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Ver la versión completa : El "edificio" de la Sociología



Pompilio Zigrino
07/11/2007, 17:02
Para Auguste Comte, existe una ley del progreso de las distintas ramas de la ciencia las cuales pasan sucesivamente por una etapa teológica, seguida de una metafísica, para llegar a la etapa positiva. Podemos denominar también tal secuencia con los nombres de religiosa, filosófica y científica.

La etapa filosófica, por la que pasa la sociología actual, está constituida por varias “pequeñas viviendas” que pueden observarse unas a otras coexistiendo en forma más o menos armónica. Al igual que ocurre en la filosofía, no existe un edificio único que reciba los aportes de todos los pensadores. Ello sólo podría ocurrir cuando las distintas visiones de la realidad fueran visiones complementarias, en lugar de ser parcial o totalmente incompletas, erróneas o contradictorias.

En la física, por el contrario, podemos decir que existe un “edificio único” que recibe los aportes de los distintos científicos; de ahí su carácter imponente. Podemos citar como ejemplo a la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell, que surge en el siglo XIX y que está constituida por las leyes de Gauss, Faraday y Ampere-Maxwell, siendo esta última una ampliación efectuada por Maxwell a la ley de Ampere. Estos ilustres físicos son los que efectuaron las últimas generalizaciones basadas en aportes realizados por varios otros que les antecedieron.

Puede observarse que una teoría científica no necesariamente ha de consistir en la obra de un solo hombre, sino que es lícito incorporar aportes de otros científicos para reunirlos en un sistema descriptivo general. Además, en el caso de la sociología, podrá también incorporar aportes de la religión.

Existen algunos inconvenientes tales como el de la distinción que se hace entre ley natural religiosa y ley natural científica, pero este problema existe sólo para las posturas filosóficas dualistas. Por el contrario, para los sistemas filosóficos monistas, como para la ciencia experimental, existe una identificación entre ambas.

La sociología, para pasar a la etapa científica, debe, de alguna manera, constituirse como un “edificio único” en donde puedan ubicarse los distintos aportes de los sociólogos y también de los filósofos, ya que, gran parte del contenido de los distintos sistemas filosóficos pueden encuadrarse en el marco sociológico. Nicholas S. Timasheff escribió: “El historiador muestra lo variable; el sociólogo señala lo constante y recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la sociología descompone las diferentes combinaciones en sus relativamente pocos elementos básicos y formula las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos” (De “La Teoría Sociológica” – Fondo de Cultura Económica).

En realidad, el propio Comte estableció las premisas básicas para la llegada a la etapa científica de su “física social”, como primeramente denominó a la sociología. Tales premisas son:

1) La sociología debe ser una ciencia experimental

2) Debe basarse en el postulado de la invariabilidad de la ley natural

3) Debe ser posible deducir algunos fenómenos sociales de otros, aceptándose el método axiomático.

4) La sociología se ha de establecer para mejorar la sociedad, por lo que rechaza la “neutralidad” ética de la misma.

5) Debe proponer una religión natural.

Auguste Comte escribió:

“El espíritu humano, por su naturaleza, adopta sucesivamente tres métodos de filosofar en todas sus investigaciones, cuyo carácter es esencialmente diferente e incluso opuesto: al principio, el método teológico, luego el metafísico y, por último, el método positivo. De ahí provienen tres tipos de filosofía o de concepción general sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente. La primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su sistematización definitiva y fija, mientras que la segunda vale sólo como momento de tránsito”

“El carácter fundamental de la filosofía positiva es considerar todos los fenómenos como subyacentes a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y cuya reducción al menor número posible, constituye el fin de todos nuestros esfuerzos, considerando como absolutamente inaccesible y carente de sentido, para nosotros, la búsqueda de lo que se da en llamar la causa, sea la primera, sea la final” (Del “Curso de Filosofía Positiva” Ed. Aguilar)

“Entiendo por física social la ciencia que tiene por objeto el estudio de fenómenos sociales considerados con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación” (Citado en “La Teoría Sociológica” N. Timasheff).

