Pompilio Zigrino
19/02/2007, 19:51
Comparto un escrito que me llegó sobre el tema:
Hasta hace 40 años, la dictadura comunista-socialista de China
había sumido a su población en la miseria, corrupción y desesperanza.
Nuevos dirigentes, reconociendo el fracaso del sistema, llegaron a
comprender la imperiosa necesidad de inversiones privadas en el país y
decidieron abrir su economía a la inversión extranjera, liberándola de
impuestos, de controles y trabas burocráticas. El resultado ha sido el
crecimiento económico "asiático" que tiene desde hace 30 años, que ya
la ha convertido en una potencia económica mundial. Procesos
semejantes se repitieron en otros países asiáticos.
China no ha terminado de superar la destrucción producida por el
socialismo y estatismo, pues sigue teniendo 700 millones de habitantes
en el interior del país, que tienen un ingreso anual cercano a los 300
dólares.
Los chinos reconocieron la importancia de la inversión para
producir
riqueza y elevar el nivel de vida de la población y la estimulan con
todos
los mecanismos a su alcance. El gobierno argentino mendiga las
inversiones extranjeras, pero con su deformada ideología y política
populista corrupta, las ataca y no llegan al país. Lo absurdo es que
también combate e impide la formación de capital y la inversión de los
propios argentinos, manteniendo en la pobreza a la mayoría del pueblo
con su sistema de igualar para abajo, que lo usa para comprar
voluntades en las votaciones electorales.
19/2/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
Hasta hace 40 años, la dictadura comunista-socialista de China
había sumido a su población en la miseria, corrupción y desesperanza.
Nuevos dirigentes, reconociendo el fracaso del sistema, llegaron a
comprender la imperiosa necesidad de inversiones privadas en el país y
decidieron abrir su economía a la inversión extranjera, liberándola de
impuestos, de controles y trabas burocráticas. El resultado ha sido el
crecimiento económico "asiático" que tiene desde hace 30 años, que ya
la ha convertido en una potencia económica mundial. Procesos
semejantes se repitieron en otros países asiáticos.
China no ha terminado de superar la destrucción producida por el
socialismo y estatismo, pues sigue teniendo 700 millones de habitantes
en el interior del país, que tienen un ingreso anual cercano a los 300
dólares.
Los chinos reconocieron la importancia de la inversión para
producir
riqueza y elevar el nivel de vida de la población y la estimulan con
todos
los mecanismos a su alcance. El gobierno argentino mendiga las
inversiones extranjeras, pero con su deformada ideología y política
populista corrupta, las ataca y no llegan al país. Lo absurdo es que
también combate e impide la formación de capital y la inversión de los
propios argentinos, manteniendo en la pobreza a la mayoría del pueblo
con su sistema de igualar para abajo, que lo usa para comprar
voluntades en las votaciones electorales.
19/2/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat