Carlos Alberto Carcagno
12/12/2006, 20:39
Hay una historia registrada en la Biblia en el libro de Jueces, capítulo 11, versículos 30 al 37.
"Entonces Jefté hizo un voto a Jehová y dijo: «Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, 31 entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada»."
"32 De modo que Jefté pasó adelante a donde los hijos de Ammón para pelear contra ellos, y Jehová procedió a darlos en su mano. 33 Y fue hiriéndolos desde Aroer por todo el camino hasta Minit -veinte ciudades- y hasta Abel-keramin con una matanza sumamente grande. Así fueron sojuzgados los hijos de Ammón delante de los hijos de Israel."
"34 Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija. 35 Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: «¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás»."
"36 Pero ella le dijo: « Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón». 37 Y pasó a decir a su padre: «Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras»."
Efectivamente sucedió así, la hija de Jefté fue dedicada al servicio de Jehová en el Templo. Jefté no pensó que sería su única hija la que saliera primera a su encuentro; quizás supuso que sería algún esclavo suyo u otro integrante de su casa.
Este ejemplo bíblico muestra algo que es común a casi todas las culturas de la humanidad: El hombre es esclavo de sus dichos y señor de sus silencios.
Lo más importante que tiene un hombre es su palabra y su crédito, cualquiera sea su condición.
El general Mario Benjamín Menéndez fue nombrado Gobernador Militar de las Islas Malvinas.
Poco antes de entrar en combate, la televisión argentina mostró una declaración del general, en la que decía altivo y desafiante: "De aquí me van a sacar con el sobretodo de madera"
El general condujo las operaciones de defensa de las islas y fue quien se rindió formalmente ante los ingleses. Salió de Malvinas como prisionero, y cuando por fin pudo volver al continente, lo vi en una fotografía vestido con un sobretodo, pero no de madera, antes de entrar a bailar con su esposa en un local de San Carlos de Bariloche.
Como todo hombre es esclavo de sus dichos y el general tuvo sobre sí la responsabilidad de conducir unos once mil hombres, mantener el honor de la Fuerza, del uniforme y la Bandera, considero que por su honor de hombre, oficial y caballero debe cumplir con lo que salió de su boca.
Mi general, estoy esperando que cumpla con su palabra.
Carlos Alberto Carcagno
Documento Nacional de Identidad 08.511.149
"Entonces Jefté hizo un voto a Jehová y dijo: «Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, 31 entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada»."
"32 De modo que Jefté pasó adelante a donde los hijos de Ammón para pelear contra ellos, y Jehová procedió a darlos en su mano. 33 Y fue hiriéndolos desde Aroer por todo el camino hasta Minit -veinte ciudades- y hasta Abel-keramin con una matanza sumamente grande. Así fueron sojuzgados los hijos de Ammón delante de los hijos de Israel."
"34 Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija. 35 Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: «¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás»."
"36 Pero ella le dijo: « Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón». 37 Y pasó a decir a su padre: «Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras»."
Efectivamente sucedió así, la hija de Jefté fue dedicada al servicio de Jehová en el Templo. Jefté no pensó que sería su única hija la que saliera primera a su encuentro; quizás supuso que sería algún esclavo suyo u otro integrante de su casa.
Este ejemplo bíblico muestra algo que es común a casi todas las culturas de la humanidad: El hombre es esclavo de sus dichos y señor de sus silencios.
Lo más importante que tiene un hombre es su palabra y su crédito, cualquiera sea su condición.
El general Mario Benjamín Menéndez fue nombrado Gobernador Militar de las Islas Malvinas.
Poco antes de entrar en combate, la televisión argentina mostró una declaración del general, en la que decía altivo y desafiante: "De aquí me van a sacar con el sobretodo de madera"
El general condujo las operaciones de defensa de las islas y fue quien se rindió formalmente ante los ingleses. Salió de Malvinas como prisionero, y cuando por fin pudo volver al continente, lo vi en una fotografía vestido con un sobretodo, pero no de madera, antes de entrar a bailar con su esposa en un local de San Carlos de Bariloche.
Como todo hombre es esclavo de sus dichos y el general tuvo sobre sí la responsabilidad de conducir unos once mil hombres, mantener el honor de la Fuerza, del uniforme y la Bandera, considero que por su honor de hombre, oficial y caballero debe cumplir con lo que salió de su boca.
Mi general, estoy esperando que cumpla con su palabra.
Carlos Alberto Carcagno
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