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Ver la versión completa : Los tres Reyes Magos



Gargamel
17/12/2006, 09:56
[LEFT]Los Reyes Magos adoptados por la cristiandad.
Todo un enigma envuelve a los "sabios de oriente", lo que en la actualidad
conocemos se debe más que nada a la leyenda o tradición mas que a los hechos reales. Las únicas referencias que se tienen sobre ellos provienen del
Evangelio de San Mateo y de algunos Apócrifos, y en ninguno de ellos los
califican de reyes. A decir verdad, en los textos originales la palabra
"sabios" es derivada del griego "magoi" y el latín "magi". Dichas palabras
parecen provenir a su vez de la palabra "magu", nombre dado a los sacerdotes persas en la religión zoroástrica. Durante muchos años se considero a los sacerdotes como depositarios de todo conocimiento importante. No solo las técnicas para propiciar a los dioses, sino el estudio de los cuerpos celestes y sus supuestas relaciones con los asuntos humanos, lo cual era muy
tradicional en Babilonia. En otras palabras eran astrólogos-astrónomos. Los
judíos, que siglos atrás habían sufrido el destierro en Babilonia,
conocieron la categoría de "magos" de dichos sacerdotes, lo cual podría dar
lugar a que San Mateo los denominara de dicha forma. Otras versiones en
cambio los identifican como sacerdotes de Mitra, un dios solar con ciertas
pautas de semejanza a Cristo. Lo cierto es nunca se les denomina en los
textos como "reyes". En los primeros siglos del cristianismo la palabra
"mago" se convirtió en "no grata" para los cristianos pues recordaba la
confrontación de Simón el Mago con los jefes de la Iglesia. Simón el Mago
había sido acusado de hechicería e incluso de dar origen al gnosticismo
cristiano y a la herejía de los "simonianos" que duro dos siglos. Por lo
mismo los "Magos de Oriente" fueron transformados por la tradición en "Reyes
de Oriente" y al cabo de un tiempo en "Reyes Magos".


En un principio el número de los Magos fue indeterminado. En las pinturas de
las catacumbas romanas fueron a veces dos, y otras cuatro. La Iglesia de
Siria creyó que eran doce que prefiguraban los doce futuros apóstoles.
Algunas tradiciones de la Iglesia Copta elevan el número hasta sesenta y
citan los nombres de más de una docena de ellos. Finalmente en el siglo IV
su número es fijado en tres por Origenes, un conocido escritor eclesiástico.

La leyenda dorada de los Reyes Magos nació en el siglo IV de nuestra era. Se
encuentra en el "Opus imperfectum in Mattheum" redactado en latín por un
escriba iraní cristiano. Sin embargo los investigadores mas versados en esta
obra han dejado en manifiesto que este libro fue inspirado en el llamado
"Libro de Set", redactado en el siglo III de nuestra era, en la región de
Edessa. En la leyenda los reyes tienen cada uno un reino, y esperan una
estrella en el cielo cuyo significado conocen perfectamente, eran religiosos
y justos con sus pueblos. En el siglo II empieza la iconografía de los reyes
magos. De vuelta a sus países, los Reyes vivieron piadosamente en la
religión de Jesús en la cual supuestamente son instruidos por el apóstol
Santo Tomás, abjuraron de sus prácticas paganas, hasta que, en el año 70, ya
muy avanzados en años, sufrieron el martirio.

En el siglo V el Papa San León, habla de ellos como si hubieran existido
realmente y fija su número en tres. En el siglo VI la iconografía les da a
los magos una premeditada diferenciación en la edad: dos de ellos son
representados con barba y el tercero si ella. En el siglo IX, hacia 845, en
el "Liber Pontificalis" de Rávena aparecen nombrados como Bithisarea,
Melichior y Gathaspa. El antes mencionado Beda El Venerable recoge los
nombres y atributos de los Reyes Magos en uno de sus textos: "El primero de
los Magos fue Melchor, un anciano de larga cabellera cana y luenga barba...
fue él quien ofreció el oro, símbolo de la realeza divina. El segundo,
llamado Gaspar, joven, imberbe de tez blanca y rosada, honró a Jesús
ofreciéndole incienso, símbolo de la divinidad. El tercero, llamado
Baltasar, de tez morena ("fuscus" en latín) testimonió ofreciéndole mirra,
que significaba que el hijo del hombre debía morir...". A raíz de este
texto, los artistas empezaron a representar a los magos de acuerdo a
determinadas edades. De esta manera los magos venían a simbolizar las tres
edades del humano: 60, 40 y 20 años, tal y como lo expresa el "Catalogus
Sanchtorum" de Petrus de Natatibus, del siglo XV.