Así como un sistema filosófico mínimo deberá estar constituido por:

a) Teoría del conocimiento (lógica, ciencia, lenguaje, etc.)

b) Teoría del comportamiento (ética)

c) Teología natural (sentido de la vida)

Una teoría sociológica ha de tener una estructura bastante similar, pero, por estar basada en aspectos observables, verificables y cuantificables, deberá tener un carácter único debiendo aceptar gran parte del conocimiento previo disperso. De esa forma se aceptará la complementariedad del conocimiento, pero no el error o la contradicción. Immanuel Kant escribió: “Toda filosofía es teórica o práctica. La filosofía teórica es la regla del conocimiento; la filosofía práctica es la regla del comportamiento en lo que atañe al libre albedrío” (De “Lecciones de Ética” – Ed. Crítica).

Nótese que, asociado al conocimiento, buscamos la verdad, mientras que asociado al comportamiento, buscamos el Bien, o el camino mejor hacia la felicidad. Sin embargo, dentro de la propia filosofía existen posturas que rechazan tanto la existencia de la verdad como la existencia del Bien, como valores absolutos. Si negamos la existencia, y la búsqueda, de ambos objetivos, estamos anulando la esencia de la filosofía. De ahí que resulta llamativo que sean denominados “filósofos” los que niegan a su propia ciencia, tales los casos de Marx, Nietszche, entre otros.

En nuestra época, la existencia de un sistema sociológico puede resultar “revolucionaria”, por cuanto es llamativa la adhesión mayoritaria de pensadores al relativismo de la verdad y al relativismo moral, por lo que tal tipo de sistema tendría una dudosa aceptación. Incluso se ha relativizado el significado del “amor al próximo” predicado por el cristianismo, lo que le hace perder casi totalmente su eficacia. De todas formas, es importante la realización de intentos unificadores en vista a su aplicación en el futuro. Sin la existencia de la Verdad, del Bien y del Amor, como aspectos objetivos de la realidad, pocas esperanzas quedan para la orientación adecuada del hombre dentro del mundo en donde se encuentra inmerso. Afortunadamente, los intensos estudios emprendidos en neurociencias implican la búsqueda de vínculos entre el cerebro y el comportamiento, de tal manera que la aparición de la síntesis mencionada es de esperar que ocurra en el plazo de algunos años.

Como base de la acción ética, podemos mencionar la existencia de la actitud característica en las personas, definida como:

Actitud característica = Respuesta / Estímulo

Siendo las respuestas y los estímulos las emociones, o sentimientos, derivados de distintos acontecimientos que afectan a los seres humanos y que son compartidos, o no, por otros seres humanos. De esa manera encontramos una ética objetiva clasificando adecuadamente las actitudes básicas posibles (amor, odio, egoísmo, negligencia).

Como base del conocimiento, podemos mencionar la lógica natural, o analógica, con las operaciones básicas de “comparar” y “agrupar”, provenientes de un proceso adaptativo vinculado a un sistema de realimentación negativo y de la forma en que agrupamos la información en nuestra memoria. (Ver en www.geocities.com/pompiliozigrino).

Estos elementos simples ofrecen un punto de partida para el establecimiento de un sistema sociológico como el mencionado. Puede considerarse como propuesta científica por cuanto uno puede observar la realidad y luego afirmar si son verdaderos o falsos. Es esta la manera en que progresa el conocimiento científico.

Una vez adoptado el esquema básico propuesto, se lo puede tener como referencia para verificar la compatibilidad, o no, de otros conocimientos dispersos. En caso de ser un esquema falso, se propone al lector establecer uno mejor.

Santiago bolso
08/11/2007, 10:23
Yo todavía no estoy seguro de aceptar la existencia de verdad y bien objetivos. Al bien al menos sigo encontrándole intencionalidad, y con respecto a la verdad me parece que el constructivismo tiene algunos buenos puntos que me hacen dudar.

Por lo que se de Marx hasta ahora tiene una postura materialista de la filosofía, no niega la existencia de una verdad o un bien objetivos, y esos puntos a mi si me generan problemas. Nietsche no conozco bien para afirmar.

¿Cuáles son tus objeciones sobre el constructivismo?

Nos vemos.

Pompilio Zigrino
08/11/2007, 11:04
Respecto del constructivismo, ubico lo que leí en Wikipedia:

En filosofía de la ciencia (epistemología) se denomina constructivismo a una corriente de pensamiento surgida a mediados del siglo XX, de la mano de investigadores de disciplinas muy diversas (psiquiatras, físicos, matemáticos, biólogos, etc.). Para el pensamiento constructivista, la realidad es una construcción hasta cierto punto "inventada" por quien la observa.
En realidad, la ciencia es la construcción de modelos que se ajustan de mejor o peor manera a la realidad. Son construcciones humanas, pero no todas se adaptan al mundo real.

