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Ver la versión completa : La ética como ventaja evolutiva



Pompilio Zigrino
28/10/2007, 11:46
Es interesante preguntarse acerca de la ventaja evolutiva que presentaría la existencia de una ética natural para favorecer la supervivencia del grupo humano. En realidad, si disponemos de una parte del cerebro que está especializada en regular nuestro comportamiento ético, es porque ese objetivo ha sido consecuencia del proceso evolutivo.

A partir de las actitudes básicas del hombre podemos extraer la existencia de dos tendencias principales: hacia la cooperación y hacia la competencia. Pero es necesario distinguir entre una competencia constructiva y una destructiva, ya que una favorece al ser humano y la otra no. Podemos hacer un resumen, entonces, de las tres tendencias mencionadas junto a la producida por la inacción humana:

a) Cooperación (amor)

b) Competencia constructiva (amor propio)

c) Competencia destructiva (egoísmo, odio)

d) Inacción (negligencia)

Para lograr la cooperación, disponemos de nuestra capacidad para compartir penas y alegrías de nuestros semejantes. Esta actitud hace que tanto la felicidad como el dolor ajeno sean nuestra propia felicidad y nuestro propio dolor. El vínculo afectivo entre madre e hijo nos exime de hacer mayores comentarios sobre tal actitud cooperativa.

En cuanto a la competencia constructiva, podemos asociarla a la actitud de competir con uno mismo. Esto nos lleva a superarnos día a día, sin tener en cuenta lo que hacen los demás. Aún así, los resultados obtenidos serán mejores que si hubiésemos tenido en cuenta a los potenciales rivales. Podemos decir que el individuo tiene suficiente “amor propio”.

La competencia destructiva es la que valora en un mismo nivel el fracaso de los demás como el éxito propio. Incluso es una actitud que tarde o temprano se ha de transformar en una acción negativa para los rivales que están en competencia.

Podemos ejemplificar ambos actitudes con un caso tomado del deporte. La competencia es constructiva cuando el equipo de fútbol trata de superarse día a día sin apenas interesarse por lo que hacen los demás equipos. En cambio, la competencia es destructiva cuando el fracaso del equipo rival (o enemigo) provoca tanta satisfacción como el éxito propio.

La ética, que en otras épocas era de interés casi exclusiva de la religión y de la filosofía, desde hace varios años resulta ser también de interés para las ciencias biológicas y las sociales. Así, E.O. Wilson escribió: “Los científicos y los humanistas deben considerar juntos la posibilidad de que llegó el momento de quitarle temporalmente la ética de las manos de los filósofos, para ser biologizada” (De “Sociobiología”). Y esto se debe a que la base del comportamiento ético radica en las emociones y los sentimientos humanos. Incluso en los animales domésticos podemos observar la presencia de tales aspectos emotivos de la conducta.

Es oportuno citar algunos escritos del destacado biólogo Humberto Maturana R., quien escribió:

“Vivimos una cultura que ha desvalorizado a las emociones en función de una supervaloración de la razón, en un deseo de decir que nosotros, los humanos, nos diferenciamos de los otros animales en que somos seres racionales. Pero resulta que somos mamíferos, y como tales, somos animales que viven en la emoción. Las emociones no son oscurecimientos del entendimiento, no son restricciones de la razón; las emociones son dinámicas corporales que especifican los dominios de acción en que nos movemos. Un cambio de emoción implica un cambio de dominio de acción. Nada nos ocurre, nada hacemos que no esté definido como una acción de una cierta clase por una emoción que la hace posible”.

“La ética no tiene un fundamento racional sino uno emocional. De ahí que la argumentación racional no sirva, y es precisamente por eso que hay que crear sistemas legales que definan las relaciones entre sistemas humanos distintos desde la configuración de un pensar social capaz de abarcar a todos los seres humanos”.

“La preocupación ética como preocupación por las consecuencias que nuestras acciones tienen sobre otro, es un fenómeno que tiene que ver con la aceptación del otro y pertenece al dominio del amor. Por eso la preocupación ética nunca se extiende más allá del dominio social donde surge”.

“Creo que no hay un buen entendimiento del fenómeno de convivencia y de la historia de los fenómenos políticos si uno no entiende la naturaleza de lo social y lo ético en el ámbito de su fundación emocional”.

