Umbras Monstrator
01/12/2007, 03:00
Dedicado a los hijos de la injusticia:
Odio, si, odio
a este mundo y sus distancias absurdas,
a sus hijos de vanguardia
y a sus abogados del demonio
que les salvan en cada crimen.
Odio, sí, odio
a los caracoles que no cantan en tu oído,
que te niegan el mar;
a los ignorantes festejando en la plaza,
a los imbéciles
celebrando la guerra;
a los que cantan en la iglesia
y escupen a Jesús una vez en la calle.
Todos ellos no valen mucho,
mejor dicho no valen nada;
pesan lo mismo que un saco de estiercol
pero sirven menos,
ni para abono sirven.
¡Sí! Los odio
porque te ven sufrir y no hacen nada,
te pasan por al lado
y te revolean la indiferencia
y se sienten importantes,
muy buenos samaritanos.
¡Ah! Pero tú no los odias,
¿cómo haces para no odiarlos?
¿Si te miran de soslayo
porque una mirada entera les sabe a despedicio?
¿Si te azotan la puerta en la cara
porque les espantan tus desdichas?
¿Cómo haces para mirarlos a los ojos
cuando te rompen el futuro
y aún así sonreírles
y darles la mano sin que importe que
para ellos seas un número en una lista?
No, tú no los odias... ¡cuánto te admiro!
Odio, si, odio
a este mundo y sus distancias absurdas,
a sus hijos de vanguardia
y a sus abogados del demonio
que les salvan en cada crimen.
Odio, sí, odio
a los caracoles que no cantan en tu oído,
que te niegan el mar;
a los ignorantes festejando en la plaza,
a los imbéciles
celebrando la guerra;
a los que cantan en la iglesia
y escupen a Jesús una vez en la calle.
Todos ellos no valen mucho,
mejor dicho no valen nada;
pesan lo mismo que un saco de estiercol
pero sirven menos,
ni para abono sirven.
¡Sí! Los odio
porque te ven sufrir y no hacen nada,
te pasan por al lado
y te revolean la indiferencia
y se sienten importantes,
muy buenos samaritanos.
¡Ah! Pero tú no los odias,
¿cómo haces para no odiarlos?
¿Si te miran de soslayo
porque una mirada entera les sabe a despedicio?
¿Si te azotan la puerta en la cara
porque les espantan tus desdichas?
¿Cómo haces para mirarlos a los ojos
cuando te rompen el futuro
y aún así sonreírles
y darles la mano sin que importe que
para ellos seas un número en una lista?
No, tú no los odias... ¡cuánto te admiro!