportamiento-genetico_a1971.html

Las emociones negativas impulsan el consumo de tabaco y cannabis
http://www.tendencias21.net/Las-emociones-negativas-impulsan-el-consumo-de-tabaco-y-cannabis_a1881.html

Las enfermedades podrían ser el reflejo codificado de un estrés psíquico
http://www.tendencias21.net/Las-enfermedades-podrian-ser-el-reflejo-codificado-de-un-estres-psiquico_a1950.html

El rumor influye más que los hechos en la formación de una reputación http://www.tendencias21.net/El-rumor-influye-mas-que-los-hechos-en-la-formacion-de-una-reputacion_a1864.html

Un estudio genético explica la deficiencia en la salud de las personas solitarias
http://www.tendencias21.net/Un-estudio-genetico-explica-la-deficiencia-en-la-salud-de-las-personas-solitarias_a1770.html

La soledad enferma al corazón
http://www.webzinemaker.com/admi/m6/page.php3?num_web=1604&rubr=3&id=38468

Séneca
15/01/2008, 09:53
Bueno, Alberto, pido disculpas, es que no entendía bien su enfoque. Según parece, su enfoque es hacer crítica de Nietzsche desde la óptica de la filosofía y la sociología de Durkheim. Si en esto me equivoco, me lo puede hacer saber en su próxima intervención. Pero si no, entonces haré la siguiente exposición: La rebelión de Nietzsche contra el sujeccionismo religioso, moral, filosófico y hasta científico, lo lleva a postular las nociones de eterno retorno de todas las cosas y de ahí la necesidad de un agente activo en este orden que el denomina 'Superhombre'. Si estudiamos a Nietzsche desde la óptica de Durkheim, se podría echar a la cara de Nietzsche la siguiente crítica: no tomó en su debida consideración la sociedad ni la examinó en su totalidad. Tal vez sea esto lo que me quieras decir, Alberto. Y lo acepto. Cuando yo hablé de la irracionalidad de la solidaridad social, lo hice basándome en su enfoque sociológico funcionalista, donde tanto conductas aceptadas socialmente como las desviadas contribuyen a la solidaridad social, y cuando no, se da un periodo de desajuste y reajuste que bien podría denominarse anomia, como lo ejemplifica Durkheim al catalogar uno de los suicidios como anómico, es decir como dado por un cambio arbitrario al contexto social del suicida, pero a fin de cuentas, la teoría de Durkheim postula que la anomia es una especie de desajuste y reajuste de la solidaridad social, por lo cual ésta no desaparece sino que se debilita, haciendo necesario la anomia o periodo de resolidificación de la solidaridad social. Y así se entiende por cuanto la teoría de Durkheim plantea un enfoque social organicista, no conflictivista. De ahí que la anomia sea en la teoría de Durkheim un estado de evolución de la solidaridad social y no una mera anarquía. No niego, no obstante que haya cierta anomia en la filosofía de Nietzsche, pero sin duda, es su lucha contra ella lo que le lleva a sus nociones de 'eterno retorno de todas las cosas', 'transmutación de valores' y el 'superhombre'. Porque en Nietzsche la anomia no es anarquía, pero tampoco una evolución del orden social. En Nietzsche la anomia es producto del sujeccionismo religioso, filosófico, moral, ideológico y científico. Y cuando habla de sujeccionismo, se refiere al ser humano que no puede hacer nada si no es teniendo como a prioris cierta fe o creencias, la sumisión a la ideología donde el individuo generalmente queda anulado o disuelto en lo colectivo, percatándose que el ser humano es pasivo o reactivo, y que a lo que se somete son quimeras o creencias y verdades cuestionables (y por tanto anómicas o carentes de una verdadera ordenabilidad humana) y que se han covertido en imperativos distantes de las verdaderas necesidades del individuo, por lo cual postula la premisa metafísica del eterno retorno de todas las cosas, y propone la necesidad de un superhombre que sea capaz de eliminar de sujecciones a los hombres, y hacerlo ser creativo, artífice del mundo y sobre todo de su persona. De ahí que al examinar anomia en Durkheim no sea equiparable a la de Nietzsche. Porque para Durkheim anomia es una irracionalidad a la solidaridad social que, sin embargo, la necesita para encaminarse a una mayor fortaleza para la solidaridad social. Espero haber discutido el sentido de la anomia entre los dos. Concluyo afirmando que el 'superhombre' no constituye, para efectos sociológicos, ninguna propuesta resolutiva de problemas sociales y sí de problemas humanos, más concretamente de individuo, de su problema de sujeccionismo. Por lo cual sería erróneo considerar las soluciones de Nietzsche como soluciones a porblemáticas de tipo sociológicas. Agradezco su cortesía, pido nuevamente disculpas, y espero ahora haber hecho esta exposición más afín al tratamiento de sus temas y tópicos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
15/01/2008, 14:47
Séneca, no puedo rebatir muchas de sus ideas porque las comparto totalmente. Si he insistido en el Nietzsche moral es porque alcanzó a ver el impacto enorme, totalizador, de las condiciones y sus consecuencias. No hemos hablado explícitamente de ello pero el Nietzsche psicólogo –y por ende sociólogo- es de una intuición pavorosamente genial, como si viese al hombre en su desnudez y verdadera esencia. Creo que coincidirá en cuadrarlo con el tipo de genio schopenhauriano.

