Jim
01/02/2007, 10:34
Ya jugué todas mis cartas por entregarte mi vida. Por darte alegrías, por ser tu cordero. Jugar a tu juego a ver lo que pasa. He tomado el elixir de la vida, te he creído tus mentiras, me he comido a la serpiente por tu culpa. ¿No es extraño que a esta altura me preguntes todavía si existe algo que no haría por tenerte?
Pero te quedas allí, incrédula, insensible a mis imploros. Mientras lloro deseando tus lunares, te encomiendas a maldades por probar si soy sincero; me destruyes una y mil veces y luego… lo razonas. No te convences, mas bien lo crees menos. Mi paciencia ya no existe pues estoy atado a ti y solo ruego que seas mía, y solo te ruego, y solo me entrego a encomiendas que me ayuden a obtenerte.
Vendo mi alma una y mil veces. Vendo mis sueños, los cambio por nada. Te doy todo y recibo una y mil veces lo de siempre: nada. Pero el destino es cruel, vengativo y juguetón y mañana cuando muera la pasión y despierte a la realidad, me alejare, me extrañaras, y al dormir traerás memorias de las veces que te ame. Lo que sufrí, lo que lloré y pensaras que fui sincero. Tendrás miedo de perderme pero ya me habrás perdido, porque siendo un ser vacío, sin alma, sin amor; te regalare mi olvido.
Y en la distancia vagaré con cuerpo y con razón pero sin fe ni corazón buscando nada, ensuciando el tiempo. Hasta que Dios al ver mi historia de lamentos se enamore de mi suerte, y me de lo único en la vida a lo que debí siempre aferrarme… a la muerte
Pero te quedas allí, incrédula, insensible a mis imploros. Mientras lloro deseando tus lunares, te encomiendas a maldades por probar si soy sincero; me destruyes una y mil veces y luego… lo razonas. No te convences, mas bien lo crees menos. Mi paciencia ya no existe pues estoy atado a ti y solo ruego que seas mía, y solo te ruego, y solo me entrego a encomiendas que me ayuden a obtenerte.
Vendo mi alma una y mil veces. Vendo mis sueños, los cambio por nada. Te doy todo y recibo una y mil veces lo de siempre: nada. Pero el destino es cruel, vengativo y juguetón y mañana cuando muera la pasión y despierte a la realidad, me alejare, me extrañaras, y al dormir traerás memorias de las veces que te ame. Lo que sufrí, lo que lloré y pensaras que fui sincero. Tendrás miedo de perderme pero ya me habrás perdido, porque siendo un ser vacío, sin alma, sin amor; te regalare mi olvido.
Y en la distancia vagaré con cuerpo y con razón pero sin fe ni corazón buscando nada, ensuciando el tiempo. Hasta que Dios al ver mi historia de lamentos se enamore de mi suerte, y me de lo único en la vida a lo que debí siempre aferrarme… a la muerte