La ciencia es algo intermedio entre lo objetivo y lo subjetivo, en ese sentido.

Pompilio Zigrino
08/11/2007, 17:07
Continuación:

La existencia de una ética objetiva no implica que se haya de aceptar fácilmente, ya que deberá estar encuadrada en una visión amplia que considera también la existencia de un sentido objetivo de la vida, o un sentido objetivo del universo. De esto surge una religión natural que podemos resumir como:

Religión natural = Sentido de la Vida + Ética natural

A partir de la tendencia hacia el logro de niveles de mayor complejidad, hasta llegar a la vida inteligente, podemos observar un sentido aparente de la evolución biológica, e incluso del universo, ya que la vida es una etapa que sigue a la aparición de las partículas fundamentales, núcleos, átomos, moléculas, células, etc. La evolución cultural del hombre debe apuntar en el mismo sentido que la evolución biológica. En ese caso será posible otorgarle validez plena a la ética natural como parte de un proceso adaptativo general.

Puede argumentarse que ya existe el cristianismo como religión que promueva una ética muy próxima a la ética natural (o a lo que en este escrito así se ha denominado) y que no debe alterarse en lo más mínimo. Al respecto, es oportuno aclarar que, debido al carácter totalmente subjetivo con que en la actualidad se valoran las simbologías bíblicas, se ha pretendido, a partir de los presentes escritos, fundamentar científicamente todos aquellos aspectos susceptibles de verificación, sin negar ninguno de los aspectos esenciales del cristianismo.

Quienes adhieren a una postura dualista (Universo = Dios + Naturaleza) atribuyen el mayor mérito a la adhesión a tal postura filosófica y se autodenominan “creyentes”. Por el contrario, desde el punto de vista de la religión natural, “creyente” es el que cree en las palabras de Cristo y trata de cumplir con sus mandamientos, constituyendo una actitud ética antes que filosófica. Se supone, además, que es la acción humana la que produce efectos en los demás, y no tanto la directa intervención de Dios.

Se considera que Cristo vino a adaptar al hombre a la ley natural en lugar de intentar adaptar la ley natural (interrumpiéndola adecuadamente) para beneficio del hombre. Las prédicas de Cristo van destinadas a cambiar a los hombres y no a cambiar las leyes naturales existentes.

El gran conflicto que se produce entre la religión natural, surgida de la postura monista (Universo = Dios = Naturaleza) y la religión revelada, surgida de la postura dualista, radica en el caso de las posibles intervenciones de Dios. Si en realidad la ley natural impone al hombre una actitud característica, es posible suponer que el Dios supuestamente interviniente en los fenómenos humanos habrá de estar también constituido por su propia actitud característica. Ha de ser un Dios “lógico” que actúa de igual manera en iguales circunstancias, por lo que equivale a decir que está regido por su propio criterio, el mismo utilizado para la creación de los seres humanos. De ahí que son equivalentes las posturas: a) atribuir al Universo la existencia de leyes naturales estrictas, b) atribuir leyes naturales sujetas a interrupción bajo el criterio de un Dios lógico que posee una determinada personalidad.

Es oportuno resaltar que la ética natural aquí propuesta, surge de una descripción del tipo aceptado por la metodología usual de la ciencia experimental. Esto se debe a que la validez, o no, del sistema descriptivo, radica principalmente en el concepto de “actitud característica”. De verificarse su existencia, es posible la validez del resto de las deducciones hechas. Si se verifica, por el contrario, su falsedad, pues entonces todo el sistema es falso.

Con ello el autor desea rechazar toda duda respecto de su honestidad intelectual. De igual manera, se pide a quien proponga algún sistema descriptivo con alcances similares al propuesto, que indique claramente cuál es el aspecto observable, verificable y cuantificable que permite a los demás poder decir si se trata de algo verdadero o de algo falso. Si, por el contrario, se siguen proponiendo descripciones basadas en conceptos difusos, seguiremos en la etapa de la sociología filosófica, todavía lejana a la etapa científica propuesta por el fundador de esta rama del conocimiento.

Estos elementos simples ofrecen un punto de partida para el establecimiento de un sistema sociológico con base científica. Una vez adoptado, se lo puede tomar como referencia para verificar la compatibilidad, o no, de otros conocimientos dispersos. En caso de ser un esquema falso, se alienta al lector a establecer uno mejor. Al menos el presente escrito le dará una perspectiva general del problema y de su solución.

Santiago bolso
08/11/2007, 18:37
Detecte un punto que no me queda claro. La objetividad de la que hablas, la pones fuera o dentro del ser humano. Me refiero estrictamente a lo siguiente, estamos hablando de una objetividad razonada por el ser humano o encontrada en la naturaleza, o mejor, creada por el ser humano o ya dada.

La ética a la que te referís como natural, la comparás con la cristiana, supongo que con algún matiz, sería bueno que la expusieras de manera esquemática al menos para ver cada punto.

Fijate también, y esto con respecto al costructivismo, que consideran que el hombre construye la realidad a través de modelos, esto significa a priori, como aquella discución con Alberto, o sea, no es que construya un modelo científico y luego lo pruebe en la realidad, construye todo, modelo, percepción, conclusión, todo.

Nos vemos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
09/11/2007, 08:32
Santiago, en cierto modo, me siento responsable de las confusiones que te haya podido crear con los a priori.

En efecto, la aprioridad, en cuanto constituyendo una forma, “construye todo, modelo, percepción, conclusión, todo” de manera necesaria. No es casual que esas teorías constructivistas tengan en Kant un antecedente claro, al igual que pasó con la Gestalt. Pero pareces olvidar que, teniendo eso en cuenta, propone “un modelo científico y luego lo pruebe en la realidad”. El a posteriori va a marcar el sentido al conocimiento. Recuerda que dije que lo que más interesaba era saber qué no era a priori.

Santiago bolso
09/11/2007, 13:42
No, no te sientas responsable Alberto,los lios en los que me meto son responsabilidad mia. Entiendo lo que decís, pero quizá no me expliqué correctamente. Creo incluso que había o hay constructivistas "duros" y "blandos" no se si los llaman asi. Me refería a los constructivistas "duros" en todo caso, que según su lógica inclusive el a posteriori estaba tan teñido por el apriori como para considerarlo una construcción más.

Bueno quizá esa categoría caiga en los llamados "subjetivistas", no se, me entreveran esas distinciones, lo importante es el concepto que aca se vislumbra, que al final todo es lo que me parece que es y no lo que es, incluyendo el propio método que utilizo para demostrarme si eso es lo que me parece que es, como esta dentro del sistema no puede escapar de él, y asi me de un resultado positivo o negativo me va a remitir a soluciones dentro de mi propio sistema, de mi propia construcción.

Nos vemos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
12/11/2007, 10:39
Santiago, has explicado bastante bien el límite del pensamiento que supone Kant, pero desde la síntesis como conocimiento o unidad de apercepción no deja de ser problemático. Esto es importante en la visión que sacó Schopenhauer de la filosofía de Kant. Es decir, el sujeto de conocimiento accede a la universalidad (las leyes de Pompilio).

Te sigo recomendando trabajar más con problemas que con definiciones, porque, para empezar, acostumbras a regir la mente.

Una explicación y defensa del subjetivismo es su tendencia a ordenarse universalmente. Las posibilidades de cualquier formalización son inimaginables, pero la cuestión es no imaginarlas, sino contrastarlas. En relación a la sociología, es toda una forma de relativización.

El relativismo se ha convertido en los foros en un tema de conflicto. Por mi parte, defiendo la problematización como una forma de saber lo que no sé. Que sea relativismo u otra cosa es un problema de diccionario, no de filosofía.

Santiago bolso
12/11/2007, 17:42
Si, entiendo, debe ser que no entendí cabalmente a los constructivistas y subjetivistas. Según los había entendido yo, sus ideas no las comparto. Pero es todo más complicado, porque me parece que todo esto se resume a que para filosofar debemos conocer todo lo que se ha filosofado hasta ahora, a todos o al menos los mas importantes o representativos filósofos de la historia, sino estaríamos cayendo en errores que ya fueron refutados, sería como empezar a filosofar de cero.

Ahora que me empezé a interesar en la filosofía y leo algunas cosas veo que los filósofos en general basan sus ideas en la crítica a los anteriores filósofos, cosa que me parece excelente porque es la manera de avanzar en el conocimiento.