“La mayor parte de las enfermedades humanas tiene que ver con la negación del amor. Nos enfermamos si no nos quieren, si nos rechazan, si nos niegan, o si nos critican de una manera que nos parece injusta. Podemos, incluso, enfermarnos de cáncer, porque la dinámica fisiológica tiene que ver con la dinámica emocional”.

“Los fenómenos sociales tienen que ver con la biología, y que la aceptación del otro no es un fenómeno cultural. Más aún, mantengo que lo cultural, en lo social, tiene que ver con la acotación o restricción de la aceptación del otro. Es en la justificación racional de los modos de convivencia donde inventamos discursos o desarrollamos argumentos que justifican la negación del otro”.

“El amor es la emoción que constituye las acciones de aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia; por lo tanto, amar es abrir un espacio de interacciones recurrentes con otro en el que su presencia es legítima sin exigencias. El amor no es un fenómeno biológico raro ni especial, es un fenómeno biológico cotidiano. Más aún, el amor es un fenómeno biológico tan básico y cotidiano en lo humano, que frecuentemente lo negamos culturalmente creando límites en la legitimidad de la convivencia en función de otras emociones”. (De “Emociones y lenguaje en educación y política” – Colección Hachette).

Se ha discutido la posibilidad de derivar prescripciones a partir de descripciones, es decir derivar el “deber ser” de lo que “es”. Algunos denominan esta actitud como “falacia naturalista”. Sin embargo, podemos utilizar el concepto de “optimización” ya que permite, justamente, optimizar lo que “es” para llegar a lo que “debe ser” buscando el logro de la felicidad o la plena adaptación al orden natural. Si disponemos de cuatro tendencias básicas, cooperación, competencia constructiva, competencia destructiva, inacción, lo ético ha de ser lo que apunta a las dos primeras.

En un mundo reglamentado por leyes naturales, los efectos siguen a las causas que los producen en forma independiente del tiempo. De ahí que, a iguales causas les seguirán iguales efectos. Tanto el amor, como el egoísmo, el odio y la negligencia producirán efectos similares en los distintos pueblos y en las distintas épocas, ya que son actitudes derivadas de emociones que forman parte de nuestra esencia biológica. De ahí que podamos hablar de cierta ética natural de carácter objetivo.

El relativismo moral tiene como consecuencia inmediata la pérdida paulatina de la conciencia moral. Si no existen causas objetivas que producen el Bien y el Mal, sino que son cuestiones puramente convencionales, no tendría sentido ser consciente de los efectos producidos por la acción individual. El psiquiatra H. Baruk escribió: “Los remordimientos son en el hombre normal el mecanismo regulador esencial que controla las conductas. Sin este mecanismo regulador, el hombre se volvería un monstruo, un pervertido, un loco moral. Ahora bien, parece ser que para algunos psiquiatras actuales la meta que hay que alcanzar es transformar la humanidad en una sociedad de seres desprovistos de conciencia moral, es decir, de pervertidos y de monstruos. Pues bien, ese fin diabólico ni siquiera puede alcanzarse, puesto que la conciencia moral no puede suprimirse ni rechazarse. Como he mostrado, constituye la parte integrante esencial y específica de la naturaleza humana, que no se puede suprimir sin cometer una verdadera mutilación. Además, quizás las operaciones propuestas y ejecutadas ahora en gran número sobre los lóbulos frontales realizan en parte esta temible mutilación que afectaría a la conciencia moral” (De “Psiquiatría Moral Experimental” – Ed. Fondo de Cultura Económica)

Flavio Vespaciano
28/10/2007, 13:36
Interesante el tema. Bueno lo de la conciencia

sid_92
29/10/2007, 00:57
Yo le pediría que no fuese Sr. Zigrino tan extenso en sus temas, tal vez seria mejor para el foro, que expusiera las hipotesis, dejar que los demas opinen y luego comenzar cada quien a fundamentar sus puntos de vista. Tanto material de golpe puede parecerle a algunos foristas demasiado pretenecioso. En mi caso, entro, veo los temas y al ver tanto rollo digo que flojera! cierro y continuo con lo que estaba haciendo

Gracias

Pompilio Zigrino
31/10/2007, 09:19
Gracias por la opinión. En realidad trato de sintetizar el tema, pero trato de que quede completo.