Otro cambio importante fue el cambio de origen de Baltasar. Aunque Beda El
Venerable ya lo mencionaba como de tez morena, durante mucho tiempo nadie
imagino la existencia de un Rey Mago negro. Según la tradición, ellos eran
originarios de Persia, por lo cual no podía existir un negro entre ellos.
Sin embargo, a partir del siglo XIV, por influencia de la vocación ecuménica
de los predicadores empezaron a dar un carácter de universal a los reyes
magos. Desde entonces simbolizan las tres razas humanas admitidas en la
antigüedad y prefiguradas por los tres hijos de Noé: Sem, Jafet y Cam, tal y
como el Antiguo Testamento las define. Y también obviamente arranca la
tradición de representar a los Reyes Magos montados sobre animales
correspondientes a sus geografías: un caballo, un dromedario y un elefante,
respectivamente. Una anécdota curiosa fue la ocurrida en el siglo XVI tras
el descubrimiento de América. Al representar los Reyes Magos a todas las
razas del planeta, algún devoto cristiano tuvo la idea de que el Nuevo Mundo
se viera representado en el cortejo real. De esta forma en el retablo
portugués de la Catedral de Viseu, Baltasar en lugar de ser un rey negro es
representado como un pintoresco jefe indio de Brasil, con su jabalina
emplumada. Para infortunio del promotor de dicha ocurrencia, la idea no
prosperó dentro de la arraigada tradición cristiana.




El destino de los Reyes Magos.
Con el tiempo aparecieron sus cuerpos en Milán. ¿Cómo llegaron allí? fue la
pregunta que todo mundo se hacia. Para contestarla, en el siglo XII empezó a
circular la siguiente tradición:

A principios del siglo cuarto, la anciana madre del primer emperador
cristiano, Santa Elena, después de hallar milagrosamente en la colina del
Gólgota la Vera Cruz, se preocupó por asegurar a la veneración de los fieles
también los despojos mortales de los Reyes Magos, los cuales hasta entonces
habían permanecido dispersos, y los hizo trasladar de Persia a la ciudad que
ya llevaba el nombre de su hijo, Constantino el Grande. En Constantinopla
los huesos fueron puestos en un gigantesco sarcófago de granito, y
permanecieron allí hasta el reinado del emperador Manuel, en tiempos de la
Segunda Cruzada, en el siglo XII.

Medio siglo después, el obispo de Milán, San Eustorgio, religioso noble de
origen helénico, visitó Constantinopla para que el emperador le permitiera
aceptar su reciente nombramiento. El emperador le regalo los cuerpos de los
tres reyes, y traslado las veneradas reliquias hasta la lejana sede de su
diócesis. Para ello adquirió dos robustos bueyes y un carro, hizo cargar
sobre éste el sarcófago y emprendió la marcha. Relata la leyenda que la
misma estrella que siglos antes había señalado a los Reyes el camino de
Belén, resplandecía en la ruta de San Eustorgio, y lo guió a todo lo largo
del difícil camino. Pero al pasar por las ásperas montañas de los Balcanes,
sucedió que un lobo hambriento asaltó y desgarró a uno de los dos bueyes.
Para continuar su viaje, San Eustorgio domeño a la fiera insolente y la
unció al yugo de su víctima. A fuerza de látigo, el lobo salvaje se
transformó en lobo de tiro. Así San Eustorgio llega a Milán en el carro
tirado por un buey y un lobo manso, cargado con los restos de Melchor,
Gaspar y Baltasar, siendo recibido con júbilo por los milaneses. Esta
leyenda fue tan aceptada en la Edad Media, que desde fines del siglo XII,
fue tenida por hecho histórico irrefutable.


Las reliquias, colocadas en la iglesia de San Eustorgio, fueron uno de los
más legítimos orgullos de los milaneses. Pero en 1162 Milán es saqueada y
destruida por el emperador alemán Federico Barbarroja. Su consejero Reinaldo
de Dassel, obispo de Colonia, no olvidaba, en medio de la contienda, los
intereses de su diócesis, y pidió al emperador permiso de llevar a la ciudad
renana las ilustres reliquias. Según otros relatos que han llegado hasta
nosotros, las reliquias se encontraban en tres sarcófagos donde había tres
cuerpos incorruptos, estos sarcófagos estaban rodeados por un círculo
dorado, como indicando que no debían ser separados. Cuando Reinaldo se
presentó en el templo de San Eustorgio para apoderarse de ellas, los
sacerdotes le dijeron que el sarcófago contenía los restos de Dionisio,
Rústico y Eleuterio, y que no sabían nada respecto a los nombrados Melchor,
Gaspar y Baltasar. Reinaldo, escéptico, mandó que se levantara la pesada
losa. Le esperaba una sorpresa aún más grande: la tumba estaba vacía.

