ALEJANDRANATALY
10/08/2007, 14:20
Esta editorial se ha encargado de promover la literatura erotica en una extensión rica de recursos narrativos sin dejar de lado este genero tan putativo y delicioso.
Los invito cordialmente a discutir algunas de esta publicaciones con sus brillantes puntos de vista.
Algunos titulos con los que cuenta son:
La Sonrisa Vertical 2003
Reunido en Barcelona, el 11 de febrero de 2003, el jurado del Premio LA SONRISA VERTICAL llegado a la votación final, acuerdan por mayoría, otorgar el XXV Premio La Sonrisa Vertical a la obra:
"Llámalo deseo " de José Luis Rodríguez del Corral
La obra
Novela polifónica, estructurada en torno a cuatro personajes con visiones distintas del erotismo, Llámalo deseo narra de manera encadenada y progresiva el paso de una sexualidad íntima, regida por códigos muy personales, a un erotismo que sólo alcanza su plenitud cuando se comparte con el Otro o con los Otros. Y lo hace con un lenguaje lleno de imágenes sugerentes y de resonancias eróticas.
Mientras bucea, sumergido en las profundidades de una piscina pública, el tímido Héctor contempla con placer morboso los entrenamientos de Belén, una joven y atractiva nadadora que se prepara para unos campeonatos. Belén trabaja además como dependienta en una tienda de modas desde la que, a su vez, se ha aficionado a contemplar a los clientes que entran y salen de un sex-shop cercano. Entre ellos descubre un día al propio Héctor, y también a una solitaria y decidida mujer por la que empieza a sentir una irresistible y extraña atracción. Esa misteriosa mujer, Claudia, está casada, y mantiene unas relaciones muy particulares con su marido, víctima de un accidente que lo ha reducido prácticamente a la inmovilidad. Belén, impulsada por sus fantasmas, irá acercándose a los mundos de Héctor, por un lado, y de Claudia y su marido por el otro. Y traspasará los límites de lo privado para desatar los deseos «sumergidos» e inconfesados que, hasta ese momento, ninguno de ellos se había atrevido a mostrar abiertamente.
1989, Almudena Grandes ganó con Las edades de Lulú el premio de narrativa erótica
Sin lugar a dudas me sonsidero fan de esta publicación, no solo por la descripción detallada de los pensamientos y las emociones de los personanes (q para nada son planos, y más q tener una obseción de sus emociones, son concientes de sus necesidades de la manera más poetica, eferverscente, humilde y emitiva que puede expresarse).
Existen excelentes crticas de este libro, pero es mejor leerlo ( y si es posible, a partir del 2 capitulo.. para los quisquillosos, quiero decir).
""Pero cualquier lector con un mínimo de perspicacia, y cualquier crítico no demasiado zoquete, podía darse cuenta, desde la primera página, de que allí había mucho más que un relato de insólita franqueza sexual, que nada tenía que ver con el sexo a granel y sus estereotipadas variedades de sex shop, y un alarde de habilidad para narrar los ajetreos carnales con una eficacia de verdad demoledora: allí había pasión, deseo, dolor, memoria, disidencia, desafío, testimonio y, desde luego, una escritora como la copa de un pino.(...)
He dicho que en Las edades de Lulú hay pasión, pero expresada lejos del corsé convencionalmente romántico de las heroínas novelescas tradicionales, incluidos los casos más excelsos y arrebatados. Cierto que el género erótico obliga a descripciones sexuales explícitas, pero me parece importante subrayar que esa franqueza sexual será una característica común de todos los grandes personajes femeninos que Almudena Grandes ha creado posteriormente, se manifieste de un modo más evidente o de un modo más indirecto o sugerido.(...)
En Las edades de Lulú, hay dolor. Dolor físico y dolor moral. Dolor como guía de la existencia y como fuente de aprendizaje. Dolor como compañero del enamoramiento y del desamor (...). El sufrimiento no la hace más vulnerable, sino que la fortalece más y la empuja a buscar los límites de sus deseos. Su tortuosa historia de amor con Pablo acaba convirtiéndose en un estímulo para investigar dentro de sí misma, para recorrer el borde del precipicio. Durante toda su vida, Lulú será consciente de que el placer la retiene, la apresa, pero el dolor la hace audaz, temeraria.
En Las edades de Lulú, reina la conciencia desvergonzada del deseo (...). Por supuesto, el deseo no se presenta sólo como un impulso carnal, sino como un reto anímico, de ahí que Lulú comprenda y admita desde el primer momento de su relación con Pablo que, como él le pide tras «la primera vez», siempre recordará dos cosas: que «el sexo y el amor no tienen nada que ver» y que... «lo de anoche fue un acto de amor». Esta será, a partir de Las edades de Lulú, una característica insoslayable de esa «mujer nueva» que la autora trajo a la narrativa española de hoy.(...)
En Las edades de Lulú, hay disidencia y desafío. Un elemento tan fundamental en la narración como es la fuerte atracción de la protagonista por contemplar y compartir las relaciones sexuales entre hombres resulta ser sólo el aspecto más llamativo de una actitud ante el sexo que desbarata cualquier apelación al pudor convencional y a la feminidad consabida.(...)
En Las edades de Lulú, hay memoria y testimonio (...). El testimonio es el de un país, una ciudad -Madrid-, unas gentes, unas costumbres, un lenguaje, una situación política y sociocultural en unos años determinados; es un testimonio colectivo, perspicaz, cercano, tangible. En cuanto a la memoria, que opera en la narración como encrucijada de toda la peripecia sexual y amorosa, no es sólo la de una mujer que recuerda con claridad las huellas que la vida y el tiempo han dejado en ella, sino la de muchos hombres y mujeres que saben cómo ha evolucionado en estos años la manera de sentir y de desear, la libertad de vivir, y el modo de contarlo.""
