ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
20/09/2007, 07:32
“la solidaridad de Durkheim es sintética respecto de la realidad que la determina, siendo esa realidad tomada como un todo”
“la primera condición para poder estudiar teóricamente la realidad moral es saber donde está” (E. Durkheim)
“el deber, el imperativo kantiano no es, sino un aspecto abstracto de la realidad moral, de hecho, la realidad moral presenta siempre y simultáneamente estos dos aspectos que no se pueden separar” (E. Durkheim)
Extraídos de Poner condiciones a la realidad http://foros.monografias.com/showthread.php?t=42209&page=1
En las últimas semanas he tenido con Pompilio Zigrino repetidas discusiones sobre varios asuntos. Desde hace tiempo, hemos sostenido diferencias con respecto a la ciencia que no eran más que posiciones confusas, estando en lo básico de acuerdo; hemos tropezado con Marx y con cuestiones de moral; el problema que hemos tenido con Marx reside en diferencias sociológicas, el problema moral estriba en su enfoque ideal, su "bien y mal" son claros objetos ideales, y el mío condicional, atiendo a bueno y malo en lo que significan aplicados, no en sí.
Pompilio debe ser una persona religiosa; más concretamente, cristiana practicante. Yo no soy practicante y mi orientación religiosa se parece mucho al ateísmo. Aun así, en el pasado he sido marcadamente religioso. Los asuntos de la religión y Dios siempre me han inquietado, y mi interés por la filosofía arrancó de ciertas inclinaciones teológicas presentes desde mi adolescencia. No obstante, sostengo, frente a Pompilio, la problematización de lo moral.
Otras de las diferencias que tuvimos en el pasado fue la del libre albedrío, problema fundamental en la reflexión ética. Pompilio afirma la libertad y yo dudo de ella.
Mi reflexión sobre la moral o la eticidad es algo que llamé fenomenología de la ética. Estaba basada en el sentimiento ético y el conocimiento moral. No es difícil ver la enorme relación que guarda esta idea con la segunda cita que adjunto de Durkheim.
Sin duda, Emilie Durkheim es uno de mis maestros fundamentales. Puedo declarar, con orgullo, que su influencia en mí ha sido enorme y sólo comparable a la de dos o tres pensadores. El tiempo que tuve que dedicar al estudio de su obra nunca se podrá comparar con la sensibilidad moral que me ayudó a matizar. En verdad, Max Weber siempre fue mi maestro principal en sociología, hasta que me comprometí con las obras Durkheim.
El hecho moral es un paso firme en la inestable reflexión moral, al fijar la base de su estudio. Desde aquí, podemos andar con paso decidido y objetividad. La riqueza de hechos morales que se encuetra en el mundo es lo que ha sido tan importante de la obra de Manilowski (Durkheim influyó en Manilowski, no al revés, pero "Las formas elementales de la vida religiosa" se elaboró gracias a los estudios antropológicos, y esa obra es esencial en Durkheim, si no la más importante). Estas lecturas en clave antropológica llevan a poner condiciones a los escondidizos incondicionales, afirmando la realidad de una diversidad. En este punto, tenemos Pompilio y yo pendiente el tema de hacer una crítica de la etnometología, pues, desde que la llamó subjetivismo irracional, no he leído ninguna aclaración suya al respecto.
El relativismo moral me parece correcto si defiende la riqueza del mundo “moral” con pruebas de evidencia de su diversidad (también se puede proponer problematizar esa evidencia de "diversidad moral" atendiendo a una justificación incondicional, pero, eso mismo, haría que cambiase la proposición inicial, que es lo que defiendo). En ningún caso niego el bien o el mal, ni propongo más relativismo que el que justifico en "la realidad".
Pompilio nos acostumbra a ver el mundo moral tan rectamente como el científico. Su atracción por el mundo de la ciencia olvida el elemento creador del hombre. El aspecto sintetizador de las representaciones humanas enseña nuestra herencia y los objetos de nuestra voluntad, que se viven inevitablemente como morales.
