ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
13/12/2007, 07:37
LA RAIZ DE MI CRITICA A CIERTA ETICA
Estamos cerca de la situación de hace meses. Me siento, sinceramente, desconcertado. Es difícil tratar con alguien que no da muestras de entender de lo que se le habla, y pasa desde hace varios meses, no es nuevo.
Su visión del mundo está cortada con el patrón del mecanismo científico. Habla de la realidad, de la experimentación y todo ese lenguaje. No tengo nada en contra de la ciencia salvo su absoluta insuficiencia ética. Aquí nos estrellamos. Su mundo deja de ser suficiente, es incapaz ante los problemas, se encuentra frente al hombre como un gran abismo y una nueva y desconocida forma de complejidad.
La concreción que busca es un tipo de economicismo que resulta en unos casos y en otros muchos no. “Lo que se puede decir con poco de nada sirve decirlo con mucho“, es el paradigma ockhamiano que cree haber resuelto el problema atajándolo. En efecto, ha resuelto un problema, pero no menta más que ese, no ha hecho ciencia del “desligue”; esos son momentos filosóficos.
Las contribuciones de Kuhn y Fayerabend no son poco meritorias, pues señalan que hay más, son capaces de dar razones estrictamente lógicas y filosóficas de lo incompleto, lo inconmensurable. Está claro que todo lo que he escrito sobre ello lo ha preferido obviar. Si no entiende mis textos quizá debiera hacer un esfuerzo filosófico. ¿Cómo me llamó vacío o hueco sin saber de qué hablaba, sin entender el problema al que atendía? Usted me pide que hable de lo que no hablo. Me está diciendo: hablamos de esto, atienda a ello. Sé perfectamente lo que me pide, pero no cuente con ello. Yo hablo de la filosofía como una actividad “siempre dándose y nunca, por fin, dada”, lo contrario de lo que me pide. Tal vez le aclare un poco esta cita de Wittgenstein: ” 6.53 El método correcto de la filosofía sería propiamente éste: no decir nada más que lo que se puede decir, o sea, proposiciones de la ciencia natural –o sea, algo que nada tiene que ver con la filosofía-, y entonces, cuantas veces alguien quisiera decir algo metafísico, probarle que en sus proposiciones no había dado significado a ciertos signos. Este método le resultaría insatisfactorio –no tendría el sentimiento de que le enseñábamos filosofía,- pero sería el único estrictamente correcto”. No sé si usted conoce el Tractatus, sinceramente, hágase con él, porque si lo entiende bien lo disfrutará mucho y será un pozo inagotable de citas, incluso una forma nueva de ver la filosofía. A mí me inspiró mucho. Define perfectamente el momento filosófico y el momento científico. Siempre se ha conocido como dialéctica, pero a mí me es suficiente con hablar de determinación.
No pretenda que el momento científico sea el ”siempre dándose”, porque es el filosófico. La reflexión esencial busca los contenidos de las ideas en sus discursos, en los objetos, en la puridad y en las síntesis. Tanto hablar de ciencia, neurociencia, proceso mental y todo eso que usted escribe, y no entiende nada de lo que yo escribo; ¡vaya!, lo lamento. Debiera esforzarse mucho más y pasar unos años dedicado al estudio de la filosofía “en serio”, porque si no ve nada, no es que vea mal, ni que no haya qué ver, sino que "no ve", no hay ver, ese ver y no otro; no entiende de qué estoy hablando.
El otro día dijo que debíamos descubrir la ética, y lo apruebo. Su terrible error es que pone lo que pregunta. Un economicismo filosóficamente ingenuo que traiciona su propia posición. Tautología en vez de síntesis. Esa urgencia usted la evita no mirando de frente. Tiene demasiados petito principii, está invadido de los pecados que Dios cometió y no los quiere aceptar. ¿Quién empezó a hablar de posmodernidad? Yo no, fue usted. A mí ese tipo de filosofía no me gusta, pero encuentro un insulto que se hable de sociología y filosofía ensuciando el nombre de Nietzsche. Yo estudio las ideas de los pensadores en sus problemas como una forma de crítica. Usted ve en Nietzsche un agente pernicioso, y yo he dicho, por el contrario, que toda su reflexión es moral. ¿No me entero yo o no se entera usted? Mis ideas sobre Nietzsche son mías, hice Nietzsche mío y lo repensé, lo incorporé, sintéticamente, como todo conocimiento que evolucione. Estudie a Kant y déjese ya de confundir con su catecismo. Usted me dice cosas como que no le interesa lo que dicen los demás. ¿Qué clase de evolución pretende del proceso de aprendizaje, mental, ético, científico, social, histórico, etc.? Como ya le dije “¿Desde el vacío?. Pero, ¡hombre de Dios!. Usted se ancla en Dios o la ciencia. Claro, le molesta que dijese “infantil” a su ética. No sólo es eso, es absolutamente irresponsable, insuficiente y vacía. Su cultura de los buenos sentimientos entiende de sus buenos, no de sentimientos. Amigo Pompilio, la moral es irremediablemente irracional, como los sentimientos. Lea esto “No obstante, la moralidad está dada, aun cuando precariamente, en una postura que se resiste a la síntesis, que no sobrevive la síntesis, que se diluye y desaparece en el punto en el que la síntesis ocupa su lugar” (Bauman). La racionalidad y las leyes son la esperanza, terrible, la hipótesis que delata nuestra intención. Ello mismo es irracional, es el hombre, no el mundo. Pero ¿usted ha estudiado la teoría de los afectos y las pasiones de Spinoza, ya que tanto lo menciona? El propio vacío, la insuficiencia, la responsabilidad, es el sentido que cobra pulso, no en el discurso, sino en el momento real, no trascendental. ¿Me habla de ciencia o de una estafa?. Por eso los llamaba Nietzsche chapuceros. No es una ofensa, es por no problematizar y mirar con humildad, como diría Goethe, la virtud de los sinvergüenzas.
CONTINUA
Estamos cerca de la situación de hace meses. Me siento, sinceramente, desconcertado. Es difícil tratar con alguien que no da muestras de entender de lo que se le habla, y pasa desde hace varios meses, no es nuevo.
Su visión del mundo está cortada con el patrón del mecanismo científico. Habla de la realidad, de la experimentación y todo ese lenguaje. No tengo nada en contra de la ciencia salvo su absoluta insuficiencia ética. Aquí nos estrellamos. Su mundo deja de ser suficiente, es incapaz ante los problemas, se encuentra frente al hombre como un gran abismo y una nueva y desconocida forma de complejidad.
La concreción que busca es un tipo de economicismo que resulta en unos casos y en otros muchos no. “Lo que se puede decir con poco de nada sirve decirlo con mucho“, es el paradigma ockhamiano que cree haber resuelto el problema atajándolo. En efecto, ha resuelto un problema, pero no menta más que ese, no ha hecho ciencia del “desligue”; esos son momentos filosóficos.
Las contribuciones de Kuhn y Fayerabend no son poco meritorias, pues señalan que hay más, son capaces de dar razones estrictamente lógicas y filosóficas de lo incompleto, lo inconmensurable. Está claro que todo lo que he escrito sobre ello lo ha preferido obviar. Si no entiende mis textos quizá debiera hacer un esfuerzo filosófico. ¿Cómo me llamó vacío o hueco sin saber de qué hablaba, sin entender el problema al que atendía? Usted me pide que hable de lo que no hablo. Me está diciendo: hablamos de esto, atienda a ello. Sé perfectamente lo que me pide, pero no cuente con ello. Yo hablo de la filosofía como una actividad “siempre dándose y nunca, por fin, dada”, lo contrario de lo que me pide. Tal vez le aclare un poco esta cita de Wittgenstein: ” 6.53 El método correcto de la filosofía sería propiamente éste: no decir nada más que lo que se puede decir, o sea, proposiciones de la ciencia natural –o sea, algo que nada tiene que ver con la filosofía-, y entonces, cuantas veces alguien quisiera decir algo metafísico, probarle que en sus proposiciones no había dado significado a ciertos signos. Este método le resultaría insatisfactorio –no tendría el sentimiento de que le enseñábamos filosofía,- pero sería el único estrictamente correcto”. No sé si usted conoce el Tractatus, sinceramente, hágase con él, porque si lo entiende bien lo disfrutará mucho y será un pozo inagotable de citas, incluso una forma nueva de ver la filosofía. A mí me inspiró mucho. Define perfectamente el momento filosófico y el momento científico. Siempre se ha conocido como dialéctica, pero a mí me es suficiente con hablar de determinación.
No pretenda que el momento científico sea el ”siempre dándose”, porque es el filosófico. La reflexión esencial busca los contenidos de las ideas en sus discursos, en los objetos, en la puridad y en las síntesis. Tanto hablar de ciencia, neurociencia, proceso mental y todo eso que usted escribe, y no entiende nada de lo que yo escribo; ¡vaya!, lo lamento. Debiera esforzarse mucho más y pasar unos años dedicado al estudio de la filosofía “en serio”, porque si no ve nada, no es que vea mal, ni que no haya qué ver, sino que "no ve", no hay ver, ese ver y no otro; no entiende de qué estoy hablando.
El otro día dijo que debíamos descubrir la ética, y lo apruebo. Su terrible error es que pone lo que pregunta. Un economicismo filosóficamente ingenuo que traiciona su propia posición. Tautología en vez de síntesis. Esa urgencia usted la evita no mirando de frente. Tiene demasiados petito principii, está invadido de los pecados que Dios cometió y no los quiere aceptar. ¿Quién empezó a hablar de posmodernidad? Yo no, fue usted. A mí ese tipo de filosofía no me gusta, pero encuentro un insulto que se hable de sociología y filosofía ensuciando el nombre de Nietzsche. Yo estudio las ideas de los pensadores en sus problemas como una forma de crítica. Usted ve en Nietzsche un agente pernicioso, y yo he dicho, por el contrario, que toda su reflexión es moral. ¿No me entero yo o no se entera usted? Mis ideas sobre Nietzsche son mías, hice Nietzsche mío y lo repensé, lo incorporé, sintéticamente, como todo conocimiento que evolucione. Estudie a Kant y déjese ya de confundir con su catecismo. Usted me dice cosas como que no le interesa lo que dicen los demás. ¿Qué clase de evolución pretende del proceso de aprendizaje, mental, ético, científico, social, histórico, etc.? Como ya le dije “¿Desde el vacío?. Pero, ¡hombre de Dios!. Usted se ancla en Dios o la ciencia. Claro, le molesta que dijese “infantil” a su ética. No sólo es eso, es absolutamente irresponsable, insuficiente y vacía. Su cultura de los buenos sentimientos entiende de sus buenos, no de sentimientos. Amigo Pompilio, la moral es irremediablemente irracional, como los sentimientos. Lea esto “No obstante, la moralidad está dada, aun cuando precariamente, en una postura que se resiste a la síntesis, que no sobrevive la síntesis, que se diluye y desaparece en el punto en el que la síntesis ocupa su lugar” (Bauman). La racionalidad y las leyes son la esperanza, terrible, la hipótesis que delata nuestra intención. Ello mismo es irracional, es el hombre, no el mundo. Pero ¿usted ha estudiado la teoría de los afectos y las pasiones de Spinoza, ya que tanto lo menciona? El propio vacío, la insuficiencia, la responsabilidad, es el sentido que cobra pulso, no en el discurso, sino en el momento real, no trascendental. ¿Me habla de ciencia o de una estafa?. Por eso los llamaba Nietzsche chapuceros. No es una ofensa, es por no problematizar y mirar con humildad, como diría Goethe, la virtud de los sinvergüenzas.
CONTINUA