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Ver la versión completa : Condenado a Muerte



jorgesalaz
15/12/2006, 02:33
Salí de la reunión mensual con mis veteranos compañeros de armas. Todos nos habíamos retirado de la vida activa con el grado de Coronel y no nos cansábamos de repetir las mismas anécdotas de preferencia las más graciosas. Alguien lanzó la pregunta: ¿Quién de ustedes ha matado a alguien? Curiosamente, ninguno de los quince experimentados militares habia tenido ésa experiencia, es decir, matar personalmente a alguien. Eso era para los soldados de bajo rango. Nosotros sólo transmitíamos las órdenes que nos daban nuestros superiores. Por otro lado, no tuvimos la experiencia de la guerra. Alguna pequeña incursión contra rebeldes o traficantes, pero nada más que eso.
Subí al automóvil y automáticamente hice lo de siempre: Retiré la pistola que llevaba fajada bajo el cinturón, al lado derecho. La coloqué sobre el asiento. El bulto del arma me estorbaba para conducir y por eso prefería colocarla al lado. No tenía obligación de usarla, pero se había hecho una costumbre tenerla siempre a mi alcance. La noche era cerrada y no pude ver a tiempo al individuo que se acercó a la puerta antes de cerrarla. ¡A un lado! gritó, al tiempo que hundía el cañon de una pistola en mis costillas. Yo no tuve más que deslizarme al asiento derecho, pero mi mano ya empuñaba el arma, una Colt M1911 calibre 45. Inmediatamente evalué la situación: Es un asaltante novato, por lo tanto, más peligroso pues sus nervios lo podrían llevar a hacer locuras. Su pistola es de calibre 22, sin embargo a la distancia que se encontraba de mi cuerpo podría ser mortal. El no puede conocer su arma mejor de lo que yo conozco la mia y lo más importante, el factor sorpresa estaba de mi lado, además de la sangre fría que poseo dada mi formación castrense. Nunca me pasó por la mente rendirme ante él, no. Sería un deshonor que un mozalbete desarmara a un militar y encima Coronel del Glorioso Ejército de la República. Tampoco podría dejarme robar mi vehículo. Tal vez podria negociar con él dándole algo de dinero, pero...¿Aceptaría? Lo intentaré, pensé. -Mira muchacho... ¡Cállese la boca viejo idiota porque lo mato! -contestó con fiereza el tipo, al tiempo que apretó más la punta de su pistola en mi cuerpo ocasionándome dolor. Inmediatamente imaginé que más adelante pudiera estar algún cómplice esperándolo y entonces cambiaría el balance que en ese momento estaba a mi favor. El sujeto no sólo me estaba asaltando, me estaba secuestrando y además amenazaba mi vida. Entonces decidí que no quedaba más remedio que matarlo. ¿Cuándo? en el momento más oportuno e inmediato. En el primer cruce de calles donde deba parar el vehículo. Por mi mente pasaron como una exhalación las imágenes de mis maestros de la Escuela Militar. "El enemigo ya está juzgado y sentenciado a muerte. Pero deberás perdonar su vida si se rinde". Imaginé a la madre de éste pobre diablo. El debía ser soltero. Estaba muy joven para tener hijos, Probablemente la sociedad lo orilló a ésto. No tuvo las oportunidades que otros tienen. Ya rehabilitado puede ser útil a la humanidad. Yo no puedo ser juez y decretar su muerte. Pero también pensé en mi familia. Mi esposa, mis nietos, mi honor militar. Esta gentuza no debe vivir. Son un estorbo a las gentes honestas, a la humanidad. No tienen remedio. Aún a su familia no le hará falta. Así escarmentarán otros ladrones. Por dentro mi cabeza giraba y mi mano derecha empezó a sudar. ¡Tienes que hacerlo! me decia un voz ¡Asesino! me decía otra. Un gran camión que iba por delante de nosotros se detuvo ante la luz roja del semáforo y otros dos vehiculos se colocaron a nuestro costado. ¡Ahora! me gritó una voz interior con grave e imperativo acento militar. El orificio en la cabeza del asaltante me pareció suficiente para dar cabida al palo de una escoba. Un pensamiento tonto pasó por mi mente "Es bueno que la ventanilla estuviera abierta, asi no se quebró con la bala que salió por el parietal izquierdo del tipo".