Termino por ahora.
“la primera condición para poder estudiar teóricamente la realidad moral es saber donde está” (E. Durkheim)
“el deber, el imperativo kantiano no es, sino un aspecto abstracto de la realidad moral, de hecho, la realidad moral presenta siempre y simultáneamente estos dos aspectos que no se pueden separar” (E. Durkheim)
Extraídos de Poner condiciones a la realidad http://foros.monografias.com/showthread.php?t=42209&page=1
En las últimas semanas he tenido con Pompilio Zigrino repetidas discusiones sobre varios asuntos. Desde hace tiempo, hemos sostenido diferencias con respecto a la ciencia que no eran más que posiciones confusas, estando en lo básico de acuerdo; hemos tropezado con Marx y con cuestiones de moral; el problema que hemos tenido con Marx reside en diferencias sociológicas, el problema moral estriba en su enfoque ideal, su "bien y mal" son claros objetos ideales, y el mío condicional, atiendo a bueno y malo en lo que significan aplicados, no en sí.
Pompilio debe ser una persona religiosa; más concretamente, cristiana practicante. Yo no soy practicante y mi orientación religiosa se parece mucho al ateísmo. Aun así, en el pasado he sido marcadamente religioso. Los asuntos de la religión y Dios siempre me han inquietado, y mi interés por la filosofía arrancó de ciertas inclinaciones teológicas presentes desde mi adolescencia. No obstante, sostengo, frente a Pompilio, la problematización de lo moral.
Otras de las diferencias que tuvimos en el pasado fue la del libre albedrío, problema fundamental en la reflexión ética. Pompilio afirma la libertad y yo dudo de ella.
Mi reflexión sobre la moral o la eticidad es algo que llamé fenomenología de la ética. Estaba basada en el sentimiento ético y el conocimiento moral. No es difícil ver la enorme relación que guarda esta idea con la segunda cita que adjunto de Durkheim.
Sin duda, Emilie Durkheim es uno de mis maestros fundamentales. Puedo declarar, con orgullo, que su influencia en mí ha sido enorme y sólo comparable a la de dos o tres pensadores. El tiempo que tuve que dedicar al estudio de su obra nunca se podrá comparar con la sensibilidad moral que me ayudó a matizar. En verdad, Max Weber siempre fue mi maestro principal en sociología, hasta que me comprometí con las obras Durkheim.
El hecho moral es un paso firme en la inestable reflexión moral, al fijar la base de su estudio. Desde aquí, podemos andar con paso decidido y objetividad. La riqueza de hechos morales que se encuetra en el mundo es lo que ha sido tan importante de la obra de Manilowski (Durkheim influyó en Manilowski, no al revés, pero "Las formas elementales de la vida religiosa" se elaboró gracias a los estudios antropológicos, y esa obra es esencial en Durkheim, si no la más importante). Estas lecturas en clave antropológica llevan a poner condiciones a los escondidizos incondicionales, afirmando la realidad de una diversidad. En este punto, tenemos Pompilio y yo pendiente el tema de hacer una crítica de la etnometología, pues, desde que la llamó subjetivismo irracional, no he leído ninguna aclaración suya al respecto.
El relativismo moral me parece correcto si defiende la riqueza del mundo “moral” con pruebas de evidencia de su diversidad (también se puede proponer problematizar esa evidencia de "diversidad moral" atendiendo a una justificación incondicional, pero, eso mismo, haría que cambiase la proposición inicial, que es lo que defiendo). En ningún caso niego el bien o el mal, ni propongo más relativismo que el que justifico en "la realidad".
Pompilio nos acostumbra a ver el mundo moral tan rectamente como el científico. Su atracción por el mundo de la ciencia olvida el elemento creador del hombre. El aspecto sintetizador de las representaciones humanas enseña nuestra herencia y los objetos de nuestra voluntad, que se viven inevitablemente como morales.
Termino por ahora.