dragonfly
23/06/2007, 14:41
Esto lo leí en una consulta médica y me pareció bien interesante para compartirlo con ustedes… de paso les digo… es increíble como siempre los del foro están aquí… en ese rinconcito del pecho que más se mueve… se los resumo un poco… vale la pena leerlo.
Cada decisión que tomamos en la vida implica optar por algo y renunciar a otra cosa. Por eso a veces nos encallamos en la duda. Si entendemos que cada elección es una muestra de quién somos en ese momento y nos lleva hacia quién queremos ser en el futuro, sabremos que no hay error posible sino tan sólo aprendizaje.
En Cada decisión nos jugamos algo, y por eso a veces resulta tan difícil dar ese paso. Al encontrarnos ante una encrucijada, escogemos un camino desestimamos otras posibilidades. Decidir, por lo tanto, implica un riesgo. El temor a equivocarse, o ir en contra de lo que opinan los demás, en ocasiones puede paralizar en la duda o postergar al máximo el momento de la determinación.
Cada persona tiene su modo particular de afrontar la incertidumbre que plantea una decisión. Algunos son amantes del riesgo, otros calculan hasta el último dato. Hay quien se deja llevar por la intuición y quien prefiere calibrar todas las posibilidades. Sin embargo a menudo buscamos fórmulas para decidir siempre de manera acertada, preguntándonos: “¿qué es mejor?... ¿escuchar los sentimientos o la razón?, ¿es***** por mí mismo o buscar consejo?... ¿decidir con rapidez o esperar a estar seguro?
Desengañémonos: no existen fórmulas fijas. Quizá la receta sea aprender a tomar decisiones centradas en los propios principios, aquellas que nos dirigen en cada momento hacia donde queremos ir y que están en consonancia con nuestra forma de ser y nuestros valores.
El poder elegir.
Es imposible no decidir. Aun cuando dudamos, estamos eligiendo no dar todavía ningún paso, así como solemos contar con más alternativas de las que creemos, incluso cuando dependemos de las decisiones de los demás. Reconocer el poder que nos otorga la decisión es revelador. Ya no sirve lamentarse de la propia indecisión, ni tampoco culpar a los demás
Decisiones Orientadas
Las decisiones más efectivas y gratificantes son las que se toman orientadas hacia una finalidad, y aceptando la responsabilidad que conllevan, indagando siempre que es lo que realmente se desea. Conocer qué es verdaderamente esencial para uno, definiendo la propia escala de valores, ayuda a ubicarse mejor. Por ello resulta útil preguntarse: ¿qué es lo más importante para mí?, ¿cuál es mi orden de prioridades? ¿Esta decisión es coherente con mis principios o los contradice? Debemos estar conscientes que la percepción es algo subjetivo y que no depende sólo de los sentidos sino de los conocimientos y experiencias asociadas a cada idea. Etiquetamos de acuerdo a nuestra valoración particular del mundo, aquella que nos viene de los aprendizajes propios. Por eso, para lograr una visión más completa a la hora de tomar una decisión, es conveniente probar ver en cada alternativa ambos lados de la realidad. Así podremos apreciar integralmente lo que ganamos y a lo que estamos renunciando… lo que implica cada decisión.
Luego les traigo más… aún hay puntos importantes… es extenso.
Mientras tanto… a la hora de tomar una decisión…
¿Lo haces con la razón o con el instinto?
¿Sueles buscar consejo antes de tomar una decisión?
¿Decides con rapidez o esperas a estar seguro?
Hermoso Día :)
Cada decisión que tomamos en la vida implica optar por algo y renunciar a otra cosa. Por eso a veces nos encallamos en la duda. Si entendemos que cada elección es una muestra de quién somos en ese momento y nos lleva hacia quién queremos ser en el futuro, sabremos que no hay error posible sino tan sólo aprendizaje.
En Cada decisión nos jugamos algo, y por eso a veces resulta tan difícil dar ese paso. Al encontrarnos ante una encrucijada, escogemos un camino desestimamos otras posibilidades. Decidir, por lo tanto, implica un riesgo. El temor a equivocarse, o ir en contra de lo que opinan los demás, en ocasiones puede paralizar en la duda o postergar al máximo el momento de la determinación.
Cada persona tiene su modo particular de afrontar la incertidumbre que plantea una decisión. Algunos son amantes del riesgo, otros calculan hasta el último dato. Hay quien se deja llevar por la intuición y quien prefiere calibrar todas las posibilidades. Sin embargo a menudo buscamos fórmulas para decidir siempre de manera acertada, preguntándonos: “¿qué es mejor?... ¿escuchar los sentimientos o la razón?, ¿es***** por mí mismo o buscar consejo?... ¿decidir con rapidez o esperar a estar seguro?
Desengañémonos: no existen fórmulas fijas. Quizá la receta sea aprender a tomar decisiones centradas en los propios principios, aquellas que nos dirigen en cada momento hacia donde queremos ir y que están en consonancia con nuestra forma de ser y nuestros valores.
El poder elegir.
Es imposible no decidir. Aun cuando dudamos, estamos eligiendo no dar todavía ningún paso, así como solemos contar con más alternativas de las que creemos, incluso cuando dependemos de las decisiones de los demás. Reconocer el poder que nos otorga la decisión es revelador. Ya no sirve lamentarse de la propia indecisión, ni tampoco culpar a los demás
Decisiones Orientadas
Las decisiones más efectivas y gratificantes son las que se toman orientadas hacia una finalidad, y aceptando la responsabilidad que conllevan, indagando siempre que es lo que realmente se desea. Conocer qué es verdaderamente esencial para uno, definiendo la propia escala de valores, ayuda a ubicarse mejor. Por ello resulta útil preguntarse: ¿qué es lo más importante para mí?, ¿cuál es mi orden de prioridades? ¿Esta decisión es coherente con mis principios o los contradice? Debemos estar conscientes que la percepción es algo subjetivo y que no depende sólo de los sentidos sino de los conocimientos y experiencias asociadas a cada idea. Etiquetamos de acuerdo a nuestra valoración particular del mundo, aquella que nos viene de los aprendizajes propios. Por eso, para lograr una visión más completa a la hora de tomar una decisión, es conveniente probar ver en cada alternativa ambos lados de la realidad. Así podremos apreciar integralmente lo que ganamos y a lo que estamos renunciando… lo que implica cada decisión.
Luego les traigo más… aún hay puntos importantes… es extenso.
Mientras tanto… a la hora de tomar una decisión…
¿Lo haces con la razón o con el instinto?
¿Sueles buscar consejo antes de tomar una decisión?
¿Decides con rapidez o esperas a estar seguro?
Hermoso Día :)