Sospecho que las teorías de Pompillio ya las habrá enunciado algún filósofo y seguro fueron refutadas por algún otro, si los conociera a todos sabría quiénes y cómo, pero sospecho que estos problemas de ética universal se deben de haber discutido y resuelto hace ya muchos años.

Nos vemos.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
13/11/2007, 07:06
Santiago, la historia de la filosofía está llena de ideas. Es difícil encontrar algo que no se haya pensado o se haya agotado. Si te haces con lecturas filosóficas podrás comprobar la inmensidad ideas que hay en ella. Recuerdo la entrevista a Brunge, que se ha comentado en el foro, en la que decía que una característica de los filósofos era que, por lo general, siempre se habían opuesto al progreso ????. Quizá Pompilio pueda aclararnos los argumentos de Brunge, pero donde lo decía era en referencia a Kant y Hume, y no veo dónde estaban contra el progreso.

La crítica es una actitud habitual en los filósofos. Ya he comentado que esas ideas del relativismo de la verdad y el ético parecen estar planteadas de forma un poco confusa. La crítica contra el absolutismo es legal por ser algo bastante fácil de refutar. Donde no se pueda tienes una verdad “provisional” o, simplemente, filosófica o no científica. La posición de Pompilio y la mía son claramente contrarias, aunque sospecho que es porque no interpretamos correctamente las idea del otro. Particularmente, me inclino frente a los dogmatismos. La lógica del avance del conocimiento reside en su incompletud, que, por ello mismo, es una refutación del absolutismo y su misma defensa. Descubrir leyes es una labor científica, pero hablar de ellas no. La justificación y la aplicación son dos momentos distintos que pueden chocar, y, un auténtico científico, es lo que debiera buscar.

La ética universal es una idea muy extraña y que me parece no significa nada. Pompilio parece haberse dado cuenta de que es mejor defensa de ella buscar su refutación, que ha sido atacado e interpretado contra mí como destruccionismo. El otro día te hablaba de un familiar que tiene una talla intelectual admirable. A veces, me pregunta si estoy tranquilo replanteándolo todo, y yo le digo que por eso me dedico a la filosofía. No es la contra por la contra, es “poner el conocimiento en la cuerda floja”, como decía Wilde.

Una idea filosófica de cierto interés es que la solución de un problema crea otro problema, no lo elimina. El mundo de las cosas de ahí dentro es distinto del de ahí fuera. El conocimiento crea un problema ante eso y busca su solución. Las leyes son aquello de “por lo que hasta ahora sabemos”, pero en el proceso son tomadas como leyes, pragmáticamente. Es el argumento humeano contra la inducción, no hay necesidad lógica en la conexión, que empapa todo nuestro conocimiento, y esto sí es a priori. Pompilio me dijo hace tiempo que en los libros de ciencia nunca se habla de Kant, algo normal, pero en epistemología, sí. Tal vez no se nombre explícitamente, pero el problema epistemológico está ahí. Desde sus ideas se puede hacer una defensa del no dogmatismo que afirma que puramente no se puede acceder a la cosa en sí. Lo que no es puridad se puede interpretar como ideas sobe la evolución, que es mucho: el mundo de ahí dentro y el mundo de ahí fuera.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
13/11/2007, 09:43
A propósito de Hume y Kant, el problema de la sociología lo entendieron bastante bien los dos, no en cuanto sociología sino en tanto ciencia.

Pompilio cita a Timasheff:

“El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos”

Me gustaría conocer esas relaciones necesarias e invariables en sociología, pues no sé de ninguna. Por supuesto, hay tendencias y probabilidades, pero ¿relaciones necesarias e invariables? Una forma de estudiar en sociología es acudir a las realidades objetivadas, que permiten estudiar mucha información valiosa y que no dependen de las conciencias.