Manos piadosas de milaneses habían extraído los huesos durante el sitio de
los bárbaros, y los habían sepultado bajo la torre del campanario de la
iglesia de San Giorgio al Palazzo. No se sabe a ciencia cierta como fue a
parar Reinaldo al escondrijo donde descansaban los restos, lo cierto es que
los Santos Reyes fueron localizados y emprendieron un nuevo viaje hacia
1164. Cruzaron los Alpes y siguieron el curso del Rin hasta Colonia. En la
mismísima Colonia, las leyendas sobre los santos reyes continuaron. Según la
tradición, cada calavera de rey conserva su inseparable corona. E incluso
una crónica relata que un abad cisterciense de Castilla, Pedro de Gumiel de
Hizán, al ser llevado ante la tumba de los Reyes Magos pudo escuchar el
tocar de una flauta y los impacientes relinchos de unos caballos (?).

Gargamel
17/12/2006, 09:57
Belen

Esta ciudad data del año 50 d.C. y fue mandada fundar por el emperador
romano Claudio quien se dice la creó en honor de su mujer la emperatriz
Agripina, madre de Nerón, de la cual otras fuentes refieren que allí había
nacido. El emperador Claudio quería convertir esta colonia en sitio de
descanso para los veteranos de su ejército, para que a las orillas del río
Rin tuvieran un sitio ideal para pasar sus últimos años después de haberle
servido. La ciudad recibió el nombre de Colonia Claudia Ara Agrippinensis.
Todavía en tiempos de Federico Barbarroja la ciudad era reconocida como
Colonia Agrippina.

La afluencia de peregrinos de todos los ámbitos del Imperio, que querían
venerar a los santos peregrinos de Belén, fue inmensa. Los prelados se
vieron precisados a proyectar un templo digno de nuevo culto. El 15 de
agosto de 1248 el arzobispo Conrado de Hostaden puso la primera piedra de la
catedral de San Pedro. Pocos años después, maese Nicolás de Verdun terminaba
el arca, obra maestra de la orfebrería gótica, en que se conservan desde
entonces las insignes reliquias. La actual configuración de la catedral
presenta siete capillas, la tercera corresponde a la tumba del arzobispo
Conrado de Hostaden y la cuarta a las reliquias de los tres Santos Reyes. En
sus vitrales destacan la representación de la historia de los Reyes Magos,
así como la historia del emperador Constantino y su madre Santa Elena.

Los milaneses nunca se resignaron a la pérdida de los sagrados huesos
reales, y siempre que pudieron volvieron a la carga para hacer valer sus
derechos sobre ellos. En 1495 Rodrigo Borgia, que fue después el papa
Alejandro VI, a instancias del duque de Milán Ludovico el Moro, pidió al
arzobispo de Colonia la restitución de las reliquias; pero el sucesor de
Reinaldo se negó. Tampoco tuvieron éxito en sus gestiones Pío IV, que era
milanés, Gregorio XIII y el rey de España Felipe II que a la sazón dominaba
el Milanesado. Finalmente en la frontera del siglo XIX y el XX, triunfó la
habilidad diplomática del Cardenal Ferrari, arzobispo de Milán, que obtuvo
la restitución de una tibia, un húmero y un esternón, vaya a saber el lector
a cual de los Reyes pertenecieron tan "huesudas reliquias". Estos tres
huesos hicieron el viaje en tren, vía Basilea-Lucerna-Como; a su llegada
fueron transportados con gran solemnidad a San Eustorgio, y colocados en el
antiguo sarcófago.

Sin embargo la parte principal de las reliquias de los magos se encuentra en
la catedral gótica de Colonia, donde también han pasado por momentos
difíciles que provoca la historia. Debemos recordar que Colonia sufrió los
bombardeos de los aliados en un intento por acabar con la Alemania nazi. Los
mandos militares aliados fueron muy precisos para con sus pilotos de
bombarderos en cuanto a advertirles que por ningún motivo arrojaran bombas
contra la Catedral de Colonia, aún así, por un descuido 14 bombas hicieron
impacto en ella, perforando algunas bóvedas. Cuando finalmente los
estadounidense ingresaron en Colonia el 6 de marzo de 1945, vieron que en la
catedral el altar mayor había desaparecido y aunque parte de la construcción
estaba intacta, todas las reliquias habían desaparecido, entre ellas las de
Santa Ursula, así como los Reyes Magos. Nuevamente los Santos Reyes Magos
habían sido extraídos de la catedral, en esta ocasión para resguardarlos de
los bombardeos y demás consecuencias de la guerra. Por fortuna, un par de
meses mas tarde se supo que las reliquias habían sido encontradas
accidentalmente por un joven oficial de Oklahoma cuando exploraba una mina
de cobre abandonada, cerca de Siegen en Vestfalia.

Emeric
05/01/2007, 18:09
Bueno, voy a cortar hierba, y a preparar una vasija de agua para los camellos ...

Que ya vienen los Reyes ... :biggrin:

raslion18
15/01/2007, 13:16
No eran reyes