karlacris
13/11/2007, 15:14
El es un viajero de la vida,
Fue bendecido con el don
De los versos que trascienden
Y tocan el alma.
Canta de los amaneceres gloriosos
Y de los más lindos anocheceres,
De los suspiros de los amantes
Y de las miradas que arrebatan.
Ella permanece escondida
En los bosques frondosos,
Escuchando el trinar de las aves
Y viendo las estrellas de plata.
Juega a contar historias
De vida y de amores,
De encuentros y desencuentros,
Y de su corazón solitario y quieto.
El destino les tendió la trampa:
Se encontraron en medio del camino,
Y enseguida se reconocieron,
Decidieron juntar sus caminos
Y construir juntos canciones y cuentos.
El trae sus soles brillantes
Y sus lunas enamoradas,
Sus visiones de tierras lejanas
Y sus idilios excitantes.
Ella brinda sus estrellas fugaces
Y su polvo de hadas,
Los secretos de los bosques
Y de las almas solitarias.
Se miran a los ojos,
Y desnudan sus almas,
Más las palabras
No florecen en sus manos…
Se dan cuenta
Que no se aman.
Ella da vuelta y se aleja,
Sus rizos de oro cubren su rostro.
Una lágrima de cristal rueda
sobre su mejilla aterciopelada,
Se da cuenta que ella
Si está enamorada,
De ese imposible,
De ese cantor venido de tierras lejanas.
Fue bendecido con el don
De los versos que trascienden
Y tocan el alma.
Canta de los amaneceres gloriosos
Y de los más lindos anocheceres,
De los suspiros de los amantes
Y de las miradas que arrebatan.
Ella permanece escondida
En los bosques frondosos,
Escuchando el trinar de las aves
Y viendo las estrellas de plata.
Juega a contar historias
De vida y de amores,
De encuentros y desencuentros,
Y de su corazón solitario y quieto.
El destino les tendió la trampa:
Se encontraron en medio del camino,
Y enseguida se reconocieron,
Decidieron juntar sus caminos
Y construir juntos canciones y cuentos.
El trae sus soles brillantes
Y sus lunas enamoradas,
Sus visiones de tierras lejanas
Y sus idilios excitantes.
Ella brinda sus estrellas fugaces
Y su polvo de hadas,
Los secretos de los bosques
Y de las almas solitarias.
Se miran a los ojos,
Y desnudan sus almas,
Más las palabras
No florecen en sus manos…
Se dan cuenta
Que no se aman.
Ella da vuelta y se aleja,
Sus rizos de oro cubren su rostro.
Una lágrima de cristal rueda
sobre su mejilla aterciopelada,
Se da cuenta que ella
Si está enamorada,
De ese imposible,
De ese cantor venido de tierras lejanas.