Respecto de Kant, la razón práctica y el libre albedrío, debiera decir que el mandato universal lo pone él. La necesidad o legislación a priori de nuestras acciones se quiere rebasar en una inclinación que es la lucha entre la razón y la voluntad. Al igual, el orden de libertad de Spinoza, encuentra su meritoriedad auténticamente en la ausencia de voluntad y entrega a las condiciones constantes y universales de la “dignidad” humana. La superación de esta meritoriedad por otro tipo responsabilidad es la figura de Nietzsche. La ética de Kant era normativa, que es su significado moral al pasar de una abstracción a una realidad empírica. Por ello, veo más concreta la moral de Durkheim que la de Kant. Por otro lado, el sentido antropológico del pragmatismo de Kant, es una profunda reflexión sobre la predisposición a la eticidad en el hombre. Aun corriendo el riesgo de ser tomado por relativista, invito a los interesados a conocer la universalidad de las emociones en los hombres a partir del conocimiento de las realidades que permiten conocerlas. En mi caso, la lectura de obras como algunas de las de Darwin o Manilowski, supusieron un importante avance.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
14/11/2007, 08:04
“Pero, de hecho, hay buenas razones, no sólo en favor de la creencia de que la ciencia social es menos complicada que la física, sino también a favor de la creencia de que las situaciones sociales concretas son en general menos complicadas que las situaciones físicas concretas. Porque en la mayoría, si no en todas la situaciones sociales, hay un elemento de racionalidad. Es cierto que los seres humanos nunca actúan de una manera totalmente racional (esto es, como lo harían si quisiesen hacer el mejor uso posible de toda la información que tienen a mano para la obtención de cualquiera de los fines que contemplen), pero actúan de todas las formas más o menos racionalmente; y esto hace posible la construcción de modelos relativamente simples de sus acciones e interacciones y el uso de esos modelos como aproximaciones.” Popper (La miseria del historicismo PG. 158)

Traigo un texto de unos de mis maestros en cuestiones de ciencia que, en varios sentidos, se sitúa en la línea de Pompilio. A pesar de que Popper hable de leyes, como en ocasiones hace, es en sentido hipotético. La línea de la construcción racional que pretendemos consiste en edificar a base de teorías.

Tal vez oriente mi escepticismo demasiado hacia contar lo menos posible con metafísicas como las leyes. Las leyes invariables y constantes me parecen mucho más fiables en teorías probadas que supuestas. Las teorías experimentadas son el desensimismamiento del que suelo hablar, no se refiere a otra cosa.

En mis referencias a Kant puede parecer que pretendo sacar de él, como de Popper, un escepticismo; en cierto sentido, es así, pero la intención no es el “destructivismo”, sino el compromiso realista, éticamente hablando. Las teorías de Kant señalan hacia la formalización de las condiciones de objetividad y posibilidad de las leyes, no veo destructivismo en denunciar la actitud pragmática que supone el límite del conocimiento. Al igual que con Hume, el problema de la inducción se da continuamente, no cesa; el momento teórico es una aporía que debe resolver la síntesis marcando la dirección del paso siguiente. Una vez en movimiento, y dado el paso, hemos asumido los supuestos y otras cargas no conscientes. La comprobación de la realidad de la formalización es, ya de por sí, una defensa de los elementos constantes, pero también la exigencia de su crítica.

En el libro citado nos encontramos con expresiones como: “la mayoría de los objetos de la ciencia social, si no todos ellos, son objetos abstractos, son construcciones teóricas …. Estos objetos, estas construcciones teóricas usadas para interpretar nuestra experiencia, resultan de la construcción de ciertos modelos (especialmente de instituciones), con el fin de explicar ciertas experiencias –un método teórico familiar en las ciencias naturales donde construimos nuestros modelos de átomos, moléculas, sólidos y líquidos, etc.”. Según esto, parece que no existan en la ciencia social más que abstracciones vacías y no realistas, lo que es falso. Durkheim, en las reglas del método propone dirigir la sociología hacia un positivismo claramente empírico; Weber propone traducir los fenómenos en partes que puedan ser recompuestas en su generalidad; y Peirce y su semiótica propusieron la lógica de las relaciones en su significado social, ético y estético. No recuerdo de ninguna mención de Popper a Durkheim, pocas a Weber y contadas a Peirce, y nunca en lo referente a lo social. La escuela de Popper, especialmente Lakatos, hace alarde de traicionarse a sí misma, no sé si por inclinación o ignorancia. Atacan la psicología social, concretamente el interaccionismo simbólico, atendiendo a su parte débil. Popper y Lakatos no hablarían con esa frescura de los argumentos de Peirce, para empezar, porque son impecables lógicamente. Aunque Popper reconoció a Peirce como uno de los más importantes filósofos de la historia, parece que se fijó en sus teorías sobre la ciencia, básicamente kantianas, como las suyas, y no en su tremenda visión social, en algunos sentidos anticipación de Durkheim y Weber.