Sus comentarios acerca de la ordenabilidad y la anarquía debieran ser aprendidos por los que se dedican a corromper su significado.

Por lo que yo sé, no se ha mirado desde Nietzsche a la sociología, sino al revés, la sociología desde Nietzsche (la sociología estudiaba las nuevas condiciones como un problema). La anomia como desorientación enajenante ante la falta de significado –falla en la expectativa- o patologías eliminadoras de lo vital pueden recomponerse nuevamente desde el momento de hacerse cargo.

Lamento que lo haya confundido con las relaciones sugeridas entre Nietzsche y Durkheim. Siempre he visto en Nietzsche una preocupación profunda sobre la implicación de la moral. Nunca utilicé su término sujeccionismo, pero lo acepto perfectamente. Extraigo de Durkheim su sentido de la moral, más lo moral que la moral, como la normalización de las relaciones entre los hombres. Cómo son esas formas de relación es asunto de la sociología y la antropología.

El problema que se encuentra en la anomia es la falta de correspondencia entre la acción del individuo y la del colectivo. El momento creativo en moral es, en este sentido, anómico si no se corresponde a las expectativas grupales. A pesar de los esquemas de idolatría racional, las teorías más descabelladas e improbables podrían ser las más aptas.

Aunque no tengo una pretensión de crítica a Nietzsche esta podría ser:

- negación de la ventaja que supone lo la solidaridad (insisto en que no es caritativa sino social, el impulso hacia el otro). Esa solidaridad no es la que genera la moral de los buenos, o sea, llámela sociabilidad. El contexto de competitividad más que ser una dificultad puede suponer una riqueza. Es decir, los que más varíen podrán disponer de un mayor catálogo de teorías al igual que los que mejor se reproduzcan –se perpetúen- tienen una mayor probabilidad numérica de perdurar.

- la moral trabaja para mantener al colectivo por encima del individuo, pero a largo plazo esta teoría hace hábiles a los comunes y los débiles.

- la moral, además de sujeccionar, presiona el ingenio para buscar otras formas nuevas de expresión.

- antropológicamente el hombre tiende a reproducir sus condiciones de diferentes maneras, una de ellas es la moral. La moral puede estar integrada en el hombre de una forma equilibrada.

- Anteriormente se comentó acerca de su crítica a la compasión de Schopenhauer que niega que el otro pueda ser una superación de uno mismo, no como medio sino como fin. De nuevo la orientación al otro puede ser un sentido del hombre. Como ya comentamos, me alejo de su nihilismo y me centro en lo positivo –inmediato- del efecto del otro. Reitero que no sólo caben en esta lectura las bondades del efecto del otro, sino sus contrarios, la agresividad, la envidia u otras expresiones.

Un saludo

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
16/01/2008, 06:57
Bien, Séneca, esta madrugada he vuelto a leer su aporte y he vuelto a encontrar puntos de interés para que los comentemos. Veo que nos alejamos del tema de su enfoque original y creo conveniente abrir otros que permitan centrar el debate. Agradeceré si participa en ellos. Paralelamente, podemos proseguir con éste.

Independientemente, quiero hacer una aclaración sobre el aporte de hace dos días. El uso que doy a muchos autores es la manera en la que he resuelto el pensamiento de otros hombres en el mío. No pretendo ser dogmático ni quiero que los demás se adapten a mis criterios e interpretaciones, sino que podamos ver su validez, como usted dice. Mi parte corresponderá a aclarar lo que esté poco claro o a defender lo que creo cierto. Esta situación se dio ya con otro forista, que declaró su creencia en la inutilidad del debate –¡en un foro público!. Creo que usted sabe de lo que habla y está interesado en debatir sus ideas frente a las mías. Sería fabuloso si nos llegásemos a entender. Si vuelvo a resultar divagativo le ruego me lo haga saber.