karlacris
05/03/2007, 17:32
Ayer sucedió lo que nunca pensé que me pudiera suceder... me perdí en mi propia ciudad, en las mismas calles que recorro desde hace 5 años y que puedo de memoria, me perdí...
Y eso era lo que más me extrañó: el perderme a pesar de ser ya una rutina para mi el llegar a casa... abordo el autobús y pasan x paradas, me bajo; abordo el siguiente, otras tantas paradas y me vuelvo a bajar para luego caminar hasta mi hogar, me sé tan bien el camino que no debo de pensarlo, sólo lo hago de manera automática ¡es mi rutina! de todos los días, de lunes a viernes...
Pero me perdí, busqué el camino de salida del bus y al llegar a la puerta la calle dejó de tener ese rostro familiar, lo único que entraba en mi conciencia eran las luces brillantes de los semáforos, de los automóviles, de la calle conocida/desconocida y por unos minutos angustiosos no sabía donde estaba, si ya habíamos dejado atrás mi parada o no habíamos llegado... mi corazón latía violentamente pensando en que talvés había abordado el bus incorrecto, pero estaba segura de no haberlo hecho... Al seguir su trayecto lentamente comencé a reconocer nuevamente la calle con la esquina de la casa de dos plantas, los negocios de siempre y la iglesia inamovible...
Me bajé una parada antes de la que me corresponde ya que necesitaba aire fresco, que mi corazón se tranquilizara después de la angustia, necesitaba poner en orden mis pensamientos... además que había hecho sonar el timbre como desesperada y el motorista paró sólo por mi...
Me bajé y comencé a caminar hacia mi casa por una calle secundaria, solitaria, sin mayor tráfico... Y comencé a dialogar conmigo misma sobre lo sucedido, a tratar de desenmarañar que es lo que había hecho que me perdiese por unos minutos.
Y no me costó llegar a saber el porque: me había abstraído pensando en los desencuentros que he tenido en mi vida y la sensación de estar perdida dentro de mi se tradujo a la vida exterior.
Y eso era lo que más me extrañó: el perderme a pesar de ser ya una rutina para mi el llegar a casa... abordo el autobús y pasan x paradas, me bajo; abordo el siguiente, otras tantas paradas y me vuelvo a bajar para luego caminar hasta mi hogar, me sé tan bien el camino que no debo de pensarlo, sólo lo hago de manera automática ¡es mi rutina! de todos los días, de lunes a viernes...
Pero me perdí, busqué el camino de salida del bus y al llegar a la puerta la calle dejó de tener ese rostro familiar, lo único que entraba en mi conciencia eran las luces brillantes de los semáforos, de los automóviles, de la calle conocida/desconocida y por unos minutos angustiosos no sabía donde estaba, si ya habíamos dejado atrás mi parada o no habíamos llegado... mi corazón latía violentamente pensando en que talvés había abordado el bus incorrecto, pero estaba segura de no haberlo hecho... Al seguir su trayecto lentamente comencé a reconocer nuevamente la calle con la esquina de la casa de dos plantas, los negocios de siempre y la iglesia inamovible...
Me bajé una parada antes de la que me corresponde ya que necesitaba aire fresco, que mi corazón se tranquilizara después de la angustia, necesitaba poner en orden mis pensamientos... además que había hecho sonar el timbre como desesperada y el motorista paró sólo por mi...
Me bajé y comencé a caminar hacia mi casa por una calle secundaria, solitaria, sin mayor tráfico... Y comencé a dialogar conmigo misma sobre lo sucedido, a tratar de desenmarañar que es lo que había hecho que me perdiese por unos minutos.
Y no me costó llegar a saber el porque: me había abstraído pensando en los desencuentros que he tenido en mi vida y la sensación de estar perdida dentro de mi se tradujo a la vida exterior.