Los invito cordialmente a discutir algunas de esta publicaciones con sus brillantes puntos de vista.
Algunos titulos con los que cuenta son:
La Sonrisa Vertical 2003
Reunido en Barcelona, el 11 de febrero de 2003, el jurado del Premio LA SONRISA VERTICAL llegado a la votación final, acuerdan por mayoría, otorgar el XXV Premio La Sonrisa Vertical a la obra:
"Llámalo deseo " de José Luis Rodríguez del Corral
La obra
Novela polifónica, estructurada en torno a cuatro personajes con visiones distintas del erotismo, Llámalo deseo narra de manera encadenada y progresiva el paso de una sexualidad íntima, regida por códigos muy personales, a un erotismo que sólo alcanza su plenitud cuando se comparte con el Otro o con los Otros. Y lo hace con un lenguaje lleno de imágenes sugerentes y de resonancias eróticas.
Mientras bucea, sumergido en las profundidades de una piscina pública, el tímido Héctor contempla con placer morboso los entrenamientos de Belén, una joven y atractiva nadadora que se prepara para unos campeonatos. Belén trabaja además como dependienta en una tienda de modas desde la que, a su vez, se ha aficionado a contemplar a los clientes que entran y salen de un sex-shop cercano. Entre ellos descubre un día al propio Héctor, y también a una solitaria y decidida mujer por la que empieza a sentir una irresistible y extraña atracción. Esa misteriosa mujer, Claudia, está casada, y mantiene unas relaciones muy particulares con su marido, víctima de un accidente que lo ha reducido prácticamente a la inmovilidad. Belén, impulsada por sus fantasmas, irá acercándose a los mundos de Héctor, por un lado, y de Claudia y su marido por el otro. Y traspasará los límites de lo privado para desatar los deseos «sumergidos» e inconfesados que, hasta ese momento, ninguno de ellos se había atrevido a mostrar abiertamente.
1989, Almudena Grandes ganó con Las edades de Lulú el premio de narrativa erótica
Sin lugar a dudas me sonsidero fan de esta publicación, no solo por la descripción detallada de los pensamientos y las emociones de los personanes (q para nada son planos, y más q tener una obseción de sus emociones, son concientes de sus necesidades de la manera más poetica, eferverscente, humilde y emitiva que puede expresarse).
Existen excelentes crticas de este libro, pero es mejor leerlo ( y si es posible, a partir del 2 capitulo.. para los quisquillosos, quiero decir).
""Pero cualquier lector con un mínimo de perspicacia, y cualquier crítico no demasiado zoquete, podía darse cuenta, desde la primera página, de que allí había mucho más que un relato de insólita franqueza sexual, que nada tenía que ver con el sexo a granel y sus estereotipadas variedades de sex shop, y un alarde de habilidad para narrar los ajetreos carnales con una eficacia de verdad demoledora: allí había pasión, deseo, dolor, memoria, disidencia, desafío, testimonio y, desde luego, una escritora como la copa de un pino.(...)
He dicho que en Las edades de Lulú hay pasión, pero expresada lejos del corsé convencionalmente romántico de las heroínas novelescas tradicionales, incluidos los casos más excelsos y arrebatados. Cierto que el género erótico obliga a descripciones sexuales explícitas, pero me parece importante subrayar que esa franqueza sexual será una característica común de todos los grandes personajes femeninos que Almudena Grandes ha creado posteriormente, se manifieste de un modo más evidente o de un modo más indirecto o sugerido.(...)
En Las edades de Lulú, hay dolor. Dolor físico y dolor moral. Dolor como guía de la existencia y como fuente de aprendizaje. Dolor como compañero del enamoramiento y del desamor (...). El sufrimiento no la hace más vulnerable, sino que la fortalece más y la empuja a buscar los límites de sus deseos. Su tortuosa historia de amor con Pablo acaba convirtiéndose en un estímulo para investigar dentro de sí misma, para recorrer el borde del precipicio. Durante toda su vida, Lulú será consciente de que el placer la retiene, la apresa, pero el dolor la hace audaz, temeraria.
En Las edades de Lulú, reina la conciencia desvergonzada del deseo (...). Por supuesto, el deseo no se presenta sólo como un impulso carnal, sino como un reto anímico, de ahí que Lulú comprenda y admita desde el primer momento de su relación con Pablo que, como él le pide tras «la primera vez», siempre recordará dos cosas: que «el sexo y el amor no tienen nada que ver» y que... «lo de anoche fue un acto de amor». Esta será, a partir de Las edades de Lulú, una característica insoslayable de esa «mujer nueva» que la autora trajo a la narrativa española de hoy.(...)
En Las edades de Lulú, hay disidencia y desafío. Un elemento tan fundamental en la narración como es la fuerte atracción de la protagonista por contemplar y compartir las relaciones sexuales entre hombres resulta ser sólo el aspecto más llamativo de una actitud ante el sexo que desbarata cualquier apelación al pudor convencional y a la feminidad consabida.(...)
En Las edades de Lulú, hay memoria y testimonio (...). El testimonio es el de un país, una ciudad -Madrid-, unas gentes, unas costumbres, un lenguaje, una situación política y sociocultural en unos años determinados; es un testimonio colectivo, perspicaz, cercano, tangible. En cuanto a la memoria, que opera en la narración como encrucijada de toda la peripecia sexual y amorosa, no es sólo la de una mujer que recuerda con claridad las huellas que la vida y el tiempo han dejado en ella, sino la de muchos hombres y mujeres que saben cómo ha evolucionado en estos años la manera de sentir y de desear, la libertad de vivir, y el modo de contarlo.""