karlacris
16/10/2007, 19:45
Soy como una selva virgen: inexplorada, nunca tocada, nunca vista por ojo humano.
Mi piel no ha sido acariciada ni deseada.
Mis pechos nunca han sido probados ni por labios ni por manos.
Mis piernas nunca han sido recorridas ni han sentido el roce de otras piernas junto a ellas.
Y mi vientre... mi vientre nunca ha sido penetrado, no ha sentido el vaivén de nadie en su interior ni la explosión de ríos internos dentro de él.
Soy virgen, no he sido mancillada, no he sentido ni he deseado nada.
No he deseado nada... hasta hoy.
Hoy he llegado a desear ser explorada, ser descubierta, sentir lo no sentido.
Quiero que seas tú el que me explores, el que se lleve mi virginidad consigo.
Quiero que descubras mi cuerpo con tus dedos, cual viajero que encuentra lo que buscó por años.
Quiero que recorras mi piel, que sientas su fragancia, que disfrutes su sabor.
Quiero que succiones mis pechos, son como dos frutos maduros listos para derramar en tu boca su dulce miel.
Quiero enlazar mis piernas con las tuyas, en un nudo pletórico de placer.
Quiero que entres en mi vientre, suave y gentilmente, con fuerza y con ardor, depositando en él ese río bravío que nace en las entrañas de tu ser.
¡Quiero, quiero, quiero!
Quiero sentirte en mí, sobre mí, alrededor de mí, a través de mí...
Mi piel no ha sido acariciada ni deseada.
Mis pechos nunca han sido probados ni por labios ni por manos.
Mis piernas nunca han sido recorridas ni han sentido el roce de otras piernas junto a ellas.
Y mi vientre... mi vientre nunca ha sido penetrado, no ha sentido el vaivén de nadie en su interior ni la explosión de ríos internos dentro de él.
Soy virgen, no he sido mancillada, no he sentido ni he deseado nada.
No he deseado nada... hasta hoy.
Hoy he llegado a desear ser explorada, ser descubierta, sentir lo no sentido.
Quiero que seas tú el que me explores, el que se lleve mi virginidad consigo.
Quiero que descubras mi cuerpo con tus dedos, cual viajero que encuentra lo que buscó por años.
Quiero que recorras mi piel, que sientas su fragancia, que disfrutes su sabor.
Quiero que succiones mis pechos, son como dos frutos maduros listos para derramar en tu boca su dulce miel.
Quiero enlazar mis piernas con las tuyas, en un nudo pletórico de placer.
Quiero que entres en mi vientre, suave y gentilmente, con fuerza y con ardor, depositando en él ese río bravío que nace en las entrañas de tu ser.
¡Quiero, quiero, quiero!
Quiero sentirte en mí, sobre mí, alrededor de mí, a través de mí...