PDA

Ver la versión completa : [De Fútbol Somos]



Mircko
23/06/2007, 20:09
A Dios, cuando hizo la Tierra, no se le pasó por la cabeza que iba a sucederle algo llamado fútbol.

Se distrajo durante la gestación, Dios.
O bostezó más de la cuenta, Dios.
Con el tiempo hubo de pagar las consecuencias de la distracción o del bostezo, Dios.
Si hubiera mirado hacia adelante, si se hubiera puesto a adivinar, habría Dios encontrado motivos para abstenerse.
Y no le hubiera temblado el pulso para omitir, dentro de la creación, a la Tierra.
Pregunta sobre la mesa: de haber sabido lo que el fútbol significaría, ¿hubiera Dios hecho a la Tierra?

No. Seguro que no.

Pero, ¿por qué no?

Porque, por más que Dios sea Mayúsculo, algunos síntomas humanos padece. Rastros de celos hace tiempo le fueron detectados en su sangre sin duda azul. Dado el tamaño inconmensurable de Dios, imaginemos el tamaño de sus celos. Alguien tan vastamente celoso hubiera desistido de crear la Tierra de haber sabido a tiempo que en este mundo iba a suceder el fútbol. Porque el fútbol desplaza a Dios.

Esta exageración no es ninguna exageración. Un solo argumento para demostrarlo: cuando los Mundiales, los junio y julio cada cuatro años, Dios se traspapela en un festiva de fetiches, santos y santas de yeso, peregrinaciones, estampitas, rudas de cinco continentes, cábalas, en un infinito rosario, de supersticiones.

En medio de ese revoltijo, Dios es uno más. Está como vacante. Entonces el fútbol es la patria, el fútbol es la religión, el fútbol es la tristeza, el fútbol es la felicidad, el fútbol es el verbo.

Dios es un desaparecido. Realmente, desaparece. Y divinamente, también.

Así es: por causa del fútbol, a Dios el mundo se le fue de madre. Y de padre. Pero no puede desdecirse. Ya es tarde para des–hacer este planeta, con su fauna, con su flora. Y con sus hinchas.

A lo hecho, pecho –suele bramar Dios.

Comprendamos la cabrera magnitud de su cósmico bronca: a quién le gusta ser eclipsado, a quién le gusta desaparecer a manos de sus creados.

Y mucho menos le gusta a ese enorme Nadie que, por algo, se hace nombrar con mayúscula.

*Rodolfo Braceli.